La fiesta privada de Alejandro Sanz

¡Menudo fiestón! De los ganadores de los premios 40 Principales no os voy a decir nada porque ya lo habréis escuchado por todos lados, pero de la fiesta que Alejandro Sanz organizó después de la fiesta, sí.

Nuestro cantante más universal quiso celebrar por todo lo alto su gran éxito e invitó a los amigos de confianza (unas cincuenta personas) a una fiesta, justo en un local que estaba pegado al Palacio de los Deportes. Antes de esto, la juerga empezó en su camerino por donde pasaron los más íntimos: Sergio Ramos, Malú y Jose María Manzanares con su mujer Rocío Escalona, embarazada de seis meses. Es curioso porque nada tiene que ver la imagen fría y artificial que trasmiten, con lo que en realidad son. Están enamoradísimos, se llevan a las mil maravillas y son de lo más cercanos. La pareja me contó que estaban encantados con la llegada de una niña y reconocieron la intención de ir a por el tercero y el cuarto. ¡Qué maravilla! ¡Qué aportación a la natalidad española!

En la fiesta posterior se incorporaron además del torero y su mujer, la actriz Verónica Echegui y su novio Álex García (no diré nada de este hombre porque me vuelve demasiado loca), Carlos Jean, el rapero sevillano Junior con su chica, Arantxa de Benito y unas amigas ‘chachi pirulis, Juan pelotilla’. También asistió el empresario Pepe Barroso, socio del cantante, al que llama incluso hermano. La que no tenía ganas de mucha fiesta y se retiró rápido a descansar fue Malú, que se despidió de Sanz con un cariñoso abrazo. En el photocall de entrada me aseguró que Alejandro es para ella como un tío.

La invitada más divertida de la noche fue la Terremoto de Alcorcón, que, con su habitual indumentaria estrafalaria, no dejó que Sanz dejara de reírse ni un minuto. Ya os hablé de ella, es tremenda y da gusto tenerla cerca. Yo la invitaría a mi cumpleaños también.

Pero la más bailonga y marchosa de la noche fue la presentadora de Telecinco Sandra Barneda, que consiguió meter en la fiesta privada a dos amigos con los que no dejó de bailar en toda la noche. ¡Me cae bien esta muchacha! Lo que no sabía yo es que era tan alta. ¡Madre de dios! A mi lado me hacía parecer enana y lo más sorprendente es que llevaba manoletinas. ¡Qué bajón!

Pues como veréis, el cantante sabe rodearse adecuadamente cuando viene a España. Esperamos que vuelvas pronto.

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