Ciencia, tecnología, dibujos animados ¿Acaso se puede pedir más?

Por una hoja de papel vegetal

La seguridad en cualquier actividad humana es una cadena en la que todos los eslabones han de ser igual de fuertes; con que falle uno de los elementos, la seguridad se pierde. Es por eso que en cualquier proyecto complejo, en el que hay muchos eslabones, resulta tan difícil garantizar la seguridad absoluta. Es una cuestión estadística: si lanzar una nave espacial, o construir un rascacielos, necesita de la concatenación de miles o millones de acciones, es muy fácil que una de ellas salga mal, tal vez la más sencilla. Prevenir los errores en sistemas complejos es un trabajo arduo y desagradecido, y en los grandes proyectos se dedica mucho esfuerzo a la detección y corrección de errores. A pesar de lo cual, hay errores; eslabones de la cadena se rompen, y se producen catástrofes. Un ejemplo es el recién publicado análisis del accidente que estuvo a punto de enviar al fondo del mar al submarino nuclear británico HMS Trafalgar en noviembre de 2002, cuando durante unas maniobras el navío chocó contra una roca sumergida provocando daños que costó más de 6 millones de euros reparar.

Es difícil dedicar más esfuerzo económico y personal a la seguridad que el que se vuelca en un submarino nuclear. La ingeniería de estos barcos es soberbia, y su altísimo coste y las consecuencias de un posible accidente hacen que los países que disponen de ellos se preocupen sobremanera por garantizar al máximo que los errores sean mínimos. La selección y entrenamiento de las personas que los tripulan es probablemente la más estricta del mundo, y conseguir el mando de una de estas unidades (muchas veces armadas de proyectiles nucleares y que permanecen durante meses operando independientemente, sin contacto con sus cuarteles generales) es la culminación de la carrera profesional de cualquier oficial naval. Los submarinistas británicos tienen fama de estar entre los mejores del mundo, y su curso de formación para capitanes (denominado ‘Perisher‘) es uno de los más exigentes y duros del planeta. Precisamente realizando un ejercicio de este curso el Trafalgar sufrió el accidente de 2002, y según la investigación la causa de que esta sofisticadísima mole de acero propulsada por energía atómica y tripulada por los mejores especialistas del mundo estuviera a punto de hundirse fue una hoja de papel vegetal.

Una simple hoja de papel vegetal que cubría la carta de navegación impidió a los oficiales darse cuenta de que la maniobra que estaban realizando (a 50 metros de profundidad) les colocaba en rumbo de colisión con el fondo local. Las cartas náuticas llevan gran cantidad de información codificada en poco espacio mediante multitud de símbolos; el papel vegetal es traslúcido, pero no transparente, y un detalle vital quedó así oscurecido, con la consecuencia de que una mole de metal lanzada a considerable velocidad trató de ocupar el mismo espacio que una roca. Los tripulantes del Trafalgar tuvieron suerte: en un submarino, incluso a sólo 50 metros de profundidad, cualquier accidente es gravísimo, porque salir no es nada sencillo. Así que el buque, con todos sus tripulantes, estuvo en un tris de perderse simplemente por el uso de papel vegetal para no emborronar con rumbos trazados a lápiz la carta; un casi insignificante eslabón en la cadena de la seguridad que pudo hundir una sofisticada y cara nave de combate y matar a toda su tripulación. A veces, entre la seguridad y la muerte tan sólo hay una hoja de papel.

2 comentarios

  1. Dice ser Rob

    Jose, el problema es que la gente no presta ya casi atención a lo escrito en papel … si no está en una pantallita, como que no existe …Rob

    26 mayo 2008 | 15:15

  2. Dice ser chunnovo

    me desagrada todo lo relacionado con los ejercitos, incluso las peliculas de guerra, uniformes, desfiles…desde que trataron de esclavizarme para el inmoral ServicioMilitar obligatorio siento asco por la patria, fronteras y todo lo demas, incluso por las feministas como Bachellet que dicen estar en contra de la discriminacion entre hombres y mujeres, pero que no reconoce la total libertad de la mujer y la total esclavitud de los «hombres»

    05 julio 2008 | 22:12

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