Pagar una vez, disfrutar ciento

Una de las ventajas del modelo anglosajón es su claridad meridiana: en Gran Bretaña, por ejemplo, la televisión pública es de pago. Cada aparato de televisión en el país paga anualmente una tasa con la que se financia la programación: está clara la cantidad que la BBC recibe, y a quién tiene que justificar qué hace con ella. A diferencia de países como España, donde la financiación de la televisión pública depende de los políticos, en la BBC saben bien quienes son sus superiores. De ahí la legendaria calidad de su programación. Y de ahí que se puedan permitir algunas cosas, como publicar gratis para su uso en Internet materiales de su archivo. Por ejemplo, el nuevo Open Earth Archive.

Como parte de la iniciativa Creative Archive la BBC ha puesto a disposición del público más de 400 elementos, entre películas (230), fotografías y sonidos, procedentes de su insuperable archivo de imágenes de naturaleza. Todo ello disponible para ser visto, copiado, usado o editado (con consejos y programas que ellos mismos proporcionan). E incluyendo imágenes del aún inédito último proyecto de sir David Attemborough, ‘Planet Earth’. Es lógico: todo ese material ya está pagado por los británicos, que tienen derecho a utilizarlo. Lástima que la generosidad de la BBC no haya llegado hasta permitir al mundo entero participar de su regalo cultural, sólo accesible desde Gran Bretaña. ¿Veremos algún día los archivos de TVE así? Pagados ya están, varias veces…

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