Ciencia, tecnología, dibujos animados ¿Acaso se puede pedir más?

Lo mejor es enemigo de lo bastante bueno

Si la intensidad de la crítica es una medida del éxito debe concluirse que el movimiento ‘copyleft’ en general, y la iniciativa Creative Commons en particular, gozan de buena salud en España. A las licencias diseñadas por Larry Lessig les salen críticos por doquier. Por un lado se acusa a Creative Commons de no ser lo bastante revolucionario; de aceptar la existencia de la Propiedad Intelectual. Y tienen razón: la base filosófica de Creative Commons es aceptar las leyes vigentes y darles la vuelta, usando su letra en contra de su espíritu: ‘hackear’ la legislación para que nazca y se desarrolle la creación. Otros acusan a las licencias CC de abolir cualquier derecho del autor sobre su obra favoreciendo la explotación de los creadores. Demostrando no entender nada. Es el eterno problema: lo mejor es enemigo de lo bastante bueno.

Criticar Creative Commons por poco revolucionario es errar su significación, como lo es acusar a estas licencias de abolir el Derecho de Autor. Recortar el alcance de la Propiedad Intelectual o como mínimo evitar su omnífago crecimiento es positivo y deseable, pero implica reformar leyes y actitudes sociales, un proceso lento. Mientras tanto Creative Commons facilita ya hoy el tipo de polinización cruzada creativa que pretende la reforma de la Propiedad Intelectual, al mismo tiempo que permite a los autores graduar el control sobre su obra y conservar la opción de ganarse la vida con ella. No es la meta, pero es un paso en la buena dirección. La dirección de una cultura libre.

La industria de la propiedad intelectual trabaja en su propia contrarreforma, que amenaza con imponer por la vía legal sustanciales recortes de derechos civiles y una concepción de la cultura exclusivamente mercantilista. Es el momento de concentrar esfuerzos en la nueva Ley de Propiedad Intelectual [pdf], y de presionar lo más posible a nuestros políticos para evitar una catástrofe.

2 comentarios

  1. Dice ser BdS Madrid

    Pepe, hablas de presionar a nuestros políticos, pero hasta donde nos han demostrado lo único que entienden estos políticos y los lobbies que hay detrás de ellos es «la pela».Soy de la opinión de que nada malo hay detrás de los boicots, a nadie se obliga o impide seguirlos o ignorarlos. Libres somos de dar nuestra opinión sobre un producto y de aconsejar a los demás una u otra opción.Ya hemos visto la reacción de TODOS los políticos frente al pánico que un nuevo boicot al cava ha generado en cierta industria, en cuanto esas palabras han aparecido en los labios de ciertos extremistas. Parece que el método funciona.En otro comentario (editado ex-post), más por desahogo que por otra cosa, abogaba yo por las opciones + rebeldes frente a la incomprensible prostitución intelectual del proteccionismo del capital disfrazado de ley. Bueno, ahora ya más calmado, me gustaría encauzar por la vía del boicot esa presión hacia los políticos que con tan buen criterio sugerías.¿Cuántos somos? ¿Qué fuerza tenemos? ¿Y si dejamos todos de comprar contenido sujeto a esta vergüenza inminente de pseudoley de propiedad intelectual? ¿Y si se quedan sin el canon pero también sin el IVA y sin las ventas de Navidad? Pensémoslo, y a ver quién se decide a moverlo…

    12 diciembre 2005 | 19:16

  2. Dice ser rwx

    En el mismo sentido escribíamos por aquí (disculpe la autocita)http://www.bandaancha.st/weblogart.php?artid=3463

    13 diciembre 2005 | 13:18

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