Cuando las cosas van medio bien, es mejor no tocarlas. En nuestra televisión reciente hay un ejemplo más o menos claro y se llama Fama Revolution. El programa no iba muy bien, pero oye, tenía su público. Con la revolution lo hirieron de muerte.
Pues bien, Operación Triunfo va por el mismo camino, Dios no lo quiera. Después de un año sabático, el concurso volvía en 2011 con aires renovados: Pilar Rubio como presentadora, Noemí como única superviviente del jurado, Nina regresa a la academia como el hijo pródigo, los concursantes son cada uno de su padre y de su madre, todo está conectado a Internet… pues bueno, empiezo a tener la sensación de que quieren hacer tantas cosas que al final el resultado es un churro ininteligible.
Vamos por pasos. Esta semana no hay nominados. No, no los hay porque mientras todos estábamos pendientes del examen a Pilar Rubio, veíamos cantar a Sira y Coraluna y lamentábamos la expulsión de la canaria (Sira) nos decían que en esa gala habría otro expulsado y que, por tanto, no habría nominados durante la semana.
Esto tiene varias lecturas y casi todas negativas. Dado que la audiencia no ha sido como para tirar cohetes, es probable que vayan liquidando a dos concursantes cada semana para acortar el concurso. También podría ser que estén planeando un cambio de día, como decíais, o que busquen un revulsivo. No sé qué pensar, la verdad.
El problema es que los cambios no se han quedado ahí. Un concurso sencillo y con las reglas claras lo han convertido en un jari donde no hay quien se aclare. Resulta que ahora también nominan los profesores. Bueno, sí y no, porque ni siquiera Nina se aclaraba; se tuvieron que ir a una publi para explicarle que sí, que lo suyo no era una «prenominación» ni un koala bebiendo vodka, que el que estuviera peor durante la semana iba directamente al hoyo.
Así fue como Charlie, más conocido como Goku, fue nominado. No es grave, lo habría sido de todos modos, pero que te nominen sin ni siquiera haber actuado, pues oye… como que no se entiende. Para eso que le castiguen sin cantar, ya que van a tomar decisiones sin que el público compruebe si es justo o no.
Las actuaciones, que son esos minutos musicales que meten entre vídeos chorras donde cuentan si los triunfitos pasan miedo, roncan, hacen caca y esas cosas, no fueron nada del otro mundo, pero comparadas con los vídeos infames que nos torturaron durante la gala, parece canto angelical.
Naxxo (el de la melena), Ramil (el que se parece a Miqui Puig) y Goku cantaron The look, o eso intentaron, porque hubo un momento que había tantos bailarines que era imposible distinguirlos. Después Nirah y Nahuel destrozaron Que nadie, y Roxio y Silvia hicieron una versión karaoke de Soy yo (Rafa, cantante de La Unión, les dijo que ojalá y Marta Sánchez no las hubiera visto). Ya era tarde. Para entonces el cantante de Melocos, que está más cerca de ser nominado que jurado, formaba parte del comité de sabios que decide quién se queda y quién se va.
Nos quedaba por ver cómo Álex metía mano a Geno, cómo Juan, Josh (Pulguita) y Jefferson (Vocecilla, el hombre estreñido) se salvaban gracias a la mediocridad imperante y cómo de tanto correr de aquí para allá, la voz de Moneiba, Niccó y Alexandra se había perdido en la boda de Single ladies.
Con respecto a la primera gala mejoraron dos cosas: pusieron un temporizador al señor Conciertazo (Fernando Argenta) para que las valoraciones fueran inferiores a las habituales dos horas y Pilar Rubio estuvo algo más suelta, aunque sin alardes. TODO LO DEMÁS FUE A PEOR.
Charlie, Silvia, Coraluna y Nirah quedaban nominados, mientras que Nahuel era elegido el favorito del público, algo que ya sabíamos desde hace días. Lo del favorito suponemos que cambiará porque, en teoría, a partir de este mismo lunes los concursantes ya escribirán en Twitter, Facebook y sus blogs.
Volviendo al tema de las nominaciones, los profesores salvaron a Nirah y los compañeros, que se sentían mal por no haber dado ni un punto a Coraluna la semana pasada, optaron por ella, en detrimento de Charlie y Silvia.
Ahí llegó otra cagada de la noche. Pusieron un contador de doce minutos para llamar y salvar a Charlie o Silvia, pero en lugar de mandarlos a cantar, les enviaron con Manu Guix tres minutos a ensayar. ¿¿¿PARA QUÉ??? Pues para hundir más a Silvia, ya fuese queriendo o no. Y para que cantara Dover, que lo hizo tan bien que yo mandé un SMS con «Salvar DOVER» y otro con «Salvar MELOCOS», porque uno tiene su corazoncito.
Os explico lo que os decía de que hundieron a Silvia. Silvia, al igual que Juan, no debió hacer nada interesante durante la semana, porque no vimos resumen de cómo le había ido. A eso le sumamos que cantó detrás de Charlie y cuando empezó a balbucear, de esos doce minutos quedaban… ¡¡¡¡UNO Y MEDIO!!!!
Lo hizo mejor que su compañero Goku, pero no le valió de nada. Anunciaron su expulsión cuando por la pantalla pasaban los títulos de crédito, no tuvo vídeo de despedida (Sira sí) y para colmo no les dieron, ni a una ni a otra, el clásico coche que solían regalar en OT.
¿Queda alguna duda de que el concurso está de capa caída?