Debería haber algún tipo de autoridad, qué se yo, un juez de promesas, que velara por que cuando un famoso dice algo, lo cumpla. Por ejemplo, con Alejandro Sanz que dijo que se iba de Twitter y luego volvió, o en el caso de Aída Nízar, que dijo que abandonaba la tele pero a los diez minutos volvía más contenta que unas castañuelas.
Pero no seamos precoces, como le dijo Josefina a Napoleón.
Supongo que por puro sadismo la cosa comenzó con Aída y Reyes, nominados, subiditos al helicóptero, del que tuvieron que saltar de nuevo. Aída, ante una sugerencia de J. J. Pájez, dijo que era capaz de secuestrar el helicóptero. Ya veo a Aída buscando refugio en Pakistán.
El caso es que estos dos hicieron una prueba intelectual que consistía en arrastrar una caja hasta la orilla, lo que reportó al grupo unas gafas de buceo y a los espectadores conocimientos más profundos sobre la física cuántica y la historia de los señores con bigote que tienen cara de Hotentote (grande Ibáñez).
Debe ser por la alta tasa de paro o porque se aburrían en casa, pero Boris Izaguirre salía de vez en cuando (de hecho, sólo dos veces) a explicar lo que se decía en las redes sociales y en los foros de filosofía sobre el programa.
Nos enteramos de que Jacobo Ostos fue al programa pensando que a los concursantes la organización les daba comida sin que se viera. Ja ja ja ja La decepción de este tramposillo debe hacer que tenga esa cara de pena permanente…
Y es que Jacobito, osea, no come coco porque le da arcadas y no come pescado, osea, porque no le gusta. O sea, él es más de comer en el club de campo, ¿sabes? «Los cocos, aunque no te gustan, tienen vitaminas», le dijo su madre en directo. Le faltó decirle que si no se come el coco, a la hora de comer, se lo deja para la cena.
Pusieron vídeos de Aída discutiendo con algunos compañeros… y eso llenó la mitad de la gala.
Poco después nos enteramos de que la «carne fresca» que anunciaba Supervivientes era Tamara Gorro, que de carne no sé, pero de fresca no tiene nada, porque empieza a oler de verla en realities. El currículum de esta muchacha parece una parrilla de programación de Telecinco.
Se tiró bien del helicóptero, si tirarse bien de un helicóptero significa darse la hostia padre con las piernas haciendo la tijera. Le tocó hacer una prueba en la que con un mapa y en una isla que se recorre en dos minutos, debía encontrar una caja con aparejos de pesca. No pudo. Si le dan un mapa para encontrarse el culo, acaba sacándose un ojo buscándose el ojal.
Vaguirrín, como es la estrella del reality (y no me cabe duda de que también es el que más cobra) tuvo un vídeo propio en el que se le veía roncar, reposar y… y… y ya.
Emma, la mujer bien alimentada de los anónimos, no puede echarse al mar a mear si no va algún compañero con ella. O sea, que esta mujer pretende que la gente se meta con ella al agua para miccionarte al lado. Cualquiera se mete en una piscina con esta tipa…
Pero no era la única sorpresa escatológica de la noche. Nos enteramos de que durante la prueba de líder y a causa del esfuerzo, Toni Genil se cagó. Sí, ahora os preguntáis lo mismo que le preguntó Raquel Sánchez Silva: «Pero… ¿literalmente?». Pues sí, se dejó los pantalones como la letrina de un cuartel.
La violencia no está bien vista en Supervivientes. Por eso antes de la prueba de recompensa, Raquel Sánchez Silva se aseguró de que todos entendieran que estaban permitidos los placajes, los empujones… le faltó añadir las puñaladas, las pistolas eléctricas, el ácido en la cara…
El caso es que se dividieron en dos grupos para meter unos cocos en unas cestas y ganó el grupo de Rosa Benito, Vaguirrín, Jacobito, Toni Diarreas y Montalvo. Se pudieron zampar unos pollos asados con patatas en dos minutos de tiempo. Comiendo al ritmo que comía, Vaguirrín al final va a ser el único concursante que gane peso en la isla.
Tuvimos que enterarnos después de que Rosa Benito nunca había visto un condón. La mujer colgó uno lleno de agua en la cabaña para espantar a las moscas. Nos ha jodío, las moscas tendrán miedo de que se las calcen con semen-jante artilugio.
Como era el cumpleaños de Aída, le llevaron un pastel, que podía elegir compartir o no con sus compañeros. Dijo que sí, pero J. J. Pájez puso como condición que quien quisiera un trozo debía darle dos besos a Aída y decirle unas palabras amables. TODOS COMIERON TARTA Y LE REGALARON LOS OÍDOS.
Sí, fue como si Aída hubiese muerto y sólo entonces todos se acordaran de lo buena que es, después de haberla aislado (con razón o sin ella) como si fuera una apestada.
Pero os estaréis preguntando, ¿comió tarta Jacobito el pijo, como lo mal que se lleva con ella? NO, ÉL DIJO QUE NO… ¡¡¡¡MENTIRA!!!! Durante la publicidad le pillaron comiéndose un pedazo de tarta. ¡¡ESE ES EL VALOR DEL ORGULLO Y LA PALABRA DE JACOBÍN!!
Tatiana Delgado llegó al plató y lloró. Y ya está, porque su entrevista está inscrita en el Guinness como la más corta de la historia, con un número de preguntas igual a cero. Solo lloró, como si no hubiera mañana. Cada vez que esta chica llora, un ángel pierde sus alas.
Y entonces supimos que Aída se volvía para España . Se llevó la friolera el 87% de los votos. Hay una cosa que no entiendo: si el 87% de los que votaron la odian ¿Por qué querían que regresara a España? Pero no, los odiantes de Aída fueron estafados por la organización, que porque es muy rumbosa decidió que a Aída no se la echaba, y la mandaron a vivir al barco de los anónimos.
¿Pero qué han hecho esos chavales que bastante tienen con estar de relleno en el programa?
La prueba de líder, entre Jacobo el niñomamá y Sonia consistía en arder lo menos posible mientras buscaban unas llaves entre unas llamaradas e intentaban abrir un cofre. A pesar de que Jacobo el oseas protegió al máximo su cuerpo escombro y que no encontró ni la mitad de llaves que Sonia, consiguió abrir el cofre y convertirse en líder.
Las nominaciones estuvieron muy repartidas, excepto en el caso de Reyes Estévez, al que para no variar, votaron todos y cada uno de los anónimos. Así las cosas, Jacobo el del polo cocodrolo, decidió que la otra nominada sería Sonia Monroy. ¿Y porqué la eligió? ¿Por ser la que más curra? ¿Por ser mala? ¡¡No, porque al niñato le molestaba que Sonia hablara con Aída!!
Entonces fue cuando J. J. Pájez conectó con Aída para despedirse y Aída dijo que como el público no la quiere (que perspicaz y observadora es esta chica) dejaba la televisión. Toma ya. Pero claro, unos minutos después se la llevaron con los anónimos y se le hizo el culo pesicola y se le olvidó lo de su retirada.
Los anónimos lo fliparon en colores, aunque la acogieron de buen grado… de momento.
Para acabar, remarcar el disgusto que se cogió Sonia Monroy, que ha trabajado la que más en la isla, que se ha portado bien con todos, que ha mantenido el sentido del humor y la humanidad… y todo por el rencor del niñato de la cara de pena.
Y así están las cosas, amigos.