Pensad por un momento en el suelo del retrete de un bar de carretera, de una gasolinera o de una discoteca. ¿Delicioso, verdad?
Bueno, pues ahora pensad en aspirar la esencia del suelo (básicamente agüita amarilla) hasta que os llene plenamente los bronquios. Hace que alquitranarse los pulmones parezca apetecible, ¿eh?
Pues bien, es lo que hace alguien en Campamento de Verano. ¡Premio a la cerdada del año para ellos! De regalo, un trofeo con forma de cagarro enroscado.
El caso es que Karmele, mientras limpiaba los retretes ataviada como para combatir la guerra nuclear, encontró dos cigarrillos y un mechero escondidos… ¡¡DEBAJO DE LA ESCOBILLA DEL VÁTER!! ¡¡La Marina D’or de las bacterias!!
Y allí lo esconden, y luego los sacan, se los meten en la boca y se los fuman. Ah, el tabaco, ese inocente producto capaz de hacer de una persona un cerdo de los de acojonarse en San Martín… (no en todos los caaaaaasos).
Sobre este descubrimiento de Karmele, que no dudó en chivarse como niña repelente de las que le dejan al profesor una manzana encima de la mesa, se lanzaron muchas teorías durante la gala de anoche, que por cierto, fue emocionante como un documental sobre la vida y milagros de un piojo de mandril.
Se dijo que eran de Noemí o de Montalvo, que la propia Karmele lo había puesto allí para incriminar a los dos primeros, que lo habían hecho Mónica Pont y su madre para incriminar a Montalvo, que era de un miembro del equipo… les faltó especular sobre la posibilidad de que en realidad no fueran cigarrillos, sino microchips camuflados y que los dejó allí Edward Snowden para evitar a la CIA y que contenían información de espionaje de EE UU y del paradero del Santo Grial.
Qué curioso, acabo de escribir Snowden y CIA en la misma frase y una furgoneta de una floristería con una antena en el techo acaba de aparcar frente a mi casa…
Siguiendo con Karmele: esta mujer es insoportable. Alguien le debe haber dicho que por colgarse cosas brillantes por la cara y las orejas hasta parecer una tómbola de feria repartiendo premios le hace ser superior a los demás, y así actúa ella.
Una señora del pueblo (van a declarar personas non grata a los de Campamento de Verano en Mombeltrán) fue a enseñarles a hacer jabón. Por lo pronto Karmele se piró de la actividad porque no le interesaba una mierda.
Y cuando fueron a buscarla y la pusieron a remover el jabón dijo que por qué no estaba la señora (que se había ausentado un momento) y que aquello era un castigo y que ella el jabón lo compra. Se debe pensar Karmele que es hija de un jeque catarí y que en Mombeltrán no saben lo que es una tienda.
«No es nada interesante esto, no sé si te lo han dicho», le dijo Karmele a la pobre señora. «Esto es un castigo, estamos en la época de las lavadoras«, le dijo a la señora Karmele, más conocida como la marquesa blancuzca. Pero blanca, oye, que a su lado la niña de la curva parece Celia Cruz.
Karmele dijo que sí, que estuvo imposible toda la tarde y se disculpó después. Joaquinito le dijo que estaba harto de las impertinencias con la gente de fuera del campamento. Y que si no era expulsada iba a tener una sanción. Al parecer tenían planeado ponerla al sol a ver si ardía como los vampiros de toda la vida o si brillaba como el cursi de Edward.
Pero sus acusaciones hicieron que tanto Montalvo como Noemí confesaran haber fumado, aunque dijeron que no recientemente ni esos cigarros en concreto. Fueron castigados con la nominación automática. Si los que deciden los castillos fueran los cómitres de una galera no remaba ni el Tato.
Si Karmele viviera en Poniente sería de la casa Bolton (referencia friki patrocinada por Juego de Tronos y olé).
Otro episodio: Mónica, Jacobo y Jeyko se pusieron a montar una fiesta en el cercado durante la noche y no dejaban dormir a Sonia. Y Sonia, después de reaccionar de buen rollo como lo haría un caimán hambriento con un pollo, decidió montar en cólera, destrozar el cercado como Gozilla en Tokio e ir a chivarse al Sargento Alonso.
Ese hombre es un santo. Por vigésimo quinta vez le despertaron de madrugada por una sandez del quince. El día menos pensado este hombre arma una carnicería en el campamento y no quedan vivas ni las cucarachas.
Estoy seguro de que este hombre se arrepiente de haber dejado el Ejército. Ahora mismo preferiría estar siendo torturado por tropas enemigas y estaría más a gusto. Que sangre fría, por dios. Cuando la Madre Teresa de Calcuta se enfadaba llamaba al Sargento Alonso para que la calmara.
Ya en directo dijo Jacobo dijo que sí, que el cerco ha servido para un poco. Sí, para concentrar el odio en un redil, añado yo. Después de que se vayan en esa zona metes a una médium y le da una sobredosis de presencias malignas. En ese suelo se van a crear zombis por generación espontánea.
El caso es que por destrucción de mobiliario del campamento (Sonia rompió al saltarlo parte del cercado y luego encima le dio una patada que según ella nunca existió pero que hemos visto todos) ha sido castigada a pasar dos días enteros subida en una plataforma de un metro cuadrado, a varios metros del suelo y en la que sólo hay una silla.
Destacamos una frase de Sonia: «Yo hablo igual con Leonardo di Caprio que con el que me echa la gasolina». Sí, Sonia, es lo que tienen las voces en la cabeza, que lo mismo son majas que lo mismo te dicen que cojas un hacha y te líes a tajos.
Ya llevamos cuatro concursantes y los cuatro castigados. Esto parece un club de masoquistas. El día menos pensado Joaquinito se viste con un mono de látex negro y se va para el campamento con una bola roja en la boca y una fusta en la mano.
¡¡¡Y A LA CALLE KARMELE CON EL 54% DE LOS VOTOS!!!
Por otro lado, la madre de Jacobo le mandó un mensaje a su hijo a través de Mónica Pont, según anunció Kiko Hernández, más conocido como el oso amoroso.
Jacobo dijo que no quería revelar el mensaje y le pidió a Kiko Hernández que no lo contara, que le respetara. Y Kiko se pasó la petición por las alforjitas del amor y además reveló que fue Mónica la que les contó el mensaje. Esta mujer es una bocazas de cuidado. No he conocido nunca a bocachancla de esa talla. En el diccionario hay una foto suya junto a la palabra chivata.
Y para arreglarlo, la premio nobel de Mónica dijo que también le ha dado un mensaje de la novia choni. Esta mujer es de inteligencia sutil. Tan sutil que ni es posible verla. Hay que suponérsela y sólo porque no se caga en los desfiles.
El mensaje era el siguiente: «Ten cuidado, porque Jessica puede tener algo fuera, no te enamores». Chaaaaaaaaaaan, chaaaaaaaaaaaaan. La novia choni dijo que no, que no tiene nada, que no está jugando con Jacobo. Amor en estado puro.
La madre de Mónica Pont se hizo un cortecillo en la pierna estando en la cabaña VIP y le dijo Karmene que se lo desinfectaran que en esa cabaña había estado Pocholo. Yo soy Pocholo y mañana estoy poniendo una denuncia en el juzgado.
Pero la madre de Mónica se acojonó, oye, que llamaba a la médico como si se pudiera quedar embarazada de Pocholo por vía intravenosa. Ahora que lo pienso, yo habría pedido la amputación e incineración del miembro en cuestión.
Vimos un vídeo de una fiesta con karaoke que les montaron. Que forma de asesinar canciones, por el amor de dios ¿por qué nunca está la SGAE cuando se la necesita?. Lo peor fue Esteban bailándole a Karmele a lo pollazo va, pollazo viene. Si la llega a enganchar de un empellón la mata.
Y Juego de la inmunidad. Montalvo y Noemí no podían participar, al estar nominados por haber reconocido el haber fumado.
El juego era ponerles en la cara una loncha de mortadela (tenía toda la pinta de ser del DIA) y sin las manos se la tenían que comer. Era una escena dantesca. Como ver una hiena devorando a un bicho muerto mientras se ríe.
En la primera ronda, Esteban contra Jacobo. Jacobo hizo trampas, así que ganó Esteban y es inmune.
Segunda ronda: Jeyko contra Sonia. Espeluznante. Sólo se veía la mortadela y la boca intentando dar mordiscos al aire con la lengua fuera hasta el frenillo moviéndose de un lado a otro. Con estas imágenes te puedes montar una película de miedo y hacer que se acojone medio mundo. Se las pones a Alien y lo traumas de por vida. Ganó Jeyko.
Ya en el plató lo primero que hicieron con Karmele fue ponerle su imagen con las panna cottas al aire. Karmele dijo que estaba a la sombra un día que hizo 42 grados y que se quedó dormida con la camisa encima y ésta se le cayó. Que nadie pensara que era un montaje ni estaba hecho expresamente.
Ya hay teóricos de la conspiración que han dejado de meterse con la llegada a la luna y empiezan a especular sobre la veracidad de las tetas de Karmele. Más que nada porque el Área 51 podría estar en sus pezones color camuflaje para la nieve.
Están todos nominados, excepto Jeyko y Esteban. Más que nada porque como nadie quiso confesar ser el dueño de los cigarrillos incautados los nominaron a todos.
Y así se quedó la cosa, amigos.
