Archivo de agosto, 2016

Confesiones para una primera cita: posesiones alienígenas y demoníacas en First Dates

Alien aburrido.

Alien aburrido.

Llamadme loco. Llamadme tradicional. Llamadme falso. Llamadme para comer… pero hay cosas que yo no contaría en una primera cita.

Por ejemplo, que he sido poseído por tres demonios o que los alienígenas controlan mi cuerpo. Y… no, no son dos ejemplos que ponga el bueno de Gus a la buena de Dios, no, son casos reales narrados en First Dates.

Que no es que haber tenido tres demonios dentro o estar controlada por seres extraterrestres sea malo, ni vergonzante, oye, que hay gente a la que le gusta Andy y Lucas y lo lleva con orgullo, pero son cosillas que lo mismo puedes dejar para contarlas más adelante.

Veamos el caso:

Dos muchachas tenían una bonita cita cuando una de ellas empezó a preguntar por los tatuajes de la otra, que entre otras cosas llevaba un alien de esos que tienen los ojos como Kike San Francisco con sobredosis de café y una cabeza como para pasar de lado por las puertas.

¿Lo del alien a qué viene…?, preguntó la primera.

– Te vas a reír, te cuento: creo que mi cuerpo a veces me lo controlan los extraterrestres, que no soy de este mundo, te lo juro, una cosa muy rara.

En primer lugar, sí, se iba a descojonar la otra zagala. De hecho, tuvo que apretar los labios más que la tapa de un tupper para no reírse. Con la presión que hizo con la boca se podría hacer un vídeo de esos en los que una prensa hidráulica rompe cosas. Aquí el detalle de los labios de la rapaciña:

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Analicemos algunas partes de la confesión de la muchacha que es como un coche teledirigido de los marcianos: «creo que mi cuerpo a veces me lo controlan los extraterrestres», pues claro, eso no es raro. ¿Cómo pensáis que inventaron Los del Río el baile de la Macarena? Pues un día que un bebé alien le cogió el móvil a su padre y se puso a toquetear la APP HumanControl.

«Que no soy de este mundo, una cosa muy rara»… a ver, ¿rara? No, mujer, son cosas tuyas. No pasa nada, hay gente que pone posters de los Gemeliers en su habitación. Y esos peinados de monaguillo sí que son extraterrestres. Eso sí, amiga, si algún día ves que se te cae la piel y debajo eres verde y te da por comer ratas, avisa. Porfa.

La verdad, yo a eso de que te controlen los extraterrestres no le veo más que ventajas. No me importaría que me controlaran las ocho horas de curro, por ejemplo. Por no hablar de que les podría echar la culpa de todo. ¿Has empujado a una vieja a la calzada al paso de un camión? Aaaaaah, extraterreeeestreeees. ¿Haces pis en el despacho de tu jefe? Extraterreeeestreeees. ¿Obligas a tu hermano a olerte el sobaco en agosto? Extraterreeeestreeees. Es que no necesitarías ni perro: tus deberes se los podrían haber comido ellos.

«Que crea en los ovnis y espíritus vale, pero eso de que los ovnis se apoderan de ella y que siente que se apoderan de ella es una cosa que me he quedado un poco de piedra«, dijo en el confesionario la otra chica. Algo la verdad un poco raro, porque tampoco es que sus experiencias fueran como para ser una descreída.

Resulta que la muchacha que hace de Doña Rogelia del ventrílocuo venusino conocido como XösE Yú1X MoRëëNØ también cree «un montón» en los espíritus, porque «los nota». De esto que notas que corre airecillo fresco y te pones una rebequita, pues ella nota espíritus.

Y entonces su cita, la moza que se había descojonado de lo de los alien le dijo: «¿Sabes que yo también?» y OJO:

«A mí me pasó una cosa muy heavy y es que de pequeña en una cerámica del baño veía tres tipos de diablo y un día salieron de donde estaban y se apoderaron un poco de mí».

Antes de seguir. Por si a alguno os pasa: Me cago en la puta de oros, si veis tres demonios en el baño, joder, no volváis a entrar, que tentáis a la suerte. Y pasad el antical, vag@s, que esto podía pasar ya nos lo advirtió Don Limpio. A ver si os pensáis que es porque estaba obsesionado por la limpieza. Que la mierdecilla es peligrosa, que yo una vez vi un Opel Corsa que tenía tanta mierda que en la luna de atrás se veía a Belcebú vestido de lagarterana.

Aquí vemos a Don Limpio avisándonos del peligro:

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Bueno, o puesto hasta las cejas, no sé.

«¿Y qué hiciste en ese momento?», preguntó intrigada la muchacha que lleva dentro más aliens que la nave nodriza de Independence Day.

Y la otra explicó: «Mi hermana tenía siempre agua bendita, yo no sé cómo lo hizo que al final yo caí en el sofá y al día siguiente llamaron a un cura y dijo que sí, que había cosas malas en ese piso».

Joder. Me cago la pata abajo.

«Mi hermana tenía siempre agua bendita». La leche. Y a la mía le pides un kleenex y no lleva. Y qué suerte con el cura, porque al de mi barrio, que llevaba peluquín, le dices que vaya a un piso en el que hay tres demonios y se hace budista por no ir.

Moraleja: Si os han pasado cosas de estas, una de dos: o no las contáis o esperáis a que la otra os cuente una cosa aún más rara.

Terelu Campos reniega de la fama, se asfixia y su madre María Teresa le da una lección en Las Campos

Terelu, su porra y nadie más.

Terelu, su porra y nadie más.

Estimadas lectoras y lectores. Os voy a contar en esta entrada lo que vi anoche en el programa de Las Campos, de Telecinco, ese programa que es igual de natural que un Tang de naranja.

Voy a ir cronológicamente, aunque he agrupado algunas cosas para que no os volváis locos. Lo primero que os diré, lo siento, es que apenas salía María, la sirvienta. Eso sí, salió para salvarle la vida a una anciana que quería empinar el codo.

Uno de los temas centrales de la emisión fue lo de la fama. A Terelu ser famosa le jode más que trabajar probando supositorios, pero MariTere lo lleva mejor: «La fama te lleva a tener una responsabilidad públicamente». Ostras… creo que María Teresa Campos es Spiderman.

Aquí tenemos unas imágenes que Telecinco censuró en las que MariTere le habla a Terelu sobre lo de ser famosa:

Escalofriante, ¿verdad? Pues no lo fue menos el ver a Bigote Arrocet, que aquí todo el mundo le llama Edmundo, que no sé si lo hacen porque es su verdadero nombre o por recochineo, pintando con un spray un árbol muerto.

María Teresa le vio con el bote de pintura en la mano, que le faltaban unos pantalones cagaos y una gorra para atrás para estar pintando un tren de cercanías, y admiró mucho su arte y quién dice admiró dice se descojonó de mala manera: «creí que lo decías de broma«. Lo que podemos aprender de todo ésto es que si no quieres acabar como la pared de un callejón no debes morirte cerca de Bigote Arrocet.

«Es un genio», le dijeron las amigas a María Teresa cuando lo vieron. Sí, y el gilipollas de Dalí pintando mierdas de relojes escurridos. ¿Cuántos árboles podría haber pintado Miguel Ángel mientras esculpía el zurullo ese del David?

Para ejemplificar la llegada de las amigas de MariTere a su casoplón, a su mansión, a su complejo residencial, que es la puta envidia de la Preysler y hasta van autobuses de jeques árabes a hacerle fotos, pusieron un vídeo de su amiga Mayte.

La señora que iba con su coche a la misma velocidad que si condujera un carrito eléctrico, le molestaba que la pitaran por ese motivo: «Otro que me pita, ¡cómprate una calle!» y decía «…por un movimiento mal hecho». Cómo es la gente. Vas despacio como si condujeras un tractor y haces un par de pirulas y se cabrean. Putos mojigatos.

Pero ojo, porque la señora exagera las cosas que flipas, a otra amiga a la que recogió le dijo: «Han pasado cuatro coches adelantándome a toda velocidad e insultándome, que me fuera a fregar, me decían». Joder. Que forma de exagerar más chunga. Esta mujer le tiene que explicar a un niño quién es el Ratoncito Pérez y le cuenta que es una rata camboyana de seis kilos que te arranca los dientes con unos alicates mientras duermes.

Eso sí, es muy fina contestando a sus ofensores: «¡Estaba fregando y ha llegado tu madre y me ha sustituido!«, aseguró haber dicho. Qué chunga. Esta mujer entra en el Bronx y los pandilleros se meten para casa para no cruzarse con ella.

Al llegar a casa de María Teresa Campos no aparcó el coche, lo dejó caer, así, en medio de dos plazas. Y habrá luego gilipollas que la critiquen por eso. Probablemente lleva una escopeta recortada en la guantera para esas situaciones.

La casa de María Teresa es tan grande que entre que llamas a la puerta y te abren puedes palmar. Hay gente que se lleva un bocadillo para la espera. Una vez llamó a la puerta una señora a punto de parir para pedir ayuda y cuando le abrieron el niño tenía 21 años y estaba colocado de charcutero en un Ahorramás.

El caso es que MariTere no organiza partidas de cinquillo, hace una especie de TupperSex pero sin Tupper y sin Sex. Lo que hace es enseñar los zapatos que ella misma diseña.

Bueno, diseña, que ella misma dijo que básicamente lo que hace es copiar «detalles» de zapatos de otras marcas, porque está «todo inventado». Para María Teresa Campos innovar es el local de copas de la Ino.

Además de sus zapatos con «detalles», les enseñó a sus amigas su colección de zapatos, que haría que Imelda Marcos palideciera de envidia. Joder, qué cosa más exagerada. Si yo me agobio eligiendo entre las chanclas y las zapatillas de deporte, como para elegir entre esos zapatos.

Las amigas sobaban los zapatos sin miedo al olor a queso, como si nunca hubieran contenido los pies de alguien. Con mis deportivas después de andar por la calle en agosto no tienen ovarios de hacer eso.

La partida de cartas de esa gente parecía una taberna rusa del siglo XVIII. «Me apetece un vino muchísimo. ¿llamamos a María?«, dijo una. Y cómo le pegaban a vinito, oye. Para que no se lo echaran en el buche vacío María llevó un bol de aceitunas que podría alimentar a una familia africana un mes. Incluido su ganado.

Ahí es donde la asistenta hizo de heroína, negándole el bebercio a una señora, que se quejaba amargamente. «¿Por qué no me deja María beber?«. Al parecer la señora estaba con medicación y claro, María quiso evitar que acabara como Marilyn Monroe.

Poco después pudimos ver de nuevo el arte de Edmundo en todo su esplendor. Era como ver a Antonio López pintando en la calle. Bigote, el genio, estaba pintando camisetas como las que te haces cuando vas de campamento con unas gomas y un poco de lejía.

«Pero si ésto parece el rastro», dijo María Teresa cuando lo vio, apreciando el arte de su chico. Yo no es por meterme con las camisetas, pero eso lo llevas a la beneficencia y según te ven llegar bajan la persiana metálica y procuran no hacer ruido para que pienses que no están.

«¿Tengo que ir con el arrocet?» se quejó María Teresa, porque Bigote firma sus obras y él le propuso: «Le ponemos al revés, te corra». Es un genio.

TeCorra y MariTere se fueron a comer. Bueno… a no comer. Porque no sabéis cómo amarga Edmundo una comida. Joder. Eso no lo como, eso no me gusta, eso no lo pidas, eso no te va bien, eso es malo… Qué pesado, prefiero entrar con un vegano en una carnicería.

Y al final María Teresa se pidió un trozo de pescado y según llegó hizo como los niños y le pidió al camarero que le perdonara la mitad. Ahí se acopló Terelu, que llegó y se pidió un copazo.

Y vamos con Terelu:

Terelu se fue al gimnasio a boxear. En las manos se puso más vendas que Tutankamón para ir a misa. Eso lo donas a la Seguridad Social y se acaban las penurias en la sanidad pública.

«Igual salto y me hago pis, estoy en ese punto«, le dijo Terelu al entrenador, no sabemos si para que fuera preparando una fregona o porque Terelu quiere quitarle el trono de las pérdidas de orina a Concha Velasco.

Los budistas e induistas tienen su mantra: OM. Los árabes recitan el corán. Los judíos la Torá. Los cristianos el rosario… el mantra de Terelu es: «Estoy asfixiá». Estuvo nada y menos dando golpecitos, pero lo dijo sesenta veces. Terelu prefiere pasar frío que tener que subir la bombona de butano. Tiene menos predisposición al ejercicio físico que un gato de escayola.

«Dame de beber», le dijo al entrenador y el muy despistado fue y le dio agua. Si es que no hay gente ya preparada.

A mí, ver a Terelu golpeando el saco me recordó a Rocky Balboa entrenando con las vacas, sólo que Terelu primero ablanda la vaca y después se la come. Sí, claro que tengo la imagen:

Terelu Balboa, justo antes de una barbacoa.

Terelu Balboa, justo antes de una barbacoa.

Después se fue a Zumba o algo así y sobre una canción en concreto, la monitora dijo: «Yo la metí porque es de tu era«. De tu era. DE TU PUTA ERA. No «es de tu época», que ya habría jodido, no, de tu ERA. Esa chica no ha vuelto a trabajar más de cara al público. De hecho ahora trabaja de espaldas al público de cómo le dejó la cara Terelu. Como a una de las vacas, no digo más.

El caso es que después de herniarse haciendo un ejercicio que podría hacer mi abuela con la cadera rota, Terelu se fue al médico donde se hizo unos modernísimos (y seguro que caros de cojones) análisis de ADN para ver por qué engorda.

La doctora hizo lo que hacen todos los profesionales, desde un fontanero a un electricista pasando por un carpintero: poner a parir a sus colegas y a trabajos anteriormente hechos por cualquiera que no fueran ellos mismos.

Le contó a Terelu que tiene cinco mutaciones que influyen en sus lorzas. Lo que el estudio del ADN reveló es que… ¡Su organismo es tendente a acumular grasa!. Hostia puta. Cágate. Nadie lo habría dicho. Si no le miran el ADN no nos enteramos oyes. Y ojo: cinco mutaciones. Ni Hulk cabreado tiene tantas mutaciones.

Y en un despliegue de modernidad e innovación médica, siempre guiada por lo que decía el ADN, a Terelu le quitaron el queso, el foie, las patatas fritas, el jamón, los cárnicos, las mahonesas, las cremas… y todo lo que llevara grasa. Yo para eso llamo a Esperanza Gracia, que me va a decir lo mismo y de paso me dice qué tal me va a ir en el amor.

Al llegar a casa se puso a vaciar la nevera de todo lo que no podía comer y dejó dentro lo que podía comer: aire.

Momento mercadillo. Sí. Estoy convencido de que Terelu compra mucho en el mercadillo. Vamos, si están por ponerle un puesto propio de fruta para que aproveche todo el tiempo que se pasa allí.

El caso es que vimos una operación de marketing que se va a estudiar en las escuelas de ventas y comercial de EE UU: Una señora que vendía bragas la abordó, le doró la píldora con una maestría de lamer culos gourmet y luego le encasquetó unas bragas bonitas y modernas que las enseña Scarlett Johansson en una cárcel y los presos miran para otro lado.

Pero, eh, que Terelu es muy cercana. «¿Podemos darte un beso, Terelu?», le preguntaron dos señores. Ella les dijo que no: «Estamos chorreando de sudor, mi vida». Joder, qué cobra. Una cobra biosanitaria en toda regla. ¿Os acordáis de cuando había dispensadores de gel de alcohol en todas partes por la gripe A? Pues Terelu iba con un camión cisterna detrás que la rociaba cuando alguien la miraba más de 5 segundos.

«Échame la cuenta y trátame bien», le dijo Terelu a una vendedora. Cómo regateaba Terelu, señores, esta mujer se va a un bazar egipcio y lo vacía por dos euros y medio. A Terelu ya no le dejan entrar en las casas de subastas porque pujaba al revés. Una vez se compró un anillo de diamantes en Sotheby’s a cambio de medio bocadillo que llevaba en el bolso.

Y como lo de la fama y el gentío pidiendo fotos y autógrafos le jodía cosa mala, María Teresa le explicó: «Es una parte del trabajo que hacemos». Ole por María Teresa Campos.

Terelu se fue de comida con sus amigas. Ella fue la que pidió. Termina antes una lectura del Quijote que Terelu encargando comida. De nuevo Telecinco censuró las imágenes, pero yo las he conseguido. He aquí Terelu pidiendo en el restaurante:

Y hubo momento picantón. «A lo mejor os metéis vosotras en la boca lo que yo no me meto desde hace un siglo«, dijo Terelu. Llamadme loco, pero creo que se refería a penes.

«Mejor que no te quepa en la boca«, dijo una de sus amigas, que es la única persona que compra la mortadela sin lonchear.

Ya en una terraza, de copas (Smirnoff está pensando en cambiarse el nombre a Terelurnoff) pareció un paparazzi. Tampoco es que el tío se escondiera mucho, que si se acerca un poco más le saca un ojo a Terelu con el objetivo. Así que la muchacha se cogió un cabreo de cojones.

«Es una parte del trabajo que hacemos y que a la prensa le interese tendrá sus cosas buenas y sus cosas malas», le reiteró María Teresa. Dos puntos MariTere.

Y para aplicar los consejos de su madre, mientras se comía una porra como una columna del Partenón, les dijo a los medios de comunicación presentes: «Como me saquéis comiéndome ésto os pego una hostia».

Ah, el buen rollo.

Ir a buscar pareja pero estar necesitando un madre (que te castigue), lo último en First Dates

Ay, señor.

En serio, cuesta muy poco: enseñad a vuestros hijos a hacer las tareas domésticas y explicadles que no sois sus esclavos. De lo contrario, criaréis personas como un tipo que fue el otro día a First Dates y que al parecer de quedarse solo en el mundo tras una apocalipsis nuclear, moriría de inanición y llenito de mierda.

El chaval, de aspecto normalito, del montón, aseguraba que buscaba una chica «morena, más pequeña de estatura que yo (ahí hay algún complejillo), dos años menos que yo y que me divierta con ella…».

Pero no. En realidad no iba buscando una chica, iba como Las Campos cuando necesitan personal: buscando una chacha.

«Busco a alguien que me planche, que me cocine, que me lave la ropa, etc…». Vaya por dios. No sé si esto es machismo o pereza hecha carne. ¿Qué llevará a una persona a ir a la tele a exponer que es un vago y que quiere salir con una esclava?

Es como si me presento yo y digo que quiero una cabra, que me ponen mucho y además dan leche. Es un ejemplo, ¿eh? Que a mí no me gustan las cabras ni nada…

– BEEEEEEEE

– Calla, Blanquita, enseguida vuelvo a la cama, cariño.

Total, que como es perfecto, bueno, excepto por el hecho de que de las tareas domésticas tiene pinta de saber abrir los grifos y poco más, dejó claro que si está soltero es porque él quiere, ojo:

«Estoy soltero porque me agobio, ligo mucho, pero a los dos o tres meses soy una persona que se agobia». Habría que ver a sus parejas. Los de Dom Pérignon saben cuándo rompe este muchacho con una novia porque les suben las ventas de lo que se deja la chica en champán celebrándolo.

El muchacho aseguró: «Doy una impresión chulesca, no sé por qué«. UY, qué raro, qué dices, para nada, ¿pidiendo que quieres a alguien que te haga las tareas? ¿Diciendo que estás soltero porque te agobias? Habráse visto la gente, cómo es, pensar eso de ti…

Es como si Jack el Destripador se quejara de dar miedo. Definitivamente, no quiere novia, quiere una chacha. Fijaos cuál tiene pinta de ser su obsesión que su género musical favorito creo que es el Chacha-chá.

La chica que le tocó, un encanto y además muy guapa, dijo: «Estoy soltera porque está la cosa muy mal«. Efectivamente. No podía haberlo expresado mejor y por si le quedaban dudas, zas, le pusieron al señorito.

Peeeero, a Míster Busco una Chacha 2016 no le gustó, vaya por donde. Eh, que no fe que la chica pasaba de él como de meterse un tenedor en el ojo, eh, que no, que es que a él no le gustaba. Se encontró con un amigote en el restaurante (que poco sospechoso y casual, mira tú) y dijo:

«Es enrollada y tal… físicamente no me… está riquiña y tal» y azuzado por el amigo, que también iba de Johnnie Fucker, añadió: «Algo esporádico puedes ser, un pim, pam, pum… y ni así, tampoco».

Nuestros expertos han hecho un retrato robot de lo que está buscando éste chico:

El prototipo de chica del muchacho.

El prototipo de chica del muchacho.

Los detalles más escabrosos del programa de Las Campos

Encuentre las siete diferencia.

Encuentre las siete diferencias.

Hola resalás y resalaos.

Ayer se estrenó el programa de Las Campos en Telecinco, un formato que consiste en que mucha gente pobre vea cómo viven dos personas ricas. Sí, sí, no es un formato nuevo, la tele está llena de eso, que si lo de poner los dientes largos fuera literal, más de uno se atravesaba la mandíbula con los incisivos.

A alguien le ha dado por comparar Las Campos con Las Kardashian. Esto… sí. Clavás.

Yo creo que se parecen más a The Osbournes, por lo de lo gótico y el miedo. La casa de María Teresa Campos es como una mansión del terror. Si quieren sacar pasta enseñando ese casoplón deberían alquilársela a algún parque de atracciones para que montara un pasaje del terror. Si la llega a ver Bayona rueda ahí El Orfanato. La decoración es la misma. 

¿Cómo, que en esta silla ajusticiaron a un asesino del siglo XVI? ¡Para casa!, ¿Esa es una mesa de operaciones de un psiquiátrico abandonado en Massachusetts? ¡Pal salón! ¡Oh, mira qué adorable papel pintado del que escurre sangre! ¡Quedará genial en el pasillo!

Esta gente entra en un enterramiento egipcio y se piensa que es un IKEA. Antes duermo en un cementerio indio con un uniforme del Séptimo de Caballería que en esa casa.

El caso es que Las Campos tienen servicio. Mujeres a las que hacen vestir uniforme y que a María Teresa Campos la llaman «señora». ¿Pero quién cojones se hace llamar señora en el siglo XXI? Me parece raro que Mari Tere no se haya cambiado el nombre a Escarlata y se haga poner corpiños agarrada al dosel de la cama.

El colmo del clasismo, o de la vagancia, que todo puede ser, es hacerse servir el desayuno en el dormitorio. Baja a la cocina, joder, que es cuesta abajo y no cansa. El problema es que lo de los desayunos de Las Campos fue lo peor del programa. LO PEOR.

Resulta que el sonido del programa es muy bueno. DEMASIADO BUENO. María Teresa se puso a engullir un pan tan bañado en aceite que el año que viene los olivareros de Jaén van a varear esa tostada y les va a salir más aceite que con las aceitunas.

Y se oía. Se oía todo, cada miga siendo triturada por los molares de la señora. Era como escuchar a Pepa Pig saltando en un charco de barro. Clap, clap, clurp, clurp. La señora no desayuna, hace una comida que no le entraría en el cuerpo a un albañil a las tres de la tarde.

No es mucho mejor el desayuno de Terelu. Ella vive en un ático decorado por ese tipo de cosas que sirven para timar a los ricos, como bajoplatos que pesan un kilo cada uno o supuestas piezas de arte que parecen hechas por un mono borracho que se coló en una tienda de manualidades.

Terelu se tiene que colar la leche. La puñetera leche recién salida del brick. ¿Pero qué tenemos, cinco años? ¿Y es que no sabe que la última vez que una leche industrial hizo nata fue en 1965? Había menos cosas en ese colador que en un disco duro del PP. A esta mujer se le cae un trozo de galleta mojada en la leche y acaba en urgencias del asco que le da.

Y alguien tiene que decirle que puede beberse las cosas a tragos y no del tirón. El zumo, de un puto trago. La leche, del tirón, sin respirar. Joooder. Parecía un concurso en un bar ruso. El día menos pensado le pide a la sirvienta que le sirva la leche con un embudo y una manguera y que le grite ¡TRAGA, TRAGA, TRAGA! Tenemos imágenes exclusivas de Terelu desayunando los fines de semana:

Ya de vuelta en la mansión de los horrores, María Teresa quiso mostrar su parte más campechana, que es de orígenes humildes y esas cosas. Algo así como para congraciarse con todas esas marujas que hacen cosas en la cocina porque son pobres y nadie las llama señora.

«¿Vamos a preparar lo del ajoblanco y eso?», le dijo a la sirvienta. María Teresa cocina tan a menudo que le tuvo que preguntar a la sirvienta hasta cómo se llamaba ella misma. Que dónde está el cacharro, que cómo ésto… ah, y fue la mujer del servicio la que le preparó los ingredientes, claro.

Ya metida en harina. Bueno, eso no, que mancha, por Dios, qué asco, vimos a María Teresa estrujando pan mojado con todas las joyas puestas. Eso lo ve un monitor del carnet de manipulador de alimentos y se lanza al vacío de la desesperación. Pero ¿quién no ha estrujado pan con unos buenos anillacos? ¡El oro es el secreto, amigas!

El ajoblanco lo hizo en un robot de cocina (al que le puso una tapa de porcelana porque se le rompió la que traía. Ahí, ahí, gastando a lo loco, ¿eh, Mari Tere?). Con los ingredientes que le dieron. Con instrucciones sobre dónde estaban las cosas. Nivel de participación de María Teresa Campos en el ajoblanco: 3%. Y fue el 3% de decir el nombre de la receta.

«Mi ritmo es muy rápido, ya verás«, dijo sobre la velocidad con la que cocinaba. Sí, rapidísimo. Si lo tiene que hacer ella sola llega antes Frodo al monte del destino que sus invitados a comer ajoblanco.

«Y ya está y me voy», dijo cuando acabó de «hacer» el ajoblanco. Que friegue Rita la Cantaora. Menos mal que no salen cagando, no querría ver cómo resuelven el tema de limpiarse el pompis al final.

Eso sí, se preocupó de poner la mesa y… ah, no, perdón. La mesa la mandó poner, que a ver, si tienes servicio algo tendrán que hacer, claro… lo malo es que no le dio ni una puta instrucción normal a la asistenta. Las explicaciones de María Teresa sobre cómo debía colocar a los tres invitados en la mesa no las descifraba ni Pitágoras con un ordenador de la CIA.

 

«Cuando pongas la mesa yo la veo«, le dijo al final. O Sea ponla y luego si no me gusta la vuelves a poner, porque así no me canso diciéndote cómo la quiero. Esos son los mejores jefes: los que no te dan instrucciones claras y si la cagas es culpa tuya.

– ¡Quiero un reactor termonuclear que acelere partículas y haga magdalenas! 

– ¿Y cómo la quiere, señora? 

– Pues así como brugren d digwdf qedidfg dasdhidf por atrás, dhufwehg dfieygg y un cable que igasdoihd.

– Ah… Pues ya la tiene señora. 

– ¿De verde? ¿Las has pintado de verde? ¡Hazla de nuevo!

Terelu es muy así también. «Yo no nací para esto, odio poner una mesa, yo a la comida y punto«, dijo. Joder, poner la mesa. Menos mal que el programa no va de picar en una mina. Pero claro, si es que cuela la leche de brick, qué podías esperar… Si la supervivencia de la raza humana dependiera de que esta mujer labrara un huerto podríamos darnos por jodidos.

El caso es que dedicaron medio programa a hablar de que Terelu antes era delgada y ahora es gorda. «La 36 le estaba grande», explicaba MariTere de su hija. Pues a mí la 38 me aprieta el chocho. Siempre quise escribir eso. Y la cuarenta y nueve me aprieta la que se mueve. Esa es de mi cosecha. Ambas finas y reivindicativas por igual.

La otra mitad del programa lo dedicaba Terelu a hablar de comida. Daba miedo. En serio. He visto a testigos de Jehová hablando de Dios con menos pasión que Terelu de la comida. Contaba una pitanza que se metió en un asturiano y parecía que estaba narrando la pasión de Cristo. Esta mujer en lugar de peregrinar a Lourdes peregrina a McDonald’s.

En fin, amigos, que si queréis ver cómo dos señoras viven la vida padre a costa que que las esteis viendo… ¡Este es vuestro programa!

 

¿Crees que un hombre por acostarse con cien mujeres es un golfo?: Las preguntas trascendentales de First Dates

Esa muchacha se ha roto la espalda y las de al lado tratan de socorrerla.

Esa muchacha se ha roto la espalda y las de al lado tratan de socorrerla.

Este programa cada día me gusta más. Es como un muestrario de la raza humana, porque no lo olvidemos: la gente es así. Nosotros, todos somos así. Más o menos normales y más o menos raros.

En fin. En una de las citas apareció un tipo que no sabemos si por ser sincero o por ir un poco de sobrado le dijo a la chica que tenía enfrente: «¿Crees que un hombre por acostarse con cien mujeres es un golfo?».

¿Con cien? Yo no creo que sea un golfo, yo creo que es prácticamente virgen. Cuando Julio Iglesias y yo hacíamos el amor con nuestra pareja número 5.234.576, le comentaba que no entendía por qué la gente sólo se acostaba con 100 personas. Luego se nos cayó la picha al suelo por el desgaste y porque aquellas parejas con las que estábamos eran cangrejos del cocotero que tiraron de pinzas y…

El caso es que la muchacha le respondió como debía, diciéndole que no, pero que tampoco una mujer lo es por hacer lo mismo. Ole por ella.

Pero el postureo del zagal se fue de madre cuando se acercó Sobera y le dijo que ya le había informado a la chica de que ella era la 101. ¿Sabéis eso de que no hay que vender la piel del oso antes de cazarlo? Pues el tío éste vende pieles de unicornio.

Yo soy la mujer y le digo ‘sí, la 101 gayola que te vas a hacer esta semana, porque a mí no me vas a tocar ni el timbre de la puerta‘. Es más, le habría dicho a Sobera ‘a mí no me ha dado tiempo a decirle que él es el 123.245 y que el 123.244 tenía ladillas…’.

El exceso de confianza es peligroso, amigos. Como aquel que en otra cita llamó a un colega y le dijo que la chica le gustaba y que le apetecía «acostarme con ella, quitarle el vestido e investigar por ahí» (lo decía con una pasión como si estuviera contando cómo desmontó la junta de la trócola del coche), mientras que la rapaza estaba en el baño contándole a una amiga que con ese tipo no quería ni ir a misa.

Acabamos comentando el papel creciente que tiene Lidia, la camarera alta de las gafas, en el programa. Como Sobera a veces no está (seguramente está pensando frases de esas con las que abre el programa que se las dices a Confucio y se queda todo jodido por no haberlas dicho él) ella toma las riendas y recibe a los invitados. Me cae muy bien la muchacha, porque me parece natural y que se divierte.

Eso sí, el otro día se la jugó cuando entró un maromo por la puerta y le preguntó: «¿Vienes con ganas?» Y cuando él dijo que sí le dijo con énfasis «¿Pero ganas de qué?». El muchacho dio una respuesta normalita, pero si a mí me preguntan eso no habría podido resistirme. Lo mismo me echan del programa, pero habría respondido diciendo:

«De cagar, que tengo el ojo ciego a punto de parir, está el ratón ya asomando el hocico, el oso pardo quiere salir de hibernar, quiero abonar el trono, tengo la impresora 3D a punto de empezar a modelar… ¿ande está el baño?».

Sí, lo sé, soy muy fino.

Confiesa en ‘First Dates’ que veía espíritus hasta los 13 años y por qué dejó de verlos

Un sitio para socializar.

Un sitio para socializar.

A ver… a mí estas cosas me dan mucho respeto. Porque los vivos no me dan miedo, porque a algo vivo le pegas un navajazo guarrero asín en toas las tripas y le pones el año de espiche detrás de la fecha de nacimiento. Pero los muertos… a ver qué les haces, porque donde no hay materia no hay guantazo, lo sabe todo el mundo.

Total, que el otro día a First Dates fueron una zagala y un zagal que eran muy de pasarlo teta con los hobbies de toda la vida, como la parapsicología, la astronomía, el tema de poltergeist, casas encantadas, fenomenología de temas de espiritismo y el tema de ufología.

Ah, ¿que a vosotros os gusta leer, viajar y salir con los amigos? Sois unos mierdas sin vida profunda, que lo sepáis. No hay nada que anime más un sábado por la noche que un buen fenómeno paranormal que haga te cagues la pata abajo. Si no se te ha puesto un mechón blanco de un susto es que no has vivido y si no te han abducido e introducido cosas de alta tecnología alien por el ano no sabes lo que te pierdes.

El muchacho dijo que él tenía 47 años y que aunque lo mismo «se le había pasado el arroz», aún quería ser padre. ¡¡¿¿PERO POR QUÉ, LOCO??!! Si ya te has librado, no hagas el tonto, que un hijo es más peligroso que la niña del exorcista con una motosierra oxidada. Yo he conocido cazadores de vampiros que tuvieron hijos y se traumatizaron. La gente piensa que Dios nos castigó por lo de la manzana echándonos del paraíso, pero qué va, nos dio hijos. «Ahora os jodéis», dijo.

Total, que la cita del señor era una señora astrologa, tarotista, numeróloga «Ciencias que me apasionan desde que era niña». Ciencias. Ciencias dice. Y es por eso que hay fenómenos poltergeist de cosas que se caen al suelo y vuelan por los aires: son los espíritus de Einstein, Fleming y Marie Curie con un cabreo de cojones y arramplando con todo.

Lo bueno es que nos enteramos de que estas cosas de morirse son un poco como tener una línea ADSL o bajarse una versión Beta de prueba de una APP.

«Ellos [los muertos] tienen que estar en la zona donde se ha producido el óbito y después después de ese tiempo tienen que subir, elevarse, porque ya no se les permite», explicó el muchacho. Pues eso, que la muerte tiene una parte de evaluación y luego te tienes que elevar. Si te quieres quedar dando por saco a los vivos tienes que pagar la versión premium.

Y luego fue cuando la rapaciña explicó que ella hasta los 13 años veía a los muertos físicamente, como el que va al parque a ver pasar gente. Y tan normal, oyes. A mí me pasa eso y me pueden poner al lado del cuadro de El Grito de Munch como si fuera una réplica en 3D.

«A los seis años en mi pueblo había un señor en una ventana de una casa y hablaba con él casi a diario y después pregunté por él y resulta que estaba muerto«, contó la médium.

MENSAJE PARA EL MÁS ALLÁ: Por favor, conmigo no habléis. En serio. Pasad de mi cara. Espíritus del mundo, a no ser que queráis ver cómo me cago encima como una vaca torda, no me habléis. Es más, si veis que llego echaros detrás de un seto o algo. Que no os vea. Puede ser muy embarazoso ver cómo chillo mientras doy saltitos y meneo las manos.

Que yo una vez vi camino de mi pueblo a la niña de la curva y por no subirla conmigo le di las llaves del coche para que se fuera y me quedé yo con el pijama asustando gente.

«Hasta los 13 años tenía un canal abierto y los veía, pero pedí que lo cerraran«, explicó más o menos la señora. Esta es la parte del ADSL. Bueno, en realidad no, porque de lo de ver muertos te puedes dar de baja, pero intenta tú hacerlo con Jazztel. La gente esa que se queda en la zona del óbito están esperando a que les den de baja la línea.

El caso es que conectaron mucho y él le dijo a ella: «Podría hablar tantas cosas contigo que te podrías quedar muerta». Joder. No sé si era la expresión correcta lo de «te podrías quedar muerta». Aunque claro, lo mismo a esta gente le da lo mismo, porque como pueden seguir hablando…

Las grandes sentencias sobre el amor de Carlos Sobera en First Dates: ¿Hay mensajes ocultos?

Carlos Sobera, en el restaurante que lleva al extremo la placa de "Zona videovigilada"

Carlos Sobera, en el restaurante que lleva al extremo la placa de «Zona videovigilada»

Hola amigos del misterio.

Hoy en vigesimocuarto milenio, vamos a analizar algunas de las frases que Carlos Sobera suelta en First Dates, así como un oráculo del amor.Bueno, un oráculo que se ha dejado una perilla que tiene toda la pinta de estar buscando a un malvado de seis dedos para vengar la muerte de su padre…

Y como tal, creo que tras los mensajes evidentes, que son más obvios que el pene de Nacho Vidal cuando se pone mallas, hay mensajes ocultos.

Analicemos algunas de sus afirmaciones:

  • «La sinceridad es muy importante para el amor y para ser sincero hay que contar la verdad, es una condición fundamental».

Pues a ver, sí: para ser sincero hay que contar la verdad. Es como para ser un mentiroso, hay que contar mentiras. O para trabajar en Sálvame, hay que superar los 80 decibelios gritando.

Esta frase es muy de perogrullo. Uf, menos mal. Pensé que me moría sin poder poner esa palabra en el blog.

En lo que no estoy de acuerdo es en lo de que la sinceridad sea importante para el amor. Todo lo contrario. Cualquiera que se haya enfrentado a la pregunta «¿Este vestido me hace gorda?» o a «¿A que estoy en forma, Maripuri?» sabe de lo que hablo.

Mensaje oculto: Lo que en realidad quería decir Sobera era: «Paco, tú, el del quinto, cabrón, sé que eres el que me está robando el wifi, como te encuentre en el ascensor te voy a dar el beso de la muerte».

  • «Si el amor no llega en la primera cita, hay que insistir porque puede que en la segunda llegue tu momento y si no, ya se sabe… a la tercera…».

A la tercera te la machachas o tiras de aparato a pilas, porque ni cristo te va a dar una tercera cita si las dos anteriores han ido mal. ¿Pero las citas qué cojones son, oposiciones? Esa afirmación no se sostiene ni aunque estés saliendo con la Madre Teresa de Calcuta y quede contigo por pena.

Menos mal que no siguió, porque si no habría dicho: «Si el amor  no llega en la cita número 563 siempre podéis hacer un agujero grande en el jardín para tener un zulo donde meter a vuestra cita y retenerlo allí alimentado con lagartijas hasta que el amor de los cojones llegue. O en su defecto la muerte, que a veces pasa cuando comes lagartijas».

Mensaje oculto: Chari, amor, que aquel pedo que marchitó las flores del parque no volverá a ocurrir, quedemos otra vez y esta vez invito yo a la cena y te doy el dinero que me dejaste para el taxi.

Esto lo sé porque yo tuve una temporada en la que sólo comía latas de judías y todas mis citas acababan pidiéndole a la chica que no fumara por riesgo de deflagración. Al final sólo conseguía citas con magnates rusos que querían construir el gasoducto MiAno-Moscú.

  • «Si aún llevas encima el sabor de los besos de un viejo amor no esperes mil años para quitártelo de encima, busca urgentemente otros besos y cambia el sabor de tu corazón».

Madre del amor hermoso. Esto no hay por dónde cogerlo. Vamos por partes.

A ver, si aún llevas encima el sabor de unos besos… lávate los dientes, joder, que debes tener más placa que un sheriff. Joder, que hay que llamar a un butronero con una lanza térmica para que te quite el sarro. Y joder, cómo le olía la boca a tu ex, que le echa el aliento a una alcantarilla y vomita la alcantarilla. Tenéis los dos la misma higiene dental que una rata camboyana.

Los besos de un viejo amor. ¿Se refiere a gerontofilia? ¿A un viejo amor de forma literal? ¿Salíais con Hugh Hefner o qué? Ojo, que a mí me parece genial que queráis dejar seco a un abuelo y/o abuela, pero véroslas después con sus herederos.

No esperes mil años… no, mejor no esperes tanto porque esa espera no la soporta ni Tutankamón enterrado con la XBox.

Busca urgentemente otros besos… sí, como está la Sanidad vete tú a urgencias a decir que necesitas besos. Acabas donando un riñón y medio hígado por gilipollas. Y encima paga el café de la sala de espera, que en los hospitales es más caro el café que el líquido de impresora. En serio, los unicornios existen y cuando lloran con sus lágrimas hacen café las máquinas de hospital.

Mensaje oculto: Voy a hacer cundir el bulo de que esto se puede hacer, y luego, cuando todo el mundo sepa lo de buscar besos urgentemente, sueca que vea en Torrevieja, sueca a la que le como los morros con la excusa ésta.

NOTA: Sobera, desiste, no funciona. Lo he intentado hoy con una alemana de 145 kilos y color de piel púrpura melanoma que estaba en la playa y me ha dado una hostia que los socorristas han tenido que ir a buscarme a la costa de Marruecos.

  • «Todo lo que empieza termina, eso es verdad. Pero el amor y la vida nos gusta que duren cuanto más mejor, sobre todo si son correspondidos».

¿En serio? ¿Todo lo que empieza termina? Y el tío decía lo de «eso es verdad» como si le jodiera reconocerlo. Cágate lorito. Shit himself little parrot. Y encima es mentira. Saber y Ganar lo demuestra: empezó pero no tiene fin.

La vida nos gusta que dure cuanto más mejor. Bueno, pues depende. Que se lo pregunten a una secta de esas que se suicidan en masa porque les van a rescatar los marcianos. No les mola una mierda que dure cuanto más mejor. También es verdad que están como putas cabras, pero a ver…

Y lo de ser correspondidos… pues en el amor mola, sí, excepto si eres una mantis religiosa macho, entonces una cosa choca con la otra. O amor o vida, las dos cosas no. Pero con esos bracitos tan cortos y enclenques los machos mantis no se llegan al palito del amor y no pueden jugar al cinco contra uno, o al número que sea contra uno, que no sé como tienen las manos, así que suelen acaban prefiriendo que les coman vivos y echar un casquete que no echarlo.

Mensaje oculto: El tío que me escribe las frases estas me odia. Creo que tiene seis dedos y mató a mi padre.

Hablar de política en una cita: la mejor forma de ser casto

Mejor así, sin caras ni marcas ni nada.

Mejor así, sin caras ni marcas ni nada.

Hola amigas y amigos y enemigos.

Hoy vamos con la segunda parte de la serie (sí, es una serie de sólo dos post, llamadme vago) basada en hechos reales, concretamente en hechos de First Dates, sobre por qué no se debe hablar de política en una cita.

Bueno, eso siempre que quieras que la cosa acabe bien. Si lo que quieres es irte tan puro y casto como llegaste, entonces es la mejor manera. La abstinencia no es la mejor forma de llegar virgen al matrimonio, amigos, es hablar de política.

Hoy vamos con un ejemplo de Podemos, o mejor dicho, de una hater de Podemos y un muchacho que era «más o menos» de Podemos.

El caso es que la muchacha a la primera de cambio le preguntó al zagal: «No serás de Podemos, ¿no?». A pesar de que el muchacho tenía pinta de llevar a su abuela a votar al PP de toda la vida, resultó que no. Sorpresas te da la vida.

Pero antes siquiera de que el muchacho pudiera responder (bueno, para mí que se estaba haciendo el sueco, demorando la respuesta que sabía que haría que su culebrilla se quedara sin cenar) la muchacha insistió:

«Yo no puedo con los chicos de Podemos. Ni con los que me sacan condondes de Podemos». PERO QUÉ COJONES…

A ver, hombres del mundo: NO SAQUÉIS CONDONES DE PARTIDOS POLÍTICOS.

En serio. Da mal rollo. Es cutre. Si tenéis que elegir entre sacar una condón de Podemos y un condón del DIA, es preferible el del día. Es más, es casi mejor que lo saquéis del envoltorio y lo llevéis puesto antes de la cita a sacarlo en medio de los preliminares.

Es como si justo antes del fornicio, cuando el sabueso está husmeando la madriguera, paras un momento y sacas unas pastillas para la gonorrea. Se acaba la pasión. Pero se acaba de que no la revive ni el doctor Frankenstein una noche de tormenta.

Que sí, que en los condones de Podemos pone Podemos, pero en los de Control pone Control y cuando eso se saca no se controla nadie y en los de Durex pone Durex y lo mismo no duras ni dos minutos. No os fiéis de los nombres de las marcas.

Tú vete un sábado al cine y después de que haya estado esperando una hora, dile a uno de Podemos que si te puedes colar delante de él. Ya verás como te dice que no, que no se puede.

Total, que la rapaza contó que «una vez me sacaron uno y le dije ‘no, no se puede’, y él me decía ‘sí se puede'». ¿Lo veis? Si sacáis un condón de Podemos, que además probablemente lleva la cara de Pablo Iglesias, porque todo lo de Podemos lleva la cara de Pablo Iglesias, no podréis. Probablemente acabaréis levantando las manos y agitándolas, pero no para aplaudir, si no en plan histérico del calentón tonto.

«Antes lo hago con una bolsa de basura que con eso«, dijo la zagala, que lo mismo piensa que si haces el amor con un condón de Podemos tu hijo nace el 15-M y con rastas. Y eso no. Tendría que esconderle cuando llegaran las visitas de bien. Y no intentéis eso en casa: no uséis bolsas de basura, mastuerzos, que no todo vale.

Al final, el muchacho no pudo eludir más la cuestión y dijo que sí, que era de Podemos, bueno, «más o menos, de Marea».

¡¡¡SE ACABÓ LA CITA, SOBERA!!! dijo la moza, que hasta se acaloró del disgusto. O bueno, yo que sé, que hay veces que los polos opuestos se atraen.

De hecho, las posibilidades de que aquello acabara en un metesaca, en un dameytoma, en un voyvengo, en una danza cochinera, no se desvanecieron del todo, pues el chaval puntualizó que le gustaba «más Garzón que Pablo Iglesias».

«Sí, a mí también, es muy guapo», concedió ella. LLAMAMIENTO A GARZÓN: Si te acoplas hacéis un trío y alegría para el cuerpo. Pero no lleves condones de IU que la lías.

Podemos y PP se enfrentan también en el amor: citas políticas en First Dates. Parte 1

Love is in the Congreso...

Love is in the Congreso…

Yo a veces pienso que la gente no quiere copular. En serio. Que van por la vida como que sí, pero que luego les da pereza o algo. Y no les culpo, oye, que a veces el conejeo puede dejarle a uno los riñones como si se hubiera entrenado con ellos Rocky Balboa.

Y eso lo pienso, además de porque tengo mucho tiempo libre y vivo al lado de un descampado donde la policía destruye los alijos de marihuana quemándolos, por First Dates, donde la gente en medio de una cita, se pone a preguntar por las ideas políticas del otro.

No sé por qué se utiliza lo de «me duele la cabeza» como excusa para que el tren no entre en el túnel cuando se puede decir «¿has visto el discurso de Rajoy en el congreso? o ¿Qué te ha parecido Iglesias en el Europarlamento? Se acabaron las ganas de que el agujero negro se trague la supernova. Pero no sólo en tu casa, se le quitan las ganas de fornicio a todo el bloque.

Nota: A Pedro Sánchez es mejor no citarle, que es muy guapo y lo mismo se enciende la cosa. Pedro Sánchez es tan guapo que cuando se da al onanismo piensa en sí mismo para inspirarse.

Total, vamos a ver dos ejemplos de cómo la política destruye una cita. Una en este post y otra en el siguiente. Dos juntas no porque sé que sois esa gente a la que pillan haciendo conecting people en las playas todos los veranos y no os quiero destruir la líbido y dejaros con las ganas de salir en páginas porno para pervertidos.

Primer ejemplo: El PP.

Una muchacha que repetía cita, porque en la primera no había encontrado el amor, llegó con ganas de enamorarse y con unas uñas de colores que podrían dejar ciego a un soldador con la máscara puesta. Chicas: Si quisiéramos salir con alguien cuyas uñas pueden abrir boquetes en el hormigón, saldríamos con Lobezno.

El caso es que el muchacho que era la cita de esta chica (y que si lo ves arrodillado junto a un cura agitando la campanita en misa ni te inmutas) le dejó un ramo de flores antes de llegar. A ella no acabó de gustarle:

«Yo es que prefiero patatas fritas», dijo. Y explicó la forma de seducir a una dama: «En el ramo vas metiendo patatas fritas y le echas un poco de sal. Quedas muy bien, te lo digo de verdad». Tócate los cojones.

Voy a probarlo. Probablemente acabaré detenido, pero en la próxima cita que tenga me presento con unos geranios perlados de patatas fritas. Y como soy un puto gentleman le voy a poner también aros de cebolla. Mal se tiene que dar para que no folle yo esa noche. Aunque sea trincándome a la freidora.

Total, que ya metidos en harina (de la de rebozar, claro) el muchacho le preguntó qué ideas políticas tenía. Yo soy la chica y antes le digo que a mi lo que me gusta es hacerle fisting a mis parejas con un extintor.

Pero no, la chica le dijo: «Yo estoy de parte del PP«.

«De parte del PP», como si hubieran discutido dos amigas en el patio del colegio y ella pensara que la PePi tiene razón porque la Podemi le quitó al Psoenathan.

Entonces, él confesó: «Yo he estado muy dentro del PP«. Os juro que por el tono parecía que le había practicado una colonoscopia al PP. O que se había metido dentro en plan El Chip Prodigioso. O lo mismo es que el chaval es en realidad un extraterrestre y una vez secuestró a Rajoy con su ovni y le practicó vejatorias prácticas experimentales…

Y al saberlo la muchacha respondió… «Ohú, ¿estás imputado?«. Joder. Lo del PP con la imputación es ya como los marcos incomparables, las chanclas con calcetines, el vino y la cocacola… son inseparables.

El muchacho le dijo que no, es más aseguró que él en 2013 ya vio «cosas que dije hasta aquí hemos llegado». Anda que dijo nada el zagal de todas esas cosas. Madre del amor hermoso, que poca pasión por denunciar las cosas de «hasta aquí hemos llegado». Hay gente que piensa que las comisarías, los juzgados de guardia y los unicornios no existen.

Peeeero, la muchacha que adora los ramos de flores con patatas fritas dentro es además una experta de la CIA en misión de incógnito. Sólo así se entiende que dijera: «Yo no sé si está imputado… le he visto las pupilas dilatadas cuando me ha dicho que no…».

Madre mía. Cualquiera sale con esta muchacha y se va al bar con los colegas diciendo que ha ido a la biblioteca… te despiertas atado a una silla de la cocina y a tu lado hay una bandeja con sacacorchos, sierras eléctricas, electrodos, un disco de Bertín Osborne y otros elementos de tortura.

Fin de la parte 1 de «Política y cita, no folla ni Rita». No os perdáis la parte 2: Podemos. 

 

 

Nuevo método anticonceptivo: tatuajes que tiran para atrás

La verdad, yo no sé para qué se apura la gente comprando condones, anillos vaginales, dius, ladrillos entre las patas y otros métodos de farmacia para evitar embarazos y enfermedades de transmisión sexual.

Porque ahí está la tele que siempre nos enseña cosas nuevas y útiles que nos hacen la vida mejor. Es como un catálogo de IKEA de cosas que hay que saber para desenvolverse en este mundo. Bueno, para desenvolverse si tu objetivo es morir pronto o cogerte una buena gonorrea que vaya a verla un juez del Récord Guinness y autobuses de japoneses para hacer fotos.

La lección nos la dio una muchacha que salió en la tele que al parecer piensa que los tatuajes son algo así como los antibióticos, pero mucho más efectivos. Creo que esta chica piensa que si pierdes una pierna por el mordisco de un tiburón y te tatúas el muñón, te sale la pierna de nuevo y ya con la depilación definitiva hecha.

La muchacha llevaba el típico tatuaje que se hacen igual tres amigas porque no les vale con tener un grupo de Whatsapp, ellas molan más y el día que se peleen aparecerá Melanie Griffith y les hablará de Antonio Banderas.

El caso es que la muchacha le reveló a su cita que se quería hacer un «tatuaje en la ingle en honor a mi abuela, que falleció el año pasado y es como ese pequeño gran homenaje que le quiero hacer a ella».

Ahí la cosa empieza ya mal. Veréis, desde el respeto a la señora, no estoy seguro de que ninguna abuela se sintiera honrada porque te tatúes algo en su honor en la ingle. Bueno, lo mismo sí si tu abuela es Alaska o el tío ese que lleva la cara tatuada como una calavera.

(NOTA: No, no se iba a tatuar la cara como puse, si no una luna).

«La gente me dice ‘¿pero cómo te lo vas  hacer en la ingle’?», contó la muchacha. Sí, qué locos, ¿eh? La verdad es que a la gente le sorprenden unas cosas que yo no sé. Como si no fuera normal tatuarte algo en la ingle en honor a un ser querido.

Bueno, pues cuando tenga hijos me voy a tatuar sus caritas en los testículos, uno en cada uno, para recordar que salieron de allí y echarme unas risas cuando les vea arrugaditos y con el pelo negro rizado. Voy a ser la sensación en las orgías.

El caso es que la chica explicó el porqué de su tatuaje, que iba más allá del puro homenaje: «Ella me va a proteger lo más sagrado».

Bueno, hemos llegado al meollo de la cuestión. «Lo más sagrado», que lo que no sé es cómo los curas dan misa en una iglesia pudiendo decirla en una vagina. Ahí si que iban a ir feligreses. Conozco a más de uno que no iba a ver el momento de que llegara el domingo.

«Quiero ser mamá», completó sobre sí misma la muchacha. A ver, que eso está muy bien, Pero lo mismo cuando explique el porqué del tatuaje la cosa se complica. Como bien dijo su cita, un muchacho que flipaba en colores, eso iba a ser complicado.

Como método de evitar enfermedades, a lo del homenaje le veo lagunas, ahora, como método anticonceptivo es lo último, con eficacia 100%, porque a ver quién se da al tema sabiendo lo que es eso…

Definitivamente, no es una buena idea.