Archivo de junio, 2014

El insoportable rollo de hijo que toda madre querría tener: Cocina2

En TVE tienen un problema con el lenguaje. Y no me refiero a que digan que Pablo Iglesias es líder de Pokemon, que eso mola más que meter a Pikachu en la bañera cuando se está lavando tu compañero de piso, sino de las palabras que usan para crear programas.

En ésta caso os voy a hablar de ésta palabra: Amable.

Sí, puede parecer molona y traer buen rollo, tipo jovenzuelo que ayuda a una anciana a subir la compra a su piso, pero en el fondo es una palabra terrorífica.

Sobre todo por el uso que le dan en TVE, cuando dicen «vamos a hacer un programa amable». Cada vez que en una dependencia de TVE se dice la palabra «amable» dios mata un gatito.

Un ejemplo de lo que hace que esa palabra se vuelva perversa como «ajuste» en boca de un político, es el programa llamado Cocina2.

Se trata de un programa de cocina que echan a esas horas en las que lo que más audiencia tiene es la teletienda y los programas donde hay mujeres que se desnudan mientras fluyen los anuncios de tíos guarros bien dotados que buscan chica en su misma ciudad sin compromiso.

Es un espacio que protagonizan dos hermanos que son cocineros y que compiten en cada programa por hacer la mejor receta. Pero no compiten en plan guay, tipo Spartacus, con sangre salpicando como un aspersor pinchado en un vampiro, no, compiten en plan bien.

Parece que se van a pegar, pero no. Son más de abrazo (TVE)

Parece que se van a pegar, pero no. Son más de abrazo (TVE)

Se pasan el programa haciéndose piquecitos y lanzándose puyitas para todos los públicos, haciéndose gestitos de la victoria y con un rollo exasperante de hijo que toda madre querría tener. Como dos osos amorosos enfadados.

Si yo me hubiera comportado así con mis hermanos me habrían inflado a hostias y abandonado en el primer circo que hubiera pasado por la ciudad.

Y así, resulta un programa amable, no apto para ningún público excepto para señoras de ochenta años con insomnio crónico.

Por el amor de dios, si es que ese programa podrías emitirlo en medio de Barrio Sésamo y nadie notaría la diferencia. Es el puñetero Torrebruno de los contenidos televisivos. Es como un pastel de crema pastelera relleno de almíbar. Es como una puta foto de Dora la Exploradora de bebé abrazando a un cachorro de koala.

Yo es verlo e irme al médico por empacho.

Pepe, de MasterChef, es acosado por un grupo de señoras

A veeeer, que hay spoilers, o sea, que si no lo has visto lo mismo te reviento partes del programa.

La primera prueba que tuvieron que hacer anoche (bueno, cuando grabaran el programa) era hacer un plato rojo. Sí, de color rojo. ¿Y por qué? Pues más que nada porque ya no se les ocurría nada que hacer y dijeron, hala, que coloreen.

Y como para ser aún más originales que unos calzoncillos de Paco Clavel, pues decidieron que además la cata se haría a ciegas, o sea, que el jurado no sabría quién había hecho cada plato.

Pues vaya mierda de cata a ciegas. Una cata a ciegas es lo que haces cuando vas de viaje y te paras en un restaurante de carretera y pides ensaladilla rusa. Eso es una cata a ciegas con dos cojones. La gloria o la diarrea.

El caso es que mirando a los jueces catar, y no sólo en esta ocasión, sino en todas, me doy cuenta de que Samanta está ahí porque tiene que haber de todo en la viña del señor. Del señor MasterChef.

Lo único que sabe hacer es levantar las cejas y poner caras como de «sé mucho, pero voy a esperar si eso a que opinen Jordi y Pepe, no sea que la cague».

El caso es que los jueces tenían claro quién había hecho cada plato (sólo dudaron con Emil), lo cual refuerza la idea de que a ciegas y una prolongación de la uretra en el exterior del cuerpo del varón conservada en ambiente ácido. O sea, pollas en vinagre.

Como de costumbre, Emil se enfadó porque al jurado no le gustó su plato (la única que se libró fue Vicky) y eso que lo había hecho de maravilla, siempre y cuando el plato fuera para un dragón con almax en el bolsillo.

La segunda prueba era de repesca: dos expulsados entrarían de nuevo. Se trajeron a los concursantes expulsados a un pueblo (precioso, por cierto) que se llama Pedraza, supuestamente para volver a la Edad Media.

Lo que pasa es que lo único medio que había allí eran ellos, que se pusieron en medio del párking del castillo.

Eso y la música del Señor de los Anillos, que por algún motivo se usa siempre que hay algo medieval, como si la tierra media fuera Albacete hace 600 años.

A mi me saca de quicio, es que usan esa banda sonora hasta para una puñetera comunión en la que el niño sea enano o albino con las orejas largas. El día menos pensado pasa como con Beetlejuice y al poner la música por tercera vez invocan a un Uruk-Hay.

Lo mejor de esto fue el regreso de Churra. La encontraron desorientada en una gasolinera y se la trajeron de nuevo al programa. El caso es que tenían que elegir entre varios postres para hacer y ella eligió la empiñonada porque «la vi mona y los piñones me gustaron».

Hala, pues ya está. Le habían quitado los postres «que se sabía» y se tuvo que quedar con eso. Pobre Churra, es que no hay respeto por los mayores.

Y lo digo porque me da que a Churra no le dan de comer. Más que nada porque acabó las empiñonadas y se puso a comérselas a dos carrillos que parecía la mujer un hámster saliendo de la dieta dukan.

Otra de las cosas llamativas fue la gran traición de Emil.

Los concursantes de pleno de derecho no participaban en esta prueba, pero si querían podían ayudar a uno de los ex concursantes. Cristóbal, que vive en los mundos de Yupi, pensó que Emil le iba a ayudar a él.

Pero no, Emil se puso a ayudar a Jorge, el hombre del pelo frito, supuestamente porque es su «colega». Eso a Cristóbal le sentó como si le hubieran puesto los testículos en una freidora industrial.

¿Qué pienso yo de eso? Que Emil, en la inevitabilidad de que entraran dos nuevos rivales, se puso a ayudar a uno que sabía que se iba a ir de nuevo rapidito.

Luego estaba Celia, que decidió darle un toque propio a sus magdalenas echándoles una tirita que llevaba en el dedo. Porque carne de animales no comerá, pero se comía las uñas hasta los nudillos. Debe ser su aporte de proteínas.

Y entonces llegó el sexo. Bueno, la pretensión del sexo. Porque llegaron un hatajo de señoras Pepeliebers que comenzaron a gritar el nombre de Pepe y a rodearle como si se lo fueran a trincar allí mismo como una horda de amazonas conociendo varón para continuar su tribu.

Estaban las mujeres on fire, algunas con sombreros de paja, que aquello parecía las señoras del maíz, versión para adultos.

Pero ojo, porque las señoras, entre las que había monjas de blanco nuclear, se transformaron en langostas en cuanto aparecieron los dulces. Qué manera de comer. Eran como lijadoras radiales mordiendo la madera. De hecho, me pareció ver a una royendo uno de los soportes…

Lorena y Cristóbal fueron los afortunados que regresaron a MasterChef, con lo que a Emil se le hizo una hernia del tamaño de un pozo.

Y el expulsado fue… NO LEÁIS A PARTIR DE AQUÍ SI NO LO HABÉIS VISTO, O CAERÁ SOBRE VOSOTROS UNA TERRIBLE MALDICIÓN.

Vamos, que echaron a Milagrosa.

La verdad es que hizo unos platos de cacafuti, pero dice mucho de ella que muchos de sus compañeros lloraran por su marcha.

Viajando con Leches (o el programa de Risto Mejide)

A mi me pone gorila ver a un tipo haciéndole preguntas puñeteras a otro. Y como no puedo tener reuniones de vecinos todos los días para ver cómo la gente practica el sadismo con el presidente, pues me pongo Viajando con Chester, ese programa en el que Risto Mejide se dedica a soltar leches como si fuera la vaca que ríe.

Lo que pasa es que como bien sabéis, yo soy un tipo muy de extremos. Bueno y de pasar temporadas en hoteles de esos que tienen las paredes acolchadas. El caso es que molaría mil veces más ver a Risto con un mono de cuero ajustado y una fusta o a los invitados delante una mesa sórdida, con un foco dándoles en la cara y mucho humo de tabaco.

Y es que a veces, sólo a veces, me da la sensación de que se le escapan vivos según quienes, así como que a veces interrumpe más que escucha.

De hecho, me sorprende que hasta ahora nadie le haya dicho «¡calla, coooooooño!«, antes de responder. Porque una cosa es hacer preguntas de las de responder con veneno en su café y otra aturullar al invitado hasta que acaba llamando a su mamá y chupándose el pulgar.

Risto, intendando congraciarse con Dios, para entrevistarle (FOTO: CUATRO)

Risto, intendando congraciarse con Dios, para entrevistarle (FOTO: CUATRO)

Si hay una cosa que está clara es que Risto es un maestro en eso de dar hostias como hogazas de a kilo. Es el catedrático de las leches, el súmmun de la mala follá. Van a poner una asignatura en la Universidad en la que Risto enseñará a hundir al alguien con sólo hablarle. Como los cinco puntos y palmas que revienta el corazón de Kill Bill, pero de boquilla. Risto le echa el aliento a Hulk y tienen que buscar al bicho verde escondido llorando debajo de su cama.

De todas formas, y a pesar de lo bien que le ha ido esta temporada y sobre todo el capítulo final sobre Gibraltar, al programa le quedan dos telediarios. Lo sé por una filtración de una amiga que tengo en una multinacional sueca del mueble que está hasta los mismísimos STOCKHOLM de que anden por ahí haciéndole la competencia con lo de vender sofás.

Está muy bien que la gente puje por los sillones esos con nombre pijo, porque es para causas benéficas, pero me da la sensación de que lo hacen un poco como cuando sales a bailar con el feo: por pena. Y no es que los feos tengan menos derechos a la hora de bailar, válgame dios, es sólo que bailan peor.

A estas alturas ya tendréis claro si el programa me gusta o no me gusta o si me deja de gustar gustándome (lo más probable es que ni siquiera os importe). Es lo que tiene mi prosa clara y concisa: no te enteras de ná.

El trasero de Mariló Montero

¿Habéis visto la foto de la recepción real tras la proclamación de Camilo Felipe VI en la que sale Mariló Montero y cuatro tipos detrás como que le miran el culo?

Pues es ésta:

Mariló Montero, de blanco. De blanco de las miradas, digo. (GTRES)

Que mona ella. No querría yo criticarla.

Pero como diría León Felipe, «puedo no obstante decir algunas cosas desde el sillón el psicoanálisis».

En primer lugar, que a mí me parece de lo más natural que Mariló estuviera allí. Porque si ella piensa firmemente que al trasplantar un órgano se trasplanta el alma, ¿cómo no va a pensar que hay que trasplantar la jefatura del estado?

En segundo lugar, Mariló está de muy buen ver. Si a mi me pidiera rollo le diría que sí. Y claro, es normal que los cuatro que están detrás le hagan el escáner al verla pasar. Sobre todo el niño de la primera comunión, que está como si le hubieran dejado su primer Interviú.

Luego está el señor que lleva el pecho lleno de oros como si fuera MA Barracus, que tiene más pinta de estar pensando en porqué se habrá vestido Mariló de niña de la curva.

Y luego los que van vestidos de Zipi y Zape en Operación Pingüino, que tienen pinta de estar poniéndola a parir como a la puerta de la casa del pueblo.

El caso es que esta foto de la presentadora de televisión más resalá no han pasado inadvertidas. Y se han hecho algunos memes como para hacerse camisetas. He aquí un par de ellos:

Éste es muy fino…

Millonario Anónimo: uy, mira, un pobre… ¡no eran una leyenda!

Le he dado muchas vueltas a cómo plantear este tema y al final he decidido hacerlo como siempre: con humor. Sin embargo, quiero que se entienda que detrás de ese humor hay una crítica a algo muy doloroso e injusto.

Bueno, hoy voy a hablaros de Millonario Anónimo.

Por si no lo conocéis se trata de un programa de La Sexta en el que cogen a alguien podrido de dinero y lo hacen pasar por un parado que está grabando un reportaje sobre voluntariado para que pueda infiltrarse entre gente pobre.

Al final del programa, el millonario o la millonaria de turno hace un donativo a las ONG o personas con las que haya estado colaborando.

Lo que más me ha llamado la atención del programa es que al parecer los millonetis no sabían que los pobres existen.

Las caras que ponen cuando la gente les cuenta que no tienen para comer es como si salgo a bajar la basura y me encuentro en el ascensor con un señor de Venus en bata de boatiné.

Claro, es lo que tiene cuando tu vida se articula en sitios en los que los pobres, los enfermos, los viejos, los feos o los de la selección española están mal vistos.

Supongo que en sus reuniones, entre langostino y langostino hablan del tema, pero más que nada como en la alta sociedad del siglo XVI hablaban de El Dorado.

De hecho, si le preguntas a un rico, te dirá que los pobres son unos seres de color gris, como de metro y medio de alto y unos grandes ojos negros en una enorme cabeza ovalada.

Los más ricos, de hecho, piensan que son así:

Gifs

Así que los coleccionistas de euros que salen en el programa se enternecen mucho y lloran y todo cuando la gente humilde le dice que trabaja gratis cuidando ancianos, por ejemplo, o llegando a fin de mes con 400 euros, o atendiendo a enfermos.

Y es que los ricos, cuando ven en la tele las noticias de La Crisis deben pensar que es una discoteca nueva que han abierto en Ibiza y que Los Parados es un grupo pop con muchos fans.

Cuando ya han flipado y puesto cara como de Indiana Jones descubriendo el arca perdida, se ponen a hacer el bien soltando pasta como el que regala abrazos por la calle. Más o menos así:

Lo que me extraña es que no se hagan selfies con los pobres, para poder enseñarlos luego en el club de campo, para que vean sus amiguitos ricachones lo valientes que son por ir al mundo real.

En fin, esperemos que por lo menos sirva para que más de uno no tenga que esperar a ir a la tele para ayudar a quien lo necesita.

Y de paso, recordaros que quizá también vosotros podáis hacerlo. 

Expulsan por rebelde y prepotente a un concursante de MasterChef

La cosa comenzó con un momento lacrimógeno en el que a los concursantes les llevaban a sus madres (y hermanas en su caso).

A mi es que estos recursos televisivos para hacer llorar a la gente recurriendo al sentimentalismo me parecen una cagarruta pinchada en un palo.

¿Por qué no les hacen llorar destrozándoles el coche? Eso sí que molaría: verles echar lagrimones mientras ven hacerse añicos sus retrovisores, sus intermitentes…

Entre las progenitoras hubo de todo. Por ejemplo, la de Cristina, que al parecer tiene más pasta que el Tío Gilito sacando la pensión del cajero, y que no cocina nunca.

De hecho, a cada uno de los concursantes les enviaban un plato de la mejor receta de sus madres (que luego tuvieron que cocinar ellos).

Pues bien, a la madre de Cristina su hija le preguntó:  ¿Y quién lo ha hecho? y la madre respondió con tono y cara de qué cojones me estás contando:  «Pues la filipina»

O sea, la cocinera de la casa, la empleada filipina. Madre del amor hermoso, que glamour. Recordadme que cuando me toquen los euromillones tenga empleados de postín. No sé, un jardinero polinesio, un chófer de las islas Feroe…

De Gonzalo… qué os voy a contar. En primer lugar que es la Aída Nízar de MasterChef. Habla de sí mismo en tercera persona: «Gonzalo es muy estratega, pero Gonzalo tiene sentimientos«. Y luego tiene más suerte que uno del PP en un rally, porque su plato eran calamares en su tinta con arroz blanco, que la verdad, no hay que hacer un máster.

Como él mismo explicó, poniendo una voz que sólo le faltaba tener la cara naranja y a su compañero Blas al lado, sólo hay que echar todo en crudo y dejar que se haga. De hecho, se pasó todo el rato quitándole aceite. Lo que no sé es cuánto le echó, porque sacó un puñetero caldero entero de aceite. De hecho, creo que hizo calamares en su aceite.

Y en lo único en que tenía que dar la talla, que era en hacer el arroz, la cagó. O sea, aquello no era arroz, era un engrudo que pasó a buscar una hormigonera. Si hoy pasáis por una obra y veis que están haciendo un encofrado, es con el arroz de Gonzalo.

Pero claro, no es suficiente que dos chefs con estrellas michelín y de gran prestigio y una experta en cátering que trabajó con Arzak te digan que es una mierda, para él estaba bien.

Y encima se permitió decirle a Jordi «vamos a ponernos serios» con cara de mala hostia porque Jordi le dijo que la valoración la hacía «el chef saladito» (ya sabéis que la semana pasada Gonzalo dijo que un plato de Jordi estaba salado, porque estaba cabreado como un mono porque Gonzalo le llamó «Gonzalito»).

Pero ojo, que él puede llamarle «Barbie tuareg» a Marina y no pasa nada. Pero no le llames Gonzalito o le preguntes por la familia, que se enfada.

Vicky, al despedir a su madre después de la cata (cocinó mejor que ella, por cierto) en lugar de decirle, qué se yo, gracias por venir, te quiero, tengo ropa sucia para llevarte, me he enamorado de un mandril y me voy a casar con él, no sé, cosas típicas que se le dicen a una madre, le dijo: «¿te estás tomando las pastillas?». Amor filial.

Sigo insistiendo en que me da mucho miedo Pepe cuando prueba los platos. Pega unas dentelladas que el día menos pensado se mete el tenedor en la boca y saca sólo el mango.¿Sabéis con qué se hacen las máquinas que cortan el acero? Con los dientes que se llevó el Ratoncito Pérez de debajo de la almohada de Pepe niño.

Después de esa prueba se los llevaron a montar en camello. Emil iba en el camello que parecía que iba en un mercedes. Estirao e inmutable.

Cosa curiosa. Dijo Eva González en su papel de narradora: «Gonzalo se niega a aceptar las indicaciones del programa. Una vez resuelto todos van a…».

«Es la vieja carraca«, le definió Cristina. Pero lo mejor estaba por llegar. –OJO SPOILEEEEEEEER–

Antes de la última prueba Pepe llamó a Gonzalo a que diera un paso al frente y le dijo:

«Este jurado ha sabido que estas descontento con el programa».

«No sólo has sido irrespetuoso con tus compañeros, también has faltado el respeto a miembros de este equipo» (y pusieron las imágenes de cuando llamó petarda a Marina y «llaverín» a Jordi).

«Has puesto pegas a cada una de las actividades que te ha puesto el programa» (y le sacaron quejándose por todo y resoplando).

«No queremos a ningún aspirante a disgusto, si te quieres marchar te puedes ir en este momento, hay un coche esperándote para llevarte al aeropuerto si te apetece».

Y así, para darle una última hostia que la ve Mike Tyson y se tapa los ojos acojonado, le dijo: «Lamento que hayas ocupado el puesto de un aspirante que hubiera tenido la actitud para estar aquí«.

¿Y qué dijo Gonzalo? ¿Reconoció sus errores y decidió seguir con una oportunidad única?

No, dijo «me marcho». Y añadió «estoy cansado«.

Cuando Eva González, con cara de fliparlo muy fuerte le preguntó por su decisión, le dijo «las cosas se hacen con ilusión, cuando no hay ilusión…»

Jordi, que no sacó una motosierra y se puso a dar tajos del cabreo, le respondió:  «Deseo que te vayas, porque lo que acabas de hacer a mi me avergüenza».

Y ahí, estaba Gonzalo, humilde: «Lo siento por usted«.

¿Y qué opinan los compañeros de Gonzalo?

Milagrosa: «Me alegro, porque ya no va a molestar más en la casa. Siempre está moleatando a los compañeros».

Marina: «Se ha ido con el rabo entre las piernas, de una forma fea. Le puede el orgullo».

Mateo: «A mi me ha dado vergüenza».

La semana pasada algunos me pusieron a caer de un guindo, bueno, no me pusieron a caer, me empujaron cuando pasaba por debajo un tren de mercancías, por meterme con Gonzalo.

Blanco y en botella… leche. Bueno, o unos análisis de Nacho Vidal, pero no es lo normal.

Así que os diré que yo también me alegro de que se haya ido Gonzalo. Allá se lo pase bien cocinando para quien él quiera.

En la prueba de eliminación les pusieron unas cosas muy raras que decían que eran comestibles pero yo no me lo creo. Por ejemplo, había huevos de caracol el «caviar de tierra»..

#AmosNoMeJodas. Eso no es caviar, es una cochinada. Voy a guardar zurullitos de mi chihuahua y los voy a envasar. «Caviar del parque»  lo voy a llamar…

El caso es que la expulsada fue Marina. Peeeeeeero ojo: la semana que viene hay repesca.

Vaquerizo, cariño, puedes decir que no… por ejemplo, al pueblo más divertido de España

El pueblo más divertido de España. Así se llama la nueva apuesta de La 1 para el prime time de los lunes. Es acojonante. La 1 tiene un problema de ludopatía grave. Porque vaya cagarruta de apuesta. Es como si se hubieran ido al hipódromo y hubieran apostado por un caballo de escayola.

Porque se supone que se busca divertir, pero yo lo veía y me estaban dando ganas de llorar. De repente me acordé de mi gatito Misifú, que murió al saltar por la terraza. Durante nuestra visita al Empire State Building. Cayó de pie, eso sí.

Yo veía aquello y me acordaba de todas las cosas tristes que me han pasado, incluido el día en que me pillé la picha con la cremallera. Y llevaba un mono de mecánico.

Por un momento pensé que Cuéntame no se había acabado y que de un momento a otro iban a abrir el plano e íbamos a ver a los Alcántara viendo este programa por la tele. Si las obviedades y lo repetido se pudieran comprar, habría una cadena de almacenes llamada El pueblo más divertido de España. Grandes rebajas.

La cosa va de personas de dos pueblos diferentes que voluntariamente (al menos eso dicen, yo enviaría observadores de la ONU por si acaso) van a la tele a hacer el canelo para demostrar lo divertido que es su pueblo.

Para juzgar las diferentes y trepidantes pruebas hay un jurado con Melani Olivares, Eduardo Gómez y Mario Vaquerizo, que están allí con cara de acusados oyendo una condena a perpetua.

El jurado de El pueblo más divertido de España, Aún felices, antes de que empezara el programa.

El jurado de El pueblo más divertido de España, Aún felices, antes de que empezara el programa, claro.

 

Especialmente fuera de lugar está Mario Vaquerizo, que ponía caras como de entrar en un ascensor para descubrir que tu vecino te ha dejado sus efluvios de regalo. Tenía un buen rollo como de estar haciendo la mili en África. Como de que tu suegra te cuente que se ha comprado un picardías y una oferta 2×1 en lubricante.

Pero eso le pasa por pesado. Alguien debería enseñar a este chico a decir que no. Es el facilón de la tele. Con tal de salir es capaz de aceptar una colaboración en Intereconomía. A veces pienso que es el modelo 2.0 de Jordi Hurtado y que hay más de uno, a lo terminator, pero buscando acabar con la humanidad por la vía del hartazgo.

El caso es que allí estaba con aspecto enfermizo, blanco y como desnutrido. ¿Qué? Ah, me informan que eso es normal, que los rayos UVA más que repelerle le huyen. El caso es que el jurado tiene que ir dando «felicianos» una especie de tantos representados por unos emoticonos con traumatismo craneoencefálico severo.

Y se consiguen en pruebas como adivinar el mote de gente del otro pueblo, una cosa muy de ponerte el corazón a mil. Los pilotos de Fórmula 1 cuando se retiran eligen entre la petanca y adivinar motes para seguir vibrando y sintiéndose vivos…

El caso es que más les vale dar con un pueblo en el que haya audímetros, porque de momento no lo ve ni el tonto del pueblo…

‘Adán y Eva’ o el arte de aprovechar tetas y culos

A estas alturas ya sabréis, amados lectores, amadísimos seguidores de este blog (fijaos si os quiero que hasta rebusco en vuestra basura) Cuatro prepara un nuevo programa llamado Adán y Eva.

Ojo, que no es un reality, ni un programa de supervivencia, no, es un ‘dating’. O lo que viene siendo un programa para que la gente busque pareja (adaptación del formato holandés Adam looking for Eve).

Al parecer han cerrado todos los bares, discotecas, playas, fiestas y hasta el badoo, Facebook, twitter y hasta institutos, colegios, trabajos y cualquier otro lugar donde encontrar pareja y la gente tiene que ir a la tele a hacerlo.

Peeeero, la novedad es que los concursantes buscan pareja en pelota picada. O sea, desnudos y desnudas, con las tetas, culos y penes mirando al sol. Pero eh, ojo, que eso es sólo una anécdota, como el que hace un programa con gente con sombrero.

«La desnudez no es un contenido, sino una circunstancia«, dijo del programa Manuel Villanueva, el director general de Contenidos de Mediaset España. Una circunstancia, nada.

El próximo día me voy a ir al curro con mi culebrilla de Alabama con el traje de nacer y se la voy a presentar a todo el mundo: «aquí un compañero, aquí mi señor pene«. Y si a algún jefe anticuado se le ocurre decirme algo le responderé que es sólo «una circunstancia«.

 

 

«Trabajaremos con cuidado las imágenes, con planos muy abiertos y planos cortos. No se busca mostrar, sino tratar la desnudez como algo natural. En los planos se les ve de espaldas» y «no habrá una explotación de la desnudez«, han dicho también los responsables del programa.

Pues vaya morbos interruptus. A ver, si van en pelotas, pues van en pelotas, que total, lo que no muestran los cristianos se lo comen los gusanos.

En cualquier caso a mi me parece algo maravilloso. De hecho, siempre se debería ligar en pelota picada, sin artificios. ¿Que tienes eso como un cacahuete con desnutrición? pues las candidatas ya saben a qué atenerse. ¿Qué tienes las domingas como para darte una vuelta al cuello y usarlas de bufanda? Pues no engañas a nadie.

Pero me temo que no es el caso. Me da que van a meter a un hatajo de maromos con el cuerpo como un muestrario de músculos y a señoritas con el culo más duro que la puerta de un penal.

En las playas nudistas no es así, cada cual va a lo suyo y con toda la naturalidad (lo sé por experiencia) pero me da que en este programa va a haber más de un jovencito en aprietos, que va a estar tumbado boca abajo en la playa buscando petróleo con el bajo vientre. Ya sabéis, con la avestruz escondiendo la cabeza. Con el topo de morro colorao haciendo madriguera. Poniendo cimientos. Anclándose el entrepato. En fin.

Porque sí: el escenario de todo esto será una playa del caribe. Allí los candidatos harán pruebas y juegos, tendrán citas, se conocerán… y con un poco de suerte criarán en cautividad.

Yo nunca me apuntaría a un programa así. Y no porque no pueda, porque tengo un cuerpo escombro apolíneo que si llego a nacer en la antigua Grecia se dejan de hacer esculturas y me hacen moldes.

Pero estar todo el día con las vergüenzas / orgullos al aire tiene el inconveniente de que tienes que ir más limpio que un san Luis. Porque claro, a ver cómo ligas si tienes el ojarasco como el sumidero de un establo. No procede.

MasterChef o cómo jugarse un naufragio

En el último MasterChef, o sea, ayer, se llevaron a los concursantes a un crucero. A un barco, quiero decir, lo cual, viendo los desastres que montan, tiene el mismo riesgo que llevarse un mono con taladro y encerrarlo en la bodega.

Estaban todos muy felices, bueno, menos el pobre  bartman barman al que Eva González le enmarronó pidiéndole ocho cócteles para los concursantes. Se tenía que estar cagando en todo.

Gonzalo es más rancio que un queso del siglo XII. Eva González le preguntó, como se lo podía haber preguntado a cualquiera (de hecho después lo hizo con Milagrosa), si en su boda había cócteles y él le contestó que no hablaba de su vida privada. ¿Pero este se ha creído, que es Belén Esteban?

Luego resulta que todo lo que pasa en este mundo era un plan que tenía Gonzalo. Todo lo había planeado él y todo salió como él lo había diseñado, incluso si no tenía nada que ver con el tema ni lo podía comprobar.

Las pirámides las construyó él, la revolución francesa la montó porque se aburría y el rey ha abdicado porque se lo ha dicho Gonzalo.

Y luego es un escurrebultos. Lo más fácil es quitarse de en medio y luego las reclamaciones al maestro armero. En la anterior prueba en la que era capitán él se puso de camarero y en la prueba de anoche, repartió el trabajo y se puso a hacer un caldo. O sea, a cocer cosas. Ahí, arriesgándose.

Si Gonzalo fuera a la guerra, mandaba a los soldados al combate desde el sofá de casa.

Para ganarse el tiempo de cocina les hicieron pasar por diferentes pruebas. Casualmente a Jordi le tocó ir a la piscina, más que nada para lucir tipín, porque si llevan a Pepe se corta la nata.

Anoche fue la primera vez que se les veía cocinar de forma decente, o sea, platos elaborados, bien hechos y a tiempo. Es más que posible que al estar en un barco interviniera la Virgen del Carmen.

Eso sí, se jugaron el naufragio que ríete tú de Robinson Crusoe. ¿Pues no comió de lo que sacaron todos los miembros de la tripulación? ¿Y si los envenenan? ¿Quién gobierna el buque? Ese barco no acabó yendo por la Nacional V camino de Badajoz de puro milagro.

La segunda prueba fue cocinar para actores. Milagrosa se puso en plan fan believer, sólo que hizo un camariever, porque el objeto de su deseo era Javier Cámara. No le violó allí mismo entre perejil y un solomillo de puro milagro.

La cosa la montaron como si fuera un restaurante de verdad, con los actores como comensales. Se podían haber marcado un crossover y que hubiera aparecido Chicote haciendo un pesadilla en la cocina. Aunque eso podría haber creado una brecha en el espacio tiempo y haber destruído el universo.

OJO SPOILER

Pongo la advertencia porque la última vez que hablé de MasterChef un amable lector se acordó de mi santa madre. Sí, en la web de TVE lo pone, pero se cabreó conmigo…

En fin, que expulsado fue Cristóbal, justo el día que el muchacho estaba eufórico por haber sido capitán.

Pechos, amoríos, piques y algún que otro salto en ¡Mira quién Salta!

Respecto a la gala final de competición entre ediciones de ¡Mira quién Salta! de anoche no tengo mucho que decir. Que va, era  broma, yo siempre tengo cosas que decir.

En primer lugar destacaré el hecho de que Jesús Vázquez dijera que anoche se elegiría a la mejor edición de la historia. Hay que joderse. ¡LA MEJOR DE LA HISTORIA DE LAS DOS QUE HA HABIDO!

Anoche estaban los académicos de la Real Academia de la Historia de 68 países pendientes de la gala para reescribir la historia. De hecho, creo que han borrado parte del Renacimiento para hacerle hueco a la gala de finales de ediciones de ¡Mira quién Salta!

Luego destacaban por derecho propio las glándulas mamarias de Patricia Martínez. Las llevaba por delante como el que lleva un par de mastines sujetos con un trozo de biquini. Y así, con los pezones duros como para colgar el albornoz. Os juro que hubo un momento que me asusté, porque pensé que me estaban mirando a través de la tele.

Era como cruzarse por la calle con alguien que crees que conoces pero no estás seguro, y os cruzáis miradas, y no sabes si decirle algo o no. ¿Sabéis el disfraz de Lady Gaga que tiene metralletas en las tetas? Pues esta mujer tenía obuses de 80 milímetros.

También destacar a Raquel Mosquera, que llevaba el pelo como un cenicero a la puerta de un bar pero que ella definió como «rollo pinau», que le han dicho «que me va muy bien». ¿Quién habrá sido el cachondo que le habrá dicho eso?

Un apunte: cualquier parecido entre la Raquel Mosquera de ¡Mira quién Salta! y la de Interviú son pura coincidencia.

Se enfrentaban: FORTU, VÍCTOR JANEIRO, RAQUEL MOSQUERA Y VERÓNICA HIDALGO de la primera edición, contra SERGI CAPDEVILA, ARTURO (GH), PATRICIA MARTÍNEZ Y LEO.

Uno de los saltos grupales que hicieron se llamaba «Cruce de la muerte». El cruce de la muerte consiste en que salten varios a la vez, cada uno para un lado. La hostia. Eso es mirar a los ojos de las parcas y sacarles el dedo corazón.

Hay soldados de combate de élite curtidos en los peores escenarios de guerra que palidecieron viendo este salto de la muerte. Los que meten la cabeza en la boca de un cocodrilo en los países asiáticos son unos mierdas comparados con estos saltadores. Qué riesgo, que aventura…

Al parecer, y por una motivación que sólo puede tener su origen en la investigación científica del cruce de ADN chungo, en el programa quieren liar a Fortu con Raquel Mosquera. El caso es que ella pasa como de comer mierda del rockero. Y el Fortu mira esas voluptuosidades y se pone como el ariete de Constantinopla. Digamos que siempre entra tieso al agua.

En otro de los saltos, para darle glamour a la cosa, para ser elegantes, para trascender las fronteras del arte, hicieron un baile previo al ritmo del Chiqui-Chiqui del Chiquilicuatre. Acojonante. Saltadores profesionales del mundo entero estudiando la coreografía. En las próximas olimpiadas no va a haber otra canción que no sea esa.

Otro de los saltos estuvo precedido de la Lambada. Los más jóvenes no lo recordaréis, pero a la Lambada la llamaban «el baile prohibido». Cómo pasa el tiempo. Al lado del reguetón la Lambada se puede bailar en misa. Tras ese mismo salto una de las domingas de Verónica Hidalgo decidió asomarse a saludar.

«En esta edición lo único que hacen es quejarse, y me tienen hasta los cojones«, dijo Fortu del otro equipo, porque Fortu es muy de expresarse con eufemismos.

Lo demás fue una sucesión de:

a) Hostias como panes contra el agua en mayor o menor medida.

b) Saltos bastante meritorios que se convirtieron en horteras con los bailecitos.

De los primeros y los segundos fue ejemplo Fortu, que hizo un salto del ángel que acabó como un infierno, cuando decidió entrar en el agua con la espalda, que parecía un luchador de Pressing Catch cabreado. Que golpe, que hostia bizarra, que manera de romperse el lomo. Hay empresas de demolición que usan al Fortu al final de la cadena en lugar de una bola de acero. El día menos pensado vemos a Miley Cyrus desnuda encima del muchacho grabando un videoclip. Peeeero volvió a hacerlo y lo hizo bien, aunque quedó desmerecido por el bañador de los años 20 del muchacho.

Como edición, ganó la de 2013, gracias a los saltos coordinados de Fortu, Janeiro, Verónica y la Mosquera.

Y en individual se proclamó campeón… ¡¡ARTURO!!

Normal, ya vimos en gran hermano que lo de profundizar era lo suyo…