Campamento de Verano y el abuso de sustancias

Eso no es un Campamento de Verano. Eso es una plantación de opio para autoconsumo.

No hay otra explicación para lo que pasa en Campamento de Verano que la de que sus guionistas, redactores y responsables merienden hongos alucinógenos día sí y día también.

Es imposible que las cosas que pasan, hacen y dicen pasen sin que medien una goma, una jeringuilla y una esquina tranquila donde sentarse.

A ver, que si lo que quieres es ver un reality al uso, pues vas mal, pero si te lo tomas a lo arte conceptual lo mismo tiene algún sentido. ¿Si pones al revés una gala de Campamento de Verano habrá mensajes satánicos ocultos?

¿Están detrás una raza de extraterrestres que pretenden tomar el control de la Tierra mediante la idiotización express de los seres humanos probada ya antes en la clase política? No, no, esta posibilidad olvidadla, porque si vinieran los extraterrestres a la mayoría nos encontraban ya idiotizados de fábrica.

El caso es que anoche hubo una nueva gala de Campamento de Verano que aquí un servidor se tragó de cabo a rabo como es su deber. Ya os digo que si a mí me mandan a Filipinas yo no habría sido de los últimos, yo seguiría allí. Y si no, preguntad en mi sucursal bancaria, ya veréis si sé de deber o no.

¿Y qué pasó en la gala? Puede darse el caso lejano de que queráis saberlo, o de que generaciones venideras quieran saber por qué se acabó la civilización, así que os lo cuento rapidito.

Para introducir el programa como el que introduce una goma de dos metros en una colonoscopia, Sonia Ferrer nos avanzó que veríamos «cómo nuestros concursantes se siguen traicionando los unos a los otros«. No metieron a concursar a un Borgia porque no encontraron a ninguno suficientemente retorcido.

Una de las novedades del programa es que ya no expulsa el tribunal (recordemos formado por eminencias como Jimmy Jiménez Arnau, Belén Rodríguez y Kiko Hernández), sino que es la audiencia la que decide quien se va. Una medida que pasará a los anales de la historia. Pero a los del ano, no a los de los escritos históricos.

Uno de los temas centrales fue Pedre y la muchacha esa que fue al campamento haciendo como que era su novia para decirle que no era su novia y para hacerle ver, con palabras más suaves, que por ella como si el muchacho se moría en medio del monte y era pasto de los lobos, que le sudaba el mejillón barbudo como hecho al vapor.

¿Y para qué fue entonces?, se preguntarán mis lectores más avispados o aquellos que aún tengan valor de seguir adelante. Bueno, el señor del pelo cano como tintado a base de esperma de ballena, más conocido como Jimmy, dijo que la muchacha era una Calienta p—as. Yo creo que ese señor copula menos que un gato de escayola esterilizado.

«A mi no me gusta meter cizaña, pero ha dicho Mónica Pont que eres una maricona mala«, dijo en otro lance Joaquín Prat. Con dos cojones y un palito. No le gusta meter cizaña. No, qué va. Le gusta meterla pero hasta que toca el píloro con ella.

A Jeyko, el chaval cuyo padre provocó que el tío del registro civil se arrancara los ojos después de escribir el nombre en el libro de familia, le pusieron un vídeo en el que su ex novio hablaba de lo malo que es hasta el punto de que creo que se refería a que Jeyko es prácticamente el jefe de una banda de latin king. Luego Joaquín Prat le preguntó que cómo se encontraba. De puta madre estaba el chaval. Lloraba por exceso de líquido.

Y como no hubo suficientes lloros, a Olvido Hormigos le pusieron a su marido por teléfono. Le habló de los niños.

– «¿Os habéis ido de vacaciones?». Preguntó ella.

– «No, sin ti no vamos a ningún sitio», dijo el marido en plan romántico.

– «Te los tenías que haber llevado, que vean a los amigos», le dijo Olvido. Madre del amor hermoso. Esta mujer sólo llora cuando se le acaba la tarifa plana en el móvil…

El expulsado del campamento fue Modesto. Modesto tiene un cojón del tamaño de un pomelo. El otro normal.

«Me hice una paja y si lo recojo en un vaso lo lleno medio«, informó Modesto a su llegada al plató. Aclaró que fue en el servicio hace 15 días. Yo no necesitaba saber ésto. NO NECESITABA SABER ÉSTO.

«Tu huevo se ha convertido en trending topic», le comunicó Joaquin Prat. «Se habla más de tu huevo que de la comparecencia de Rajoy en el Senado«, añadió el presentador. Dios santo.

Remataron la faena con imágenes del culo de Modesto. ¿Por qué? ¿Por qué nos hacen esto? ¿Quién es capaz de dormir ahora? ¿Sabéis esa marca morada que se te queda al cerrar los ojos si miras al sol o a una bombilla?

Yo cierro los ojos y veo el culo escuchimizado de Modesto. Dejad en los comentarios contactos de psiquiatras que me puedan ayudar. Sólo si tienen tratamiento por descarga eléctrica. No funcionaría nada más suave.

Para que se calme un poco y deje de amenazar con quemar viva a la gente, a Gaby le metieron en el campamento de visita a su padre y a su perro. Gaby se echó a abrazar al perro como si no hubiera mañana y al padre le preguntó «¿tú que haces aquí?». Eso es amor filial, claro que sí.

Si algún día Gaby tiene que elegir entre salvar la vida a su perro-rata o a su padre, el buen señor se puede dar por jodido.

Lo peor de todo esto es que el pobre hombre tenía que trabajar hoy. Eso es crueldad. Ahí le tuvieron «20 horas» (según él mismo dijo) esperando para salir en directo y hoy curra. Espero que no sea controlador en una central nuclear.

A Mónica, Jeyko y Gaby les sancionaron por chivatos. Sí, Campamento de Verano es muy de inspirarse en la historia y no paga a traidores. Así que Mónica debe lavar los platos durante una semana (los de todos los compañeros), Jeyko deberá lavar la ropa interior de todos los concursantes y Gaby deberá lavar el resto de la ropa.

Antes meto las manos en ácido que lavar la ropa interior de esa gente. Antes juego al Twister en un leprosario que lavar la ropa interior de esa gente. Antes hago un vivencial sobre el empalamiento que lavar la ropa interior de esa gente. Joder, que esos calzoncillos y esas bragas tienen mucha humanidad, que te los acercas y te salta el ADN a la cara.

Como ayer se les acabó el castigo de estar a pan y agua les pusieron un banquete. Amenizado por un grupo de jubilados y jubiladas que tocaban la bandurria y cantaban vestidos con trajes populares. En ese momento yo ya notaba cómo mi cerebro se iba secando, cómo zonas del córtex se iban volviendo negras y quebradizas.

Siempre promoviendo el buen rollo, el juego de la inmunidad era una pared con un pequeño alero por el que tenían que pasar los concursantes mientras los demás compañeros les inflaban a hostias por unos agujeros hechos en la pared.

No funcionaba. Más que nada porque era imposible avanzar más de dos centímetros sin que te dejaran la cara como un mapa de Marte. Así que sobre la marcha Joaquín Prat se inventó nuevas reglas. Tampoco funcionó, era muy fácil. Pero daba igual, porque allí cada uno hacía lo que le salía de los mismísimos mientras Sonia Ferrer contenía el llanto intentando pedir ayuda a realización a ver qué cojones hacía con aquella prueba.

Y para que no se olvidaran las tradiciones, acabaron el programa poniendo una grabación telefónica de Lucía Etxebarría, en la que le proponían ir a las galas y en la que Lucía decía que no, que la han amenazado con quemarla viva (cosa que es verdad) y que sus excompañeros son gilipollas.

Elegí un mal día para dejar de esnifar colacao.

P.D.: Los nominados fueron Gaby, Jeyko y Pedre.

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