Lucía Etxebarria, la diva que va de intelectual en Campamento de Verano, amenaza con irse

No la soporto.

Ha pasado de molar a asquear en dos días.

La señorita Etxebarria ha vuelto a montarla. Quiero decir después de acusar a un compañero de «acosarla» y de masturbarse a su lado, cuando era mentira.

Bueno, pues ahora resulta que dice la señoritinga que todos sus compañeros están en su contra. Los ocho. Tócate los huevos. Como si Pedre, sin ir más lejos, pudiera estar en contra de nadie.

Lo que le pasa es que pensaba que iba de reina del reality y que Campamento de Verano iba a ser un paseito y que se lo iba a llevar muerto.

Así que cuando ha visto que se tiene que comer los pedos de los demás, ella, que está por encima de todo el mundo porque es escritora, ha amenazado con irse. Eso sí, es de las que dice «me voy» a las cuatro de la tarde y a las doce aún no se ha ido. (Al cierre de este post aún seguía en el campamento).

Y le dice a la redactora, justificando que ella no tiene porqué aguantar esas cosas: «Yo, querída, vendía cien mil libros«. Ojo al verbo: «vendía». Ahora se come los mocos.

Pero no es sólo eso, es que además es la típica repipi marisabidilla de las de a dios rogando y con el mazo dando. Por ejemplo, hablándoles a todos de sexo, como ilumilándoles, y luego se escandaliza porque cree pensar que alguien se la está meneando. «Esto es denunciable dice». O sea hipocresía como para ilustrar un diccionario.

Y en el otro lado está el bueno de Pedre, que se quiere quedar a toda costa, pero que no sabe si podrá, porque está en el hospital por la otitis de caballo que tiene.

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