El juego de recompensa y comer como los gochos

El juego, como siempre, es de mucho desarrollo intelectual: tienen que hacer un circuito recuperando tablones con las sílabas de supervivientes. Si consiguen el reto se llevan una fondue de chocolate.

Ségún se van juntando, se tienen que ir atando. No les queda mucho tiempo. Han llegado a una prueba de escarbar como perrillos para pasar por debajo de un tronco.

Han estado a punto de asfixiar a Toni Genil, porque el hombre se ha metido en una tinaja de barro y para «ayudarle» le han levantado las piernas, con lo que el hombre no podía respirar.

¡Lo han conseguido!

Toni Genil se cagó encima en una de las pruebas, pero lejos de avergonzarse, no duda en recordarlo una y otra vez, como motivo de orgullo.

Lo voy a poner en mi currículum: «Otras habilidades: me cago encima siempre que puedo».

Les dan dos minutos para comer y se ponen como los gochos en la pocilga, solo que más cerdos. Están ahí, rebozándose en el chocolate que se me está quitando el hambre.

Jorge Javier consigue que Jeyko eche la papilla y se descojona como lo haría la bruja mala del norte viendo hacer un monólogo a Belcebú.

Raquel Sánchez Silva se atreve a darle un pico a Toni Genil, con la cara de él llena de chocolate y barro. Que valiente es esta mujer. Después de ver ésto recupero las esperanzas de ligarme a Raquel. Besarme a mi no puede ser peor que eso…

Ahora nos ponen, otra vez, no sabemos muy bien porqué, el encuentro entre Rosa Benito y Amador Mohedano. Sí, ese encuentro romántico como salir a cenar al Burguer.

En serio, amigos de Telecinco: No quiero conocer la vida sexual de esta pareja.

Volvemos a la palapa, donde las pobres esteticienes han tenido que ver cómo Rosa ha metido la mano recién manicurada en un tonel de barro y después, en chocolate caliente. Deben estar encantadas con el trato que se le da a su trabajo.

Raquel Sánchez Silva contraataca: quiere que J. J. V. le de un piquito a la madre de Aída. Lo hace. Ay, dios. Esto parece una partida al Beso, atrevimiento o verdad.

Y nos ponen un vídeo del acercamiento entre Sonia y Rosa. Ahora, después de haberse puesto a parir, son las mejores amigas del mundo. Sí, amigos, que se haga la paz, aunque sea más falsa que el Rambo del Mediamarkt.

Es el turno del tratamiento de Rosi: una depilación de piernas. «Sí, que parece Macario», dice Jeyko.

A Sonia la llevan a la zona de nominaciones. J. J. V. buscando la lágrima fácil, le pregunta a Sonia por su hermano muerto y por su trauma porque se siente culpable al haber ido a verla a ella.

Y nos ponen el vídeo en el que ella confiesa su trauma y en que pensó en suicidarse. Vamos, alegría.

En Supervivientes no le hacen ascos a nada, oiga.

El caso es que le han dado una carta de su familia, en la que la ponen en un altar. Ella se pone a leerla en voz alta como si fuera una redacción de clase.

Veeenga alegrías. J. J. V. Insiste y Sonia nos cuenta que se intentó quitar la vida en dos ocasiones y que su padre murió de cáncer en sus brazos y que su madre tiene depresión.

Y J. J. V. con esa habilidad que tiene para pasarse por el forro lo trágico, pregunta a la madre de Sonia que qué le parecería Tony Genil como marido para Sonia.

 Y sin cortes ni nada, vemos cómo esquilan a Rosi, dándole tirones con una cinta de cera. La rubia chilla como un gorrino en San Martín.

La siguiente en hacerse el tratamiento es Sonia. Sí, porque contar en televisión tus penas no está reñido con hacerse el tinte.

E insisten en que Tony Genil quiere una calle en su pueblo, Puente Genil. ¿Por qué? Pues porque le hace más promoción al pueblo que la junta de Andalucía.

Los demás han iniciado una campaña para apoyarle y que se la pongan. No sabemos si con la intención de que se vaya allí.

Sonia dice que no quiere teñirse, porque es alérgica al tinte y no tienen el tono que le gusta.

Y mientras, Tony recibe una carta del alcalde de su pueblo, en la que le agradecen la promoción que hace del pueblo. Pero no dicen nada de lo de la calle…

Nuevo hilo.

51 comentarios

  1. Dice ser Scaleo

    Y Keren llega a casa, abraza a sus hijos y exclama… Hijos míos, no estamos tan mal

    15 julio 2011 | 00:14

Los comentarios están cerrados.