Esta mañana he leído en El País esta noticia:
Según ha desvelado Il Giornale, periódico de la familia de Silvio Berlusconi, la Guardia de Finanza ha enviado a Hacienda un informe sobre el enrevesado entramado financiero de la sociedad Dolce & Gabbana, capaz de ocultar al fisco sus ingresos reales. De la opacidad de ese sistema se derivaría una multa histórica de 800 millones de euros, repartida a partes iguales entre los dos. Hasta ahora han sido pocos los medios italianos que han recogido la noticia, quizá porque saben que Dolce y Gabbana no suelen reaccionar bien ante este tipo de exposición mediática.
Primero, manda narices que se te investigue por un delito y los medios de comunicación no se atrevan a contarlo, y segundo, y lo más indignante, es ver como los que más ganan montan triquiñuelas para evitar pagar lo que el común de los mortales pagamos con mucho esfuerzo.