Por esta sección han pasado muchos deportistas, algunos de ellos futbolistas, que tuvieron la desgracia de coincidir con el nazismo o la II Guerra Mundial. Casi todos pertenecían al bando aliado, es decir, que la mayoría protagonizó historias de rebelión y de lucha contra el totalitarismo nazi. Pero son raras las historias de deportistas que estuvieran desde el punto de vista de la Alemania nazi. Antes de seguir, quiero explicar que el personaje de hoy no era o al menos no tenía por qué ser ideológicamente nazi. Al delantero del que os voy a hablar le tocaron una época y unas circunstancias concretas y eso, y nada más que eso, es lo que voy a relatar.
Gelsenkirchen, Alemania. 9 de enero de 1914. Nace Adolf Urban en el seno de una familia procedente de la ciudad de Allenstein, en Prusia Oriental (hoy Olsztyn, Polonia), que habían llegado a la cuenca del Ruhr por motivos laborales. El joven Ala (diminutivo polaco de Adolf) se incorpora con tan sólo 12 añitos a la cantera del Schalke 04 y allí pasa seis años. Con 18 años juega una temporada en el Schalke 24, un club paralelo formado por trabajadores de la industria minera. Por fin, en 1933, salta al primer equipo profesional del Schalke 04. Es el mismo año en el que su tocayo, Adolf Hitler, accede al poder en el país.
En 1934, el Schalke 04 gana el campeonato alemán en la final de Berlín ante el Núremberg, gracias a la habilidad de ‘Ala’ Urban como extremo izquierda y con un ataque que completaban Ernst Kalwitzki, Rudolf Gellesch, Ernst Poertgen y Ernst Kuzorra.
Al año siguiente consiguen revalidar su título y a Adolf Urban le llega la oportunidad de jugar en la selección alemana: es el 18 de agosto de 1935, ante Luxemburgo. Alemania gana 1-0. El 15 de marzo de 1936, ‘Ala’ juega su segundo partido internacional, ante Hungría en Budapest, en el que marca un gol. Pocas semanas después, es convocado para formar parte del equipo olímpico alemán de cara a los Juegos de Berlín, pero Alemania es eliminada, sorprendentemente, tras perder 2-0 ante Noruega.
La selección alemana es remodelada tras el fiasco olímpico y llega el primer gran equipo teutón de la historia. Adolf Urban es titular indiscutible y dueño de la banda izquierda. Pasaron a la historia como los Once de Breslau (Breslau Elf). El apodo se debe al partido en el que se encumbran. El 16 de mayo de 1937, en el estadio Hermann Göring de Breslau (hoy Wroclaw, Polonia), Alemania aplasta por 8-0 a Dinamarca, con un gol de ‘Ala’ Urban. Esa selección consiguió un récord de entonces, el de no perder durante once partidos seguidos (ganando diez de ellos). En 1938 se produce en Anchluss (la anexión de Austria) y los Once de Breslau (Jakob; Janes, Münzenberg; Kupfer, Goldbrunner, Kitzinger; Lehner, Gellesch, Stiffling, Szepan y Urban) dejan de existir: por motivos políticos, el seleccionador se ve obligado a prescindir de algunos jugadores de este equipo inicial para meter a austríacos.
No obstante, Adolf Urban siguió jugando con la selección alemana, con tan mala suerte de que una lesión le dejó fuera del Mundial de 1938. Pero apenas si pudo reaparecer con el equipo nacional cuando estalló, en 1939, la II Guerra Mundial. Adolf Urban fue movilizado y enviado al frente oriental. Durante la guerra, su figura fue utilizada por la propaganda y llegó a ser portada de la revista Kicker (que ya existía entonces), pero ataviado con su uniforme de la Wehrmacht. De hecho, Urban pudo seguir jugando algunos partidos con su selección durante los permisos que le concedían en plena campaña.
Estuvo en la llamada Bolsa de Demyansk, una batalla en la que el ejército alemán se vio rodeado por el Ejército Rojo y sufrió una derrota de gran importancia estratégica. Era 1942 y tras el retroceso de las tropas alemanas y un permiso gracias al que pudo volver a Gelsenkirchen, Adolf Urban le dijo a sus allegados: «No voy a sobrevivir a esta guerra».
Estaba en lo cierto. El 27 de mayo de 1943, en la batalla de Staraya Russa, Adolf Urban recibió un disparo en la cabeza y otro en un pulmón que acabaron con su vida. Tenía 29 años y se iba la primera gran estrella del fútbol alemán. Hasta la BBC informó de su muerte. El régimen nazi intentó vender su muerte como un acto de heroismo pero sea como fuere, visto en perspectiva, es otro triste relato de una carrera deportiva brillante truncada por la guerra.
Por desgracia, no he podido encontrar ningún vídeo sobre Adolf Urban, así que sólo me queda desearos un buen fin de semana. ¡Saludos!