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Santuarios del deporte. Hampden Park, Glasgow

Nota previa: Este artículo lleva escrito semanas. Pero nuestro secretario general, igesar75, de nuevo en un alarde de videncia, estuvo hablando anteayer de un dato que aparece en este artículo. Sigo ojoplático. Pero a lo que vamos: Creo que ya os dije que para mí, el Reino Unido es uno de los lugares en los que mejor son tratados los santuarios o templos del deporte. Entre otras cosas, porque suelen tener mucha historia detrás. Hoy nos vamos a Escocia para hablar de uno de los más grandes, en todos los sentidos: Hampden Park.

Nombre oficial: Hampden Park

Ubicación: Glasgow, Escocia.

Capacidad: 52.063 espectadores.

Año de inauguración: 1903

Deportes: Fútbol, rugby.

Equipos: Queens Park FC, selección escocesa de fútbol.

Más cosas: Hablar de Hampden Park es hacerlo de la historia viva del fútbol europeo. Durante años fue el estadio más grande del mundo y todavía ostenta récords de asistencia que serán difíciles de batir. Además, es un campo de buen recuerdo para algunas de las aficiones de España. Pero si os parece, empecemos como siempre con algo de historia.

El estadio que nos ocupa hoy es en realidad el tercero en llevar este nombre. Tanto éste como los dos anteriores, situados en lugares diferentes de la ciudad de Glasgow, fueron edificados por iniciativa del club más antiguo de Escocia, el Queens Park FC (no confundir con el Queens Park Rangers inglés). Este equipo de preciosa camiseta es todo un referente del fútbol británico. Tanto es así que mantiene desde sus inicios un estricto amateurismo del que hace gala incluso en su lema (“Ludere Causa Ludendi”, que se podría traducir, más o menos, como “Jugar por el hecho de jugar”). Como os decía, el Queens Park tuvo antes dos casas llamadas Hampden, que fue sustituyendo en busca de más sitio. Finalmente, a finales de 1899 comenzó a construir el tercer y definitivo Hampden Park (cuyo nombre, por cierto, hace referencia a un héroe de la Guerra Civil Inglesa). El arquitecto a cargo fue Archibald Leitch, del que ya hablamos en su día, y al que debemos tantas joyas del balompié británico.

El estadio tardó tres años en ser construido y cuando nació, se convirtió en el estadio más grande del mundo, con algo más de 100.000 espectadores. En ese momento, los tres estadios más grandes del planeta estaban en la misma ciudad: Hampden Park, Celtic Park y Ibrox Park. Ostentaría este título hasta 1950, cuando Maracaná abrió sus puertas en Rio de Janeiro. La inauguración tuvo lugar un 31 de octubre de 1903, con un Queens Park 1-0 Celtic. Al año siguiente, Hampden acogió su primera final de Copa Escocesa (un Celtic-Rangers que marcó el primer récord de asistencia de Hampden, 64.672 personas). Dos años después, en abril de 1906, 102.741 personas asistieron al primer Escocia-Inglaterra. Tras ese partido, la Scottish FA determinó que Hampden sería el estadio oficial de la selección. De hecho, desde ese día, siempre que Inglaterra ha jugado en Escocia lo ha hecho en Hampden.

En sucesivos años, y con mucha frecuencia, Hampden Park fue sujeto de remodelaciones que fueron ampliando paulatinamente su capacidad y por ende, el número de récords de asistencia. Así, 121.452 personas asistieron en 1908 a otro Escocia-Inglaterra. Cuatro años después, se batió el récord, con 127.307 asistentes en otro encuentro entre los más viejos enemigos del fútbol mundial. Por si fuera poco, en 1923, el Queens Park compró más terrenos adyacentes y la capacidad se amplió en 25.000 personas más. Tras otra reforma en 1937, Hampden Park alcanzó una capacidad de 183.388 personas, una monstruosidad. El problema es que la SFA no permitía vender más de 150.000 entradas, por lo que la mayor cantidad de gente que ha asistido a un partido en Hampden Park fue de 149.415 (oficiales, se dice que entraron otras 20.000 personas sin entrada), en un Escocia-Inglaterra en 1937. Es el récord europeo de asistencia a un partido internacional. Ese mismo año se estableció en Hampden el record mundial, aún vigente, de asistencia a un partido entre clubes: fue la final de la Copa Escocesa entre el Celtic y el Aberdeen, con una asistencia de 147.365 personas.

Durante la II Guerra Mundial, una ley impidió ocupar los estadios más del 50% de su capacidad (por temor a bombardeos alemanes). Aun así, un amistoso entre jugadores internacionales escoceses e ingleses en 1942 atrajo a 90.000 personas.

Cuando acabó la guerra, Hampden sufrió un recorte en sus localidades (hasta 135.000 espectadores) por motivos de seguridad, pese a lo cual, empezó la época dorada de partidos internacionales. En 1957, por ejemplo, Escocia derrotó 4-2 a la España de Kubala y Di Stéfano. Bajo estas líneas, Hampden en aquella época. Obsérvense las dimensiones del graderío:

Hampden Park in 1954

Tres años después, en 1960, Hampden acogió su primera final europea. Fue la final de la Copa de Europa, en la que el Real Madrid derrotó por 7-3 al Eintracht de Frankfurt frente a 130.000 personas. En 1962 y 1966 acogió las finales de la Recopa (en la primera, Atlético 1-1 Fiorentina –ganó el Atleti en el replay, en Stuttgart-; en la segunda, el Borussia de Dortmund derrotó por 2-1 al Liverpool). Años más tarde, en 1970, un partido de semifinales de la Copa de Europa supuso un récord aún no batido. Se enfrentaban el Celtic de Glasgow y el Leeds United. El Celtic pidió jugar el partido de casa en Hampden en lugar de en el Celtic Park, para buscar más voces a su favor. Ese partido lo vieron en directo 136.505 personas, actual récord de asistencia a un partido organizado por la UEFA, sea cual sea la competición. Por cierto, el Celtic pasó a la final, pero perdió ante el Feyenoord en San Siro. Seis años después, Hampden volvió a ser escenario de una final de la Copa de Europa. En ella, el Bayern de Beckenbauer y compañía derrotó al Saint Etienne francés por un gol a cero. El anecdotario de los 70 lo cierra un joven de 19 años llamado Diego Armando Maradona, que en 1979 marcó un gol entre un amistoso entre Escocia y Argentina.

La seguridad se convirtió en los 80 en un tema de máxima importancia para federaciones y clubes y así, empezó una época de reformas en Hampden que recortaron drásticamente su capacidad. Entre 1981 y 1986 se llevaron a cabo unas obras que redujeron la capacidad a 74.370, mientras que otra obra entre 1992 y 1994 dejó el aforo en 37.000. No obstante, tres años después se acometió otra obra y se fijó el aforo en los actuales 52.063 asientos. Como curiosidad, os diré que actualmente, el Queens Park junta a unos 1.000 aficionados de media en sus partidos de casa. Como véis, muy poquita cosa comparada con las afluencias masivas de antaño.

Pero sigamos. En 2002, como recordaréis, se jugó la tercera final de Copa de Europa en Hampden. En ella, el Madrid ganó la famosa novena, al Bayer Leverkusen, gracias a un prodigioso gol de volea de Zinedine Zidane. Y en 2007, el Sevilla ganó la UEFA al Espanyol también en este templo escocés. Y en el año que empieza la semana que viene, la historia de Hampden se seguirá escribiendo, ya que acogerá algunos partidos de la competición olímpica de fútbol.

No quiero acabar el artículo sin hablar de lo que en Escocia se conoce como ‘Hampden Roar’ (el rugido de Hampden), un fenómeno que se daba cuando la asistencia alcanzaba o superaba las 100.000 almas. Al parecer, cada vez que Escocia marcaba un gol en Hampden, el rugido del público se oía a más de una milla (1,61 km) de distancia.

Por último, decir que en Hampden se han jugado algunos partidos de rugby (cuatro en concreto), entre ellos un partido del Mundial de 1999. En 2014, además, acogerá algunas competiciones de atletismo en el marco de los Juegos de la Commonwealth. También ha habido boxeo. En 2000, Mike Tyson derribó en 12 segundos a Lou Savarese.

Y en cuanto a conciertos, la lista de grandes estrellas que han actuado en Hampden es muy grande: Rolling Stones, U2, Oasis, AC/DC, Bruce Springsteen, Coldplay o Red Hot Chili Peppers, entre otros.

Espero no haber sido pesado. La verdad es que me ha salido un poco largo, pero creo que merecía la pena. Además, es uno de los últimos artículos del año, así que supongo que sabréis perdonarme. Un abrazo.