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Atuendos para la historia. Mangas compresivas: ¿remedio, placebo o moda?

Pau Gasol y Dwight Howard, ambos con mangas compresoras, en un partido de la NBA de la pasada temporada (Archvo 20minutos).

Pau Gasol y Dwight Howard, ambos con mangas compresivas, en un partido de la NBA de la pasada temporada (Archvo 20minutos).

Hace poco menos de un año, en el artículo dedicado a Allen Iverson, salió a colación una prenda deportiva que de unos años a esta parte, se ha convertido en algo imprescindible en las canchas de baloncesto. Concebida como remedio, tengo la certeza de que se ha convertido en un elemento de moda más. Es la manga compresiva.

En efecto, fue Allen Iverson el que empezó a utilizarlas a comienzos de esta década. El motivo era una bursitis (una inflamación de la bolsa situada junto al codo -en este caso- y que facilitan los desplazamientos entre los tendones y otras estructuras próximas). Sin querer meterme a médico, este tipo de prendas reducen el dolor, mejoran la circulación, mantienen el calor y ayudan a que la zona afectada se recupere.

En realidad, coderas y rodilleras han existido desde hace décadas, pero el modelo que introdujo Iverson aportaba más novedades, como que iba desde casi la muñeca hasta el bíceps. Está fabricada en nylon y spandex. Iverson, como ya os conté en su día, decidió no quitársela cuando se recuperó y fue entonces cuando empezó a popularizarse.

Son muchos los jugadores que llevan una o dos de estas mangas compresivas, que comercializan ya las grandes marcas y en colores ‘ad hoc’ para los jugadores que las requieren: Pau Gasol suele usar una, así como Kobe Bryant, LeBron James, Carmelo Anthony, Dwayne Warde, Russell Westbrook, Dwight Howard y un largo etcétera las usan.

Carmelo Anthony (en la foto, en un partido de los Knicks en 2011), no pasa sin ellas (Archivo 20minutos).

Carmelo Anthony (en la foto, en un partido de los Knicks en 2011), no pasa sin ellas (Archivo 20minutos).

El caso es que un artículo de la revista Psychology Today, firmado por Steven Kotler, apunta a que el hecho de que haya jugadores que llevan esta manga (que en Estados Unidos se llama ‘basketball sleeve’, ‘shooter sleeve’ o ‘arm sleeve’) aun después de haber superado los problemas físicos que les llevaron a tenerla puede explicarse en el famoso efecto placebo, o en otras palabras, que puede aportar al jugador un plus de seguridad frente a posibles recaídas de su lesión o a un mejor rendimiento.

Pero independientemente del debate de si funcionan o no, hay un dato incontestable: como elemento ornamental tienen mucho éxito. Según datos de la propia NBA, las prendas más vendidas de su tienda online (además de las equipaciones oficiales, claro está), son las mangas compresivas.

Mañana, más.