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Trofeos, copas y medallas. La Jarra de Clarete, objeto de deseo del golf

Severiano Ballesteros sostiene la Jarra de Clarete tras ganar el British Open en 1984 (GTRES).

Severiano Ballesteros sostiene la Jarra de Clarete tras ganar el British Open en 1984 (GTRES).

El golf vuelve a protagonizar la sección de los trofeos. Es un deporte cuajado de tradiciones que casa muy bien con buenas historias para traer al blog. Hoy vamos a hablar de la Jarra de Clarete, el trofeo del British Open.

El British Open se celebra desde 1860. El trofeo original era el llamado Challenge Belt, un cinturón con una placa que, si se ganaba tres veces seguidas, pasaba a ser propiedad del ganador. Ocurrió en 1870 cuando el escocés Tom Morris lo logró. Así las cosas, había que buscar un nuevo trofeo.

Los tres clubes que entonces acogían de manera rotatoria, St. Andrews, Prestwick y Musselburgh, decidieron poner 10 libras cada uno para comprar un nuevo trofeo. Lo fabricó la firma Mackay Cunningham & Company, de Edimburgo, y era una jarra para vino.

En 1871 no se celebró el torneo, y en 1872 no estaba aún terminado el trofeo. Tom Morris ganó de nuevo y se le entregó una medalla, pese a lo cual su nombre fue el primero inscrito en la jarra. El primero en recibirlo fue otro escocés, Tom Kidd, en 1873.

En 1928 se creó otro trofeo igual, que es el que se entrega ahora, mientras que el original se conserva en el Museo de St. Andrews. El ganador disfruta del trofeo hasta poco antes de la siguiente edición, cuando la tiene que devolver. Se le da una réplica para conservarla.

El estadounidense Phil Mickelson, ganador en 2013, se bebió en la Jarra de Clarete un vino de 40.000 dólares por botella (GTRES).

El estadounidense Phil Mickelson, ganador en 2013, se bebió en la Jarra de Clarete un vino de 40.000 dólares por botella (GTRES).

La Jarra de Clarete, como buen trofeo del golf, tiene mil anécdotas detrás. Por ejemplo, en 1999 el francés Jean van de Velde estaba a punto de ganar el Open. Lo tenía tan cerca que, para ganar tiempo, se grabó su nombre en el trofeo. Pero Van de Velde hizo un triple bogey en el hoyo 18 y el escocés Paul Lawrie se llevó el torneo. La Jarra, que ha aparecido en varios billetes emitidos por el Banco de Escocia, suele ser llenada de algún licor para celebrarlo. Dependiendo de los gustos del ganador, su interior ha acogido champán, cervezas de todo tipo, vinos de 40.000 dólares (cosa de Phil Mickelson)… o Coca Cola (para los hijos de Stewart Cink).

Ganadores como Darren Clarke se dedicaron en su año de reinado a llevarla allá adonde fueran, mientras que Tiger Woods, en cambio, no la sacaba nunca de casa. Tampoco Sir Nick Faldo, que dormía junto a ella y que decía que solía despertarse por la noche para tocarla. Otra anécdota divertida la protagonizó en 1982 Tom Watson, que la abolló mientras entrenaba y que, lejos de pedir ayuda, decidió arreglarla en su propia casa sin que después nadie notara nada. Estas anécdotas, y alguna más, las podéis leer en esta entrada del portal Crónica Golf.

Os dejo con un vídeo (en inglés) sobre la historia del trofeo:

Hasta mañana.