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Quién fue… Nettie Honeyball: la valiente pionera del fútbol femenino

Nettie Honeyball, en una foto de la época (WIKIPEDIA).

Nettie Honeyball, en una foto de la época (WIKIPEDIA).

Este artículo llega un mes tarde. No por nada en especial, ya que su protagonista es de hace 12 décadas. Tenía que haber salido publicado el 8 de marzo, el Día Internacional de la Mujer, pero no lo hizo porque fue precisamente ese día en el que se me ocurrió. Bueno, para ser más exactos, en el que busqué y encontré su historia. Es Nettie Honeyball.

Este post es de los que más me ha costado, lo admito, y es que se sabe poco, por no decir poquísimo, de la protagonista de hoy, al menos en cuanto a su biografía, no así en cuanto a su legado, que al fin y al cabo es lo que la trae a este blog.

Sabemos que Nettie J. Honeyball (Nettie podría ser un diminutivo de Jeanette, Annette o Henrietta) nació en Londres en 1871, aunque este dato tampoco es seguro. No se conoce ni su profesión (algunas investigaciones apuntan a que era cajera en una tienda de ultramarinos) ni su estado civil ni más detalles sobre su familia.

Pero como os decía, lo que sí se sabe es que en 1894, esta joven puso un anuncio en la prensa. Buscaba chicas que se unieran a ella para formar, nada más y nada menos, que un equipo de fútbol.

30 jóvenes acudieron a la llamada: había nacido el British Ladies Football Club. Nettie Honeyball convenció a J. W. Julian, por aquel entonces jugador del Tottenham Hotspur, para que entrenara a las chicas. Los entrenamientos tenían lugar dos veces por semana en un parque público londinense.

En febrero de 1895, el diario Daily Sketch entrevistó a Honeyball, que explicaba el motivo de fundar un club femenino. Esta entrevista es muy reveladora acerca del carácter y la personalidad de la protagonista de hoy:

Fundé el club a finales del año pasado, con el objetivo de probarle al mundo que las mujeres no son esas criaturas ‘ornamentales e inútiles’ que los hombres pintan. Debo confesar que mis convicciones en todos los asuntos en los que los sexos están tan profundamente divididos están todos de parte de la emancipación, y deseo la llegada de un tiempo en el que las mujeres se puedan sentar en el Parlamento y tengan voz en la gestión de todos los asuntos, especialemente en aquellos que las conciernen más.

Tenían entrenador, tenían jugadoras y sólo faltaba tener presidente. Como no podía ser de otra forma, el cargo lo asumió una mujer: Lady Florence Dixie. Lady Florence era hija del marqués de Queensberry y era periodista, viajera y, sobre todo, una de las más destacadas feministas de su época. Esta aristócrata sólo puso una condición: que las mujeres que formaran parte del equipo «entraran en el espíritu de este deporte de alma y corazón».

Críticas despiadadas

El primer partido se disputó el 23 de marzo de 1895, en Crouch End, Londres. Las chicas se dividieron en dos equipos, uno representando al norte de la ciudad y la otra al sur. Las primeras iban de rojo y las segundas, de azul. Precisamente, la indumentaria de las jugadoras ocupó bastantes líneas en la prensa de la época. Así, el corresponsal del Manchester Guardian escribió:

Sus trajes llamaron mucho la atención… una o dos faldas cortas puestas sobre unos pantalones. Cuando la novedad pase, no creo que el fútbol femenino atraiga a las masas.

El once inicial de las representantes del norte de Londres de las British Ladies. Hneyball es la segunda por la izquierda, de pie (WIKIPEDIA).

El once inicial de las representantes del norte de Londres de las British Ladies. Honeyball es la segunda por la izquierda, de pie (WIKIPEDIA).

Como os podréis imaginar después de leer estas frases, las crónicas tenían cierto tufillo machista. Así relataba el reportero del Daily Sketch lo que había visto:

Los primeros minutos fueron suficientes para demostrar que el fútbol femenino, si seguimos el criterio marcado por las British Ladies, está fuera de toda discusión. Un futbolista requiere velocidad, juicio, habilidad y agallas. Ninguna de estas cuatro cualidades se vieron este sábado. La mayor parte del tiempo, las señoras vagaron sin rumbo por el terreno de juego en un trote sin gracia.

Otro medio, el Jarrow Express, decía al respecto esto:

Las miembros del British Ladies Football Club han jugado su primer partido en público. Esperamos que sea el último. Siempre hay curiosidad por ver a mujeres hacer cosas impropias de su sexo, y no es sorprendente que varios miles de personas fueran a ver el partido, aunque muy pocas de ellas querrían tener a sus hermanas o hijas exhibiéndose en el terreno de juego. (…) el club no atrae a espectadores por su juego. Cuánto tiempo seguirán atrayendo gente por razones extradeportivas es otro asunto, pero es significativo que una considerable proporción de los asistentes se fueron en el descanso. La risa era fácil y la diversión algo gruesa, pero se trata de espectáculos decadentes, y sorprendería que un segundo partido tuviera tanto éxito como el primero.

El corresponsal del diario The Sportsman fue bastante más amable:

Es cierto: los hombres corren más y chutan más fuerte, pero más allá de eso, no creo que (unos hombres sin experiencia) pudieran mostrar mayor conocimiento del juego o más habilidad en su ejecución. No creo que la mujer futbolista se apague a causa de unos cuantos artículos escritos por señores mayores sin simpatía alguna por el fútbol como juego ni por las aspiraciones de las mujeres jóvenes. Si la mujer futbolista muere, morirá dando guerra.

Sea como fuere, el partido, que acabó con 7-1 para las chicas del norte de Londres, y en efecto fue un éxito, ya que se dice que lo vieron en directo 10.000 personas.

Pero no sólo la prensa atizó a las British Ladies, sino que tuvieron que hacer frente a otro tipo de ataques. Por ejemplo, el British Medical Journal publicó un artículo en el que criticaba la práctica del fútbol por parte de mujeres:

No podemos de ninguna manera aplaudir la imprudente exposición a la violencia de unos órganos que la experiencia común de las mujeres ha llevado siempre a proteger.

Estas crónicas no detuvieron a las British Ladies. Volvieron a jugar el 6 de abril en Brighton y lo hicieron además para recaudar fondos con motivos benéficos. Ganaron de nuevo las del norte de Londres por 8-3. Y en Bury se celebró el tercer partido, con empate a tres goles. Ese día se recaudaron 100 libras para la beneficiencia.

Pocos días después, las chicas jugaron en un campo profesional, el del Reading FC. De nuevo ganaron las del norte por 1-0. Siguieron partidos en Bristol (ganó el sur 5-2), New Brompton, Walsall, Newcastle, donde reunieron 8.000 espectadores, South Shelds, Darlington y Jesmond. A este último partido sólo acudieron 400 personas. Tras él, la gira de once partidos de las British Ladies se acabó. Todas las jugadoras volvieron a sus vidas de antes de esta aventura.

Y por si fuera poco, en 1902, la FA prohibió el fúbol femenino, aduciendo que era un deporte demasiado rudo. Hasta 1971, habéis leído bien, hasta 1971, el máximo organismo del fútbol inglés y el pionero en el mundo no legalizó el fútbol femenino.

76 años tuvieron que pasar para que el sueño de Nettie Honeyball se hiciera realidad… y por cierto… ¿qué fue de Nettie Honeyball? Pues como os decía al principio, poco se sabe de esta misteriosa mujer, pese a algunas investigaciones serias que han querido arrojar luz. Sea como fuere, su nombre y su foto han quedado para la posteridad y valga este artículo para afianzar su legado.

No puedo despedirme sin conceder créditos al historiador inglés John Simkin, que ha realizado un tremendo trabajo que recoge en su web y que me ha servido para escribir este artículo.

Que paséis un buen fin de semana.