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Atuendos para la historia. Las botas de fútbol: de Enrique VIII a los colorines de 135 gramos

Enrique VIII, en un retrato de Hans Holbein el Joven (1537) ( WIKIPEDIA).

Enrique VIII, en un retrato de Hans Holbein el Joven (1537) ( WIKIPEDIA).

Pues de nuevo damos un giro a la sección que empezó siendo de camisetas y que cada vez más frecuentemente se centra en otros elementos del atuendo deportivo. En un principio, pensaba hacer el artículo de hoy de una manera mucho menos amplia, fijándome en algún modelo concreto, pero creo que es más interesante si lo enfoco desde un punto de vista más global. Y es que hoy voy a hablaros de las botas de fútbol y su historia.

Supongo que os preguntaréis qué pinta Enrique VIII, rey de Inglaterra, tanto en el titular como en la foto principal del artículo. Pues tiene su explicación. Y es que hace unos diez años, la doctora Maria Hayward, del Centro de Conservación Textil de la Escuela de Arte de Winchester, Inglaterra, descubrió en una investigación la lista que conformaba el Gran Guardarropa del rey Tudor, fechado en 1526. Entre cientos de artículos, se encontraban unas ¡botas de fútbol!

Se sabe que eran de cuero y que las confeccionó un artesano llamado Cornelius Johnson en 1525. Al rey le costaron cuatro chelines, algo más de 100 libras esterlinas actuales. No se tiene constancia de cómo eran. Se sabe que cubrían el tobillo y que eran muy pesadas, pero poco más.

La doctora Hayward cree que pese a ser un deporte muy violento e incluso mal visto por las clases sociales altas, el rey practicaba el fútbol (una versión arcaica, desde luego) con jóvenes de su corte.

Réplica de unas botas de los años 20, en el Museo del Schalke 04 (WIKIPEDIA)

Réplica de unas botas de los años 20, en el Museo del Schalke 04 (WIKIPEDIA)

Esta es la primera referencia conocida a unas botas de fútbol. Después, hay que dar un salto de más de tres siglos y plantarse en el XIX, también en Inglaterra.

Estamos en los albores del fútbol actual. El deporte empieza a ser muy popular entre el gran público y se empuje va aparejado con el ‘boom’ de la industria. Por eso, los primeros partidos de fútbol se jugaban con botas de trabajo. Las botas cubrían los tobillos y los trabajadores les añadían pequeños clavos en las suelas para mejorar el agarre. En algunos casos, esas botas tenían refuerzo de acero en la punta (como lo siguen llevando las botas de trabajo), así que imaginad una tarascada con ellas…

A finales del XIX, cuando el fútbol se institucionaliza, nacen las primeras botas específicas de fútbol. Siguen cubriendo los tobillos y están hechas de recio cuero. Llevan tacos, que se redondean, y su peso ronda los 500 gramos cada una. Si se mojaban, el peso podía doblarse, por lo que el jugador llevaba un kilo ‘amarrado’ a cada pie.

Botas de Ricardo Zamora, de los años 30 (WIKIPEDIA).

Botas de Ricardo Zamora, de los años 30 (WIKIPEDIA).

La primera marca, o una de las primeras, que se dedicó a las botas de fútbol fue la inglesa Gola, que aún existe (y que ahora destaca como fabricante de zapatillas sport), fundada en Leicester en 1905. Otras marcas se le fueron uniendo, como Valsport o como la danesa Hummel, ambas en los años 20. Fue precisamente en esta década cuando en la ciudad bávara de Herzogenarauch, los hermanos Rudolf y Adolf Dassler fundan la Gebruder Dassler Schuhfabrik (Fábrica de Zapatos Dassler). En 1925 lanzan sus botas de fútbol, que cuentan con seis tacos intercambiables.

Tras la Segunda Guerra Mundial, llega la primera gran revolución. Procede de Sudamérica, donde empiezan a fabricarse unas botas más ligeras, no tan centradas en proteger como en perfeccionar el juego. En 1948, además, se produce la separación de los hermanos Dassler, que andaban a la gresca. Rudolf (Rudi) funda Puma y Adolf (Adi) Adidas. Este hecho es fundamental para la historia de las botas de fútbol. Ambos crean los tacos de plástico o goma e introducen materiales sintéticos junto al cuero para hacerlas más ligeras.

Adidas toma la delantera cuando consigue proveer de botas a la selección alemana que iba a disputar el Mundial de Suiza de 1954. Estas botas son más ligeras y flexibles, ya no cubren el tobillo y llevan las características tres bandas de la marca.

Botas Adidas de la época del Mundial de 1954 (WEB ADIDAS).

Botas Adidas de la época del Mundial de 1954 (WEB ADIDAS).

La respuesta de Puma llegó unos años más tarde y nada menos que logrando que Pelé lleve unas botas de esta marca en el Mundial de 1962. El corte es mucho más bajo y el peso es muy inferior. Pero el efecto Pelé no sirve para evitar que Adidas se convierta en pocos años en la número uno del mercado. De hecho, en el Mundial de 1966, el 75% de los futbolistas llevan botas de la firma alemana. Es en los 60, además, cuando otras marcas se lanzan a este mercado: Asics, Mitre o la toledana Joma.

En los 70, el principal cambio llega con el material. Destaca el uso de la piel de canguro, que es más elástica y resistente. Es la época de las Adidas Copa Mundial, modelo que porta la Alemania campeona de 1974. Puma sigue con su guerra, proveyendo de botas de nuevo a Pelé y a la estrella de la década, Johan Cruyff. Y en esta década, con poco ruido, llega de Estados Unidos una marca que está empezando y que años después le disputaría el liderazgo a Adidas: Nike.

Bale, con sus botas de 135 gramos (EFE).

Bale, con sus botas de 135 gramos (EFE).

Los 80 contemplan la llegada masiva de nuevos fabricantes: la italiana Lotto, la inglesa Umbro o la ilicitana Kelme irrumpen en el negocio. Pero la verdadera revolución llega en los 90. El primer bombazo llega de la mano de Adidas con el modelo Predator, que como recordaréis, presentaba unas protuberancias en el empeine que mejoraban el disparo y el control de balón, así como una suela de una sola pieza, sin tacos movibles. Es a finales de esta época en la que aparece el gran horror (en mi opinión): Joma (recordaréis las botas blancas de Alfonso Pérez) o Puma son algunas de las marcas que empiezan a innovar, por ahora con colores planos.

En los 2000, cualquier parecido con lo anterior es pura coincidencia. Adidas y Nike copan el mercado, repartiéndose entre ellos los servicios de los mejores jugadores del mundo (con permiso de Puma, tercera en discordia). En cuanto al aspecto, qué deciros: ya no hay apenas colores planos. Tonos fluorescentes, manchas, rayas, dibujos geométricos cordones inexistentes o ladeados… y sobre las prestaciones, qué deciros.

Ahora se utilizan materiales sintéticos, tecnología láser y cada vez menos peso. Por ejemplo, Gareth Bale acaba de estrenar unas botas que pesan 135 gramos. Muy lejos de aquellas de las que hablábamos al principio.

¿Y qué nos espera en el futuro? Pues ya lo sabemos: llegan las botas tejidas y las botas con calcetín incorporado (o ambas a la vez). Ambos inventos son de Adidas y los veremos, seguro, en el Mundial de Brasil. Igualicas que las de Enrique VIII.

Hasta mañana, majos.

Qué fue de… Alfonso

¡¡¡Empieza la Eurocopa!!!Por fin, los amantes del buen fútbol tenemos delante una competición de las buenas, uno de esos eventos por los que merece la pena que la Liga acabe tan pronto. Grandes jugadores, momentos de emoción, jugadas espectaculares, equipos revelación… y por supuesto nuestra Selección, que tantas tensiones nos provoca (en mi opinión, la Selección de Luis se ha convertido un poco en el Atlético de Madrid, siempre sufriendo y al final nada… os lo digo porque me da las mismas sensaciones jejeje). Aprovechando el momento os traigo a un pedazo de delantero español, queridísimo por muchas aficiones, que tuvo un momento estelar ‘eurocopero’. Es Alfonso Pérez Muñoz.

¿Quién era?: Un delantero centro español de los 90 y principios de esta década.

¿Por qué se le recuerda?: Por varias cosas. Fue una de las grandes joyas de la cantera madridista, se convirtió en uno de los jugadores más carismáticos del Real Betis, jugó en el Barcelona y encima, metió uno de los goles más vibrantes de nuestro equipo en los últimos años: Fase de grupos de la Eurocopa 2000. Último partido. España necesita ganar. Es el minuto 90 y perdemos ante Yugoslavia por 3-2. En ese momento, Gaizka Mendieta mete un gol de penalty que aún nos da la vida, en un partido loco. Con segundos a falta de que el árbitro pite el final, nuestro protagonista de hoy engancha una volea en el borde del área que se cuela en la portería yugoslava. Es gol. España gana 4-3 y pasa como líder a cuartos de final (donde, efectivamente, caímos. Fue el partido del penalty que Raúl lanzó a las nubes ante el francés Barthez). Y bueno, es casi imposible olvidarle porque el estadio de su localidad natal, Getafe, lleva su nombre.

¿Qué fue de él?: Alfonso se retiró en 2005. Actualmente es una de las estrellas del Real Madrid de la liga indoor, que tantos veteranos de nuestro campeonato juegan, para mayor satisfacción de los nostálgicos del fútbol español.

¿Sabías qué…?: A pesar de que nunca jugó en el Getafe, fueron los propios getafenses los que eligieron el nombre del Coliseum por votación popular.

– Sólo tenía 26 años cuando bautizaron al estadio del Geta con su nombre.

– Fue uno de los jugadores que puso de moda las botas blancas.

– Destacaba también por la cantidad de pulseras que llevaba en la muñeca derecha, costumbre que tenía desde la infancia.

– Causó mucha polémica porque, cuando llegó al Barça, Alfonso dijo que desde pequeño era hincha del club catalán. Algunos madridistas nunca le perdonaron esas declaraciones. De cualquier manera, juega la Liga indoor con los blancos y, de hecho, es socio del Madrid.

– Un cántico muy famoso en su época bética era «Qué bonitos, qué bonitos, son los goles de Alfonsito…»

– También trajeron cola unas declaraciones suyas, cuando jugaba en el Betis. El Sevilla estaba en posiciones peligrosas, cerca del descenso, y Alfonso dijo que le gustaría que el Sevilla se salvase. El propio Manuel Ruiz de Lopera mostró su disgusto por este gesto, en realidad, tan deportivo, del bueno de Alfonso.

– Acaba de finalizar segundo en la clasificación del máximo goleador de la Liga indoor, con 36 goles en 8 partidos, sólo superado por el valencianista Juan Sánchez. El Madrid ha acabado subcampeón, por detrás del Depor.

Biografía, palmarés, estadísticas: Alfonso Pérez Muñoz nació en Getafe el 26 de septiembre de 1972. Comenzó a jugar en la cantera del Madrid. En 1990 dio el salto al primer equipo, donde permaneció cinco años. En 1995 llegó al Betis, donde se hizo con el cariño de la afición. Cinco años después, fichó por el Barcelona, donde permaneció hasta 2002, cuando fue cedido al Olympique de Marsella. Tras una poco exitosa experiencia en el emblemático club francés, volvió al Betis, para retirarse en 2005. En su palmarés cuenta con dos Copas del Rey (una con el Betis y otra con el Madrid), una liga y una Supercopa, ambas con el Madrid. Además, Alfonso es uno de los legendarios jugadores que consiguió en 1992 la medalla de oro en las Olimpiadas de Barcelona.

Aquí va el vídeo de Alfonso en la Euro 2000, narrado por la COPE, la SER y TVE. El hincha español que no se emocione no tiene sangre en las venas (os diré que cuando lo he visto, se me han saltado las lágrimas):

¿Sabes algo más de Alfonso ? ¿Tienes alguna anécdota? ¿Cómo viviste el gol de Alfonso a Yugoslavia? Escríbeme en los comentarios.