Pues sí, no había que ser adivino para intuir que, después de todo lo que se ha hablado últimamente de San Lorenzo de Almagro, íbamos a decir algo de este legendario equipo argentino en el blog. El equipo del nuevo papa Francisco toma protagonismo en la figura de uno de sus más grandes jugadores. La suya es una historia interesantísima, que creo que debéis conocer con un poco de más profundidad. Es la historia de Isidro Lángara.

Pasajes, Guipúzcoa, 1912. Es 25 de mayo y viene al mundo Isidro Lángara Galarreta. De muy joven empieza a jugar al fútbol en su tierra natal, en concreto en el Siempre Adelante de Pasajes, en el Andoain y en el Tolosa. Con 18 años ficha por el Real Oviedo. En su campaña de debut, el equipo está en segunda división y en 1933 contribuye decisivamente a que el equipo carbayón ascienda a primera. En 1932 debutó con la Selección Española y llegó a jugar el Mundial del 34. Su récord es espectacular: 17 goles en 12 partidos. De hecho, todavía es el undécimo jugador con más goles con La Roja.

En 1934, 1935 y 1936 fue Pichichi de Primera División, demostrando su fuerte: su gran capacidad goleadora. Pero estalla la Guerra Civil y como sabréis, Asturias era zona caliente. La Liga se suspende y los equipos se disuelven. Lángara llega incluso a combatir en las filas del Frente Popular (del lado republicano). En 1937, acabadas las contiendas en el frente norte, Lángara se une a la selección de Euskadi (foto), formada por jugadores vascos que hacen giras por el mundo para recaudar fondos para las víctimas de la Guerra Civil española, amén de hacer la consiguiente labor propagandística.

El equipo vasco comienza su gira por Europa, venciendo al campeón francés (el Racing de París) y enfrentándose a equipos como el Olympique de Marsella, el Lokomotiv, el Dynamo y el Spartak de Moscú, la selección checoslovaca, la selección de la región alemana de Silesia, al Dynamo de Tiflis, a la selección de Georgia, al Dynamo de Minsk y a las selecciones de Noruega y Dinamarca, cosechando grandes resultados. Pero cuando se disponían a regresar al País Vasco, Bilbao cayó en manos nacionales y la selección de Euskadi decidió cruzar el charco y alargar su gira por América, en un viaje que marcaría la vida de Lángara.

El equipo juega diversos partidos en Cuba y finalmente se establece en México, donde adopta el nombre de Club Deportivo Euzkadi y se inscribe en la Liga mexicana (una liga donde jugaban el FC Asturias y el Deportivo España, formados por exiliados e inmigrantes españoles). En 1939 acaba la Guerra Civil y el equipo vasco pierde su razón de ser. Así, el club se disuelve y cada jugador cobra 10.000 pesetas por los servicios prestados. La mayoría de ellos, como es el caso de Lángara, deciden no regresar a la nueva España franquista y permanecer en el exilio.

Estando en México, su amigo y ex compañero de la selección vasca Ángel Zubieta lo anima a que viaje a Buenos Aires para jugar en el San Lorenzo de Almagro, que dentro de los grandes equipos argentinos es el que más se identifica con los emigrantes españoles.

La llegada de Lángara da fe de lo gran goleador que fue. Desembarcó por la mañana en Buenos Aires procedente de México. Esa tarde, San Lorenzo jugaba con River Plate, que en esa época era poco menos que imbatible. Lángara, con unas horitas en la capital federal argentina, hizo cuatro goles para un resultado final de 4-2. En Argentina se preguntaron durante varias semanas quién era aquel espigado delantero vasco que había doblegado a River.

En 1940 acabó la temporada como máximo goleador del campeonato argentino (33 goles en 34 partidos). Además, batió un récord aún vigente: metió siete goles en un sólo partido, algo que nadie ha hecho en Argentina. Consiguió además acabar con la racha de ligas de River Plate e incluso se lució en España cuando el equipo azulgrana realizó una gira por España. Era, para muchos, el mejor equipo del mundo en su época. Su etapa en San Lorenzo acabó en 1943, etapa que acabó con otro logro: se convirtió en el primer jugador en ser el máximo goleador de ligas de tres continentes diferentes (o tres confederaciones futbolísticas diferentes): Europa, Suramérica y Norteamérica. Años más tarde lo conseguirían Di Stéfano y Romário.

En 1943, como decía, deja Argentina y vuelve a México para jugar en otro equipo de origen español: El Club Deportivo España. De nuevo se sale convirtiéndose en pichichi dos veces. Finalmente, en 1946, Lángara recibe una llamada de la madre patria. El fútbol se ha reconstituido y el Real Oviedo quiere recuperarle. Lángara decide acabar con su exilio voluntario y ficha por el club asturiano, donde de nuevo marca una buena cifra de goles (18), pero esta vez hay un fiera por delante: Telmo Zarraonaindía, Zarra, que eclipsa sus actuaciones. Llega 1948 y Lángara decide retirarse del fútbol y vuelve a México, donde sin duda se encontraba más cómodo que en la nueva España que descubrió años antes.

En 1950 se fue a Chile para ser entrenador del Unión Española y años más tarde lo fue del Puebla mexicano, al que hizo campeón de Copa en 1953. Su última etapa como técnico la pasó en su San Lorenzo de Almagro, en 1955. Lángara se quedó en México hasta que a principios de los 90 regresó a su País Vasco natal. De hecho, el destino quiso que falleciera en Andoain el 21 de agosto de 1992.

Isidro Lángara fue quizá uno de los mejores jugadores que haya tenido España, si bien tuvo la desgracia de vivir en una época que probablemente fue la más difícil de este país.

Os dejo con un vídeo homenaje a Lángara:

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