La Casa de David: el equipo de béisbol de una secta en la que no se afeitaban ni cortaban el pelo

Este aspecto tenían los miembros del equipo de béisbol de la House of David (Dominio Público).

Para cerrar la semana voy a hablar no de un personaje individual, sino de un club, y creedme si os digo que se trata de uno de los más peculiares que he visto. Es el equipo de béisbol de la Casa de David.

Empezamos explicando qué es o qué era la House of David o Casa de David. En 1903, en Benton Harbour, Michigan, el matrimonio de Benjamin y Mary Purnell fundaron una sociedad religiosa llamada The Israelite House of David (la Casa Israelita de David), un culto de carácter adventista cuyo objetivo era reunir a las 12 tribus de Israel de cara a un segundo advenimiento de Jesucristo. Benjamin Purnell se consideraba a sí mismo como el séptimo mensajero del Libro de las Revelaciones y en el contexto de la Casa de David, creó una comuna.

Muy pronto, la comuna, aposentada en unos terrenos de unos 1.000 acres, alcanzó el centenar de miembros, que tuvieron que entregar todas sus posesiones a Purnell, que a su vez prohibía entre los correligionarios el sexo, el alcohol, el tabaco, comer carne y cortarse el pelo o afeitarse.

Los miembros de la comuna cultivaban su propio sustento de grano, vegetales y frutas. Tenían de todo, incluso una planta generadora de electricidad. Pese a ser una secta, tenían cosas positivas, como por ejemplo el reconocimiento del sufragio femenino, mucho antes de que en Estados Unidos fuera legal.

De esta guisa jugaban los miembros del equipo del a Casa de David (Dominio Público).

Purnell era un amante del deporte y, para contrarrestar el aburrimiento en la comuna (y el reprimido impulso sexual), decidió formar un equipo de béisbol en 1910, que cuatro años después se formalizaría. Empezaron a jugar contra equipos locales de los estados de Michigan, Indiana e Illinois, y en 1915 formaban parte de una liga local. Como imaginareis, sus partidos cosechaban un gran éxito de público debido a lo inusual de ver a un grupo de jugadores de béisbol con melena y barba. El New York Times les dedicó un artículo y su fama se acrecentó hasta el punto de empezar a hacer giras por todo el país.

A principios de los 20, el equipo de la Casa de David empezó a jugar partidos contra equipos de la Negro League, las competiciones sólo para afroamericanos. Fueron los primeros blancos en enfrentarse a equipos de negros.

Los jugadores, además, eran bastante buenos, y en sus partidos de exhibición optaron por llevar a cabo trucos y mucho sentido del humor. Así, los jugadores escondían pelotas en sus pobladas barbas o saltaban al campo en burro. Eran una especie de Harlem Globetrotters del béisbol.

Su éxito les llevó a jugar hasta tres partidos al día, alcanzando los 200 encuentros por temporada. La comuna tuvo que crear otros dos equipos de béisbol para poder dar respuesta a la demanda. El dinero, claro está, iba a la sede de la secta, mientras que por su parte, además de jugar, los equipos hacían proselitismo, repartiendo literatura religiosa entre el público. Llegaron a tener incluso equipo femenino. Además, fueron uno de los primeros equipos en América en jugar por la noche, con luz artificial.

Pero en 1927, el equipo entró en crisis. Benjamin Purnell fue juzgado por evasión fiscal y por abusos sexuales a chicas de la comuna. Tras ser condenado por el primer delito, falleció poco después. La Casa de David, entonces, acabó rompiéndose en diferentes facciones. Así, Mary Purnell creó la Ciudad de David, por ejemplo.

Esto fue el inicio del fin: la Ciudad de David creó su propio equipo, mientras que además, empezaron a surgir copias del club original (el nombre no estaba registrado) por toda la geografía estadounidense. Todo esto, sumado a la Gran Depresión, terminaron por enterrar a un equipo que desapareció en 1936 (si bien el equipo de la Ciudad de David aguantó hasta 1956). Mary Purnell falleció incluso antes, en 1953, y la comuna quedó reducida a la mínima expresión.

La historia del equipo de béisbol de la Casa de David ha generado películas documentales, libros y novelas. Y hace unos años, nació un club con la misma filosofía, aunque ni de lejos tiene su fama.

Os dejo parte de un documental en el que se habla de este peculiar equipo:

Hasta el miércoles.

2 comentarios

  1. Dice ser champú para hacer saltar a al comba las neuronas

    Tanto cuidarnos los pelos y qué poca gimnasia hacemos con lo que tenemos dentro del cráneo…

    21 mayo 2017 | 14:26

  2. Dice ser ruomalg

    Bestial, resulta difícil creer que esas melenas no les dificultaran el juego. Por no comentar lo que duraron como equipo y como secta. Por otra parte, ya me parecía raro que no tuvieran trapos sucios.

    22 mayo 2017 | 11:54

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