Quién fue… Rudolf Caracciola: el piloto de carreras del Tercer Reich

Caracciola, en 1938 (WIKIPEDIA).

Caracciola, en 1938 (WIKIPEDIA).

Vamos a cerrar la semana con motor, y con motor en blanco y negro. La verdad es que las historias de los deportistas en la época de la Alemania nazi dan bastante juego, así que sin más dilación os paso a hablar de Rudolf Caracciola.

Otto Wilhelm Rudolf Caracciola nació en Remagen, Renania-Palatinado, Alemania, el 30 de enero de 1901. Sus padres regentaban un hotel. La familia procedía de la nobleza italiana, de la zona de Nápoles. En el siglo XVII, durante la Guerra de los Treinta Años, los ancestros del protagonista de hoy emigraron a Alemania.

Desde niño, Rudolf Caracciola se interesó por el motor, y con 14 años empezó a conducir. Antes de tener los 18, se había sacado la licencia. Su padre le exigía que estudiara en la universidad, pero Rudolf no quería. Como el progenitor murió antes de que llegara el momento, nuestro protagonista pudo irse a vivir a Aachen (o Aquisgrán, si lo preferís) para trabajar en la fábrica de automóviles Fafnir.

Compaginó su trabajo con sus primeras carreras. Curiosamente, la primera la ganó en moto. Ganó unas cuantas carreras más hasta que se trasladó, al Este, a Dresden, aún trabajando para Fafnir, esta vez como representante. Ahí siguió compitiendo. En 1923, lo contrató Daimler, y al año siguiente ya estuvo en el GP de Italia, como piloto reserva de Mercedes.

En 1926, Caracciola explotó como piloto. Disputó el GP de Alemania, el primero de todos, en el circuito AVUS de Berlín, al volante de un Mercedes. La lluvia y la niebla era tan densa que ningún piloto sabía en qué posición iba. Caracciola decidió simplemente conducir y acabar la carrera. Para su sorpresa, ganó.

Caracciola y su mujer, en el circuito AVUS de Berlín en 1931 (WIKIPEDIA).

Caracciola y su mujer, en el circuito AVUS de Berlín en 1931 (WIKIPEDIA).

Al año siguiente logró 11 carreras y en 1928, entre otras, ganó de nuevo el GP de Alemania. En 1929, entre otros logros, subió al podio en el primer GP de Mónaco. En 1931, el piloto alemán se fue a Alfa Romeo debido a que Mercedes dejó la competición por la crisis. En la firma milanesa se afianzó como piloto de lo que sería el equivalente actual de la Fórmula 1.

En el GP de Mónaco de 1933, Caracciola tuvo un grave accidente que puso en duda que pudiera seguir compitiendo, con múltiples fracturas y con una pierna más corta que otra, lo que le dejó una permanente cojera. Pero se recuperó milagrosamente tras seis meses de hospitalización. Mientras, en su país el Partido Nazi ascendía al poder. Esta novedad benefició a las firmas alemanas, que volvieron a competir. Así, Caracciola regresó a Mercedes y en 1935 ganó su primer Mundial. En 1937 repitió triunfo. Fue en esta época cuando se ganó el título de ‘Regenmeister’ o ‘Maestro de la Lluvia’, por su dominio de las carreras con meteorología adversa.

En 1938 ganó de nuevo el Mundial y además, consiguió pasar a la historia al batir, con un Mercedes, el récord de velocidad. Compitiendo en la autpista entre Frankfurt y Darmstad, alcanzó una velocidad de 432,7 km/h, al volante de un Mercedes-Benz W125 Rekordwagen. El récord tardó décadas en ser batido, aunque sigue siendo la velocidad más alta jamás alcanzada en una carretera pública.

La II Guerra Mundial supuso que la competición se parara. Al acabar el conflicto, Caracciola siguió compitiendo en exhibiciones y en 1952 regresó a la competición, pero un accidente supuso su retirada. Ejerció como vendedor del grupo Daimler-Benz, aunque pronto empezó a mostrar síntomas de ictericia y luego, de cirrosis. El 28 de septiembre de 1959, Rudolf Caracciola sufrió un fallo hepático y murió. Tenía 58 años.

Como a muchos deportistas alemanes de su época, a Caracciola se le reprochó su relación con los nazis. En su contra hay que decir que ejerció de chófer de lujo para Hitler para mostrarle una de las novedades de Mercedes, o que estuviera afiliado al NSKK, una organización nazi paramilitar dedicada al mundo del motor. En su descargo, decir que para competir la afiliación al NSKK era obligatoria, que nunca usó su fama para darle propaganda a los nazis y que ni siquiera llegó a tener palabras elogiosas para Hitler.

Os dejo con un fascinante vídeo de Caracciola batiendo el récord del mundo de velocidad al volante de un Mercedes en 1938:

Buen fin de semana. Que se presenta movidito, por cierto.

3 comentarios

  1. Dice ser Toni

    El gran Rudi Caracciola! Acaban de publicar su autobiografía («Titán del automovilismo») y ya la estoy leyendo. 🙂

    18 diciembre 2015 | 20:59

  2. Dice ser ruomalg

    Al leer el título esperaba una historia tan interesante como las de Gottfried von Cramm o Matthias Sindelar, aunque no puedo decir que me haya decepcionado. En cuanto a lo que se le reprochó, ante lo poco demostrable creo que lo suyo es darle el beneficio de la duda.

    22 diciembre 2015 | 09:30

  3. Dice ser AngelC78

    Rudi Caracciola siempre me causó simpatía. Desde pequeño he tenido ese nombre metido en la cabeza. Fue un grandísimo piloto y un hombre valiente. Hay mucho que descubrir de la era pre-Formula1…

    30 diciembre 2015 | 11:03

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