Quién fue… Bobby Fischer (por Marc Parra)

Bobby-Fischer

El lector Marc Parra me envía esta historia del que quizá sea uno de los mejores ajedrecistas de todos los tiempos, amén de ser un muy controvertido personaje. Es Bobby Fischer.

Robert James Fischer nació en Chicago en 1943. Pronto se trasladaría a Nueva York, concretamente a Brooklyn, lugar donde creció junto a su madre y su hermana. Su madre se había casado con el físico alemán Hans Gerhardt Fischer, aunque cuando nació Bobby ya no estaba con él, sino con otro físico, el húngaro Paul Nemenyi. Al estar aún casada con Fischer, Bobby contrajo el apellido del marido legal de su madre. Nunca quedó clara la verdadera paternidad del futuro maestro, aunque muchas informaciones indican que el verdadero padre era Nemenyi.

El trabajo como enfermera de su madre conllevaba que el pequeño Bobby quedara al cuidado de su hermana Joan. Una tarde apareció por casa con una caja de juegos, que contenía un tablero de ajedrez y un folleto con las normas básicas del juego. Así los dos hermanos aprendieron a jugar, aunque Joan pronto se cansó de perder ante Bobby. Para entonces aquel tablero ya se había convertido en una obsesión para Fischer, que pasaba horas delante de él, memorizando y ensayando jugadas.

Pasó más adelante a formar parte del Brooklyn Chess Club, lugar donde se empezó a medir con rivales de mayor entidad. Fischer solía perder con frecuencia, lo que provocaba su llanto y desesperación. Poco a poco, aprendió a controlar su talento e inteligencia y ya a una edad más tardía, se reivindicó como adolescente prodigio. Es así como empieza a jugar torneos de mayor entidad y llega al gran punto de inflexión de su carrera. Se enfrenta al Maestro Internacional Donald Byrne, que tiene ante su joven rival una actitud condescendiente. Le concede facilidades, pero cuando se quiere dar cuenta, Fischer le ha empezado a ganar la partida. Ataca de manera difusa, tan profunda que ni los espectadores entendidos pueden apreciar. Byrne pierde ante Fischer y el mundo ajedrecístico americano encuentra a su nuevo héroe, un joven humilde, llamado a plantar cara al poder soviético de la época.

Obtiene el título de Gran Maestro a los quince años y medio. En aquellos años, el Gran Maestro más joven de la historia. Comienza así una trayectoria más profesional, donde ya empieza a dejar constancia de su carácter difícil. En 1972, con 29 años, vence en el Torneo de Candidatos al antiguo campeón del mundo Tigran Petrosian, y se gana el derecho a disputar el Campeonato del Mundo a Boris Spassky, en lo que se conocerá como “La partida del Siglo”.

Los soviéticos representados para la ocasión por Spassky, no perdían el Campeonato del Mundo desde 1948. Habían convertido el ajedrez en una razón de estado, con múltiples ayudas del régimen comunista a sus jugadores. Controlaban la FIDE y celebraban cada victoria internacional de uno de sus jugadores como una victoria del sistema comunista sobre el occidente capitalista. En un contexto de Guerra Fría, la partida se presentaba como una fase más de la escalada de tensión entre la URSS y los EEUU. Estábamos ante algo más que una simple partida de ajedrez.

Fue entonces cuando Bobby Fischer sacó a relucir lo que para algunos eran manías y para muchos otros, una verdadera estrategia de desgaste psicológico sobre su rival. Cuando ya se habían acordado las condiciones del juego, el americano se quejó de la bolsa del torneo, tema que quedó solucionado con la aportación de un financiero británico. Después vinieron las quejas por la iluminación de la sala, por la colocación del público y de las cámaras de televisión y hasta por la calidad de las piezas con las que había que jugar. Cada concesión que Spassky le hacía a Fischer, alimentaba la moral del americano.bobby-fischer2

La final disputada en Reikiavik empezó el 11 de julio de 1972. A la primera partida Fischer llegó tarde, lo que dio ventaja a Spassky. A la segunda partida, simplemente no se presentó. Con un 2-0 a favor de Spassky, el soviético concede a Fischer el placer de cambiar de sala para disputar la final, temiendo que el americano abandonara la contienda. Para entonces, Fischer ya se sentía ganador psicológico de la final. Jugó un ajedrez combativo y de movimientos rápidos. Arrolló a Spassky, que abandonó por teléfono cuando se tenía que empezar a disputar el último juego. Bobby Fischer se proclamó campeón del mundo y de paso fue convertido en el nuevo héroe americano. Estaba en la cima del mundo.

A partir de ahí, el campeón simplemente desapareció. No quiso defender su corona en 1975 ante Karpov, por lo que el aspirante fue nombrado nuevo campeón. A parte de algún problema con las autoridades americanas, poco se sabe de su vida hasta 1992, cuando pretende reeditar la final contra Spassky en Yugoslavia. Ahí la vida del campeón cambia para siempre. Los EEUU le prohíben pisar suelo yugoslavo al estar el país vetado por resolución de la ONU. Fischer escupe, literalmente, sobre la orden y juega la partida, volviendo a ganar a Spassky y llevándose una bolsa de 4 millones de dólares.  La desobediencia le comporta la retirada del pasaporte americano. También se enfrenta a una posible pena de diez años de cárcel. No vuelve a pisar nunca más suelo americano por miedo a la condena.

Empieza un periplo por el mundo, salpicado de apariciones en radio y prensa, donde arremete continuamente contra los EEUU. Critica el embargo sobre Cuba, la guerra de Irak y la política exterior americana en general. En 2004 es detenido en Japón por llevar pasaporte falso y desde una cárcel japonesa pide asilo a Islandia. En el país donde se convirtió en campeón pasa sus últimos años. Dedica mucho tiempo a jugar al ajedrez por internet en webs especializadas, anónimamente, aunque se cuenta que se le podía reconocer por su movimiento típico de rey en las primeras jugadas, donde rechazaba enrocarse.

Murió en Islandia en 2008 a causa de una insuficiencia renal a los 64 años, tantos años como casillas tiene el tablero de ajedrez. El Gran Maestro Gary Kasparov escribió sobre él: “Bobby Fischer fue único, sus fallas tan banales como brillante su ajedrez”.

Espero que os haya gustado el artículo. Volvemos el lunes.

12 comentarios

  1. Dice ser Tim Siglo XXI

    Todo genio tiene que tener su punto de locura, sabía de la historia de Bobby por una película que vi se pequeño y por todo lo que se contó de el cuando le «encontraron» en Japón. Estoy intentando acordarme del nombre de la peli de Bobby Fischer pero no la recuerdo ahora, buscando a Bobby Fisher o algo así, creo recordar que iba de un niño prodigio con el ajedrez, mover si era biografíco.

    Felicidades al creador del post.

    29 marzo 2013 | 14:41

  2. Dice ser the_kayser

    La película se llama en busca de bobbi fisher una gran película, pero me gustaría saber si algún documental sobre este gran personaje estilo al que el programa de informe robison hizo sobre karpov y kasparov, si alguien sabe alguno se lo agradecería que me lo dijera.

    29 marzo 2013 | 16:11

  3. Dice ser igesar75

    Quién no ha oido hablar de Bobby Fischer aunque no hayamos vivido esa época directamente, está claro que el hecho de ser un instrumento de la guerra fría incrementó su leyenda. El hecho de que se retirara de la circulación durante tanto tiempo y su agrio carácter también ayudó a acrecentar su áurea mítica. Felicidades, Marc Parra.

    the_kayser, lo primero que he visto al teclear su nombre en youtube es esto. No sé si te valdrá (no he visto nada):

    https://www.youtube.com/watch?v=tuBQMksCKxE

    Hay otra película llamada «Fresh» de Spike Lee que es bastante recomendable, que va de un niño negro de los suburbios que se dedica a jugar al ajedrez contra adultos, aunque no tiene nada que ver con Bobby Fischer…..

    29 marzo 2013 | 17:16

  4. Dice ser Marc Parra

    Muchas gracias por vuestros comentarios. Celebro que os haya gustado.

    29 marzo 2013 | 18:37

  5. Dice ser igesar75

    Perdón, la película «Fresh» no es de Spike Lee sino de Boaz Yakin, aunque la peli es bastante rollo Spike Lee, por eso me llevó a confusíón.

    29 marzo 2013 | 18:47

  6. Dice ser ruomalg

    Una de las grandes figuras de la historia del ajedrez, sin duda. Muy grande la historia de su partida con Spassky. Un pedazo de post este.

    Acabo de enterarme en Wikipedia de que hoy se cumplen 101 años de la muerte de Robert Scott y el resto de su expedición antártica, cuya historia hemos podido ver en este blog hace bien poco en el post de Oates. Ahí va la mención.

    29 marzo 2013 | 23:21

  7. Dice ser AreaEstudiantis

    Recuerdo que después de ver la película sobre su vida me pareció un personaje interesantísimo, a la vez que una persona con una forma de ser muy compleja. Gran artículo!!!

    http://areaestudiantis.com

    30 marzo 2013 | 10:50

  8. Dice ser Escapadas

    De verdad una gran peli, me gusto mucho, Felicidades por el artículo.
    Saludos

    31 marzo 2013 | 21:26

  9. Dice ser CowboyZZ

    Muy probablemente un genio, al parecer su coeficiente intelectual era de 180, pero muy probablemente una persona con graves problemas mentales.

    01 abril 2013 | 03:13

  10. Dice ser PEDRALBES

    Genio y figura. Gran artículo, Marc

    01 abril 2013 | 09:40

  11. Dice ser Marc Parra

    Gracias otra vez por los buenos comentarios y felicitaciones. Y gracias a Edu por haber publicado mi artículo. Aunque no participe de los comentarios, os leo cada dia.

    Marc

    01 abril 2013 | 11:41

  12. Dice ser Jorge Padilla Ríos

    TRIBUTO A BOBBY FISCHER

    Corría septiembre de 1988, estando de vacaciones durante una excursión que realizamos con mis compañeros de promoción de la secundaria; en el fragor de las algarabías de esos paseos, solía separarme del grupo para buscar algún retazo de artículo o revista, relativo a un protagonista del milenario juego; este fanatismo me acompañaba desde mi adolescencia, y en una de esas salidas, mi búsqueda no resultó vana; pues aún recuerdo la viva emoción que me causó advertir en una librería de Mar del Plata, el libro de Pablo Morán: “Bobby Fischer” su vida y partidas; aquel día había llegado a mis manos la obra que siempre busqué; y que por muchos años fue mi más preciada bibliografía junto a la obra de Svetozar Gligoric, Los Campeonatos del Mundo desde Botvinnik a Fischer, que fue un apreciado regalo de mi querido hermano.
    Demás está decir que los “devoré” ávidamente, tanto su particular biografía, como la reproducción con sumo deleite de las partidas contenidas; siendo casi una obsesión recopilar todas las que ha disputado, desde los inicios de su carrera deportiva, hasta su épica lucha por el Campeonato del Mundo. Con el advenimiento de la era informática, no pasarían muchos años en que conseguiría este objetivo.
    Por aquella época aún discutían en encarnizadas y titánicas batallas, la supremacía del trono mundial los otros dos gigantes, Karpov y Kasparov. Debo decir que seguir a diario la publicación en los periódicos de las partidas disputadas durante sus matches, también me generaron emociones únicas e indelebles.
    Otro agradable episodio acaecido en mi juventud, se produjo cuando conocí y entablé amistad con una distinguida persona, quien a su vez conoció al mismísimo “Bobby” Fischer, y si eso fuera poco, jugó una partida contra Él! siempre guardaré en mi memoria la narración de mi amigo el MF Aníbal Aparicio (por muchos años el mejor ajedrecista del norte Argentino), acerca de Bobby quien después de derrotar convincentemente en Bs. As. la finalísima del Candidatos a la “Boa” Tigran Petrosian; visitó Salta en octubre de 1971 para dar una sesión de simultáneas. El entonces Joven Universitario Aníbal, era ya por entonces un fuerte ajedrecista, que meritoriamente se ganó el privilegio de participar en la sesión como uno de los rivales de Bobby. Cuenta El, que era una noche intensamente lluviosa, y cuando la espera y desilusión ya imperaba el recinto y se pensaba que el invitado no se presentaría, el astro americano de repente hace su aparición! y sin protocolo ni banalidades, instruyó a todos ejecutar por su cuenta e4! “Everybody plays pawn four king!”, y luego de la correspondiente respuesta de sus emocionados rivales, procedió a replicar vertiginosamente de mesa en mesa de las veinte que contempló el evento. No menos interesante le fue contemplar sus peculiares ademanes; y en el tradicional saludo, al estrechar la amplia mano del Gran Maestro y mirar su rostro, dijo ver unos expresivos ojos de penetrante mirada; que presagiaban el devenir de una insólita celebridad mundial. No creo que entonces, le haya afectado mucho a mi narrador (y en realidad a todos sus compañeros!) el resultado deportivo de la contienda, pues acababa de verificar técnicamente, las consecuencias de una “pequeña” inexactitud, en respuesta a una de las líneas abiertas derivadas por el movimiento e4 de las Blancas. Reitero que mi amigo ya era un fuerte candidato a Maestro, pero el punto es que había jugado contra “El Maestro”. Lo suyo realmente fue una experiencia memorable!
    Mucho se ha escrito acerca de Bobby, de sus colosales proezas, su prodigiosa memoria, su agresivo, combativo y único estilo, y principalmente su férreo instinto asesino. Pese a todo ello, creo que cada uno de los que admiramos el arte de este inefable ajedrecista, tenemos nuestra propia opinión acerca de su estilo, sus fortalezas y debilidades; y lo que supusiera para la historia del ajedrez, su continuidad después de aquel épico match con Boris Spassky en Reykjavic 1972.
    Admito en que antes, durante y posterior a él, existieron jugadores al que los expertos denominan más “brillantes”, como por ejemplo: Alekhine, Bronstein, Tahl, Spassky, Stein, Kasparov y últimamente Shirov. Pero porqué se les considera jugadores más brillantes? en mi modesto entender, estimo que un jugador considerado brillante, es aquel que regularmente ejecuta partidas deslumbrantes, caracterizadas por combinaciones, sacrificios en serie y fulgurantes ataques; pero que pese a que producen una honda sensación estética, las mismas por lo general no resisten profundos análisis, al hallarse en ellos algún hueco u “hole” que descalifica el llamarlas partidas perfectas; concluyéndose que una partida “brillante” no precisamente es impecable; pero una partida perfecta (o al menos casi) necesariamente debe ser una auténtica brillantez, por su calidad y desarrollo en conjunto. Es aquí a donde apuntaba la maestría de Fischer, pues su juego era lógico, rectilíneo y puro; siempre buscaba la verdad, y la encontraba gracias a su portentosa erudición, a su genialidad en cada fase de la partida, elevada técnica y a su profunda capacidad de cálculo; cualidades éstas, que generalmente le reportaba conducir sus partidas con maestría y precisión impecables.
    Si consideramos que una partida de ajedrez magistralmente jugada, consiste en una conducción que vincula coordinada y eficazmente todas las facetas del juego (transición de la apertura al medio juego y de éste al final), para cuyo efecto se ha dispuesto de inventiva, creatividad y precisión; la obra así labrada no puede ser menos que una gema, una obra de arte; y una obra así, no puede ser ejecutada “invariablemente” por un prominente Gran Maestro, sino necesariamente por un jugador extra clase.
    Cierto es que Fischer no forzaba (tampoco las evitaba) generar posiciones complejas e inciertas para desarrollar deslumbrantes ataques, pues actuaba según las particularidades de la posición; consecuentemente con ello, si en la misma disponía de una ventaja microscópica pero tangible, optaba por el procedimiento técnico más eficiente, simple pero demoledor al más puro estilo de Capablanca; cuando la característica de la posición estaba madura para una definición por la vía rápida, infaliblemente desplegaba una fulgurante combinación al estilo de Morphy; y si a su vez, la contienda reflejaba equilibrio; para asirse con la iniciativa, el enérgico juego de Bobby siempre se mostraba combativo, explotando sus posibilidades hasta el límite, forzando a sostener una intensísima lucha hasta el último peón!; semejante tensión sobre el tablero, quebrantaba hasta la más férrea de las resistencias, donde el descenso de la energía rival, le propiciaba oportunidad para ejecutar una secuencia letal. Muchas víctimas, entre ellos destacados Grandes Maestros, indicaron que les resultaba muy desagradable jugar contra un oponente con un instinto tan asesino. Esta persistencia y voluntad férrea de ganar, recordaba al gran luchador que fue Lasker (el hombre de las grandes circunstancias). Y es que en el juego de Bobby, se fusionaban virtuosamente las cualidades de estos gigantes (especialmente el de Capablanca), pudiéndose sintetizar que su combativo estilo era universal, dominando tanto el juego posicional como el combinativo, con una marcada fiereza agresiva; ello consecuentemente le erigió constituirse a Bobby Fischer en el más grande talento natural, que unido a sus inigualables logros y altos porcentajes, le reportó el incuestionable honor de ser considerado el más grande ajedrecista que haya existido.
    Empero, la necesidad de tener el control absoluto de la partida, le inducía a no extenderse demasiado en ejecutar movimientos especulativos de extremo riesgo, donde no es posible para ningún humano estimar las consecuencias a través del cálculo; es por ello que en sus partidas no se advierte frecuentes posiciones confusas y complejas, como por ejemplo en las partidas de Tahl, kasparov o más recientemente de Shírov; sino más bien posiciones propensas a la claridad. De ahí es que resulta difícil señalar sus debilidades, pero como todo ser humano indefectiblemente los tiene, posiblemente una debilidad de Fischer radicaba en que pese a su incomparable comprensión y conocimiento del juego, tenía obsesión por dominarlo todo; pero el ajedrez es prácticamente infinito, por lo que es imposible abarcarlo con el cálculo concreto de variantes; puesto que en determinadas situaciones, la posición de una partida indistintamente su complejidad, requiere a veces del aspecto intuitivo, que aunque no le faltaba, generalmente no recurría, porque lo consideraba especulativo; y el hueco que a veces dejaba este afán, era donde sus oponentes ocasionalmente encontraban su oportunidad. Asimismo analizando la causa de sus derrotas, se denota que fueron consecuencia de su pragmática tendencia a aceptar casi ineludiblemente sacrificios de peón en la apertura de la partida, según el color de las piezas a conducir (verbigracia: la variante del peón envenenado en la defensa siciliana, la defensa francesa o en la variante Marshall de la Ruy López), o en cualquier posición avanzada en la partida; pues si percibía que no había razones tangibles de peligro los aceptaba, ya que siempre jugó a ganar; y su gran calidad y confianza en sí mismo le permitía resistir tenazmente la iniciativa rival, logrando rechazar su ofensiva para pasar luego a un mortal contraataque; pero esto invariablemente significaba defenderse al borde del abismo, y cuando en su defensa no lograba plasmar e imprimir su típico dinamismo, ingresando en una posición sin contrajuego, era donde corría peligro de derrota, y precisamente era allí cuando se producían sus aisladas capitulaciones.
    Entre sus principales logros; puede decirse que fue el candidato al campeonato del mundo más joven de la historia, pues a los 15 años clasificó para el torneo de candidatos, adquiriendo el título de Gran Maestro, el cual por muchos años constituyó un récord; hasta que la jovencísima Húngara Judith Polgar lo rompió a los 14 años de edad. Fischer fue uno de los pocos GM de la historia en ganar todas las partidas (once) disputadas en un torneo, precisamente en el campeonato de los EEUU en 1963.
    En Herceg Novi (Yugoslavia 1970) participó en el considerado campeonato mundial de blitz, donde también tomaron parte los mejores jugadores del mundo en la especialidad, ganando por 4,5 puntos de ventaja precisamente sobre su más difícil rival, el ex campeón mundial Mijaí Tahl; y ante el asombro de todos, los dos fueron los únicos capaces de reproducir de memoria cada una de las 22 partidas (unos 1056 aproximados movimientos) que jugaron en el torneo!
    Antes de su gran ascensión al más alto podio, Fischer había establecido un récord prácticamente inigualable; había ganado veinte partidas consecutivas, de las cuales doce fueron ante rivales de elevadísima categoría, de la talle de los GMs Taimanov y Larsen, a quienes endosó respectivos 6 a 0!! Los expertos no lograban explicar estos fantásticos resultados, pero el gran público los aplaudía fervientemente. En la final de la candidatura Bobby derrotó convincentemente al hombre más difícil de vencer, al ex campeón mundial Tigran Petrosian, desplegando un nivel de juego nunca antes visto; la precisión, inventiva y la casi nula presencia de errores, convergieron en el juego de Bobby. Ya sólo quedaba Spassky en su camino al título mundial; los rusos se dieron cita para evaluar la situación, ya que dos de sus grandes maestros habían sido literalmente aniquilados; por lo que había que preparar de la mejor manera al Campeón Mundial para defender con éxito el título; para ello fue imperativo disponerle a Boris de analistas, ayudantes, asesores. Esta tarea se tornó en un compromiso moral a nivel nacional, pues se invocaba a todos los ajedrecistas del país, para aportar estudios, análisis, novedades de apertura y variantes. El gobierno estaba preocupado; el orgullo de toda una Nación estaba en juego, pues el temor a perder el cetro mundial que engalanaba sus vitrinas desde 1948, exacerbaba al Estado; por primera vez se amenazaba seria y progresivamente a la hegemonía rusa, y precisamente provenía de un ajedrecista individualista, cuyo origen era de aquel país con quien menos desearían claudicar; la idea de esta desagradable posibilidad les era un auténtico anatema; ya que nunca antes hubo tangibles argumentos para todo aquello. Un fantasma recorría el ajedrez soviético! el fantasma de Bobby Fischer!
    Por primera vez en aquellos años, el nombre de un ajedrecista se publicaba por todos los medios, rebasando en rating y difusión incluso a figuras deportivas de la categoría de Muhammad Alí (campeón mundial de peso pesado), Marck Spitz (campeón mundial de natación y futuro plusmarquista olímpico), Edson Arantes Do Nascimento “Pelé” (Campeón Mundial de Fútbol), I. Natase (N°1 del tenis mundial) y Jackie Stewart (Campeón Mundial de Fórmula I). Nunca antes el ajedrez se antepuso en la prensa mundial de manera tan ostentosa y frecuente. La genialidad, el carisma de Fischer y sus impresionantes resultados, fueron los responsables de todo aquel boom.
    El hasta entonces encuentro más esperado que se denominó “El Match del Siglo”, se iba a disputar en la capital Islandesa de Reikjavic en la primavera de 1972. Spassky estaba magnánimamente preparado, seis meses de constante investigación e intenso estudio coadyuvaron en ello! Su mente portaba una colosal información, había estudiado casi a fondo el juego de Fischer, y en base a ello prepararon variantes y novedades de apertura con los que sorprendería al temible norteamericano. Es probable que hasta el mismísimo Botvinnik aportara en dicha preparación, pues durante su preparación para enfrentar a Fischer en un match amistoso (encuentro que lamentablemente fue abortado) seguramente habría preparado algún bagaje teórico, que sería muy útil para su compatriota. Después de semejante preparación, los rusos confiaban que su hombre fuerte protegería los intereses de la nación. Todo el pueblo le expresó su apoyo, despidiéndole en el aeropuerto de Moscú para tomar el vuelo rumbo a Reikjavic.
    Bobby se preparó de manera diferente, lo hizo literalmente solo y dio un paso más allá, calculó acertadamente que los soviéticos prepararían novedades en sus sistemas de apertura favoritos; por lo que amplió significativamente la gama de aperturas a emplear en el match, aportando novedades teóricas inclusive en cada una de ellas!
    Después de un comienzo dubitativo en el match, debido a desavenencias financieras con la organización, y también técnicos en cuanto a iluminación y grabación televisiva; aspectos sobre lo cuales se han escrito ríos de tinta; Bobby jugó de manera soberbia, evitó las sorpresas preparadas por su rival, variando en cada partida de una apertura a otra, entre las cuales produjo partidas de singular belleza; el detentador del título estaba sobrecogido por el completísimo conocimiento del retador; y sólo debido a su gran clase y espíritu de lucha, pudo en ocasiones Spassky jugar su ajedrez variado y dinámico, que en muy aisladas partidas le reportaron éxito, pero estuvieron lejos de ser suficientes. Bobby se impuso en el match concluyentemente; la corona del campeón mundial cambió de manos.
    Quiso la historia que le haya tocado a Boris Spassky (un verdadero caballero del tablero) la responsabilidad de defender para su país el título más preciado, ante el probablemente más peligroso adversario de todas las épocas; por lo que no fue su culpa el no haber tenido éxito; Fischer sencillamente fue superior, en realidad había alcanzado un nivel de juego muy por encima de su tiempo; ya que al decir de Kasparov, Fischer en 1972 se adelantó a su época en 15 años; éste predominio y superioridad sólo lo pueden lograr los genios, con la combinación de talento y determinación; y ello, la historia sólo les permite a los héroes!
    Los Grandes Maestros Miguel Tahl, Efwim Geller y Boris Spassky, otrora, jugadores dinámicos y combinativos, de agresivo estilo atacante; fueron rivales de Fischer contra quienes ha jugado sus más interesantes partidas, a la vez que más dificultades tuvo durante su carrera deportiva; probablemente por ello, es que un hipotético match contra otro colosal contendor con similares cualidades a las descritas (sino mayores) como Kasparov en sus respectivos mejores tiempos; hubiera marcado el más emocionante e interesante duelo de todos los tiempos, pues habrían abundado los gambitos, sacrificios, contra sacrificios, activas defensas, contraataques, jugadas geniales, etc.; cuyo vaticinio del resultado de la contienda, no me aventuro a expresar; pues pecaría de auténtico fanatismo!…; pues, sobra y basta con la difícil tarea de predecir el resultado de su abortado match contra Karpov, el mismo que sí intentaré expresarlo; pero me estoy adelantando un poco.
    Por ahí leí que el actual campeón del mundo el indio Viswanathan Anand (uno de los campeones mundiales más estimados por la afición, debido a su afable y sencillo carácter), comparando las carreras ajedrecísticas del undécimo y trigésimo campeón mundial, dijo que Kasparov es un poco mejor que Fischer…, obviamente, la opinión de Anand es digno de toda consideración y respeto; pero he aquí que no es explícito, “un poco mejor” en qué?, por lo que en mi modesto entender, permítaseme intentar aclarar esta ambigüedad, y discrepar con él por las siguientes razones:
    Considerando que Kasparov dispuso de todo cuanto precisó para obtener el máximo efecto en su rendimiento, como ser: el haber nacido en la nación que rendían el mayor culto al ajedrez, donde una tremenda competitividad le propició desarrollar su talento; de cuyo seno, se le permitió recibir una portentosa instrucción del mejor maestro al que se puede aspirar (Botvinnik), los mejores ayudantes y analistas, la regular participación en los más fuertes torneos; la invaluable experiencia que le reportó jugar extendidos matches con el más fuerte maestro en el arte del juego posicional (Karpov); prerrogativas éstas, que le permitieron universalizar su estilo y tal experiencia práctica (quizás nunca antes ni después alcanzada), le propició alcanzar el más alto pináculo.
    En contraposición, Fischer ha conseguido sus singulares logros, absoluta y literalmente sólo, pues desdeñaba disponer ayudantes, y de hecho técnicamente no dispuso de los que le asignaron para su enfrentamiento en el campeonato mundial contra Spassky, alegando que “sólo otro Fischer podría ayudar a Fischer!”. Fue un genuino ejemplo de autodidacta, una especie de intrínseca fusión hombre-ajedrez, que estableció sin paralelismo, el mayor distanciamiento en nivel de juego con respecto a sus más fuertes rivales contemporáneos; pero lamentablemente una vez obtenido el máximo galardón mundial, debido a su auto enclaustramiento y ostracismo, no llegó a demostrar una posterior hegemonía.
    Por lo que si Anand quiso decir que Garry al tener una carrera más convincente como Campeón Mundial por el mérito de mantenerse en la cumbre por más de veinte años con sus ininterrumpidos éxitos deportivos, le considera “un poco mejor”, probablemente tenga razón; y en el caso de referirse a lo estrictamente técnico como la calidad de juego, considero que sus niveles en cierta forma llegaron a ser equivalentes, ya que cada uno en su tiempo produjeron auténticas obras magistrales, tanto en el juego de posición como en el combinativo; aunque éstas últimas por cuestiones de estilo, hayan sido más frecuentes en las partidas de Kasparov; denotando que de manera habitual, dispuso a su servicio de la valiosa cooperación de prestigiosos analistas, entrenadores y segundos; ello por supuesto, no desmerece en absoluto su impresionante carrera; pero coadyuvó a que el juego de Garry sea más brillante y variado que el de Bobby; pues en sus partidas siempre se aprecia la búsqueda de la belleza; pero este término en el juego de Fischer tenía otro significado, y consistía en la precisa y efectiva ejecución de una estrategia magistralmente concebida, desde el inicio hasta el final de la contienda (a esto se denomina juego lineal, un ajedrez puro); y para lograr aquello, jugaba en forma consecuente en todos los estadios de la partida; sea en la conducción de un juego posicional, ataque, defensa activa, o el sacrificio por contraataque.
    Bobby todo lo consiguió literalmente solo; no precisó la ayuda técnica de ningún ayudante, por lo que no debió nada a nadie, sencillamente no los necesitó; pues su talento era único y su juego genial en todas las fases de la partida. Es interesante citar el comentario de Larry Evans (amigo y co-autor de Bobby en la confección de su obra cumbre Mis 60 Memorables Partidas); “Soy la persona más influyente en Bobby, y mi influencia sobre Él es nula!”.
    Pero en lo que discrepo completamente con el Sr. Anand, es que si se refirió a lo eminentemente deportivo y fuerza ajedrecística; pues, aunque Garry Kasparov monopolizó convincentemente su dominio en el ajedrez mundial a través de un regular juego brillante, la magnitud de su hegemónica superioridad con respecto a sus contemporáneos, fue inferior al establecido por Fischer (esto lo corrobora la respectiva diferencia de puntos ELO, entre el primer clasificado respecto al segundo). A su vez cabe denotar que para ascender al olimpo, la lucha de Garry se desarrolló en un escenario donde los más fuertes oponentes precisamente fueron sus propios co-nacionales, y no así la concentrada y colosal fuerza de una legión de los mejores jugadores del mundo, apoyada acérrimamente por su gobierno, al que Fischer tuvo que enfrentar y derrotar, en el período de mayor aspereza política (la Guerra Fría entre la URSS vs. EEUU).
    Por lo que Sr. Anand por favor excuse Ud. a este modesto admirador suyo, pero por todos los argumentos vertidos, considero que Fischer fue el jugador más completo de todos, y ello en mi criterio, significa el mejor ajedrecista de todos los tiempos; y en ese contexto, creo que una legión de ajedrecistas no le discutirán que Kasparov no tiene rival, en el segundo puesto; con el respetuoso permiso de Capablanca y Alekhine.
    Sumiéndonos un poco a una fantasía metafórica, para denotar lo alcanzado por Fischer, por su entera devoción al ajedrez; me remito a la célebre versión de la obra de Goethe, donde El Dr. Fausto, vendió su alma al diablo a cambio de conocimiento y poder. Fischer en cierta forma, pactó lo mismo a sus 13 años con Caissa la Diosa del ajedrez (justo antes del Torneo de Rosenwald 1956…), a quien por su entrega en cuerpo y alma al juego de reyes, habría pedido a cambio el don del mayor talento ajedrecístico jamás brindado a una mente humana. Por lo que parafraseando la dimensión del logro deportivo de Fischer, resulta semejante al resultado del siguiente encargo que le hiciera Caissa: “…, de acuerdo, satisfaré tu deseo, pero es que además me pides ser el más grande!; pues bien, será una tarea escabrosa y muy espinosa; por lo que prepárate para iniciar la obra más grande de tu vida; deja a tu familia y amigos, y sígueme; toma este compendio, examina y estudia concienzudamente a fondo la obra de todos tus antecesores, obtén su sabiduría; pero eso sí, en toda esta compleja empresa tendrás que trabajar solo!
    Bien, ya lo hiciste…? Pues ahora sal y enfréntate a todos tus contemporáneos; no los temas, respétalos, pues serán los mismísimos propietarios de la hegemonía a quienes tendrás por rivales; y en aras de defender para su nación, el monopolio del prestigio intelectual que les pertenece y les es lo más preciado, en bloque y con todas sus fuerzas; te pondrán todos los obstáculos a su alcance; pero tú sigue, no importa cuantas veces caigas, levántate, vuelve a hacerlo, no hay cansancio, dolor ni desaliento! cada fracaso te hará aún más fuerte! lucha enconadamente, pues desde ahora tu misma vida está en juego; derrótalos y luego hazme testigo de tu gesta, emulando lo que Julio César hizo: vini, vidi vici; y arrebátales el título. Hazlo, hazlo! pero no olvides que después de tu conquista, ineludiblemente deberás honrar la segunda parte de nuestro pacto…”
    Pese a ser dueño de una arrolladora personalidad y de un difícil carácter, Fischer siempre fue honesto consigo mismo y con sus seres de confianza. Después de alcanzar el objetivo de su vida arrancando la corona del seno soviético; Bobby habría cumplido su compromiso con Caissa…! Pues desapareció del mundo del ajedrez, refugiándose en una secta “La Iglesia de Dios” ubicado en Pasadena (un barrio de Los Ángeles), bajo la custodia de una tal Sra. Claudia Makarov, quien actuó como un centinela a pedido de Bobby, ocultándolo de todo contacto con el mundo.
    Creo que muy pocos mortales aceptarían consagrar su vida a semejante objetivo por tan estrecho y espinoso sendero! en esas condiciones hubiera sido una hercúlea y prácticamente imposible tarea incluso para el mismísimo Kasparov, el mejor discípulo (pero no el mejor autodidacta) de la escuela soviética; pero he aquí, que el encomendado por Caissa se llamó Robert James ”Bobby” Fischer. Quien antes de concretizar el objetivo de tan magnánima empresa, dominó el ajedrez mundial durante tres años (y cómo lo dominó!), en los mismos ha demostrado una fuerza deportiva excepcionalmente superior, al haber rozado la perfección por la casi ausencia en su juego de todo error ajedrecístico, habiéndole ayudado a su innato y sin parangón talento, el asombroso coeficiente intelectual de 184 (el nivel de un genio!), indicando que su genialidad se codeaba con los de Aristóteles, Da Vinci, Newton y Einstein!. Definitivamente Bobby dispuso de las mismas virtudes y facultades mentales que la Divina Providencia anteriormente dotó a sus “Geniales Predecesores”.
    En cierta manera coincido con Kasparov en que posiblemente Fischer “temió” perder su título ante Karpov en 1975; aunque creo que es más preciso decir que dudó retenerlo; pues esta vez el fantasma de la derrota surcaba su mente; pero acaso tener miedo es malo y no es de humanos? acaso alguno de los más grandes logros no se han conseguido por efecto del miedo al provocar la inyección de una fortificante adrenalina que en determinados y excepcionales humanos, les ha estimulado el ardor deportivo?. Fischer era consciente que mientras él estaba alejado de las lides en el tablero (al menos deportivamente), la grandiosa campaña de la extinta URSS, movía cielo y tierra en aras de producir en el firmamento soviético otras estrellas dignas de relevar a la vieja, brillante pero alicaída guardia. Paralelamente de manera ferviente se buscaba producir al talento capaz de recuperar la corona, ahora en manos de occidente y precisamente del país que más dolor les produjo perder la hegemonía. La nueva estrella portaestandarte no les tardó en llegar, cuando después de una exhaustiva serie de matches en el candidatos, se erigiera como desafiante al trono, alguien que convincentemente derrotó a Spassky el otrora contendor de Fischer; no obstante, probablemente Boris no se encontraba en mejor forma que en 1972 aunque haya aducido lo contrario y lo haya corroborado el mismísimo Kasparov (dado el tremendo golpe psicológico sufrido a manos de Bobby en el match del Siglo); seguidamente Karpov consiguió algo similar con Korchnoi. Indudablemente para Fischer el nuevo gigante le era totalmente desconocido, resultándole incómodo la idea de disputar un match contra quien nunca ha jugado partida alguna, y a quien Spassky por experiencia propia, le definió como un Petrosian mejorado, por su excepcional solidez, depurado estilo, elevada técnica y mayor espíritu de lucha.
    Probablemente uno de los métodos considerados válidos para evaluar el estilo de juego de un jugador, es relacionando y comparando las similitudes de su juego con el de otros jugadores referentes de marcado estilo; bajo este criterio, diversos expertos coinciden que el juego de Karpov es muy similar al de Capablanca, pero tal vez con mayor espíritu combativo; el de Kasparov es afín con el de Alekhine, con un mayor dominio del juego de posición. Y por ahí leí la afirmación de un experto, de que el juego de Fischer se amalgamaba con las características del juego luchador de Lasker, la claridad y lógica del juego de Capablanca; y la profundidad de cálculo, fanatismo y capacidad resolutiva del juego de Alekhine. Si bien ratifico dichas aseveraciones de similitud con el juego de sus ilustres predecesores; empero, sintetizando objetivamente el estilo del juego de Fischer con los jugadores inmediatamente posteriores a su puesta en escena; y por paradójico que pueda parecer, a mi modo de ver, me animo a expresar que es más preciso indicar que el juego de Bobby en cierta manera es la combinación del estilo de Karpov con el de Kasparov, por la convergencia en su juego de las principales virtudes de estos dos fenomenales ajedrecistas; fundamento esto por lo siguiente: Si bien con respectivas variaciones, pero de manera general; una faceta del juego de Bobby se parecía y acercaba a la solidez y tenacidad de Karpov, como asimismo otra faceta se aproximaba al juego agresivo y combinativo de Kasparov aunque en menor escala por cuestiones de enfoque y estilo; pero que sumando a dichas cualidades su típica fiereza y ardor deportivo, su inmenso conocimiento del ajedrez y su casi inhumana sed de estudio y auto superación; la fusión así obtenida, refleja el intrínseco y potente estilo de juego de Fischer, lo que fundamentadamente confiere considerarlo técnicamente en el jugador más completo. Pero en contraposición y en detrimento suyo, semejante potencia en su fuerza de juego, fue inversamente proporcional a su estabilidad emocional, por lo que su enemigo más peligroso precisamente se llamaba Robert James Fischer; pues debido a su carácter retraído y temperamental, siendo excesivamente individualista; su carrera hacia el título mundial en más de una ocasión se ha visto postergada. La manera siempre consecuente en defender sus principios, en pro de las mejores condiciones para los ajedrecistas, junto a las enormes listas de exigencias a cumplirse para propiciar su participación en cualquier torneo, generalmente le reportaba la antipatía de los organizadores; tal es así, que generó disgusto en uno de los anfitriones más ilustres, como fue el del Príncipe Rainiero (quien fue un entusiasta aficionado) que se “cabreó” con las exigencias que parecían brotar del cuerno de la abundancia por parte de Fischer, durante el fuerte torneo internacional que en el año 1967 organizó el principado de Mónaco. Cuenta la anécdota, que para el referido torneo Internacional de Mónaco, Rainiero muy entusiasmado con el carisma y fama de Bobby; invitó a la Federación Norteamericana para que envíen a tres ajedrecistas de renombre, imponiendo la condición de que uno de los jugadores precisamente sea Fischer; después del torneo en cuestión…; en el siguiente torneo de 1968, la condición fue de que ninguno de los tres jugadores sea Fischer!.
    La disputa del match entre Fischer y Karpov en 1975, despertó gran expectativa a nivel mundial, hasta tal punto que el país anfitrión (Filipinas) que se impuso en la pugna para organizar el match bajo la activa gestión del entonces presidente Ferdinando Marcos, quien ofertó la estratosférica suma de 5 millones de dólares. Todo el mundo esperaba presenciar un combate incluso superior al de Reikjavic, tanto por la inmensa calidad de los contendores, como por el trasfondo político que volvería a revestir (con mayor fuerza) el nuevo encuentro. La situación ahora era diferente, dado que se intercambiaron los papeles; pues ahora el retador personificaba al país cuyo orgullo había sido hondamente herido tres años atrás; y por ende ardía en deseos de recuperar su anterior hegemonía; y el detentador del título, precisamente representaba al país que en aquellos años se constituía en su mayor rival político.
    Esta atmósfera revelaba la magnitud del respaldo que el pueblo soviético proferiría a su nuevo embajador. Y en efecto! a Karpov (por precisas y ardorosas instrucciones del Kremlin a través del entonces Premier Nikita Krushev) le habrían dispuesto a su servicio, toda la maquinaria ajedrecista soviética para su asistencia técnica, dotándole de un colosal apoyo (entrenamiento, analistas, ayudantes, psicólogos, preparadores físicos, material logístico, etc.) para destronar al temible americano.
    El futuro campeón mundial Anatoli Karpov poseía un colosal talento, que parecía no tener debilidades; pues en posiciones equilibradas literalmente podía “extraer agua de la roca” para desequilibrar la balanza a su favor y derrotar a sus rivales; asimismo tenía una capacidad extraordinaria para defender posiciones difíciles, como lo ha demostrado en los matches preliminares; posiblemente esta cualidad haya sido una de las razones que infundió inseguridad en Bobby; pues para romper esa solidez, debía estar en óptima forma y ello necesariamente demandaba tener una intensa actividad contra los mejores jugadores del mundo; exigencia que no volvió a ser puesta a prueba, desde que se coronó campeón.
    Cuando Bobby fue llamado a concertar las condiciones para su match contra Karpov, fue percatable que Fischer perdía progresivamente interés en defender lo que le fue más precioso en la vida, pues es comprensible (aunque no aprobable) que Bobby impusiera duras e inaceptables condiciones para jugar el match; esta actitud revelaba tácitamente el argumento con el que encubría su inseguridad y desinterés por defender su título.
    Empero a su vez, también me animo a discrepar con Kasparov (con humildad claro está), cuando indica en el Tomo IV de su magnífica serie “Mis Geniales Predecesores”, que de haberse disputado el match de 1975, Karpov de 24 años lo hubiera ganado. Si bien lo que esgrimo también puede ser una especulación, pero creo que no sin sentido ni argumento. Probablemente Karpov hubiera comenzado ganando el match, dado su óptimo estado de forma por su continuidad deportiva en los fuertes y provechosos matches previos; empero durante el transcurso del match, el “aletargado” Fischer aunque no sin dificultades, paulatinamente habría recuperado su forma (es por eso que impuso la condición de un match sin límites de partidas), hasta permitirle revertir el tanteo del encuentro; y esta aseveración se fundamenta en su reconocida experiencia, genialidad y fenomenal espíritu de lucha; pues pese a su retiro, a los 32 años aún no habría llegado a la cresta de su potencial intelectual (que suele considerarse a los 36 años), y en ese nivel, el mejor Fischer era insuperable. Una hipótesis que corrobore esta afirmación se basa en que Karpov (quien reconoció que en 1975 Bobby era el más fuerte) recibió un importante apoyo (similar al que se le habría brindado ante Fischer) para derrotar al “Terrible” y apátrida Víctor Korchnoi, pero que pese a estas prerrogativas acontecidas en Baguío 1978, no ha demostrado impecabilidad en su juego ni una superioridad tangible, dado que la diferencia de puntuación ha sido ajustada (6 – 5), donde un consolidado Karpov de 27 años, tuvo dificultades para derrotar a un Korchnoi de 47, quien en sus mejores tiempos ha sido derrotado por Petrosian en 1971 y convincentemente por Spassky (10 años atrás) en 1968, y a quienes Fischer literalmente aniquiló entre 1971 y 1972 respectivamente; implicando que Korchnoi en 1978 pese a vengarse en la fase de candidatos de los ya afectados ex-campeones Petrosian y Spassky en 1974 y 1977 respectivamente; por cuestión de edad y restos de energía, no podría en 1978 ser mejor a sí mismo que del año 1971, cuando era más joven y fuerte física y deportivamente. Por ende y ley Transitiva, a su vez, la fuerza de Karpov no podría ser superior a la de un más maduro y experimentado Fischer en la plenitud de sus facultades en 1975. Por lo que de haberse jugado el tan esperado match, Fischer lo hubiera ganado, pero de haber retornado nuevamente al ostracismo, en el siguiente ciclo de 1978 o el sub-siguiente en 1981, probablemente Bobby hubiera perdido, pues ante la cismática e inconstancia, no hay genio al que la Diosa y la vida no terminarían por castigar; prueba de ello aunque por diferentes razones, es lo que les pasó en su momento, a los entonces considerados invencibles Capablanca y Alekhine.
    Cómo habríamos disfrutado ese encuentro! tanto, que hasta a veces pienso que fue una lástima y gran pérdida para el ajedrez, que no se hayan aceptado esas sus excesivas condiciones, con tal de haberlo vuelto a ver en acción…! Pero vamos, seamos objetivos! ¿Por favor me excusan? pues es la inexcusable expresión de las emociones de alguien que aún lamenta por lo que pudo ser y no fue.
    Pero permítanme continuar; de haber sido Bobby un genio más equilibrado y haber continuado vigente; la ley de la vida se hubiera impuesto, ya por la edad, la disminución de sus fuerzas y el aumento de la de sus rivales, en algún momento hubiera caído (tendrán razón los que sostienen que la CIA, para evitar lo posteriormente inevitable, ocultaron a Fischer…?) ya en manos de Karpov o de Kasparov; ciertamente ello nos habría dolido a muchos y alegrado a otros…, pero que fantásticas luchas habrían producido sobre el tablero! Definitivamente durante su reinado siendo un jugador activo, Bobby habría marcado el período más enigmático, imprevisible, emotivo e interesante de toda la historia de este milenario juego. Cuánto perdió el ajedrez con su prematuro retiro!
    En 1982 se supo que en Pasadena Fischer fue arrestado por ser confundido con un delincuente, cuenta él que fue torturado para forzarlo a que admitiese injustamente su culpabilidad. Posteriormente corrieron rumores que se encontraba en una crisis económica, y que vagabundeaba errante para granjearse sustento, cuando una sola participación en un torneo comercial, le hubiera bastado para asegurar su futuro económico! Pero Fischer era fiel y honesto consigo mismo, nunca el dinero le fue más importante que sus propias convicciones y principios.
    Cuántas historias se generaba y ventilaba en torno a su mítica figura! El misterio y el enigma enarbolaron a Bobby Fischer como a ningún otro deportista o personaje, no sólo del mundo del ajedrez.
    En el año 1983 se organizó realizar en Pasadena el Match Final del ciclo de Candidatos entre Kasparov y Korchnoi. Que dicho sea de paso, el motivo de organizar el match prácticamente en la “casa” de Bobby, tenía fines de generar contacto y motivar su retorno; pero no hizo más que distanciarlo, pues ni siquiera el periodista más influyente de aquellos años Dimitrije Bjelica (uno de los más cercanos amigos de Bobby de los años 60), no pudo ocultar su frustración al verse impedido por la Sra. Makarov para tener un contacto aunque sea telefónico con Él. Fischer al saber que sus colegas jugarían en su reducto, no esperó a que lo buscaran, granjeándose ningún riesgo de que lo encontraran; y huyó hacia Los Ángeles. Empero, dicha huida no llegó a ser del todo consecuente, pues por razones políticas, el evento del esperado encuentro se suspendió para ser llevado a cabo en la capital londinense.
    Nadie podía ubicarlo, y menos aún tener algún contacto; todo sobre Él provenía de rumores, por lo que el enigma sobre su paradero incrementaba su leyenda. En cualquier evento ajedrecístico estaba presente su nombre; las tertulias eran amenas, pues hablar del genio era cercano a hablar del escocés William Wallace, o de Ulises, Aquiles u otro héroe mitológico. Pues la pregunta no contestada del millón siempre era la misma, donde está Fischer…? dicen que lo vieron…, que está en Pasadena, y está igual, deformando sus bolsillos con todo retazo de periódico que encuentra sobre artículos de ajedrez; que gana todas las partidas blitz que en secreto juega contra los GMs…!, que está al tanto del acontecer mundial; y que prepara su retorno para restablecer el orden…!
    El GM argentino Miguel Angel Quinteros, que acompañó a Bobby en las instancias finales de su match contra Spassky (a quien se ve en un video sujetando la corona de laurel y subiendo con Bobby triunfante a la nave que los traería de regreso a EEUU); fue quizás el ajedrecista que más contacto tuvo con Bobby, incluso en el período de su auto reclusión; pero era evidente que su amistad era leal, pues no violó su compromiso con Bobby de revelar su paradero y situación; sólo se habría limitado a decir que el genio mantenía su lucidez y estaba igual, que no había mermado su nivel de juego y que en partidas blitz era verdaderamente intratable.
    Se dijo tantas veces que se tramitaba su retorno a las lides ajedrecísticas, pero para desilusión de sus acérrimos seguidores, siempre se supo que se abortaron las negociaciones, por lo que hasta el más crédulo, ya no creía en su regreso. Estaría escrito el destino que nunca más tornaríamos a verle en su clásica pose, pensando jugadas que volvieran a deleitar al mundo de las 64 casillas?
    Fischer Vuelve…!!! decían los titulares de los periódicos en agosto de 1992. Parecía verdad! los trámites organizativos del célebre match de revancha con Spassky en Sveti Stefan estaban en marcha; pero todo podía suceder con el imprevisible Bobby, hasta incluso iniciada la contienda!
    Y finalmente volvió! su retorno naturalmente causó honda emoción en el mundo del ajedrez. Como será ahora después de veinte años? seguirá manteniendo su nivel de juego? Después de ganar a Spassky, retará a Kasparov? Eran las típicas preguntas de todo fan. Tras su brillante debut en la primera partida, seguí con gran entusiasmo el desarrollo de todo el match, esperando que después de unas cuantas dubitaciones, recupere finalmente su forma y aplaste convincentemente a Boris, y a soñar en un match con Kasparov, éstas emociones acaso se viven dos veces! (una película de James Bond dice que sí!) pero no ocurrió de esa manera…! un balance general después del match indicaba que Fischer ya no era el mismo, pese a que en algunas partidas mostró destellos de su legendaria fuerza y talento, pero la vida siempre pasa la factura, pues su prolongado alejamiento e insuficiente preparación le impidió definitivamente recuperar su nivel anterior; Kasparov dijo que se “fosilizó”. Si bien ya no tuvo el mismo mérito, pero volvió a derrotar por 10 a 5 a su antiguo rival, quien pese a su mayor constancia competitiva, tampoco estuvo cerca de su mejor nivel.
    Pese a todo, fue indefectible que se hablaría luego de un encuentro contra Kasparov; pero siendo honesto conmigo mismo, en el fondo ya no deseaba que se lleve a cabo (a nadie hará feliz que destruyan la aureola del héroe que más se admira!), pues no era difícil pronosticar quien hubiera sido el vencedor; inclusive ante un hipotético encuentro con el mismo Karpov de entonces.
    El embargo aplicado a la ex Yugoslavia, derivó en la prohibición a todo ciudadano norteamericano de sostener cualquier vínculo o relación comercial con este país; instrucción que fue deliberadamente omitido por Fischer al jugar el match con Spassky en Sveti Stefan en 1992, en parte como repudio a la nación que antaño dedicara su hazaña, y que luego comenzara a herirle de “muerte” con el primer desaire que tuvo al llegar a su tierra, y no ser invitado a la Casa Blanca por Nixon (a quien hasta entonces tanto admiraba); pues definitivamente su esfuerzo y heroísmo no le fueron debidamente reconocidos; pero no por su gente, sino por quienes precisamente le pidieron en nombre de la nación alcanzar la gloria; esto, futuras injusticias y persecuciones, incluyendo desengaños con su iglesia, le fueron minando su psiquis y su mente, provocándole una paranoia crónica que le acompañaría y se agudizaría en las postrimerías de su vida. Estas decepciones indefectiblemente alteraron sus sentimientos, hasta llegar a un enfermizo odio; por lo que consideró que su “enemigo” no podría prohibirle jugar donde él quisiese. Su desacato (previo escupitajo público al documento de advertencia) le supuso arresto con privación de libertad y una multa de $us. 250.000,00
    A su huida de la zona embargada y esquivando la sanción, Bobby volvió a desaparecer hasta 1996, año en que su viejo amigo y colega el GM Miguel A. Quinteros, conjuntamente con el entonces Gobernador de Buenos Aires, Eduardo Duhalde, quien mas tarde fuera Presidente de la Nación (se saluda su entusiasmo por el ajedrez) le atrajeran a la Argentina, para presentar la invención de su ajedrez aleatorio, el “Fischerandom” o Ajedrez 960 (presentación que por desavenencias organizativas, no tuvo el éxito esperado; lo que marcó su siguiente auto reclusión). Hoy existen numerosos simpatizantes de esta modalidad entre GMs de élite; cuya principal característica radica en sortear la posición inicial de las piezas, donde en el desarrollo del juego, pierde valor práctico la erudición de la teoría de aperturas. En las postrimerías de su vida, Fischer desafió a Karpov y Kasparov a un match bajo esta modalidad, pero no recibió respuesta alguna.
    Durante el siguiente período, se supo que estuvo por Alemania, Filipinas, Japón y Hungría, donde tuvo contactos con los GM Peter Leko, Amador Rodríguez, Gerardo Barbero, el ilustre GM Andor Lilienthal y las hermanas Polgar (Zsusza, Sophia y Judith), con quienes habría intercambiado ideas y análisis de partidas, descontando que también jugaron algunas. Posiblemente algún día salga a la luz mayor información sobre estos interesantes encuentros.
    En el año 2001 ocurrieron penosos acontecimientos para la historia, como aquel fatídico 11 de septiembre con el ataque terrorista dirigido por el saudí Osama bin Laden a las torres gemelas; y en noviembre del mismo año, la triste ida del que fuera integrante de la banda más influyente del siglo XX, el ex Beatle George Harrison. Pero en ocasión de lo sucedido el 11 de septiembre, un exultante ex -ciudadano americano hablaba efusivamente por una emisora de Filipinas, expresando en un lenguaje soez su beneplácito por el suceso; asimismo en sus declaraciones, se percataba un enfermizo antisemitismo. Este episodio demostraba que su paranoia y desequilibrio emocional se agudizaban progresiva y vertiginosamente.
    Hubo un tiempo en que “alguien” anónimo, regularmente participaba en el ICC, a través de la red internet, jugando partidas rápidas, destrozando a todos abriendo el juego con las prosaicas pero originales jugadas 1. f3?.., 2. Rf2?!… (o su análogo con negras); la víctima más famosa fue el inglés Nigel Short (Sub-Campeón Mundial oficioso en 1993), quien narró que en diversas ocasiones recibió un verdadero aporreo a manos de este misterioso contendiente; por lo que en uno de sus encuentros, entre movimiento y movimiento le preguntó: conoce Ud. a Armando Acevedo? la respuesta no tardó en llegar…, “Siegen 1970” (Acevedo fue un fuerte ajedrecista mejicano contra quien Fischer jugó en la Olimpiada de Siegen – Alemania 1970), Short según dijo, por éste y otros detalles, estuvo convencido en un 99% que había estado jugando contra el genio americano; quien posteriormente negó haber sido el aludido “oponente”. A mi juicio Fischer no mintió, pues sentía verdadera aversión a lo falso; y esto en más de una ocasión quedó demostrado su legítima honradez; por lo que Short debió jugar contra algún poderoso programa, instalado en alguna potente computadora, y obviamente manipulado por un (o unos) hábil técnico, no contrario a Fischer obviamente; pues no pocos responderían al toque, sobre tópicos que solamente revela una previa y ávida lectura biográfica…
    En julio de 2004 en el aeropuerto de Narita – Japón, fue arrestado al portar pasaporte caduco, pero la razón principal fue la antigua sanción impuesta en 1992 por George Bush (Padre), manteniendo su vigencia George W. Bush (Hijo). Después de meses de negociaciones, finalmente en el año 2005 Fischer adquiere la nacionalidad Islandesa, lo que le permite liberarse de su arresto y radicar en el país anfitrión que fue testigo presencial de su epopeya. En esa época, creo que una legión de ajedrecistas y aficionados, saludamos el exitoso esfuerzo que hicieron gala en dichas tratativas sus antiguos amigos Islandeses, entre ellos Torarinsson ex – Presidente de la organización del match del siglo de 1972, Saemi Palsson – Guardaespaldas de Bobby durante ese épico evento y Einar Ernasson – Presidente de la Junta Directiva del Grupo de Campañas de RJF, quien llegó a ser de Bobby su más fiel y cercano amigo, hasta sus últimos días.
    El nuevo hijo mimado de Islandia vivió el último período de su vida, deambulando por las calles de Reikjavic entre la biblioteca central y alguno que otro lujoso restaurant. Y en ocasión de un evento ajedrecístico que se llevó a cabo en la capital (2006) donde participó el actual titular V. Anand, quien mencionó que en un restaurant se reunió con Bobby que le invitó por cena una hamburguesa (cabe indicar que Anand es un ferviente vegetariano) que no le fue posible negar la cortesía…! Luego de la cena, cuenta el campeón que Fischer extrajo de su bolsillo un “viejo” y raído tablero de cuero (sería el mismo que usaba desde 1970?), y le mostró una posición de una de las partidas que Anand jugó en el reciente torneo de Wijk Ann Zee 2006 (Holanda), procediendo a analizarla, vertiendo velozmente diversas variantes brillantes que simplificaban el procedimiento ganador. Viswanathan no contó la experiencia de este encuentro hasta recientemente, por temor a que el genio se molestase con El, puesto que lo único que Fischer exigía a su interlocutor de turno, era una absoluta discreción; lo cual también dejaba en claro, que Bobby sólo admitía encuentros con personas que instintivamente le caían bien; pues es por todos reconocido que Peter Leko, las hermanas Polgar y el mismo Anand, son ajedrecistas muy apreciados por la afición, por su sencillez y simpatía. Quiso el destino que estos dos genios se cruzaran y conocieran en la vida.
    Por otra parte probablemente Fischer haya conocido a través de la prensa a la nueva generación de talentos, tales como T. Radjabov, S. Karjakin, H. Nakamura y especialmente al prodigio noruego Magnus Carlsen (ahora de 22 años), a quien por algún tiempo entrenó el propio Kasparov. Posiblemente Bobby haya reconocido el enorme potencial de la futura estrella, pero como nunca fue dado a exteriorizar sus consideraciones, no se supo de ningún comentario alusivo. Cabe indicar que en una entrevista, el genio noruego expresó admiración por el juego de Fischer, admitiendo ser seguidor de su indomable espíritu de lucha; ejemplo que según dice, procura emular en todo desempeño deportivo. No hay qué decir que el legado de esta praxis, le ha reportado el que hoy por hoy sea considerado el mejor jugador del planeta, ostentando el mayor registro ELO de todos los tiempos (2861!!), diez puntos por encima de la mayor cota alcanzada por Kasparov!. Cabe denotar que nadie a su edad rebasó los 2710!; por lo que para su total consagración, deberá obtener el título mundial que todavía está en manos de Anand (de 44 años), quien a mi juicio por sus últimos desempeños, su fuerza se encuentra en descenso; empero todos reconocen que este fenomenal ajedrecística, se ha ganado con todo mérito, el ser incluido en el top ten de los mejores jugadores de la historia.
    El tiempo y las ulteriores actuaciones de Magnus permitirán evaluar su ubicación en dicho listado tan selecto (que por su calidad y logro deportivo, con todo merecimiento también ya pertenece); dado su juventud y precoces resultados sorprendentes, algunos ya conjeturan que alcanzará a desafiar al triunvirato de la lista compuesto y liderado por Fischer, Kasparov y Capablanca.
    Volviendo a Bobby en su última estancia en Reikjavic, decía que el ajedrez clásico ya no le interesaba, probablemente se refería al aspecto competitivo, ya que nunca dejó de seguir el desarrollo de los principales eventos; y no fue la excepción cuando en una de las mesas del campeonato Nacional de Islandia, se produjo una posición, donde la ventaja de uno de los contendores le permitió ganar la partida por la vía “normal”. Al minuto de concluida la misma, el salón de análisis de los juegos recibió una llamada telefónica por alguien que indicó la manera precisa de rematar la partida; la secuencia de la combinación, sencillamente fue espectacular. Si bien el maestro encargado de la sesión de análisis habría reconocido al toque la proveniencia de aquella voz; al solicitársele su identificación, el sugerente sólo se limitó a dar las iniciales de su nombre: R.J.F.
    Este y otros detalles, demostraba que la lucidez mental de Fischer hacia el ajedrez estuvo intacta hasta sus últimos días; pero lamentablemente no así en otros aspectos, sumándose a ello su debilitada salud; pues en el mes de noviembre de 2007, se supo que le internaron en alguna clínica de la ciudad capital con claros arrebatos de paranoia y demencia senil, y principalmente aquejado de una rara e incurable enfermedad renal degenerativa. Sus más allegados encubrieron hasta el último la seriedad de su mal.
    Habría pasado las fiestas de fin de año con su esposa Miyoko Watai (Presidenta de la Federación Japonesa de Ajedrez), a quien se agradece haberlo acompañado. Su mal se agudizó a mediados de Enero del año 2008. No puedo imaginarme lo triste y amargo que debe ser, el saber que ya no estaremos mañana! pues desde hace varios meses atrás, Fischer habría sabido que el estado de su salud ya era irreversible, que la muerte rondaba su alcoba, por lo que prefirió pasar con los suyos el resto de sus días que al cuidado especial y artificial de la ciencia. Desde entonces, también habría instruido la ubicación de su última morada y las personas que estarían presentes en su entierro.
    Bobby tuvo un “corazón valiente”, no podía ser de otra manera; pues en El, tanto talento resultó ser proporcional a su entereza; definitivamente incluso en sus últimos días, Fischer demostró su integridad y consecuencia con sus principios, viviendo su vida “a su manera…”
    Por lo que trascendía en su entorno, supe que después de su fallido desafío a Karpov y Kasparov para un match bajo su modalidad, Fischer había determinado alejarse definitivamente de todo vínculo ajedrecístico; y recibí con tristeza la noticia de su internación, deseándole pronta recuperación, sumándome a la consigna “dejen en paz al maestro”, “dejen que viva dignamente el resto de su vida” en el país que afectuosamente le acogió. Hasta entonces nos era desconocida la seriedad de su dolencia, por cuanto estaba lejos de pensarse que su vida corría real peligro, pues al menos eso informaban (y no sin razón!) sus más allegados.
    Pero cuando me enteré de su muerte, sólo el deceso de mi padre y de otros seres muy queridos me causó mayor dolor; me llené de estupor y consternación, no lo podía creer, apenas pude contener que me escurriera un par de lágrimas (dije Fischer no, no, tu nooo!). Así fue, El genio se había ido, pero mientras se juegue al ajedrez, su nombre vivirá por siempre.
    Bobby Fischer, verdaderamente no te has ido y nunca te irás, eres el más grande entre los grandes, y ellos son eternos. Cuánto debiste sufrir amigo! no quiero llorar, porque sé que hoy eres feliz al estar con tu familia (tu madre Regina y tu hermana Joan) y tus amigos P. Morphy, W. Steinitz, H.N. Pillsbury, S. Tarrasch, F. Marshall, E. Lasker, J.R. Capablanca, A. Alekhine, M. Euwe, L. Stein, P. Keres, T. Petrosian, S. Reshevsky, M. Tahl, M. Botvinnik, M. Najdorf, E. Geller y D. Bronstein (y más recientemente A. Lilienthal, V. Smyslov, B. Larsen, L. Evans y S. Gligoric); todos ellos te acogieron, como cuando se acoge al que más se espera.
    Gracias Bobby por esas maravillosas horas que viví en mi juventud a través de tus inolvidables partidas. Quizás no fuiste un hombre feliz en tu paso por esta vida, pero hiciste algo grande, lograste en ella lo que te hizo ganar el cielo, y es el hacernos felices a todos los que amamos el juego que fue tu vida; por lo que pido al Todopoderoso recompensar tu legado.
    Te llevaste “64” casillas del tablero y un Rey con quien te trocaste; podrá entonces el ajedrez a ser el mismo? No lo sé, pero lo que realmente siento, es que mi devoción por el juego ya no podrá ser el mismo desde aquel nefasto 17 de enero de 2008.
    El que escribe estas líneas es un sencillo mortal, y algún día alguien tocará mi puerta y también tendré que partir; y de permitirme la Divina Providencia estar allí, te buscaré, y seguramente te encontraré jugando algún torneo, aunque marchando segundo pero tomándote tu revancha ante Tahl…
    Adiós amigo, hasta siempre, cuánto te extrañaremos! que encuentres paz eterna al lado del Altísimo!
    Dios, Dios espera! No te enojes con el que te empató la partida…!

    Bermejo, 25 de Enero de 2008
    Reeditado en Enero de 2013

    Autor: Jorge A. Padilla Ríos
    Email: jorgealainpadilla@hotmail.com
    Bermejo – Tarija – Bolivia

    06 abril 2013 | 18:44

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