Quién fue… Victor Starffin

Ya sabéis que de vez en cuando me gusta traeros personajes raros o singulares. Cuando conocí la historia del protagonista de hoy no dudé ni un minuto en decidirme y aquí os traigo la historia de este personaje. ¿O no es suficientemente original un jugador de béisbol ruso que triunfó en Japón?

Viktor Konstantinovich Starukhin nació el 1 de mayo de 1916 en Nizhny Tagil, en los Urales. Con el estallido de la Revolución Rusa, su familia emigró a la isla de Hokkaido, en Japón. Allí su nombre fue trasliterado como Victor Starffin (ignoro por qué) y empezó a jugar al béisbol en el instituto Asahikawa Higashi. Os diré que el béisbol, deporte popularísimo en Japón, fue introducido en el país asiático a finales del siglo XIX por Horace Wilson, un estadounidense que fue contratado en 1872 por el Gobierno japonés como asesor para modernizar el sistema educativo nipón.

Pero volvamos a Starffin. Muy pronto se destacó como pitcher (o lanzador) y fue convocado en 1934 para disputar un partido de exhibición entre Japón y los Estados Unidos. Pero Victor Starffin no quería dedicarse al deporte profesional, puesto que su idea era entrar en la Universidad de Waseda. El problema es que en aquel entonces los jugadores profesionales debían renunciar a su derecho a entrar en la Universidad… y como Starffin era bastante bueno, el jefazo del béisbol nipón, Matsusaro Shoriki, le obligó a profesionalizarse. Shoriki tenía un as en la manga. El padre de Starffin había estado implicado en un presunto caso de homicidio involuntario y Shoriki amenazó al ruso con contarlo todo en la prensa y a las autoridades, lo que seguramente hubiera supuesto la deportación a Rusia (ya entonces Unión Soviética) de toda la familia. Así las cosas, a Starffin no le quedó más remedio que profesionalizarse.

Starffin se enroló en el Tōkyō Kyojingun en 1936. Empezó ahí su brillante carrera, en la que se ganó el sobrenombre de Aoi-me no Nihonjin («El japonés de ojos azules»). Starffin estuvo ocho años con los Kyojingun, en los que ganó dos veces el MVP del campeonato. Pero en el 44, con la II Guerra Mundial comenzada, las cosas se torcieron. El Gobierno japonés decidió, por motivos de seguridad, internar a los extranjeros de las potencias aliadas que residieran en Japón en campos de detención. Además, fue forzado a cambiarse el nombre por uno japonés: Hiroshi Suda.

Acabada la guerra y ya en 1946, Starffin recuperó su nombre y su carrera. Jugó un año para los Pacific de Yokohama y cinco para los Kinsei Stars. En 1954 fichó por los Takahashi Unions y allí fue donde consiguió el récord que le hizo famoso. Fue el primer pitcher de Japón en conseguir 300 victorias. Al año siguiente, con un récord de 303 victorias, se retiró, para convertirse en locutor de radio y televisión.

Pero su nueva ocupación le duraría poco, ya que el 12 de enero de 1957, sufrió un accidente cuando su coche fue arrollado por un tren de la línea Tokio Tamagawa, muriendo en el impacto. Las circunstancias exactas del siniestro no se aclararon y se divulgaron rumores de que pudo ser un suicidio, si bien también se comentó que en el momento de su muerte, Starffin estaba ebrio.

Tres años después, su nombre fue inscrito de manera póstuma en el Salón de la Fama del Béisbol japonés (fue el primer extranjero en conseguirlo) y en 1984, el estadio de Asahikawa, la localidad donde se trasladó con su familia tras salir de Rusia, fue bautizado con su nombre.

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