Qué fue de… Carlos Lopes

La estrella olímpica de hoy es el más destacado atleta de la historia de su país y toda una leyenda, debido sobre todo a la edad a la que consiguió sus logros. Nos vamos a la vecina Portugal para hablar de Carlos Lopes.

El 18 de febrero de 1947 nacía en Valdemoinhos, Viséu, Carlos Alberto de Sousa Lopes, en el seno de una humilde familia. Tanto que desde su infancia tuvo que trabajar para ayudar a su familia. Fue picapedrero, empleado en una tienda y relojero. Su deporte favorito era el fútbol e hizo una prueba para jugar en el equipo local, aunque fue rechazado por su escasa corpulencia. Casi por casualidad, corriendo con los chavales de su pueblo, descubrió sus condiciones innatas para la larga distancia y con 16 años acabó tercero en el campeonato júnior de cross su país. Al año siguiente, fue el mejor portugués en el campeonato del mundo, sin haber cumplido aún la mayoría de edad.

En 1967 lo fichó la sección de atletismo del Sporting de Lisboa, que le encontró un empleo como cerrajero. En Lisboa conoció a su entrenador, Mário Moniz. Pasaron los años y fue mejorando su técnica, de modo que en 1976 logró proclamarse campeón del mundo de cross en Gales. Consagrado como atleta, era la gran esperanza portuguesa para los Juegos Olímpicos de Montreal 76 (ya había participado discretamente en Munich 72), hasta el punto de ser el abanderado del equipo olímpico portugués. Lopes disputó los 10.000 metros pero tuvo que conformarse con la plata, por detrás del finés Lasse Viren. Era la primera medalla olímpica de Portugal en atletismo.

Tras unos años difíciles debido a las lesiones, Carlos Lopes decidió probar con la maratón y en 1982 (no pudo clasificarse para los Juegos de Moscú 80) corrió las de Nueva York (abandono) y Rotterdam. En esta última quedó segundo y primer europeo. Había descubierto su especialidad, algo tarde quizá.

Así las cosas, llegaron los Juegos Olímpicos de Los Angeles 84, en los que estuvo a punto de no participar, puesto que una semana antes fue atropellado por un coche mientras entrenaba. De manera milagrosa, salió ileso. Lopes, con 37 años de edad, sorprendió al mundo entero ganando la maratón, con un tiempo de 2.09.21, récord olímpico. Era el primer oro olímpico de la historia de Portugal. Se convirtió en un héroe y fue condecorado con la Gran Cruz de la Orden del Infante.

Al año siguiente corrió su última maratón, en Rotterdam, donde batió el récord del mundo con 2.07.12, siendo el primer ser humano capaz de completar la distancia en menos de 2.08. Ese récord duró tres años. Mucho más duró su récord olímpico de Los Angeles, que no pudo ser batido hasta en los últimos Juegos, los de Pekín, a manos del keniano Sammy Winjiru (que como recordaréis, falleció el año pasado en extrañas circunstancias, al caer desde el balcón de su casa).

Tras su retiro, Carlos Lopes sigue vinculado al deporte, ya que es el presidente del Comité Olímpico Portugués.

Esto es todo, amigos.

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