Quién fue… Gyula Grosics

Me resulta curioso pensar cómo países que en su día fueron verdaderas potencias mundiales del fútbol, se hundieron en la miseria en pocos años y ahora son meras comparsas de las fases de clasificación para Mundiales y Eurocopas. El principal ejemplo de estos casos es para mí Hungría, que en su época fue uno de los mejores equipos del Mundo y ahora no se come un rosco. Un futbolista húngaro es hoy el protagonista de vuestra sección favorita, Gyula Grosics.

Nacido en la localidad de Dorog el 4 de febrero de 1926, Grosics procedía de una pobre familia, encabezada por un minero de carbón, que no disponía de agua corriente en casa y que tenía depositadas sus ilusiones en que el joven Gyula se convirtiera en sacerdote.

Pero en vez del sacerdocio, lo que llegó fue el fútbol. Debutó como profesional en el equipo de su ciudad, el Darogi Bányász. Tras pasar por el MATEOSZ y por el Teherfouvar, su gran oportunidad llegó en 1950, cuando fichó por el mítico Honved de Budapest. Este equipo era el del Ejército húngaro. Como veréis, la política tuvo mucho que ver en la vida de este jugador.

Ya desde 1947, Grosics era internacional, pero fue en la década de los 50 en la que le llegó la gloria. Y es que Grosics fue el portero de lo que la historia recordará siempre como el Equipo de Oro o los Mighty Magyars (en húnagro, Aranycsapat). El once tipo, más o menos, estaba formado por Grosics, Lantos, Buzánszky, Loránt, Zakariás, Bozsik, Czibor, Hidegkuti, Budai II, Puskas y Kocsis. Este equipo logró una medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Helsinki en 1952, ganó el llamado partido del siglo en Wembley ante Inglaterra (por un aplastante 3-6), en lo que era la primera derrota en territorio inglés de la selección local en toda su historia y al año siguiente estuvo a punto de ganar el Mundial de Suiza 54, si bien perdió en Berna ante la selección de Alemania Occidental.

Grosics, que era conocido como Fekete Párduc o la Pantera Negra (iba de negro entero, como Yashin), fue un revolucionario, ya que fue el primer portero que hizo funciones de líbero, convirtiéndose en un defensor más si la ocasión lo requería. Grosics era un héroe en Hungría, pero él no era feliz del todo…

El portero, como os decía, ocupaba el marco del Honved. Pero él era fan de otro de los grandes equipos magiares, el Ferencvaros. Y había un problema. El Ferencvaros era y es, por tradición, el equipo de los nacionalistas húngaros, relacionado siempre con una ideología de derechas. Por eso, el Gobierno comunista de Hungría le prohibió a Grosics que fichara por el Ferencvaros. No podían permitir que uno de los héroes del país jugara en un equipo símbolo de lo que ellos mismos perseguían. Y así continuaron pasando los años y Grosics acabó su carrera en el Tatabánya Bányász en 1962. Se retiraba la Pantera Negra sin cumplir su sueño de jugar en el Ferencvaros.

Pero a veces, hay justicia. Hace un par de años, el Ferencvaros decidió llevar a cabo una curiosa iniciativa. Si Gyula Grosics siempre quiso jugar en el equipo verdiblanco, no se iba a morir sin conseguirlo. Así, en marzo de 2008 el Ferencvaros jugó un partido amistoso ante el Sheffield United inglés. Y el portero de los húngaros, ese día, era un tal Gyula Grosics, de 82 años. Vestido con una camiseta negra, y ovacionado por todo el estadio, Grosics cumplió su sueño. Sólo jugó 30 segundos, pero fue suficiente. Podéis ver este emocionante momento en este vídeo. Y por si fuera poco, tras ese partido, el Ferencvaros retiró el dorsal número 1 en honor a Grosics. Sólo dos equipos en el mundo han retirado el 1. El Ferencvaros y el Hannover 96 alemán, en honor al recientemente fallecido Robert Enke.

Por lo demás, os diré que Grosics sigue vivo, a pesar de sus problemas de salud (poco tiempo después fue operado de gravedad por una perforación pulmonar). Él y Buzánszky son los únicos supervivientes de aquel Aranycsapat.

Además, también os diré que Grosics tiene un pasado algo oscuro. Un libro recientemente publicado afirma que formó parte de una división de las SS nazis durante la ocupación alemana en Hungría. Sea como fuere, Grosics nunca ha ocultado su ideología de derechas y fue muy crítico siempre con los regímenes comunistas de su país. Pero claro, cualquiera perdona que no te dejen jugar en el equipo de tus sueños…

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