Con solo 25 años, Terence Trent D’Arby vendió un millón de copias de su primer álbum en tres días. Aquello fue solo el principio: pronto se convirtieron en 12 millones. Corría el año 1987 y fue encadenando un número 1 tras otro en las listas de éxitos, primero con su gran hit, Sign Your Name, luego con otros muchos, porque cada single suyo causaba furor: If You Let Me Stay, Wishing Well, Dance Little Sister…
Los discos de platinos le llovían, después llegó un Grammy. En un tiempo récord se convirtió en una megaestrella, en un ídolo de masas, dotado de un ‘charming’ muy especial, una voz prodigiosa y una música aterciopelada, que parecía que te acariciaba la piel.
Fue rival de los más grandes: Madonna, Prince, Michael Jackson… Otros como Springsteen, Leonard Cohen y Pete Townshend se rindieron a sus pies.
¿Cómo se asimila algo así?
Terence Trent Howard (el nombre con el que fue bautizado) lo asimiló con una crisis existencial y un cambio radical: hoy no se le puede mencionar el nombre con el que triunfó porque «es doloroso para él». Cree que le «mataron a los 27 años».
Renegó de su patria, Estados Unidos, y vive en Italia junto a su mujer, una periodista y arquitecta italiana, y dos hijos pequeños. Y se llama Sananda Maitreya, un nombre que un ángel le reveló en sueños.
Esta es su historia…