Lo que lloré con esta película, ríos de lágrimas. Recuerdo que la gente del cine se me quedaba mirando porque pensaban que me pasaba algo. Y claro que me pasaba. Mi nivel de empatía con Eliott era absoluta, teníamos la misma edad y sufría todo lo que él sentía, desde el miedo inicial hasta el gran cariño y la tristeza que inspiraba la marcha de ese extraterrestre paticorto y bonachón. Ya han pasado 35 años de aquello. Y no puedo dejar de preguntarme qué fue de Henry Thomas, el protagonista del gran éxito de Steven Spielberg, E.T. el extraterrestre.