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Qué fue de C.C. Catch o cómo dar la vuelta al reloj del tiempo

Los jovenzuelos que pasen por estos lares leerán C.C. Catch y se quedarán con cara de poker, tratando de imaginar qué demonios significan esas siglas y si tendrá algo que ver con el mundo del Wrestling.

Lejos de ser un luchador hiperciclado y con máscara mexicana, C.C. Catch era la reina de las discotecas en los años ochenta, número 1 de los top musicales, una rubia que despertaba las fantasías de miles de adolescentes a lo largo y ancho de toda Europa, y que competía despiadadamente con Samantha Fox por ocupar el póster central de las revistas juveniles.

C.C. Catch

Toma permanente.

A Samantha le dedicaremos su propio post más adelante pero por ahora nos quedamos con C.C. Catch que, al menos para mi gusto, era más elegante (Samantha tenía otras virtudes con la que le sacaba la delantera).

¿A quién no le suena su Soul Sourvival, un himno a esos bailecitos de cadera a la izquierda, cadera a la derecha, saltito y vuelta?

Si al escuchar este videoclip de pronto os suenan mucho, MUCHO esos efectos de casiotone, no es casualidad.

Y si no, echadle un vistazo a esto:

Efectivamente, detrás de esta jovencita holandesa criada en Alemania estaban los mismísimos Modern Talking. En concreto fue Dieter Bohlen, el rubio del famoso dúo de música disco, quien la descubrió cuando ella formaba parte de un grupo musical de chicas llamado Optimal.

Entonces ella era Caroline Catherine Müller y entre los dos buscaron un nombre con chispa, moderno (para entonces). Se les ocurrió tomar las dos iniciales de su nombre y lo de ‘Catch’, bueno, pues pensaron que quedaba bien.

Su primer single, I Can Lose My Heart Tonight, subió como la espuma en las listas de éxitos y se convirtió en la canción del verano del 85 en media Europa. Tenía 21 años.

Esos pelos cardados… No imagino cuántas toneladas de laca se gastaban por entonces al día.

Con Europe, Bon Jovi, Kiss y demás fauna ochentera no me extraña que la capa de ozono se fuera a la mierda.

80s 1980s why cc catch strangers by night

C.C. Catch se hizo la ama de la pista y llegó a ensombrecer a su tutor, Dieter. Ella tenía verdadero talento y quería participar en las letras y la composición de las canciones, pero él no se lo permitía.

Finalmente, cuatro años y cuatro álbumes después, Caroline decidió no renovar su contrato con él ni con su discográfica, BMG. Decidió seguir por su cuenta pero Dieter no estaba dispuesto a dejarla ir tan fácilmente y declaró que su nombre artístico era de su propiedad. Tuvieron que pasar por los tribunales y finalmente Caroline se ganó el derecho a seguir siendo C.C. Catch.

80s modern talking

Para su quinto disco firmó con otro gran sello, Polygram y como por fin podía escribir sus propias canciones llamó a su nuevo disco Hear What I Say (Escucha lo que digo).

Para este nuevo trabajo encontró otros productores de primera líneaAndy Taylor de Duran Duran y el guitarrista y cantante de rock Dave Clayton, que había trabajado con George Michel y U2. Su música experimentó un giro de 180 grados, gustó a sus fans más acérrimos pero no terminó de calar en el gran público.

Aquello marcó su final como estrella de la canción pero siguió haciendo colaboraciones puntuales. A principios de la década de 1990 C.C. Catch trabajó en un proyecto de Peter Gabriel, que dio lugar a la canción Harmonix.

Este tema, fruto de algún psicotrópico del chungo, fue lanzado en 1993 en un álbum de título no menos psicodélico, Way Down Below Buffalo Hell von Jam Nation.

En 2004 participó en un programa del canal alemán ProSieben que rescataba a grandes artistas de los ochenta, como Haddaway y Limalh. Ese mismo años hizo las paces con Modern Talking y participó con ellos en una gira ‘revival’ por Estados Unidos.

En septiembre de 2010 reapareció como el Guadiana para publicar un single con el productor musical español Juan Martínez, un tema disco llamado Unborn Love.

El cambio de C.C. Catch era espectacular. ¿Qué había hecho todos estos años para estar tan guapísima y seguir tan juvenil?

Pues la respuesta está en la serenidad. A pesar de sus esporádicas incursiones en la industria de la música, en realidad Caroline se refugió tras su quinto álbum en el crecimiento espiritual, la práctica de yoga y una forma de meditación. Años después, en 1998, se casó con su profesor de yoga, Aravaita.

El yoga y la meditación le sentó mucho más que bien, a juzgar por los resultados.

Os dejo con un antes y un después, juzgad vosotros mismos: