Hace algunos años entrevisté a Beatriz Rico. Era la época en la que salía con Carlos Bardem, incluso creo recordar que visité su casa, en el centro de Madrid. Siempre me había parecido una mujer vitalista, de esas que son pura energía y positivismo. Me quedé corta al conocerla en persona. Me caló profundamente su personalidad, su enorme corazón y su generosidad. Y por supuesto, su buen hacer profesional.
Musa de Fernando Fernán Gómez, que la dirigió en sus últimas películas, y mito erótico de toda una generación, recuerdo sus tiempos de azafata en El precio justo, junto a Joaquín Prat. Me encantaba ese concurso (no se me daba mal adivinar el precio de las cosas) y me llamaba la atención la simpatía y naturalidad de Beatriz Rico, que entonces era solo una veinteañera y encima aparentaba aún menos.
Yo ya estaba un poco crecidita cuando ella presentaba programas infantiles como Telebuten (1992-1994) así que en estos espacios la seguí poco o nada, y tampoco me interesaban sus posados picantes en revistas como Interviú, que imagino que hicieron las delicias de otros muchos.
Me divertía más verla en televisión, en series de finales de los 90 y principios de 2000 como Carmen y familia, A las once en casa, Abierto 24 horas y sobre todo Un paso adelante, donde estuvo dos años. La que ya no seguí tanto fue Ellas y el sexo débil (2006), serie protagonizada por su buena amiga Ana Obregón.
Hace poco me encontré preguntándome qué estaría haciendo ahora. Y me he quedado francamente sorprendida. #muyfan de Beatriz Rico.
La actriz Beatriz Rico en una imagen promocional de la agencia que la representa, Antonio Durán.