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Diez consideraciones ante el canon AEDE y la regulación de la copia privada

La aprobación el viernes 14 de febrero por el Consejo de Ministros del anteproyecto de ley que modifica la actual Ley de Propiedad Intelectual (LPI) y cambia la regulación de la copia privada aplicando un canon -hoy, ya proyecto de Ley al haber sido presentado por el Gobierno en el Congreso de los Diputados-, ha levantado una gran polvareda y desatado una fuerte polémica. Desde 20minutos, lo vemos así:

1. Internet es un campo inmenso, casi infinito. Ponerle puertas a ese campo mediante tasas o cánones, y además por decreto y sin diálogo con todas las partes, es una medida de incierto resultado y que puede tener incluso efectos colaterales indeseados.

2. La imposición de tasas o cánones a la compartición de contenidos en Internet puede ser un freno a la innovación y a la creación.

3. La imposición de esas tasas o cánones penaliza el acceso a la información y al conocimiento de los usuarios.

4. La copia privada ha existido antes de Internet, y creemos que seguirá existiendo después de la ley que ahora promueve el Gobierno.

5. A los agregadores y a otras herramientas que, enlazando y citando al medio de origen, fomentan la compartición de contenidos en Internet los consideramos como colaboradores y aliados potenciales, y no como piratas expoliadores. Vemos en ellos una oportunidad, no una amenaza.

6. La defensa de los derechos de autor es legítima, pero no debe extenderse a vulnerar el derecho de quienes eligen ejercer sus derechos de autor de manera diferente. El copyright es legítimo; el copyleft, también. Los partidarios de lo primero no pueden imponer sus criterios a los partidarios de lo segundo.

7. La llamada ‘tasa Google’ o ‘canon AEDE’ no ha sido impulsada por los editores, sino por una parte de este colectivo: algunos asociados de una de las asociaciones de editores. Hay otras asociaciones y otros editores que están radicalmente en contra de esa tasa.

8. Las modificaciones legislativas de los derechos de propiedad intelectual deberían nacer del diálogo entre todas las partes afectadas e ir encaminadas a promover la transformación del sector y la sostenibilidad económica de todos los actores implicados, no solo de una parte.

9. Compartir contenidos está en el ADN mismo de Internet y creemos que si se hace respetando derechos de aquellos que deseen ejercerlos es beneficioso para todos: para los usuarios / lectores, para las herramientas que lo facilitan y para los medios de comunicación

Y 10. 20minutos nació en el año 2000 como el primer diario gratuito impreso de España, y en 2005 como el primer medio online de información general bajo licencia copyleft / creative commons. Somos así desde pequeñitos, y vamos a seguir siéndolo.

* Consulta en esta minuteca todas las informaciones de 20minutos sobre la Ley Lassalle.

* Al principio se denominó tasa google al canon AEDE, que es el concepto que finalmente se ha afianzado.

19 comentarios

  1. Dice ser Bien dicho

    Amén, asi se habla.

    21 febrero 2014 | 15:04

  2. Dice ser Ralkai Shagtten

    In your face, señor ministro.

    21 febrero 2014 | 16:29

  3. Totalmente de acuerdo, tienen que buscar maneras de resguardar los derechos de autor sin poner frenos al desarrollo, al fin de cuentas muchos autores se benefician del fluir continuo de información que existe en internet para inspirarse y crear sus obras.

    21 febrero 2014 | 17:54

  4. Dice ser Alex

    «tienen que buscar maneras de resguardar los derechos de autor sin poner frenos al desarrollo»

    Vamos, que sí, que defiendan sus derechos, pero que no nos fastidien las descargas, ¿no?

    21 febrero 2014 | 20:58

  5. Dice ser Cada vez somos más esclavos...

    Lo suscribo totalmente.
    Además, el intercambio de copias para uso personal y sin ánimo de lucro nunca puede ser un delito. En este país el afán recaudatorio y de controlar la información y la cultura provoca este tipo de atropellos contra la libertad ciudadana. Parecería que quisieran dar un golpe en internet e imponer un régimen totalitario.

    21 febrero 2014 | 23:58

  6. Dice ser Shaktale

    Completamente de acuerdo, algunos periódicos pretender que Google y otros agregadores paguen lo que no han sabido mantener.

    22 febrero 2014 | 00:38

  7. No hace ni dos años que empecé con un blog personal.
    En él recopilaba los mejores artículos a mi entender, caídos en mis manos y publicados en los medios.
    Me gustaría tener más tiempo para leer y poder guardarlos.
    De camino, son un ofrecimiento público al posible lector como estimo desearía su autor.
    Hay tanto texto cutre por ahí… que incluso a mi se me escapa más de uno, por qué no.
    ¿Son los blogs ilícitos si no escribes algo tuyo?.

    Los temas son sociales, políticos, económicos, religiosos…
    Los que encuentro interesantes en algo. Son planteamientos de actualidad, pero en muchos casos intemporales.
    ¿Soy un criminal?.

    http://veroirteclear.blogspot.com.es/

    22 febrero 2014 | 01:28

  8. Dice ser Jose M

    En mi opinión, pretenden amordazar más que recaudar. Muchas veces las opiniones en los enlazadores son más interesantes que las propias noticias. Yo personalmente he dejado de visitar y comprar periódicos asociados a AEDA ,como El País y El Mundo. Me basta 20Minutos y las Agencias originales de noticias, como Europa Press.

    22 febrero 2014 | 08:55

  9. Dice ser pdro

    Totalmente de acuerdo con las 10 consideraciones. Sobretodo con la 5, la 9 y muy contento de la 10.

    22 febrero 2014 | 10:27

  10. Dice ser Manuel

    Yo no se si he entendido mal el decreto, pero solo habla de que Google y Yahoo paguen un canon cuando una noticia aparezca en Google News o Yahoo News. Y si no lo sabéis, para salir en Google News por ejemplo es la propia página web la que tiene que darse de alta.
    Poniendo un canon, lo que van a conseguir es que ese medio no sea tán visitado.

    Por otra parte me parece bien y muy bien que se pene a la gente que comparta peliculas,juegos o libros con copyright. Muchas de estas páginas de descargas están sacandose un tremendo dineral gracias a gente como nosotros

    22 febrero 2014 | 10:45

  11. Dice ser Alvaro

    ¿Cuando compras un producto y el producto no cumple con lo deseado o publicitado puedes devolver?. SI.

    ¿Cuando compras una pelicula o un libro y el producto no cumple con lo deseado o lo publicitado puedes devolverlo?. NO.

    La copia o descarga privada tiene que ser posible desde el momento que la respuesta a la anterior pregunta es NO.

    Otra cosa es que pudieramos comprar un libro o pelicula y luego poder devolverlo alegando simplemente que nos ha parecido una mierda.

    22 febrero 2014 | 12:44

  12. Dice ser Nova6K0

    Enorme los 10 puntos, especialmente y como auto copyleft que soy el 6. Además lo que generalmente estas leyes defienden no son los derechos de autor sino la propiedad intelectual (no es lo mismo) y menos la Cultura. Porque incluso en el mismo momento que su escoges crear algo con copyright, estás diciendo que sólo pueden acceder a tu obras quienes paguen, es decir quienes tenga poder económico. Otra cosa es que otros quieran hacer negocio sin ni siquiera pensar en ti.

    Salu2

    22 febrero 2014 | 13:08

  13. Dice ser Autor

    Propiedad intelectual. Debería sonarnos instintivamente no sólo a palabras de significado opuesto, sino además a algo extremadamente malo y peligroso.

    Y especialmente a los usen el intelecto (que generalmente deberían ser todos los humanos). Nos debería sonar a que nos quieren encadenar la mente (de la que derivan todas nuestras acciones y pensamientos en la vida) para que no podamos actuar autónomamente y a taparnos los sentidos para que nuestra mente quede completamente en blanco sin actividad útil posible.

    Y el que nos cobren rescate a cambio de usarla , para cosas concretas, muy puntuales y por tiempo limitado, no debería sonarnos mucho más gratificante (ni siquiera, aunque seas uno de los que a veces cobra por ese rescate, ya que tú como individuo siempre perderás más de lo que ganes pagando el rescate que te impongan de forma colectiva continuamente los demás [a la que hay que sumar las dificultades para poder realizar o idear algo, en el contexto de incapacitación intelectual descrita en el segundo párrafo]).

    22 febrero 2014 | 14:22

  14. Dice ser "Sin palabras"

    «Hacía ya muchos años que en ese país habían desaparecido las palabras. Estaban secuestradas, presas en algún lugar oculto, controlado férreamente por los más poderosos. Nadie podía tener palabras, y mucho menos utilizarlas. Estaba prohibido hablar, o escribir. Solo un pequeño grupo de poderosos a los que denominaban “Los sabios” estaba autorizado a usarlas para nombrar las cosas según su conveniencia. Para los demás, poseer palabras y usarlas se había convertido en un delito castigado con la pena máxima.

    Las personas se comunicaban con gestos y ya nadie leía. Los únicos libros y revistas que se publicaban tenían espectaculares ilustraciones que abusaban de los colorines, pero estaban desprovistos del más mínimo atisbo de lenguaje escrito. Por la radio solo se emitía un hilo musical permanente, cuajado de monotonía, que convertía cualquier estancia en una vulgar sala de espera. La televisión vomitaba imágenes superpuestas, que salían de la pantalla como si se tratara de una gran cascada repleta de irrealidad.

    Al no utilizar el lenguaje, la memoria colectiva se estaba perdiendo y la mayoría de las personas se comportaba con una mansedumbre propia de las ovejas de corral. Las calles eran lugares ordenados, en donde las gentes se desplazaban en un silencio solo interrumpido por las bocinas de los coches o los gemidos turbios de los tubos de escape de las motocicletas.

    Ya nadie recordaba lo que había pasado.

    Nadie, excepto una mujer casi centenaria que había decidido desobedecer desde el principio y que se dedicó a recopilar y a conservar palabras. Para que no la descubrieran guardó todas las palabras que tenía almacenadas en su cerebro en una especie de armario gigante que construyó camuflado bajo la pared del salón de su casa. El armario estaba lleno de cajones ordenados alfabeticamente y en cada uno de ellos había depositado las palabras que se iniciaban por la letra que daba nombre al cajón. Así, en el cajón dedicado a la letra “A” estaban guardadas “alforja”, “alambre”, “almíbar”, “arbusto”, “araña”, “ameno”, “amor”, “amistad”, “alucinante”, “alevoso”, “aire”…, y miles de palabras más, todas las que ella había podido recordar. Lo mismo sucedía con el cajón dedicado a la “S” o con el de la “M” o con el de la “T”. Había consagrado su vida entera a escribir todas las palabras en pequeños trocitos de papel y a la tarea inmensamente peligrosa de conservarlas.

    Ella tenía predilección por el cajón destinado a la letra “P”, porque dentro de él se encontraba la palabra “pesadilla”, una palabra que parecía inocua, pero que llegó a convertirse en un término revolucionario. Esta fue la primera palabra proscrita por las autoridades. La palabra “pesadilla” fue prohibida el día dos de octubre del año 2015, justo cuando ella cumplía treinta años, por eso lo recordaba tan bien.

    La palabra “pesadilla” se decía mucho por aquellos entonces, la gente no paraba de repetirla para describir la situación que se vivía y las autoridades terminaron por prohibir el uso de esa palabra, como si así todo mejorara de forma automática y se dejara de vivir en una “pesadilla” por arte de magia.

    La mujer casi centenaria que decidió desobedecer desde el principio recuerda ahora que comenzaron las señales de alarma muy pronto, pero que casi nadie se daba cuenta de ello. Los maniquíes de los escaparates empezaron a fabricarse sin boca, sobre todo los que representaban la figura de las mujeres. Se convirtió en una moda, todos los maniquíes femeninos se creaban sin boca. Aquello era una premonición, pero nadie lo veía. Luego vinieron todos los demás, los que representaban a los hombres o a los niños y a las niñas.

    Otra de las señales fue que se popularizó abusar de los eufemismos y dejaron de llamarse a las cosas por su nombre. Por ejemplo, nadie denominaba “culo” al “culo”, las gentes se dejaron arrastrar por la moda estúpida de llamarle “pompi”. Y no digamos ya cosas importantes como “hambre”, no se decía, se sustituía por “necesidad”. Como si el hambre dejara de existir por cambiarle el nombre.

    El hecho fue que la situación se hizo insostenible para las autoridades y como vieron que no era suficiente con cambiar el nombre de las cosas, decidieron que lo mejor para conservar su poder era prohibir las palabras, terminar con ellas. Y así se inició toda una campaña de reeducación brutal, donde se emplearon todos los métodos. Simplemente el lenguaje pasó a mejor vida. Todas las palabras fueron recluidas, secuestradas, prohibidas.

    Cuando la mujer casi centenaria recordaba la secuncia de los acontecimientos le entraban unas ganas tremendas de gritar palabras a voz en cuello a los cuatro vientos y de abrir todos los cajones del armario de su salón para que volaran libres y salieran por los ventanales como las mariposas que anuncian la primavera, buscando el aire fresco para inundar las calles.

    El momento de la liberación de las palabras estaba cerca. Había soñado con ese momento muchas veces y tenía que hacer realidad sus propios sueños. No podía irse a la tumba con ese anhelo cosido a su hígado.

    Dentro de cuatro días, el dos de octubre de 2085, iba a cumplir cien años y había llegado la hora de comenzar a luchar. Se haría un regalo. Su pequeña revolución consistiría en abrir los cajones del armario de las palabras y los ventanales del salón para colocarse en el centro de la galería con un megáfono, dispuesta para gritar una por una todas las palabras según el orden en que habían sido prohibidas: “pesadilla”, “hambre”, “educación”, “consuelo”, “solidaridad”, “física”, “boca”, “amor”, “revolución”, “igualdad”, “cuerpo”, “matemáticas”, “consuelo”, “sangría”, “chorizo”, “resistencia”, “carne”, “libertad”…así, miles y miles de ellas, hasta la última que nombraría, que sería la palabra “pensar”.

    El momento de la liberación de las palabras estaba cerca».

    nuevatribuna.es | Relatos | Carmen Barrios | 28 Septiembre 2013

    23 febrero 2014 | 02:46

  15. Dice ser Lourdes Sada

    Según los medios de AEDE, la piratería es el hecho de ganar dinero apropiándose del trabajo ajeno, no?

    Y entonces, ¿cómo llamamos a que, vía CEDRO, los «AEDEs» se puedan apropiar de la tasa «irrenunciable» que piensan imponer sobre cualquier extracto de un blog, artículo o comentario, por muy copyleft/creative commons que lo haya declarado el autor, y repartírsela? ¿Eso no es «ganar dinero apropiándose del trabajo ajeno»?

    Mira por dónde, para luchar contra la piratería, se han convertido en filibusteros.

    23 febrero 2014 | 12:32

  16. Dice ser Repelús

    Qué repelús da leer ‘compartición’… Y encima varias veces.

    23 febrero 2014 | 19:12

  17. Dice ser Hadry

    Muy de acuerdo con lo de que compartir contenido es el ADN de Internet! 😉

    28 febrero 2014 | 17:18

  18. Dice ser Yankee

    Si señor.

    01 marzo 2014 | 00:44

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