Juan Carlos Escudier

¿Arriba o abajo? Un detalle vital

Inicialmente, el testigo protegido S-26 no tenía duda alguna. Aquel hombre “moro o gitano” que le empujó, se sentó junto a él en el piso de arriba del tren y colocó bajo el asiento una bolsa de deportes azul verdosa era Jamal Zougam, el dueño del locutorio de Lavapiés donde se vendieron las tarjetas de teléfono que activaron las bombas del 11-M. Su testimonio de hoy venía a coincidir exactamente con la investigación oficial de los TEDAX, según la cual los explosivos de aquel tren estallaron en el piso alto del convoy.

S-26 hablaba con total seguridad. Recordó cómo el 11-M tomó el tren en Alcalá de Henares a las 7.15 horas, se situó junto a la ventanilla, observó a aquella persona de la bolsa que llevaba una pequeña escayola en su nariz y cómo a la altura de San Fernando de Henares se percató de que ya no estaba allí aunque la bolsa permanecía bajo el asiento. Cuando la Policía le mostró la mochila desactivada de Vallecas, tampoco tuvo dudas: “Les dije que si aquella no era la bolsa se trataba de su alma gemela».

El testigo descendió del tren en Vicálvaro y se dirigió a la obra donde trabajaba, situada apenas a 200 metros de la estación. Escuchó una primera explosión y tres o cuatro minutos después otra más. Hasta las 8,00 horas, cuando le llamaron su madre y su mujer, no supo que había ocurrido un atentado. Ya por la noche, después hacerse sus “conjeturas” y de ver en televisión el teléfono de colaboración ciudadana, llamó a la Policía, que se presentó en su domicilio con un álbum de fotos y cuando, sin ningún género de dudas, puso el dedo sobre la imagen de Zougam.

Las dudas han asaltado a S-26 cuando el abogado de Zougam ha destacado una contradicción fundamental: en sus declaraciones ante la Policía y ante el juez del Olmo había manifestado que, en realidad, se encontraba en el piso de abajo del tren. “Ahora no me acuerdo si estaba en el piso de abajo o en el de arriba”, ha terminado por decir un poco excitado. Y Zougam ha respirado aliviado.

Quien lo ha tenido más difícil para sentir alivio ha sido Abdelmajid Bouchar, de quien se presume que bajó la basura del piso de Leganés donde se encontraban siete de los autores materiales del 11-M y, al detectar la presencia de la Policía, puso pies en polvorosa a una velocidad tal que no se le pudo echar el guante hasta el verano de 2005 en Belgrado. Bouchar, mediofondista, puso sus huellas hasta en los dátiles que comieron los suicidas. Para dejar más pistas, el ‘gamo de Leganés’ contó al día siguiente su peripecia a Ibrahim Afalah, hermano de Mohamed, otro de los presuntos autores que, en vez de suicidarse en ese momento, supuestamente prefirió hacerlo más tarde en Irak en otro atentado.

El testimonio de Ibrahim así lo ha puesto de manifiesto. Él y su cuñado se toparon con Bouchar y éste les relató su fuga a la carrera. De su hermano Mohamed, ha contado que su padre le echó de casa porque era un ‘piernas’ –no como Bouchar sino en el sentido económico- y no contribuía al sostenimiento familiar. El 3 de abril de 2004 celebró su boda. Ya de noche, Mohamed se plantó en casa de sus suegros y le pidió las llaves del coche. En vez de a la carrera, Mohamed puso tierra de por medio sobre ruedas, en un Volkswagen Golf y llevándose con él a Mohamed Belhadj, un de los huidos del 1-M al que la Policía sigue buscando.

Ya fuera de España Ibrahim recibió la llamada de su hermano diciéndole que el Golf lo había dejado en la estación de Barcelona y allí se quedaría si no iba a recogerlo. Luego recibió otra llamada para que fuera a Leganés, localizara a uno de los sobrinos de Joussef Belhadj -uno de los presuntos cerebros de los atentados extraditado desde Bélgica-, y le diera su teléfono de móvil. Mohamed nunca le confesó que había participado en los atentados y si algo le recomendó desde siempre fue rezar, pero de la yihad no le dijo nada.

La última de las llamadas de Mohamed no fue a él sino a su padre Ahmed. Por esa y por otra de una tercera persona, recibida días más tarde, la familia supo que Mohamed había muerto en Irak. Ahmed, que ha sido el siguiente en comparecer, ha explicado al Tribunal que no sabía nada de su hijo desde un año antes y que cuando habló con él le preguntó que qué hacía allí y obtuvo como respuesta que no volvería más.

La mañana ha dado para mucho. S-35 y -11, dos testigos protegidos o “coincidentes laborales”, en expresión de uno de ellos, de Larbi Ben Sellam en el mercado de Chamberí, han explicado sus impresiones sobre el extremismo de éste acusado. Uno ha negado que cuando Ben Sellam hablaba de un taxi se refiriera a ‘coger el taxi’ en el sentido de partir a hacer la yihad sino a comprarse un taxi y ganarse la vida de ‘pelas’ por Marruecos; el otro ha explicado que prolongaba el Ramadán más tiempo del que correspondía como una propina a Alá, pero ha rechazado que alabara en su presencia los atentados suicidas, justo lo contrario de lo que reconoció en su primer testimonio ante la Justicia.

También ha comparecido N-33, dueño del taller de chapa y pintura donde Jamal Ahmidan arreglaba su BMW blindado, y su broker automovilístico, Abdelilah el Fadual el Akil, ponía a punto los coches que luego vendía. A El Akil, el testigo le bautizó como Panchito, porque, como ya se ha dicho aquí, es bastante tachuela. A Mahmoud Slimane, otro acusado al que conoció, le motejó el leñador. Este último, inconfundible porque le faltan dos falanges de una mano, fue a verle tras los atentados, una vez que se habían hecho públicas las fotos de El Chino. Le dijo que sus amigos eran unos “hijos de puta”. El leñador le contestó que sí, que él también había sido engañado y que no había tenido nada que ver con los atentados.

TODO SOBRE EL JUICIO DEL 11-M

8 comentarios

  1. Dice ser Prime

    Juan Carlos, para nada es vital el detalle. En ese tren hubo cuatro bombas. Dos estallaron en el piso de arriba.Pero hubo una, la que recogió el policía municipal Jacobo Barrero que sí que estaba en el piso de abajo.Y otra que no se sabe en que piso estaba, esa fue la que después apareció en Vallecas y que ha reconocido el testigo.El testimonio sigue coincidiendo cien por cien con la versión oficial excepto en un detalle vital e importantísimo. Tenemos a un testigo que vio la mochila en los trenes.

    13 marzo 2007 | 15:58

  2. Dice ser Dario A.

    Menos mal que el señor Escudier parece que empieza a narral los hechos y contar las declaraciones como suceden y no a valorarlas , de tal manera que lo que favorecia la versión oficial le parecía de perlas y lo que la contradecía era furibundamente denostado por este articulista.Espermos que siga en la linea de informar y no de interpretar a favor de una determinada versión. Ya se estaba pasando bastante…

    13 marzo 2007 | 16:10

  3. Dice ser Prime

    Juan Carlos, te copió el literal de la declaración del policía municipal Jacobo Barrero donde describe cómo encontró una mochila explosiva en un vagón de los de abajo:»Agente de Policía Municipal nO 7801-3. Mochila/Artefacto explosivo del andén de la Estación de EL POZO (30 de junio de 2004). Al llegar a la estación de El Pozo se introducen en uno de los vagones que no había explotado, el vagón era contiguo de uno de los explosionados, el más cercano a la cabecera del tren, en concreto entró en el número 3. Que cuando entró se fue hacia la parte inferior, mientras que su compañero subía a la parte alta del vagón. El declarante se tumbó en el suelo para mirar por debajo de los asientos y entonces vio, en el lateral izquierdo, al lado de una de las ventanas, una mochila de color negro debajo de unos asientos. Que la mochila era como un petate, con un clic de color metálico para abrir.»

    13 marzo 2007 | 16:10

  4. Dice ser todos mienten

    ¿No era este el que estaba durmiendo en su casa, y ahora lo ven en el tren, a la misma hora? La mentira tiene las patas cortas.

    13 marzo 2007 | 16:44

  5. Dice ser nombre

    donde dijo que lo vio? arriba? abajo? en medio?:Oaaaaggggggrrrr que sueño

    13 marzo 2007 | 17:00

  6. Dice ser dani

    A estas alturas no creo que sea vital. Digo lo de creo porque no soy jurista y puede que meta la pata, igual que puede que la estén metiendo todos los que se dedican a opinar a la ligera y hacen valoraciones judiciales de lo que no saben (Ojo, no estoy pensando en nadie en concreto y mucho menos en Juan Carlos)Veamos, la investigación, las declaraciones y las pruebas periciales se realizan durante la investigación sumarial. Después eso pasa a una vista para hacer repaso de todo, ver qué contradicciones se pueden encontrar y volver a hacer las pruebas que se soliciten y sean procedentes (De ahí que se haya hecho, poco antes de la vista, la segunda prueba de explosivos: antes no tocaba)Pues con los testigos y los acusados es lo mismo. Ellos han hecho una declaración, incluida en el sumario y ahora toca que se ratifiquen o no. Y en función de lo que digan y lo que dijeron, el Tribunal valorará. Por ejemplo si hay un testigo que hace 3 años identificó claramente a un acusado, ahora toca ratificarse. Es lógico que con el tiempo pasado ahora no se acuerde de ciertos detalles que sí se acordaba entonces y que constan en su declaración sumarial. Si ahora no está seguro si estaba arriba o abajo, si entonces dijo que estaba segurísimo que estaba donde dijo que estaba y si no hay nada que nos haga pensar que está mintiendo, es lógico pensar que ahora se ha olvidado de ciertos detalles por el paso del tiempo. Pero eso lo tiene que valorar el Tribunal, que para eso está.Si es relevante o no lo dirá el Tribunal, pero que ahora no se acuerde muy bien si estaba arriba o abajo no tiene por qué ser, a priori, vital.

    13 marzo 2007 | 17:53

  7. Dice ser moromuza

    Hay un pequeño problema: según los testigos Jamal Zougam estaba en tres trenes distintos.El tribunal tendrá muy difícil discernir cuál de los testigos es veraz, no en el sentido de que declare lo que de verdad cree, sino si lo que declara es verosímil. Nadie puede estar en tres sitios distintos al mismo tiempo.No obstante la prueba pericial sobre los explosivos puede arrojar un resultado que acabe con esta pesadilla de investigación.

    13 marzo 2007 | 20:30

  8. Dice ser Prime

    No es así, señor Moromuza.Zougham sólo fue visto en dos trenes consecutivos, nunca al mismo tiempo.La tercera identificación se produce *fuera* de los trenes, en una estación.No debería darle ustede credibilidad a Libertad Digital: suelen mentir

    13 marzo 2007 | 21:09

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