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‘Sujeto: Objeto: Oración’, de Stephen Spender (1909 – 1995)

Un sujeto pensó que por tener un verbo

con múltiples objetos regía una oración.

¿Acaso la gramática no le legó estos sustantivos

de los que tomó posesión en justa herencia?

Sus objetos son ‘vino’, ‘mujeres’ y ‘riqueza’

y una oración subordinada: ‘todo lo que la vida puede dar’.

Se aficionó tanto a poseer lo dicho que, finalmente,

se encontró a sí mismo convertido en ser subjetivado.

‘Sujeto’, advertía el diccionario, significa ‘alguien regido por

una persona o cosa’. ¿No era, pues, esclavo del ‘tener’?

Para lograr independencia debía transformarse en ‘objetivo’

lo cual significaba liberación del verbo ‘haber’.

Buscando autonomía estudió el contexto

que rodeaba a su oración, para observarla en perspectiva:

la parafraseó, realizó un análisis crítico,

volvió a leerla y se sintió más ‘objetivo’.

Después, con sobresalto, se dio cuenta de que la frase

como ‘sujeto-objeto’ es doblemente traicionera.

Una frase queda condenada a permanecer como fue expuesta

-como una ‘sentencia de vida’, como una ‘sentencia de

muerte’, por ejemplo.

Metafísico y comprometido. Políticamente antifascista y poéticamente helenista. Stephen Spender, un inglés exquisito (Kensington, Oxford), poeta del tipo que Gil de Biedma no hubiera dudado en incluir en la lista de los escritores de poesía social por mala conciencia, fue voluntario de las Brigadas Internacionales en la Guerra Civil española junto a George Orwell, tradujo al inglés las obras de Bertold Brecht y defendió la causa comunista hasta la hora del desencanto (su nombre aparece junto al de Koestler y Gide en el panfleto, dicho en el mejor sentido de la palabra, editado en los cincuenta y titulado The God that Failed).

En su poesía, el desprecio de la guerra, de la inutilidad del sufrimiento político, es sólo un corolario de un pesimismo antropológico de alcance mucho mayor. Como en estos versos: “Quizá / más allá de nosotros perduren los fantasmas que crecen / sobre la llanura. No sólo en tiempos bélicos sino en cualquier instante…”.

NOTA: Traducción a cargo de Jorge Ferrer Vidal.

Imagen: WIKIPEDIA.

Seleccionado y comentado por Nacho Segurado.