Dicen que lo verde
no vale nada,
y este nuestro novio
lo trae a gala.
Jugaba la novia
con su velado,
y en el primer juego
le dio un abrazo
lo trae a gala.
Jugaba la novia
con su marido,
y en el primer juego
le dio el anillo.
Jugaba la novia
con su marido,
y en el primer juego
le dio en el alma.
DOS:
Parióme mi madre
una noche oscura,
poníme por nombre
niña y sin fortuna.
Ya crecen las hierbas
y dan amarillo;
triste mi corazón,
vive con sospiro.
Ya crecen las hierbas
y dan de colores;
triste nací yo,
vivo con dolores.
En 1990, 498 años después de su expulsión de España, las Comunidades Sefardíes recibieron el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia. El acta del jurado del aquel premio las reconocía, saldando así una deuda histórica, como «parte entrañable de la gran familia hispánica, que salieron de la Península Ibérica hace quinientos años con las llaves de sus casas en las manos«. Y concluía: «Lejos de su tierra, los sefardíes se convirtieron en una España itinerante, que ha conservado con inigualable celo el legado cultural y lingüístico de sus antepasados». En el discurso de agradecimiento, pronunciado en judeo-cristiano, el doctor Solomon Gaón dijo: «De todas las Diasporas en qualas bivian dispersos el pueblo de Israel solamente in Espania se creo una epoca de oro. No komo in las otras Diasporas, en Espania los Djidios no eran considerados como una menoría estranjera pero como una parte integral y buen integrada en el país Iberiano».
Los cantares sefardíes son una parte de la herencia literaria de aquella eda de oro. La cultura popular sefardí se compone de un buen número de canciones líricas desaparecidas en España que, si bien remiten a temas propiamente judíos, beben de la misma tradición que los romances españoles, conservando la técnica y parte de la temática. Un gran número de estas composiciones han podido ser rescatadas gracias a la ingente tarea de arqueología filológica, y también, cómo no, al celo de los propios sefardíes -muy especialmente las mujeres- que a principios del siglo XX se convirtieron en «notarias de la tradición, dejando constancia por escrito de la literatura de tradición oral«.
NOTA: Una recomendación literaria. A principios de 2009 se tradujo al español uno de los libros más interesantes del filósofo francés Edgar Morin, Vidal y los suyos, en el que relata la historia del pueblo sefardí a través de la biografía de su padre, cuyo bisabuelo procedía de la Toscana y su lengua materna era el español del siglo XV.
NOTA 2: Una versión de un canto tradicional judeo-español, la canción sefardí Cuando el Rey Nimrod. En el propio vídeo, a la derecha, se puede leer la letra.
Seleccionado y comentado por Nacho Segurado.