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‘¿Por qué escribe usted?’, de Óscar Hahn (1939)

Porque el fantasma porque ayer porque hoy

porque mañana porque sí porque no

Porque el principio porque la bestia porque el fin

porque la bomba porque el medio porque el jardín

Porque góngora porque la tierra porque el sol

porque san juan porque la luna porque rimbaud

Porque el claro porque la sangre porque el papel

porque la carne porque la tinta porque la piel

Porque la noche porque me odio porque la luz

porque el infierno porque el cielo porque tú

Porque casi porque nada porque sed

porque el amor porque el grito porque no sé

Porque la muerte porque apenas porque más

porque algún día porque todos porque quizás

Los que esperábamos afuera oliendo a porro y espliego no llegábamos a seis. Una joven y un joven fumadores, dos adultos que aparentaban mucha vida interior y yo. Eran más de las siete y media, la lectura de poemas de Óscar Hahn empezaría con retraso. Diez minutos después estábamos sentados en los mullidos sillones del salón de actos de la Residencia de Estudiantes. De seis habíamos pasado a más de treinta, y del anonimato a Luis Antonio de Villena. Luis Muñoz cubría de elogios al escritor chileno, sentado a su derecha en la mesa de conferenciantes.

Una lectura poética es lo más parecido a un concierto que un poeta puede ofrecer, salvo que sea Joaquín Sabina. La de ayer en Madrid fue la primera a la que he asistido. La memoria libresca, las lecturas políticas inflamadas de la Transición, iban dejando paso a la experiencia: una homilía gozosa para iniciados con bastante tiempo libre. El misal, 31 poemas. El oficiante, un hombre entrado en años, vestido con pulcro desaliño, la dicción perfecta, la voz ronca y por momentos dulce.

De los casi 20 poemas que leyó Oscar Hahn en su despedida como Poeta en la Residencia 2009, un programa anual por el que cada año se invita a un escritor latinoamericano a compartir su obra con los lectores españoles, ¿Por qué escribe usted? fue el último (en este tipo de actos no hay bises). Como los otros 19, fue escuchado en un respetuoso silencio apenas interrumpido por breves cuchicheos y risitas de aprobación. Espero que os guste tanto como a mí.

NOTA: Los nombres propios están en minúscula en el original.

NOTA 2: La fachada de la Residencia de Estudiantes (EFE).

Seleccionado y comentado por Nacho Segurado.