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‘Pensamientos’ de Joseph Joubert (1754 – 1824)

Periódicos. Se leen deprisa; sólo deben contener pensamientos que no puedan retener la mente del lector

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Amar tan sólo a las mujeres hermosas y soportar los libros malos… signo de decadencia

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Se parece a esos jóvenes que en vez de tratar de comprender tratan de juzgar

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Los poetas tienen cien veces más sentido común que los filósofos, y buscando la belleza encuentran más verdades que los filósofos buscando la verdad

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Dichosos (en literatura) los que vienen después de los peores, y ay de los que vienen después de los excelentes. Y al contrario en la vida y en la sociedad

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Escribir, no sólo con pocas palabras, sino con pocos pensamientos

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Las palabras son como cristales que oscurecen todo lo que no ayudan a ver mejor

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Para conocer a los hombres hay que correr algún riesgo. Quien no se arriesga a nada no conoce nada

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Se hacen abstractos para parecer profundos

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No contentar a todo el mundo

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A la verdad por la ilusión

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Me decís que esos golpes de estado son necesarios. Yo os respondo que lo que funesto y criminal nunca es necesario

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Ese tiempo en que para expresarse bien hay que hablar como los demás no hablan

Recordaremos siempre con afecto a quienes nos contagiaron la necesidad de leer a tal o cual escritor que luego ha sido fundamental en nuestra vida. El camino hacia mi moralista preferido comienza en Josep Pla, continúa en Vila-Matas y Arcadi Espada y termina en Carlos Pujol. De cada uno de ellos he aprendido al menos una razón para acercarme a Joseph Joubert; a cada uno de ellos le debo una parte del gozo de haberlo leído.

Quienes sepáis quien fue Joseph Joubert os preguntaréis por qué lo he traído aquí -que coste que ya lo avisé un día de exaltación, je, je- si no fue poeta. Bueno, tampoco fue estricto sensu un escritor, al menos en el sentido moderno del oficio: no tuvo una trayectoria, tampoco una vida turbulenta, fue espectador del poder nunca su enemigo y, para colmo, su obra completa, publicada tras su muerte por su amigo Chateaubriand, apenas ocupa un tomito minúsculo de 100 páginas.

Así pues, ¿por qué Joubert? En mi caso, porque sus aforismos delicados, contenidos y juiciosos son un alimento necesario en épocas turbulentas (y esta nuestra lo es). Porque su amor por la palabra sencilla pero exacta es un recordatorio en tiempos de diarrea verbal. Porque los jóvenes, a pesar de todo, necesitan verdades que iluminen más allá del obtuso vacío posmoderno. Porque los jóvenes periodistas, además, necesitan guías, y Joubert es una guía no explícita.

Además está Twitter. Yo, que no tengo cuenta y debería, tengo ya en mente un primer twitteo: «Atormentado por la maldita ambición de resumir siempre todo un libro en una página, toda una página en una frase, y esta frase en una palabra. Éste soy yo».

NOTA: He hecho una selección totalmente arbitraria, por personal, de sus máximas. Quien tenga curiosidad, tendrá que ir, si los quiere en español, a la edición de Carlos Pujol: Pensamientos, Joseph Joubert (Edhasa, 1995). De su bella traducción son estos que os he traído hoy.

Seleccionados y comentados por Nacho Segurado