Oídme amigos. He visto
con los ojos soñolientos
algo que quiero contaros.
Es la madrugada. Un preso
enfrente de mí despierta.
Se incorpora sobre un codo.
Lía un cigarro. Se sienta.
Mientras fuma tiene ausente
la mirada, como dormida la frente
(Sueña el viento en la ventana)
Tira el cigarro. Se inclina.
Saca un pedazo de pan,
se lo come lentamente
y después… rompe a llorar.
(Quizás no tenga importancia…
Yo os lo cuento)
Ya sabéis que a mi las losas
me han gastado hasta los huesos
del corazón,
pero ver llorar a un hombre
es algo, siempre, tremendo.
Y este preso no es un árbol
que se ha roto. Sigue ileso.
Pero de pronto ha venido
todo lo «suyo» a su encuentro
en esta noche tranquila…
Con su dolor en mi pecho
le miro. No puede verme.
Sus ojos están muy lejos.
Sus ojos cerca, llorando
tan suave, tan hondamente
que apenas si mueve el aire
y el silencio.
Un «alerta» le estremece.
(Por el patio
se oye cruzar el relevo).
Cuando el miércoles en el Ateneo de Madrid reciba un homenaje, no habrán pasado 15 días desde la fiesta de cumpleaños –90 de edad, 67 de vida– que reunió a varios centenares de personas en el Círculo de Bellas Artes. Marcos Ana, poeta comunista y decano de los presos políticos durante el franquismo (23 años y dos condenas a muerte), se ha convertido en un lieu de mémoire (físico, es verdad) para la sociedad civil: premios, películas, reportajes.
Aunque no comparto su fe comunista (ni su trasfondo católico), admiro a Marcos Ana por ser capaz de decir que «la venganza no es ningún ideal político ni revolucionario«. Algunos, como le recordó Camus a Gabriel Marcel, sólo parece que se indignan cuando la víctima comparte sus mismas ideas. Por eso respeto tanto el testimonio de Ana y tan poco el de muchos que le suelen acompañar. Y también por eso me pregunto con pena porqué Jorge Semprún no recibe ni la mitad de homenajes que él, al menos en España. Pero de esa memoria selectiva no tiene culpa Marcos Ana.
PD: Sobre la historia de sus poemas Marcos Ana ha dejado testimonio en muchas entrevistas. Sirva este parrafito como ejemplo para acompañar al publicado hoy: «Empecé a escribir poemas en la cárcel en 1954. Nunca he tratado con las editoriales. Mis poemas salían clandestinamente de la prisión y los echaba a andar por el mundo. (…) Mi voz era la de muchos cautivos».
Nacho S.
Pues parece que tiene buenos sentimientos , pero habria que saber quien era el que llorarba y si era por que el pan estaba muy duro y se rompio un diente o hizo algo malo a alguien y sus lagrimas eran de arrepentimiento. Bien, la poesia tiene estas cosas, que jamás sabes porque las hacen ni porque , solo el cuando y eso falsea la opinión pues a veces no todo es lo que parece.Clica sobre mi nombre
01 febrero 2010 | 15:25
Hola Nacho.Perfecto.Imposible mejorarlo.Otra vez,gracias.
01 febrero 2010 | 15:26
Donde puse dos porques sobra uno . es lo que sucede cuando se escribe sin prestar la debida atención, Perdón
01 febrero 2010 | 15:27
Este poema es precioso.Un saludo, Nacho.
01 febrero 2010 | 16:10
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01 febrero 2010 | 16:44
Me ha gustado eso de que algunos sólo se indignan cuando la víctima comparte sus ideas.Recuerdo lo que le dijo un político a otro una vez, en defensa de la democracia (creo que eran ingleses): Te mataría por lo que estás diciendo, pero me dejaría matar porque lo puedas seguir diciendo…
01 febrero 2010 | 21:02
Antonio Larrosa, ¿con qué legitimidad te puedes llamar a ti mismo «escritor»? Leer tus comentarios -aparte de cansinos, que comentas todas las noticias habidas y por haber- llenos de falta de ortografía me joden un poquito, no por las faltas en sí, que es algo a lo que ya me he acostumbrado gracias a la incultura generalizada que se extiende por España, si no porque te llamas «escritor», te autodenominas de una forma que atenta frontalmente con los comentarios que publicas. Sinceramente, no tengo ánimos de ofenderte, pero háztelo mirar…
01 febrero 2010 | 21:22
Hola!,Una versión menos cruenta de esa frase, no sé si la original, es de Voltaire, creo del Tratado sobre la tolerancia: «No comparto lo que dices, pero daría mi vida para que lo pudieras seguir diciendo».Saludos!
01 febrero 2010 | 21:50
No me gusta molestar a nadie, pero no bajaré a las pocilgas a revolcarme con los cerdos nunca, a menos que me aten.Clica sobre mi nombre
01 febrero 2010 | 22:03
Muy bien dicho Larrosa, pero no haga caso de los niñatos cobardes que se escudan sin poner su nombre. Todo es envidia porque usted es muy visitado y leído. Soy un fan de usted y estoy muy orgulloso de serlo. Lo de las faltas de ortografía no tiene importancia para eso están los correctores.
01 febrero 2010 | 22:09
@ victor Martinez: Nunca bajo al nivel de esos que critican e insultan pero me fastidia que lo haga uno que escribe fatal, como el que dice llamarse Francesco que escribe( llenos de falta) Pluraliza y luego no respeta el plural) Además de que repite lugares comunes cada dos por tres, atreviendose a criticar al peor escritor del mundo y se queda tan panchoClica sobre mi nombre
01 febrero 2010 | 22:55
He puesto en el anterior comentario una falta garrafal a propósito, a ver si la descubre el critico literario de turno.
01 febrero 2010 | 22:59
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01 febrero 2010 | 23:11
Un hombre, un preso llorando,quizás por falta de libertad,por estar en cautiverio.Por no tener que comermás que un mendrugo de pan.O por de sus culpa el peso,tal vez no sea culpable,y cuando fue condenado,lo dejaron indefenso.o pueda ser que ese hombre,llore porque la fe ha perdido,la esperanza y el deseo,de volver a la libertad.Que en su alma sienta miedo,de volver a la sociedad.En la que se sentirá más preso,que se siente en el penal.Al Sur de Gomaranto…01 de febrero de 2010
01 febrero 2010 | 23:28
Lo mismo lloraba por ser un preso político condenado a muerte, alguien que no sabía si esa misma noche sería la última, alguien que había sido torturado y, al no poder resistir el tormento, había dado nombres de compañeros.Un preso político al que su madre eternamente esperaba tras el muro de la dictadura, tras las rejas del fascismo.Tal vez sus lagrimas eran triste fruto de la lluvia de plomo que cada amanecer se precitaba sobre los compañeros, los destellos de miles de ojos que el pelotón apagaba, el recuerdo del genocidio que bajo la alfombra nuestra España guarda.Hazte un favor y lee «Decidme como es un arbol».
01 febrero 2010 | 23:40
ME FUMO UN PORRO,ME HAGO UNA PAJA,ME FUMO DOS PORROS,ME HAGO DOS PAJAS,ME FUMO MIL PORROS,ME HAGO MIL PAJAS,NO ME DEJÉIS SOLO,EN MI CASAAAAAAAA….
01 febrero 2010 | 23:47
Asesinados en las tapiasLos presos políticosA esos que te refieresEsos presos no llorabanNi por rabia a la injusticiaNi por el miedo a la muerte.Todos morían igualSabiendose mártiresPor ser imocentesCon un grito que pedíanPara España LibertadTodos de mucha valíaEran persdonas decentes.
02 febrero 2010 | 08:28