‘Siempre’, de Yannis Ritsos (1909 – 1990)

Comenzamos una conversación

se parte por la mitad.

Comenzamos a construir un muro

no nos dejan terminarlo.

Y nuestra canción, partida.

Todo lo acaba el horizonte.

Por encima de las lonas pasan a manadas las

estrellas

a veces cansadas, a veces amargas, sin embargo

seguras

por sus caminos, y por los nuestros.

Y el día, hasta el más injusto, te deja en el

bolsillo

una banderita azul y blanca de la fiesta de la mar,

te deja una bocanada de aire limpio

te deja en la vista la gracia de los ojos

que miraban contigo la misma piedra,

que repartieron por igual el mismo dolor,

la misma nube, la misma sombra.

Todo lo hemos repartido, camaradas,

el pan, el agua, el cigarrillo, la pena,

y la esperanza.

Ahora podemos vivir o morirnos

sencillamente y con bellaza –con mucha belleza-

igual que si abrimos una puerta a la mañana

y decimos buenos días al sol y al mundo.

«La poesía ha de ser / auriga de la batalla y de la felicidad / arma en manos de los hombres en la lucha popular / bandera en manos de la libertad». Me temo que una defensa así de la poesía sea ya sólo carne de hemeroteca y archivo. Que sólo a los historiadores de la literatura -y a los historiadores en general- les vaya a ser útil como epitafio de las miserias de un siglo, que de creer a Tony Judt, está en camino de ser olvidado.

Yannis Ritsos, a quien pertenece esta vindicación, fue el poeta de la libertad en Grecia, un país muy necesitado de ella durante buena parte del siglo XX. Su demoledor lirismo, la desgarrada belleza de sus metáforas son los frutos literarios de una vida cercenada por la represión: ocupación nazi, guerra civil, dictadura fascista. Así fue el último siglo antes del hombre. Siglo que buena parte él lo pasó pudriéndose en campos de concentración.

En uno de estos campos, en la isla de Makronisos, escribió en 1951 Tiempos de piedra, libro al que pertenece el poema de hoy. Si bien la obra no pudo ser publicada hasta 1971 porque hubo un tiempo, aunque ahora no alcancemos a imaginarlo, en que escribir «estas estrellas en el cielo / las leemos cada noche / como leemos los nombres de los patriotas en el / muro de la cárcel«, era tan delito como matar.

NOTA: El poema está sacado de una de las primeras antologías de Yannis Ritsos publicadas en español, la de Plaza y Janés de 1979. La traducción de la misma corrió a cargo de Dimitri Papageorgiou.

VÍDEO: Un fragmento del poemario Epitafios de Ritsos musicado por Mikis Theodorakis.

Seleccionado y comentado por Nacho Segurado.



2 comentarios

  1. Dice ser antonio larrosa

    Igual que cada dia me gusta comentar todo en este magnifico blog, asi me siento de bien , luego vendrán los rayos del sol a acariciar mi calva marchita por lo años aguantando lo malo y lo bueno .Clica sobre mi nombre

    16 octubre 2009 | 17:01

  2. Dice ser espantapájaros en tierra seca

    Qué negra es la nochede los desamparados,qué negra y oscura suerteen los renglones de sus manos.Negra luz de negra fuenteque a sus sombras obedece,son de sol sin alma, muerte,pisotean los laureles,en sus cuevas enloquecendando metro a cada pasoa cada pierna, a cada brazo,y en los labios, en pedazos,palabras oro de barro y trapo.Libertad,caes y tiemblas,enmudeces,no dejes en tinieblasa quienes en ti hacen su fuerte.Da oscuro a los infortunos,a los oscuros de metro en alto,midiendo versos,midiendo abrazos,sintiendo lo que no se siente amandomás que en sus almas de luz de harapo.Negra luz, voz recuadro,luz de sombra, sol de espanto,negras fauces en soñarlo,en soñar lo que se vivepor no querer vivir al mando,al mando de cicatricesdolientes venganza en mano,sangre y dolor de ondas,nervios de espantapájaros.Qué negra es la noche,de los que esperan nacersin el grito por badajo,sin saludos por aullidos,sin sonrisas por quebrantos.¿Tienes luz?Domina, vence al hurañoamante del dolor,de barrotes de prestado,vence a la luz de sombras,lucha, ama,hermana, hermano.

    16 octubre 2009 | 18:01

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