Usados en común: estaciones del año, libros y una
música.
Las llaves, los boles de té, la panera, sábanas y una
cama.
Un ajuar de palabras, de gestos, traídos, empleados,
gastados.
Un reglamento de casa observado. Dicho. Hecho. Y
siempre alargada la mano.
De inviernos, de un septeto vienés y de veranos me he
enamorado.
De mapas, de un poblacho de montaña, de una playa
y de una cama.
Con fechas he hecho un culto, promesas he declarado
irrevocables,
he adornado un algo y he sido devota delante de una
nada.
(-de un periódico doblado, de las cenizas frías, del
papel con un apunte)
impávida ante la religión, porque la iglesia era esta
cama.
De la vista de un lago surgió mi pintura inagotable.
Desde el balcón había que saludar a los pueblos, mis
vecinos.
Junto al fuego de la chimenea, en la seguridad, mi
cabello tenía su color más intenso.
La llamada a la puerta era la alarma para mi alegría.
No te he perdido a ti,
sino al mundo.
ORIGINAL ALEMÁN
Gemeinsam benutzt: Jahreszeiten, Bücher und eine Musik.
Die Schlüssel, die Teeschalen, den Brotkorb, Leintücher
und ein Bett.
Eine Aussteuer von Worten, von Gesten, mitgebracht,
verwendet, verbraucht.
Eine Hausordnung beachtet. Gesagt. Getan. Und immer
die Hand gereicht.
In Winter, in ein Wiener Septett und in Sommer habe ich
mich verliebt.
In Landkarten, in ein Bergnest, in einen Strand und in ein Bett.
Einen Kult getrieben mit Daten, Versprechen für
unkündbar erklärt,
angehimmelt ein Etwas und fromm gewesen vor einem Nichts,
( – der gefalteten Zeitung, der kalten Asche, dem Zettel
mit einer Notiz)
furchtlos in der Religion, denn die Kirche war dieses Bett.
Aus dem Seeblick hervor ging meine unerschöpfliche Malerei.
Von dem Balkon herab waren die Völker, meine Nachbarn,
zu grüßen.
Am Kaminfeuer, in der Sicherheit, hatte mein Haar seine
äußerste Farbe.
Das Klingeln an der Tür war der Alarm für meine Freude.
Nicht dich habe ich verloren,
sondern die Welt.
Cuando Ingeborg Bachmann sospechó que sabía escribir poemas dejó de escribirlos. Fue tras su segundo libro, una portada de Der Spiegel y la fama repentina. Demasiado para su timidez, su inteligencia y su sensibilidad. Tan sólo años después, y contra la fácil pendiente que conduce al “retumbar vacío de sílabas”, se atrevió de nuevo con la poesía. 18 poemas, los últimos que escribió.
Entre ese puñado último está Una especie de pérdida, un poema de amor bellísimo, ni rimbombante ni edulcorado ni falsamente sentimental. No podía ser de otra forma en una poetisa obsesionada con la precisión del lenguaje, el conocimiento y al mismo tiempo dotada de una sensibilidad fuera de lo común para hacer de la nostalgia algo digno de ser compartido entre desconocidos.
¡Vosotras, palabras, levantaos, seguidme!
Y aunque ya estemos lejos,
Demasiado lejos, nos alejaremos una vez
Más, hacia ningún final!
NOTA: Traducción a cargo de Cecilia Freymülller y Concha García.
Seleccionado y comentado por Nacho Segurado.
Siento mucho no haber reflexionado mucho en el poema de esta poeta pero es que tengo prisa por que no me pisen el primer puestoClica sobre mi nombre
16 septiembre 2009 | 11:46
Ya más tranquilo , puedo opinar que se trataba de una mujer excepcional, que pensaba con melaqncolia en los veranos en la playa de un litoral que se adivina Mediterráneo, seguramente español , posiblemente de la Costa Brava, y en un bungalov donde su amante la hacia estremecer cada vez que la llamaba .
16 septiembre 2009 | 11:52
Te refieres al «bungalon» de tu padre, larrosa, me imagino.
16 septiembre 2009 | 13:06
ingeborg bachmann en el 20minutos!!!un espejismo, quizá…
16 septiembre 2009 | 18:10