‘Epitafio’, de Malcom Lowry (1909 – 1957)

EPITAFIO

Malcom Lowry

difunto del Bowery

su prosa era florida

y a veces reñía

vivió, de noche, y bebió, de día,

y murió tocando el ukelele.

TRAS LA PUBLICACIÓN DE ‘BAJO EL VOLCÁN’

El éxito es como un terrible desastre

peor que tu casa ardiendo, los ruidos del derribo

cuando las vigas caen cada vez más deprisa

mientras tú sigues ahí, testigo desesperado de tu condenación.

La fama como un borracho consume la casa del alma

revelando que sólo has trabajado para eso.

¡Ah!, si yo no hubiera sufrido su traidor beso

y hubiese permanecido en la oscuridad para siempre

hundido y fracasado.

Malcom Lowry murió de la misma muerte natural del alcohólico que Cabrera Infante diagnosticó a Joseph Roth: el alcoholismo. Cuenta uno de los traductores al español de sus poemas que su primera esposa, Jan Gabrial, le abandonó tras darle a elegir entre ella y la bebida… y preferir la segunda.

Lowry, ilustre borracho como Fitzgerald, ha pasado a la historia de la literatura por una sola novela, Bajo el volcán, uno de los escasos libros que publicó en vida y que Javier Memba, en su imprescindible repaso a los malditos que en el mundo han sido, considera el resultado de la ingesta continuada de hectolitros y hectolitros de alcohol.

En su libro Selected Poems, de donde se han extraído los dos poemas presentados hoy, se observan rasgos de la personalidad literaria de Lowry: la autocompasión, la ironía hiriente, las tendencias autodestructivas y el miedo al éxito, una de las formas caprichosas -como decía Cioran- que adopta el malentendido.

Seleccionados y comentados por Nacho Segurado.




2 comentarios

  1. Dice ser antonio larrosa

    Al menos escribio una gran novela «Bajo el volcan» A mi me gustó mucho cuando la leí.Clica sobre mi nombre

    05 julio 2009 | 17:11

  2. Dice ser Fernando

    Felicidades por el blog -que acabo de descubrir-. Ahora me encuentro leyendo «Oscuro como la tumba donde yace mi amigo» y me ha emocionado el retorno a «Bajo el Volcán» porque antre ambas lecturas han transcurrido 30 años (de mi vida) y creo que aún permanecen demasiados prejuicios en torno a su obra que la minusvaloran injustamente: olvidémonos de las notas autobiográficas y sumerjámonos bajo el alcohol que impregnan las páginas hasta el delirio: es pura literatura hablando de la condición humana. Gracias.

    08 septiembre 2009 | 17:18

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