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No te olvides nunca de la crema solar (y trátala bien)

a00463568 1574Exponerse al sol sin una buena protección puede ser peligroso, sobre todo si tu piel es de por sí delicada. Pero hay quienes pasan por completo de las cremas solares, y eso les convierte en blanco de los rayos y de sus posibles efectos nocivos.

Las cremas solares deben usarse siempre si uno va a estar expuesto al sol, y no digamos si se va a ir a la playa o de excursión. Cuanta más protección, mejor. Es mejor ponerse menos moreno o tardar más en hacerlo que convertirse en un cangrejo.

No es excusa que sean caras, porque hay de todo y no siempre las que más cuestan son las mejores. Lo que sí se debe tener en cuenta es que si ‘te olvidas’ de comprarla, adquirirla en la playa te puede suponer gastarte el doble e incluso el triple. Así que acude a una gran superficie y prevé su compra antes de que la necesites realmente.

Después, no lo dejes por cualquier sitio para que se estropee y tengas que comprarte otra. Vale que las cremas solares sólo suelen usarse en determinadas fechas del año, pero es mejor conservarla bien y durará mucho tiempo. Lo que está claro es que van perdiendo eficacia con el tiempo, pero sus envases suelen indicar el plazo de utilización. Por ejemplo, 12M significa que ofrece protección al menos durante un año.

Para conservarlas bien, debe cerrarse la tapa por completo, pues de lo contrario será fácil que se seque y que acumule microorganismos.

a00445569 1185Cuando se lleva encima, la crema debe guardarse dentro de un bolso, mochila o similar, pues la luz directa y el calor de los rayos solares no favorecen en absoluto su conservación.

En casa, debe guardarse en un lugar seco y alejado de la luz. Lo más habitual es hacerlo en el cuarto de baño, y ese lugar no es aconsejable por la humedad.
Si la crema huele raro, tiene un aspecto diferente a cuando se abrió o una textura distinta, lo mejor es tirarla y no exponerse a que no haga efecto o haga alguno no deseado. Y si te la has aplicado y ves que no hace efecto, obviamente, lo mismo.

La cantidad recomendada para todo el cuerpo es de 35 gramos cada dos horas, y recuerda que, aunque algunas cremas soportan el agua, es mejor volver a aplicársela después de cada baño.

Una de cada seis personas acaba desarrollando a lo largo de su vida algún tipo de cáncer de piel, y el sol es culpable de buena parte de ellos. Así que no te tomes estos consejos a la ligera.

Las grandes superficies son los establecimientos en los que la OCU ha comprobado que estas cremas son más baratas y las parafarmacias y los aledaños de las playas donde son más caras. Así que no te olvides de comprarlas con tiempo.

 

La idea es no acabar así.

La idea es no acabar así.

* Fotos: GTRES.

¿Qué pasa si me han hecho mal un tatuaje?

gtres_u274Mi amiga Ruth se hizo un tatuaje la semana pasada. Quería tatuarse una frase, que le dio en un papel al tatuador, y éste preparó un calco, como es habitual, y después empezó a insuflar tinta en el lugar elegido.

Pero resulta que cuando terminó, el tatuador se había comido un “que” entre dos palabras y había cometido dos faltas de ortografía.

Mi amiga Ruth se quedó desolada. No sabía qué hacer, si la ley la amparaba, si debía pagar, si tenía derecho a una indemnización o incluso a que le pagaran la eliminación del tatuaje con láser…

Así que, como sabe que soy un consumidor informado y me codeo con los técnicos de la OCU, me pidió ayuda y yo la busqué en los abogados de la organización.

La actividad de tatuar sí está regulada, por ser una práctica que conlleva riesgos para la salud, y son las comunidades autónomas quienes la supervisan: material que se utiliza, condiciones sanitarias, técnicas de micropigmentación, formación del tatuador…

Sólo es posible tatuar con acuerdo a la ley en establecimientos que dispongan de licencia municipal y que hayan sido autorizados por la Consejería de Sanidad y que además cumplan todos los requisitos sanitarios establecidos en la legislación vigente.

En la Comunidad de Madrid, por ejemplo, únicamente se pueden realizar tatuajes en locales inscritos en el Registro de Establecimientos de Tatuajes, Micropigmentación, Piercing u otras prácticas similares de adorno temporal, adscritos a la Consejería de Sanidad y Consumo, estando prohibida su realización en vías públicas, emplazamientos abiertos y, en general, en espacios que no reúnan las condiciones establecidas en el decreto que regula esta actividad.

El establecimiento ha de tener varias áreas: de espera, de trabajo, de preparación del material a desinfectar y contar con agua de consumo humano fría y caliente, ventilación natural o forzada, telas mosquiteras en ventanas y rejillas de ventilación e iluminación suficiente; paredes lisas, mobiliario adecuado, botiquín… Y no podrá haber presencia de animales.

En el caso de mi amiga Ruth, a la que le hicieron mal el tatuaje, como toda relación contractual, está sometida a la responsabilidad civil de estos contratos.

Habitualmente, los profesionales de esta actividad realizan una plantilla previa al tatuaje, que pegan sobre la piel en el lugar elegido. Si no se está conforme, ése es el momento de decirle al tatuador lo que no te gusta y cambiarlo. Si se está de acuerdo, adelante.

Si, pese a ello, el tatuaje resultara distinto al pretendido o al contratado, el profesional que ha incumplido deberá indemnizar los daños y perjuicios ocasionados. Nuestro Código Civil así lo establece en el artículo 1.101: “Quedan sujetos a la indemnización de los daños y perjuicios causados los que en el cumplimiento de sus obligaciones incurrieren en dolor, negligencia o morosidad, y los que de cualquier modo contravinieren al tenor de aquéllas”.

La ley te ampara si acudes a un establecimiento registrado que cumpla los requisitos exigidos por la comunidad autónoma. Así que jamás te hagas tatuajes en domicilios particulares, aunque te aseguren que el tatuador es el mismísimo Antonio López, porque no podrá reclamarle a nadie.

 

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* Fotos: GTRES