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Rebajar es reducir el precio, no la calidad y tampoco tus derechos

rebas El otro día me preguntaba mi amiga Ana si podía cambiar un artículo que ha comprado en las rebajas, que acaban de iniciarse. Está claro que sí, porque rebajar es reducir el precio, pero no pueden recortarse tus derechos y tampoco pueden suponer una merma en la calidad de los productos.

Las rebajas son una buena oportunidad para hacer compras más baratas. Eso es todo. Pero puedes sacarle más partido si en lugar de ir a ver con qué te encuentras, planificas lo que quieres y cómo lo quieres.

UNOS CONSEJOS:

Lo primero, no te lances a las rebajas sin más, porque casi siempre acabarás comprando multitud de pequeños artículos que no necesitas y al final harás un gran desembolso en nimiedades. Haz una lista para evitar comprar cosas que no necesitas.

Los productos rebajados deben ser artículos habituales de la tienda, no nuevos productos. Si es así, no son rebajas, es otra cosa. La calidad debe ser la misma que cuando el producto no estaba rebajado.

Todos los artículos deben estar acompañados de su precio original junto al precio ya rebajado el artículo, o bien indicar el porcentaje de la rebaja. No puede haber un único precio.

Puede haber condiciones especiales de venta en algún producto, como no aceptar tarjeta para el pago o establecer un plazo distinto al habitual para hacer devoluciones. Es legal, pero siempre que te lo indiquen claramente al venderte el artículo.

Guarda el tique de compra siempre y comprueba antes que esté correcto. Será tu único argumento ante una posible reclamación.

Las garantías son las mismas en artículos rebajados y no rebajados. Si te surge algún problema, actúa como si no hubiera rebajas, porque nada cambia en ese sentido. Nunca deben recortar tus derechos porque compres en rebajas, sólo los precios.

Si no te ha convencido cómo han actuado contigo al comprar en rebajas, tienes a tu disposición ProtestApp, la aplicación de OCU para que se escuchen tus quejas.

Recuerda que los comercios deben disponeR de hojas de reclamaciones. Haz uso de ellas si no estás conforme con algo y argumenta tu queja. Mejor si compras en establecimientos adheridos al sistema arbitral de consumo, pues ofrecen más garantías al comprador en caso de desacuerdo en la venta y podrás resolver un posible conflicto de manera rápida y gratuita. En la tienda deben decirte si están adheridos a este sistema.

Y, por último, son rebajas y hay muchos periodos al año en que los artículos se rebajan. Compra productos si realmente los necesitas y si no es así, olvídate de comprar. Así también se ahorra.

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* Fotos: GTRES

No compres productos milagrosos, como Energy Saver Pro, o tirarás el dinero

a00504168 020Desde que se jubilaron Amparo y Pascual, se apuntan a todo tipo de saraos comerciales: demostraciones de ollas, de colchones, de productos que te hacen la vida más fácil…

El caso es que el otro día, acudieron a una de estas ‘presentaciones’, de colchones concretamente, y les acabaron endosando un aparatito como alternativa a los colchones, que ahorra energía con sólo conectarlo a la red de tu casa. Les soplaron 45 euros.

Se llama Energy Saver Pro  y su fabricante asegura que permite ahorrar un 75% en el consumo con sólo enchufarlo. Después de tres horas de charla sobre colchones maravillosos a 1.200 euros, este invento de 45 euros les pareció una buena compra a estos ancianos.

Bien pagados estarían esos 45 euros si realmente ahorrasen un 75% en el consumo de electricidad. Pero es que por no ahorrar, no ahorra nada. Es un trasto inútil. Y, por desgracia, abundan.

Y no lo digo yo, lo dice la OCU, que analizó este cacharro y comprobó que el consumo de electricidad era exactamente el mismo con y sin el Saver Pro enchufado.

Muchas personas mayores, y no tan mayores, se lo creen todo.  Sobre todo porque las personas de cierta edad suelen tener arraigado aquello de que si algo se vende será porque es eficaz. Y no. En estos tiempos podemos encontrar montones de artilugios que no valen para nada y que ahí siguen: el Saver Pro, el crecepelos Fulfix,el Alkolator…  Los productos milagrosos no existen en ningún ámbito del consumo.

Y claro, Amparo y Pascual se preguntaban: ¿cómo es posible que algo que no sirve para nada esté en el mercado, y encima a esos precios?

Pues en principio, no se puede. Este producto lo incumple todo: no sólo no es eficaz, sino que además su publicidad es engañosa.

Lo que está claro es que el pasotismo de las autoridades de consumo es cuanto menos preocupante con este tipo de artículos, que únicamente acaban retirando  muchas veces sólo después de que sea clamor popular que no sirven para nada.

El caso es que el Energy Saver Pro, para continuar con su leyenda de inutilidad, tampoco es fácil devolverlo. Amparo y Pascual ni siquiera tenían dónde hacerlo, pues ellos compraron el producto en un hotel y durante una presentación de colchones.

Traté de ayudarles. Encontramos la web y lo intentamos, pero nos dieron largas, en inglés, hasta que dejaron de comunicarse con nosotros y, como esa empresa no tiene delegación en España, ahí nos quedamos, con un chisme inútil de 45 euros en las manos, que ni siquiera luce como objeto decorativo.

La solución en estos casos no pasa por reclamar o por denunciar, sino por no comprar. Cualquier iniciativa legal posterior será tediosa y poco fructífera.

No adquieras productos que se anuncian como milagrosos, porque esos artículos no existen, y compra sólo en páginas que te ofrezcan plenas garantías, no en cualquiera.

* Foto: GTRES