Fotograma del film The Apartment
Algunas pocas veces, cuando los astros conjugan tu nombre y suena la canción precisa y se disipan las nubes tormentosas del recuerdo y no hace frío y el calor es placentero (de placenta), noto un ascensor recorriéndome la espina dorsal de abajo arriba, un ascensor manejado por Shirley MacLaine y yo también dentro, sonriente, ascendiendo los dos hacia mi nuca. Es raro sentirme dentro de mí y en blanco y negro, viajando del coxis al cerebro con la ascensorista más guapa del edificio de mi cuerpo, y en cierto modo siento claustrofobia de mí mismo, pero todo está limpio y la lluvia de fuera me importa bien poco (nadie se mojará en mi nombre).
Subimos al ático. Hay fiesta en el hemisferio izquierdo de mi cabeza. Shirley entra en mi despacho, tomamos un coctail, charlamos de lo nuestro. Luego ella saca un espejo roto y todo se desgrana. Decido salir de mí pero conmigo dentro. Y resulta que por fuera conduzco un taxi, y el espejo retrovisor parece intacto, y a mi espalda viaja esa misma MacLaine disfrazada de señora obesa y con ojeras con mucha prisa por llegar a su hospital. Es forense, me dice. No entiendo su prisa.
Y entre estos dos precisos mundos me debato. El de dentro a veces placentero, y el de fuera que me invento a veces. Ya dejé de preguntarme quién soy, qué soy. Ahora sólo busco sensaciones. Sólo busco ese ascensor de dentro que me lleve al piso que ella quiera.
Qué guapa es la cabrona (y no me refiero a Shirley, que también).
17 noviembre 2014 | 19:51
El primer párrafo, ¡de dulce!. Mejor la primera. De una forense no esperes una vivificación, no es lo suyo.
17 noviembre 2014 | 20:50
A mi mujer muchas veces la confundian con Shirley y eso me llenaba de orgullo, sin embargo el otro día vi una pelicula en la que salia en el papel de madre de la protagonista y me dió un vuelco el corazón, ya no se parecen ni un poquito, mi mujer esta mucho más guapa y más joven. Los tiempos pasan y las personas también.
Clica sobre mi nombre
17 noviembre 2014 | 21:12
Una médico forense
con prisa por acudir
a visitar a un cliente
que está en el hospital
posiblemente en la morgue?
¡Vaya cosa más extraña!
Si el cliente (muy paciente)
ya no puede empeorar
ni tampoco bulla tiene,
porque se comenta y dice
que ya no irá a ningún lugar,
salvo al crematorio o la fosa
cosa que está garantizada
la pagó religiosa y puntualmente
cada mes durante toda su vida,
Un@ forense impaciente
es difícil de concebir
si no es que quiere terminar
antes que su vuelo parta
porque se tiene que ir
a Tenerife a…”jolgar”
17 noviembre 2014 | 22:46
Buscar sensaciones… El resto es secundario…
La ultima vez q vi a esta mujer fue en una película q se llama » En sus zapatos» la verdad es q pensaba q ya las había trinchado, pero no, sigue viva,,,
Feliz y fresquete martes.
18 noviembre 2014 | 11:29
Mi mujer tiene dolores de Cospedal. En eso se parece a Rajoy.
18 noviembre 2014 | 12:32
Tan agradable de leer. Bravo.
18 noviembre 2014 | 12:40
una fiesta en el hemisferio izquierdo?? el de la razón??? no será que ya ibas con unas cuantas cervezas de más y no te acuerdas que la fiesta era en el hemisferio derecho el de la locura, la ilusión y la imaginación??
Creo que te vi!
18 noviembre 2014 | 14:03
uyyyyyy hoy se me ha hecho tardísimo!!!!!!
ya no quedaréis nadie, jo!
Magnífica representación del coito Dani!!!!!
plas, plas!!!!!!!!!
lo mejor de shirley, a parte de ser la musa de Billy wilder. son o eran sus ojos, vivos y pasionales… ojos que te comen vivo!, seguro,son los ojos de tu chica eh,Dani?
..a mí me gustaba más su hermano Warren Beatty, qué personalidadddddddddd ahhhhh… ella, La Mclaine, es hoy una auténtica espiritista muy metida en los mundos del más allá, un poco nuestra Pitita Ridruejo…
… ay chico!, el ascensor que te lleva arriba abajo no deja de ser un mundo interior-submundo de altas, bajas y medias pasiones… pues en plena faena amorosa entra de todo!, o no?
…El ascensor puede quedarse tranquilamente un buen rato en planta, regodeándose de calma y quietud, lleno, admirándo en la oscuridad o en los destellos de felicidad que desprendes tus pupilas escondidas en los párpados, en el blanco y negro de todo el entorno semi oscuro, regodeándose en la suavidad del recipiente o la parábola de los espejos… puedes pulsar botones y bajar a los infiernos de Dante, muy dentro de tí tu querida Beatriz, bajas la montaña en forma de cono invertido tal como es el cuerpo humano de las caderas a la cabeza, donde puedes ir dando con los nueve círculos e incluso compartir filosofía o poesía con el gtan Virgilio…
…o, si prefieres la juerga, el movimiento, puedes también quedarte abajo en los varios garitos del subsuelo de Cracovia donde los mejores lugares están en sótanos, ja,ja
Subir a última planta, la azotea es mirar el mundo a tus pies y ver lo insignificante que es ante la gigantez extrema que tú triunfo te ha aportado
disfruta!
Sr. Larossa, es del todo imposible que su sra. siga pareciéndose a la musa de Wilder, primero porque son las vidas las que marcan y segundo porque la profesión deja huellas imborrables!,porque visto desde fuera todos desconfiamos de lo que sabe otro, pues los spanis somos más listos que ninguno.. no se lo creerán pero la vida de actriz es la que más envejece, sí, como suena!: maquillajes extremos para ponerte bellísma o feísima, no digamos si te caracterizan!, luces de todo tipo quemándote la piel, los ojos y el pelo, horarios maratonianos de rodaje y condiciones climñatológicas extremas muchas veces… vida de impersonales hoteles, climas diversos… tengámosles un poco de piedad, para colmo y, en contrapartida tienen que vvir se sus aspectos, he ahí por qué sucumben tan jóvenes alos quirófanos! ..se han fijado ustedes, ahora que tenemos plasmas y pantallas gigantes las pieles tan estropeadas de actores y actrices que espués ni el maquillaje natural-extremo camufla?!, pobres!, su sra. sin embargo señor Larossa, seguro que tiene una vida plácida con usted que día sí y día también la regala un poema o un texto… mi suegra es idem a la reina de Inglaterra, sí señor! aunque ella sea alemana, y más mayor aún que ella, tiene 90!, le sigue dando un aire pero nada que ver a las fotos de joven en las que no hay ni pizca d ediferencia, sin embargo mi suegra está marcada por su propia vida y su doble idem, asíque… ya lo saben ni los gemelos envejecen igual
ah Dani, el ascensor!, la vida, el placer
..aggggggg la forense!, la descubridora de la verdad…con un bisturí nos decapita poco a poco y saca todo, todo, todo!: nuestro presente, pasado
hoy, soy admiradora-seguidora de bones
en su día, en mis días de disco juvenil congenié con otro chico nuevo y nos tiramos horas de parlanchineo, de esos en que parece que somos iguales, nos gustan las mismas cosas, leemos los mismos libros, el monte.. en fin, brusco sonó Roberta Flack irresistible en suavemente me mata con su canción… salimoa bailar entre risa más suaves y empezaron las confesiones más intimas cómo te llamas? en que trabajas?, cuando me díjo que era forense y acababa de levantar un cadaver, ayyyy, primero la estupefacción del humor tan sano que se gastaba aún acabando de venir de levantar un cadaver y segundo… sus manos me empezaron a dar un asco irreprimible,imposible de controlar y eso que estaban solo en mi cintura en el baile lento… tuve que simular mil disculpas, salir corriendo de la sala y… esa vez tampoco tomé un taxi, 6Kms d eeibar a Elgóibar pero es que nunca lo hacía!, hice auto-stop a pesar de estar sola y nuestra máxima entre amigas era: auto-stop sí pero nunca, nunca solas!
…un par de años después `pasó lo de las niñas de alcasser y eran tres!… jo!
18 noviembre 2014 | 17:29
Precioso
18 noviembre 2014 | 19:12
Gran post, gran Shirley, gran película, y grandes los de Zardoya Otis!!!
18 noviembre 2014 | 19:46
Yo, contigo dentro… ¿de mí?
Si es en la madurez
y mucho más en la vejez
es…una preñez a destiempo?
O como dicen por Sicilia
(una gravidanza fuori dal tempo.
Que, si te dedicas a subir,
y a bajar por el canal del espinazo,
( como llama la Señora
Doña Celia Villalobos
a la columna en vertebrados)
Me puedes hacer cosquillas
posiblemente al principio,
que me haga de reír
cada vez que se te ocurra
el bajar o el subir.
Y que en pasado algunos meses
vayas y vayas engordando,
puede dar fuertes dolores
cuando al estreno del coxis
te vayas aproximando.
El interrumpir tu desarrollo
ni en esta, ni en ninguna otra ley
creo que esté contemplado
¿Qué tiempo de gestación,
debiera de soportar?
¿Sobre un mes como el ratón,
o como el elefante veintidós?
No se si será mejor
que te quedes a mi lado
aunque en verdad así estaría
algo menos acompañado
que dentro de mí…enquistado.
18 noviembre 2014 | 20:13
Esfera Galáctica. Cuaderno de bitácora: Estamos esperando al comandante Dani. Llegará durante la noche en uno de sus drones, y no sabemos si su nave entrará por la izquierda o por la derecha. Puede incluso que entre por el norte o por el sur, ya que aprovecha la nubosidad para desplazarse minimizando los riesgos de ser observado por los indígenas; no obstante ello puede ocurrir tanto al descender como en el despegue. Está muy interesado en todo lo concerniente a “nuestro” homínido.
El herido no ha dejaba de hablar en sueños, repitiendo una y otra vez la palabra “orutón”, entre otras muchas. Christian, aunque especializado en lenguajes, al no tener referencias no ha lograba descifrar el significado de ninguna de ellas. Habiamos acordado, por comodidad, llamarlo “Orutón”, aunque nadie se nombra a si mismo ni en sueños ni despierto, a no ser que se vea desde fuera de sí, desde un plano o perspectiva exógenos.
Tras varios días la fiebre, por fin, le bajó. “Orutón” parecía haberse estabilizado. Su respiración se hizo más sosegada.
Por fin despertó. Una mueca de dolor, una mirada a su pierna vendada y la tristeza en su semblante nos llevó a pensar que quizá estuviese recordando, reviviendo, lo que le había ocurrido hace sólo unos dias antes. Nos miraba dubitativo. A su sorpresa inicial, al ver a Nekane, Christian, Vanesa, a mi ginoide y a mi mismo mirándolo, le siguió otra de desconfianza y un cierto derrotismo. Demasiada gente dentro, tal vez.
El ofrecerle agua y un trozo de carne asada de “reno”, hizo que sus ojos dejasen ver un un cierto brillo y animosidad. Había empezado a comprender su situación y ello le había tranquilizado bastante. Nekane le animaba continuamente a comer, dando ella misma un pequeño bocado a un trozo de carne asada de “reno” e invitándolo a hacer lo mismo mientras ella esbozaba una amplia sonrisa. “Orutón” vuelvió a comer, despacio, con la mirada un tanto perdida. No sabía quienes éramos, nunca había visto nada parecido a nosotros, ni ropajes que se ajustasen tan bien al cuerpo, ni féminas con una cabellera tan limpia y que holiesen tan bien.
Guardamos un prudente silencio y sólo Christian repetía de vez en cuando alguna de la pocas palabras que “Orutón”, con la desesperación propia del que se sabe incomprendido por aquellos exóticos seres que le observan contínuamente, pronunciaba con poca convicción y como queriendo encerrarse en sí mismo.
Vanesa tuvo una feliz idea, le fue acercado algunos utensilios y pronunciando el nombre de los mismos. “Orutón” no tardó mucho en entender el propósito del “juego” y él mismo cogió el vaso de cerámica de Nekane y le ha llamó “eresoc”, después se ha tocó el pelo y le ha llamó “ijirol”, una piel sintética que el creía de un animal y la llamó “opotel”, y luego se ha tocó la nariz diciendo “enofis”, sonriendo levemente.
En un intento por conocer el verdadero nombre de “Orutón” cada uno de nosotros ha dicho el suyo señalándose el pecho. Después de varias repeticiones y algunas dudas el homínido ha hecho lo propio y se ha señalado su pecho diciendo “Akém”. “Orutón”, no obstante, debe significar algo muy importante para Akém.
Los demás hemos repetido todas esas palabras y Akém parece complacido y orgulloso por ello: ¡sus palabras!, ¡su idioma!…
La cabo Lilit, desde la camuflada tienda de campaña, se alisa una y otra vez su larga y negra cabellera mientras sigue atenta todo lo que ocurre a través de un monitor dedicado exclusivamente a “Orutón” del que ya sabe su verdadero nombre. Hace apenas unos minutos envió un breve mensaje a la Sirenetta para que desde ella fuese reenviado, ya cifrado y con la potencia necesaria, al comandante Tarrés. Éste lo hará llegar a su esposo, el cual trabaja en un proyecto de enorme importancia que requiere todo su tiempo en la nave nodriza “Hispania”, razón por la cual no pudo acompañarla. Parece ser que en el mismo momento en que se disponía a dar un pequeño paseo por los alrededores de Middleright Point, coincidiendo con el cambio viento, Colmillo Blanco se empezó a mostrar inquieto, gimoteando, y queriendo librarse de sus molestas ataduras.
Después de acariciar a Colmillo, darle un trozo de carne y obtener del animal el correspondiente agradecimiento decidió liberarlo, soltarlo de la cuerda de unos dos metros de longitud que desde hace dias llevaba atada al collar de su cuello. Previamente le colocó un microscópico sensor de posición, ultrasónico.
Esperaba que Colmillo Blanco fuese a reunirse con el resto de los lobos o tal vez se dirijiese, quebrada arriba, a su lugar de procedencia, a su habitat natural, y tal vez, pasados unos dias, seguramente hambriento, volvería al campamento. Pero sorpresivamente Colmillo Blanco se dirigió, olfateando el aire una y otra vez, hacia las rocas tras las cuales se encuentra la choza con el homínido. A nuestra jovencísima jefa de escuadrón esto la cogió por sorpresa y decidió seguirlo, haciéndole a Robbie una señal para que la acompañase.
El encuentro de Colmillo Blanco y el homínido, Akém, nos hizo comprender que habíamos estado totalmente errados en lo concerniente a lo que denominábamos “lobos”. Estaba claro que, en el caso de que lo fueran, estaban domesticados y formaban parte de la familia de Akém. Al alargado y animoso aullido de Colmillo mientras se colocaba sobre Akém y lamía sus manos se solaparon las caricias de éste y un charloteo con el animal, mientras repetía ¡úrop!, ¡úrop!, su “primer” nombre.
Christian no perdía detalle. Akém y Úrop parecían entenderse a la perfección, como si hablasen el mismo idioma, aunque evidentemente no era así. Lilit ordenó que soltaran al resto de los “lobos”. Como era de esperar mostraron el mismo comportamiento respecto a “su dueño”. Nuestra jefa de escuadrón no pudo evitar llamar a “úrop” por su segundo nombre, “Colmillo”; y “Úrop” volvió la cabeza, se dirigió a ella ofreciéndole en un largo aullido todo su agradecimiento por el excelente trato recibido.
Desde Owen, ¡que la fuerza os acompañe!
18 noviembre 2014 | 23:52
He cometido muchos errores (he olvidado borrar «ha») al cambiar los pretéritos perfectos por los imperfectos, para que sea más legible por la comunidad mejicana. Además he puesto «holisesen», cuando sólo llevan «h» la formas de oler empiezan por «ue». Pido disculpas por semejante desastre gramatical… Venía de presenciar un accidente de tráfico con resultados trágicos. Primero oí el golpe, después al hombre de la moto volar… Nunca había visto a un motorista, de bastante envergadura (no menos de 100 kg) volar como un papelillo, tras impactar contra un coche, a una altura de unos cuatro metros, y caer a más de 10 ó 12, y caer dejando un charco de sangre que salía del casco, que llevaba puesto. La gente, a su alrededor se ponía las manos en la cara, horrorizada; el conductor del coche, un chico muy joven, observándolo como un zombi…y yo petrificado en medio del paso de peatones; al final me acerqué y dije timidamente «no lo muevan», llamen a una ambulancia….que llegó a los dos minutos…aún vivía.
@caramba, Nekane, no acabo de entender lo del «coito»…te creo pero no lo veo. Eres tremendamente perspicaz.
19 noviembre 2014 | 09:23
Estimado Simpulso, si puedes borra el capítulo de Esfera Galáctica porque lo he escrito bajo un estado de gran ansiedad. Corregiré todas los errores gramaticales y lo volveré a publicar en cuanto vuelva de la policía (tengo que declarar como testigo por lo del accidente)…gracias.
19 noviembre 2014 | 09:56