Ni libre ni ocupado Ni libre ni ocupado

Elegido Mejor Blog 2006.Ya lo dijo Descartes: ¡Taxi!, luego existo...

Ojos blindados al mundo

FOTO: Wikipedia

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Conduzco un taxi por las calles de Madrid, capital del Reino, de modo que raro es el día que no me cruce con decenas de coches oficiales de ministros, diputados, consejeros, concejales, subsecretarios y demás altos cargos (y cargos medios) del Estado. En los últimos días me he dedicado a observarles en los semáforos (siempre y cuando no llevaran los cristales tintados o coches y motos de escolta abriéndoles el paso cual Moisés de los atascos, alegando «motivos de seguridad»). Los que sí se detienen (cargos medios, como digo) ya mantienen el semblante sereno de quien se intuye inmune a todo. Nunca miran a la calle y, cuando hablan por teléfono, observan sus uñas, o inclinan la mirada al interior del vehículo o al suelo. Jamás he conseguido cruzar la mirada con ninguno de esos hombres (y mujeres) de Estado. Suena raro, ya que es fácil hacerlo con cualquiera, en cualquier semáforo. Pruébalo y sabrás de lo que hablo. Prueba a observar fijamente al conductor o el acompañante de un vehículo cualquiera y ya verás cómo al instante cruzará su mirada contigo. Por eso digo que estos tipos son de una pasta especial, o se creen de una pasta especial, o tal vez tengan miedo de mezclarse con la gente, de clavar su mirada en un taxista, o en un mensajero o en un tornero fresador que se dirige al trabajo. Nunca, jamás, he conseguido que giraran su cabeza hacia la calle, hacia los coches, hacia el asfalto. Ni tocando el claxon.

Viajan de su casa al organismo oficial perpetuamente acompañados, protegidos. Ni siquiera han de esperar o caminar hacia el coche: la escolta y el chófer (perfectamente trajeados) les aguardan en doble fila en el portal de su finca, o en la puerta del restaurante, o en el salón de belleza, y ellos dicen dónde ir y desconectan, o hablan por teléfono, o leen sus papeles, y no saben, no interesa, qué se cuece fuera, en la calle, como si la calle estuviera representada únicamente en sus cifras, en sus gráficos, en sus informes. Y toman decisiones teóricas cuya práctica nos afecta a todos. Y nunca llegan a conocer las consecuencias exactas de sus actos porque no miran a la gente, rehuyen las miradas. Por lo tanto, no son de fiar.

17 comentarios

  1. Estoy pensando en José Mújica, presidente de Uruguay.

    08 octubre 2014 | 21:22

  2. Dice ser ahi estamos

    Dicen que representan al pueblo soberano, pero no QUIEREN ni oir hablar de saber qué opina el pueblo, curioso…

    08 octubre 2014 | 21:51

  3. Dice ser mariana

    no miran a la calle ni al pueblo llano (excepto cuando les interesa el baño de multitudes), ni usan la sanidad ni los colegios públicos… están a años luz de todo eso. Pertenecen a la casta de los elegidos y (casi) intocables… es lo que hay… y sólo nos queda apechugar

    08 octubre 2014 | 22:07

  4. Dice ser alvaro

    esto demuestran el tipo de personas que son. ese halo de superioridad que les cubre y del que se creen dueños.. no se dan cuenta que al fin y al cabo hemos sido nosotros los que les hemos puesto hay ( menos los nombrados a dedo, que son la mayoria,claro) . Son los responsables de todo le que no esta pasando y asi y todo aun quedan ciudadanos que les apoyan y es hay donde esta el problema. un pena….una verdadera pena…

    TODO SOBRE LED:
    http://energiasolaraislada.blogspot.com.es/

    08 octubre 2014 | 22:37

  5. Dice ser Al Sur de Gomaranto

    Todos, todos son iguales
    como gemelos univitelinos
    o como clonados en serie,
    pero hay dos excepciones
    cuando mendigan el voto
    se mezclan por los mercados
    y allí donde hay bullicio
    menos en las colas del INEM
    donde hay miles de parados.
    Parece, como si tuvieran ébola
    y todos le dan de lado,
    incluso en campaña estando.
    Van sin corbata esos días
    con pantalones de pana,
    los jóvenes en vaqueros,
    dando la mano y abrazos
    algunos hasta dan besos
    -pienso que el beso de Judas-
    ya que, aunque le votes te venden
    en pasadas las elecciones
    cuando cogen la poltrona,
    se ponen el traje obscuro
    se ahorcan con la corbata,
    que desde hace algún tiempo
    suelen de colores claros
    y mucho hasta chillones
    colores que llaman eléctricos,
    creo que hasta tienen
    masa, o una toma de tierra.
    Hay otra excepción
    y es aquí por Gomaranto
    es fácil ver al regidor
    que, aunque siempre bien guardo,
    patearse la cuidar
    y a todos ir saludando,
    lo mismo hacen los concejales
    la verdad que suelen hacerlo
    los de uno y otro lado.
    Pronto habrá elecciones,
    todos vendrán a engañarnos
    con las camisa de cuadro
    desabrochados los cuellos
    y chamarretas o cazadoras
    que habrán desempolvado
    y que huelen a naftalina,
    la sacan, cada cuatro años.
    y nosotros a… votar
    y salga quien salga, como siempre
    esos cuatro años a…aguantarlos.

    08 octubre 2014 | 23:08

  6. Dice ser tururú

    Echa un vistazo a esto:

    http://www.elconfidencial.com/cultura/2014-10-05/indies-hipsters-y-gafapastas-al-paredon_223606

    Imagínate en … ¡La sala Costello! rodeado de calvos barbudos clones de alguno de los de Ok Go!! no mirándote con esa misma autosuficiencia.
    Siempre han habido castas.

    09 octubre 2014 | 00:17

  7. Dice ser Scandal

    Les da miedo sentirse reconocidos, no saben por donde les pueden venir las hostias, panda d sinvergüenzas, a todos ellos les metía yo en el metro a las 7 de la mañana.

    09 octubre 2014 | 07:13

  8. Dice ser Beatriz

    Me atontas con tus escritos. Ya no es sólo lo que dices en ellos, sino también lo bien que lo expresas. Y cuánta razón tienes en esta entrada en concreto…

    Me chifla leerte 🙂

    09 octubre 2014 | 08:01

  9. Dice ser nekane

    no son de fiar… ja,ja claro que no!, están creando una raza a parte, que viven en un mundo a parte… no serán ellos los extraterrestres dueños y amos del mundo, esos que díce Hawking que no entrarán en son de paz pero entrarán!, fijo que lo son!, a la caldera con ellos!, ya nos queda menos…
    Mújica el uruguayo es un a parte, sin embargo los logros no van ni como él mismo quisiera… mundo cruel
    hoy, han asesinado a Excálibur

    09 octubre 2014 | 09:30

  10. Dice ser yonomebajo

    Upssss!!! Me considero de ese grupo de personas que en los semáforos no mira al de al lado. Escucho mi música (o noticias, cabreandome mayormente), canto (gracias a Dios que el ruido del motor apacigua las notas), aprovecho a mirar esos parámetros del coche que nunca miro mientras estoy en marcha (viene bien para saber cuanta gasolina me queda, cúantos litros consume a los 100….).
    De hecho alguna vez que me he girado y he mirado al de al lado me siento como si invadiese su intimidad. Ante esa sensación prefiero disfrutar de mi intimidad propia, que no hay mucho tiempo para disfrutarla durante el dia.

    Hubo un momento en el que si a mi lado se ponía uno de esos coches con cristales tintados y marcas caras me sentía amenazada. Ahora no, mi coche vale más que todos ellos!!

    09 octubre 2014 | 09:53

  11. Dice ser Yomismo

    Supongo que irá en contra de su religión mirar a ciudadanos de a pie.

    Esos tipos siempre con esos aires de superioridad, qué asco.

    09 octubre 2014 | 10:45

  12. Dice ser ROCIO

    Lo que me extraña es que ellos no han sido puestos ahí desde siempre, desde que nacieron, sino que antes han sido personas con corazón que lo perdieron por el camino…tienen que estar echos de otra pasta, de la que se llevan en el bolsillo….

    09 octubre 2014 | 12:33

  13. Dice ser Dark_shadow

    Son de otra casta estan a otro nivel, aislados en su burbuja personal del resto de los mortaleshttp://lunaenpapel.blogspot.com

    09 octubre 2014 | 13:18

  14. «Este es el lamento lacrimoso de los partidos tradicionales en España. Deberían sin embargo enjugar y apaciguar este llanto y aceptar que no los entendemos, no los queremos y no los votamos porque no los creemos, asumiendo de una vez que “la clave fundamental para recuperar la credibilidad es explicar claramente lo que estás haciendo (o lo que pretendes hacer) y por qué”, como escribe Soledad Gallego-Díaz en El País (29/06/2014), quien afirma también que “el primer problema del PSOE es su falta de credibilidad, la incapacidad de sus dirigentes para ser creídos”. Juicio que se torna más severo aún si contemplamos las repetidas y descaradas mentiras del PP para encubrir sus miserias y la traición a sus promesas electorales.

    Recordando a Frantz Fanon (“Los condenados de la tierra”, 1961, leído hace muchos años) me atrevo a afirmar que la legitimidad, la credibilidad de la acción política en general, y de un gobierno democrático con mayor exigencia aún, es la de explicar cada día la razón última de sus decisiones y no sólo anunciarlas en los programas electorales o justificarlas a posteriori en los manidos debates sobre el estado de la nación. Fanon decía, no literalmente, que hacer política es explicar públicamente cuándo se hace un puente, quién lo paga, porqué se hace en este lugar y no en otro, porqué ahora frente a otras necesidades urgentes y a quién beneficia, ¿a quien lo cruza cada día o a quien lo construye?

    Tenemos próximos hechos políticos de gran importancia, opacos frente a la ciudadanía y que, dada su falta de transparencia y explicación pública, han creado malestar, rechazo y desconfianza que se traducen en pérdida de votos para los partidos mayoritarios y especialmente para el PSOE. ¿Qué razones o qué presiones justificaron la reforma del artículo 135 de la Constitución? ¿Qué razones o qué presiones justificaron el apoyo de los socialistas a Durao Barroso (anfitrión del trío de las Azores) y han justificado el voto a favor de Juncker? ¿Cuáles son las razones para votar favorablemente el aforamiento del ex rey Juan Carlos I y silenciar el escándalo de más de diez mil aforados en España? Si hay razones políticas de peso, si hay circunstancias que aconsejan u obligan a tomar estas decisiones, aunque solo sea por una prudencia coyuntural, un partido que debiera perfilarse como una alternativa progresista al PP tiene la obligación de hacer públicas estas razones, prudencias o presiones ante la ciudadanía y no solo ante sus militantes, cosa que tampoco se ha hecho.

    Esta exigencia de claridad, de explicación, es aun más necesaria en tiempos de autoimpuesta escasez de recursos públicos y de dramáticos recortes en las prestaciones sociales. Tiempos en que la responsabilidad política debe concretarse de forma más exigente en la selección de sacrificios que no en la promesa de paraísos.

    A los lamentos de los partidos, que encabezaban estas líneas, responden airados miles de ciudadanos con un ¡no nos representan! Un grito que no es tanto la expresión de una revuelta antisistema como el cada vez más extendido clamor contra un sistema que se titula democrático únicamente porque se puede votar cada cuatro años (cosa necesaria pero no suficiente), pero que tolera, cuando no provoca, con su política económica la desigualdad, la marginación, la exclusión de los empobrecidos por el propio sistema, dominado por los mercados, que imponen sus reglas por encima de la política a unos sumisos partidos. Un grito que reclama más y mejor democracia, representativa y participativa a la vez. Un grito que no pretende destruir la democracia nacida de la transición y la Constitución de 1978, aunque sí cuestionarla radicalmente y que aspira y exige construir un nuevo sistema en el que la libertad no se venda a cambio de una mayor seguridad represiva, la igualdad sea un objetivo y un compromiso irrenunciable de los gobiernos y la solidaridad, la vieja fraternidad revolucionaria, no se degrade en subsidios asistenciales para los “pobres”.

    Con más rigor que el bla, bla, bla de los discursos al uso en boca de los candidatos a gobernar la nación, las nacionalidades, los municipios y los propios partidos, se necesita, se exige, una mayor concreción, un mayor énfasis en cómo afrontar los graves problemas que acosan cotidianamente a los ciudadanos, nacidos todos ellos de la desigualdad, que diferencia ricos y pobres, fractura la sociedad y expulsa a los menos favorecidos, cada día más empobrecidos. Más allá del tópico, de la invocación cínica y oportunista, necesitamos una mejor democracia en la que la voz de los ciudadanos sea oída o, mejor dicho, entendida y atendida, en la que los mecanismos de participación en los asuntos públicos se amplíen más allá de los partidos o sindicatos, en la que los gobernantes expongan las razones que justifiquen para quien, cuando y donde se toman las decisiones que afectan al conjunto de los ciudadanos, sean leyes, decretos o presupuestos. Si así lo hiciesen, volveríamos a entender, querer y votar a los partidos políticos tradicionales o nuevos, y en ese caso reconoceríamos que sí nos representan».

    por Eduardo Mangada | Arquitecto
    nuevatribuna.es | 08 Julio 2014

    09 octubre 2014 | 19:17

  15. Dice ser manuel

    «España se rige por unas leyes injustas, nos hace nadar en aguas imposibles, turbias, pestilentes». Sí, he hablado con un hombre del campo (yo no soy tan perspicaz, tan listo) y me ha dicho que «no entiende que si su casa se tasa en la mitad de lo que se tasaba hace unos años (antes de la crisis), tenga ahora que pagar más impuestos por ella, que tampoco entiende que se salve a los bancos con nuestro poco dinero, ni que se condone la deuda a los políticos (que eso tendría que ser un delito muy grave) y que al igual que ocurre con las empresas deberían de quebrar si deben tanto, y que quién pagará lo que deben, ¿nosotros de nuevo?, y que Pujol nos roba y sigue en España, y que por lo menos que se le expulse del pais; que los nacionalistas se saltan las leyes y no les ocurre nada, que deberían estar en la cárcel, aunque fuesen mil; que a su ayuntamiento, cada vez que va, que no quiere ir, se pone enfermo porque con Fanco eran 3 ó 4 pelagatos y todo lo llevaban palante, sin ordenadores, y ahora son 700 «chupaollas»; que por qué no se hace lo que en otros paises, lo que se hizo hace tanto tiempo en Alemania, aglutinar los ayuntamientos, y que si sobran edificios oficiales, que se derriben, y así nos ahorraríamos el mantenimiento; que los que trabajamos somos cuatro, y tenemos que alimentar a muchos miles de vagos, de sinverguenzas…y que sí, que están muchos niños muriéndo de ébola en África, pero también y muchos más de hambre, de guerras…»
    No he sabido que decirle…Sólo un «pues sí»…

    09 octubre 2014 | 19:22

  16. Dice ser manu

    Efectivamente, Simp.
    Qué gran diferencia a cuando viajan solos (sin escolata y protocolo de seguridad) en tu taxi; te dan la razón en todo y agachan la cabeza… eso sí, no sé si por mirar el móvil o por un en un jesto de sumisión. Imagino que por lo segundo.

    09 octubre 2014 | 20:21

  17. Dice ser Hitano

    Insisto: cristales ahumados. Tintados son los que son de una tonalidad verde o azulada.

    10 octubre 2014 | 08:37

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