FOTO: Argentum Luna
Eran dos chavales de apenas trece años y los dos, ella y él, portaban ese gesto, justo ese, una mezcla de miedo y control forzado y ganas y nervios, como a punto de dar un paso importante y no ver el momento, o haber planeado el momento pero no la reacción del otro, o su propia e intransferible sensación al dar el paso y, sin embargo, sabiéndose los dos que tendría que ser hoy a más tardar y el mundo de él y el mundo de ella giraran exclusivamente en torno a ello. No se habían besado nunca, tampoco a otras personas, pero habían visto tantos besos, habían oído y pensado y soñado tantos besos, que el trámite de hacerlo ya apenas consistía en aplicar la teoría a una práctica segura y continuada en el tiempo, desde hoy hasta el final de sus días como punto de inflexión al universo adulto. Supongo que los dos, la una y el otro, ya habrían planeado mentalmente en qué momento exacto hacerlo. Sería al despedirse, después de una tarde de compras (ella llevaba dos bolsas grandes y él una, más pequeña). Sería al bajarse los dos de mi taxi y acompañarle él a ella al portal de su casa y decirse temblando: «Tengo que irme ya» y acercarse mutuamente, los dos, a la vez, con los labios muertos de miedo, tomándose tal vez de las manos (porque algo hay que hacer con las manos) o puede que posándolas torpes en la cintura del otro cuerpo, y entreabrir la boca y no saber cuándo parar, o separarse un momento y repetir, o quedarse así pegados hasta 3º de la ESO o mejor: más allá de bachiller.
Y después de aquel primer beso de despedida, cada cual se iría a su casa, y ella ensayaría rápido, en apenas cuatro pisos frente al espejo del ascensor, distintas caras de poker que ofrecer a sus padres (aunque los ojos y las mejillas del recién besado siempre delaten), y él caminaría por la acera reconvertida en nube blanda, diciéndose a sí mismo wala, wala, wala, rememorando en bucle aquel momento exacto de acercarse a ella y tocar la superficie de sus labios tersos, y comprobar que ella cerraba los ojos, y cerrarlos él también, dejándose llevar hacia un terreno que ninguno de los dos conocía. Y de este modo acabaría el día más importante del resto de sus días importantes. Aunque obviaran que, a partir de ese instante, una vez destapada la caja de los besos, ya nada sería igual.
Tenían esa exacta cara previa. Los dos. Lo juro.
24 septiembre 2014 | 21:14
Hoy al leer el titulo
mi mente se adelantó
y en lugar de besos leí,
Volarte la tapa de los sesos
y mi interior ha gritado NO,
eso no se debe hacer
que además de ser un horror
desparramará y salpicará
los sesos, por todo el alrededor.
Cuando lo he vuelto a releer
después de haber leído el post,
algo más tranquilo ya
veo que el chico en cuestión
ha abierto de su chica y vicecersa
con ese su primer beso
si no la puerta si el cerrojo
de lo que sin duda vendrá,
son las cosas de la vida
son las cosa de la edad.
Y tanto el uno como la otra
esta noche velaran
no podrán cerrar los ojos
rememorando el momento
del principio, del comienzo
de lo que sin duda vendrá.
Pensando y calculando
en ir conquistando etapas
y a la meta… cuanto antes llegar
Todos hemos pasado por ahí
y el que diga que no, miente.
24 septiembre 2014 | 23:32
…y quién no recuerda su primer beso?
Buena descripción simpulso! Sólo me duele no haber besado esta noche y haber cerrado los ojos…..
24 septiembre 2014 | 23:49
Somos una manada de torpes reprimidos.
Sigamos así y encontraremos la involución más egoísta, propia de medievos antes que de humanos avanzados.
25 septiembre 2014 | 03:03
El primer beso y las ganas de follar que se me quedaron.
25 septiembre 2014 | 03:15
Puede que no mienta si no lo ha vivido como tu describes.
Es cierto que todo se parece mucho, pero no tiene que ser igual.
25 septiembre 2014 | 07:10
ja,ja has descolocado el verso del Gomaranto!
me alegro!
molesta un poco que verse tu texto un día sí y otro también! …es un poco un robo lo que hace, no sé si se dá cuenta…
desde luego el título es de un suicidio-asesinato… no andas lejos en el intento de lo que puede suponer el primer beso, la cara b es que pase un día y otro y no se encuentre el momento o, se desperdicien todos los momentos!, se es tran extremadamente vulnerable con esa edad… entonces la frustración te deja en el precipicio y vá poco a podo desvirtuando la espontáneidad lo que te vá a marcar de por vida… igual de viejo te ríes con los recuerdos pero los demás tiempos… cuánto rechazo tenemos a tantos recuerdos de adolescencia, por vergüenza, porque pudo ser tan bello y sin embargo salió cagao! …en fin en esos tiempos subir un escalón hacia la madurez que tanto se ansía ya es todo un reto!…
qué te pasa David? estás de otoño? …esos relatos son más de primavera!
25 septiembre 2014 | 08:40
Yo di mi primer beso hacer justo una semana.
Tengo 27 años. Ella 29.
Y estamos como esos dos adolescentes cada vez que nos vemos.
Nada de sexo.
Ella por miedo. Yo por desconocimiento (y miedo también).
Pero es todo tan hermoso que, de momento, con los besos y abrazos me conformo.
Nunca es tarde para sentirse adolescente…
25 septiembre 2014 | 09:36
Cuando le tengas que contar a tu futura hija lo de tu 1º beso de adolescente vas a estar ya muy viejunoooooooooo Simpulso, jajjajja…
Eso es lo que más mola…cuando a tus hijos les empieza a picar la » curiosidad » te hacen preguntas de tu 1º beso, tu 1º novio, etc…Ainssss y parece que fue ayer…Mi 1º beso fue en mi querido pueblo de veraneo con mi noviete madrileño ( de Getafe ) y a la tierna edad de 14 años ( los dos la misma ) …y recuerdo el lugar exacto…de hecho el verano pasado se lo dije a mi hijo… 😉
P.S.: @Alberto: Jooooooerrrrr con 27 y eres todavía virgen ??? A qué estás esperando ??? No sabes lo que te estás perdiendo…
25 septiembre 2014 | 11:13
Muaaaack!!
25 septiembre 2014 | 12:02
Eso es lo q quiero besos,
todas las mañanas me despierten besosssss
sean por la tarde, sigue habiendo besos,
luego por la noxe me den besos paaaaaa cenar.
Besos para todos de colores y sabores.
25 septiembre 2014 | 13:25
Luego, supongo, que tuvieron que recoger todos los sesos desparramados por el suelo…
No, qué va. Bastante trabajo tuvieron con recogerlo a él.
25 septiembre 2014 | 14:16
La todopoderosa madre naturaleza nos empuja desde la niñez a una atracción romántica que a menudo culmina en una entrega total, en un ennoviamiento. Dicen que es una atracción más sexual que otra cosa, puede ser; que nos es amor verdadero sino un disfraz que se pone, a esa edad, el egoismo, puede ser; que busca más el recibir placer que el darlo, también puede ser. Pero ¿es egoista que el río siga su curso natural hacia donde le empuja su ADN, hacia el mar? Tu amor te parece bellísima, cálida, si te falta te falta el aire, y llena tu alma entera, todo tu tiempo, haciendo de tu vida un sueño a cuyo través percibes distintas las cosas que te rodean, más hermosas, más reales; y hasta dejan de tener sentido si no las compartes con “ella” (o con “el”, supongo).
25 septiembre 2014 | 14:33
Veo que alguno me lee
y la verdad es que…
muy poquito me interesa,
a mí me pagan lo mismo
aunque ninguno me lea.
No hay publicidades
ni contador que lleve la cuenta
de cuantos leen mi comentario
no publicito ni ofrezco
y no percibo ni un céntimo.
No hay votos positivos,
ni tampoco negativos
salvo lo del que, como nekane firma
que dos días consecutivos
intenta de darme la monserga.
Pero…Conmigo se equivoca
a mis años, todo lo que el señor escriba
seguro que no me hace daño,
la concha de mi caparazón
es muchísima más dura
que la de los viejas tortugas
que vivían en las Galápagos.
nekane: Un saludo, cómo no
y mis respetos, que es costumbre.
P. D.
Nunca dije, ni nadie dijo
que lo mío es poesía.
comento siempre en columna,
con frases breves y cortas
a veces, con faltas de ortografía,
lo siento es… una manía.
25 septiembre 2014 | 15:45
No me exijas compañero
que sea más que lo que soy
escribir me cuesta un huevo
y aunque en ello yo me esmero
y en la tecla a veces doy
otras muchas, como hoy,
algún error puñetero
calcina lo que ya he escrito
y ¡ala!, a empezar de nuevo.
Te lo juro, que no puedo,
el sueño me deja frito,
y no sé por donde voy;
me tomaré un cafelito,
a ver si así me despierto,
de esta tonta soñarrera
por mor del tiempo maldito,
y que sea lo que Dios quiera.
Ah, sí el amor es muy bonito.
25 septiembre 2014 | 16:29
Alguien que se dice a sí mismo «wala, wala, wala», merece toda mi admiración y respeto. No tengo nada más que añadir, Simp.
25 septiembre 2014 | 20:25