Es difícil recordar aquello, pero me llegan imágenes de mi primer estuche de lápices de colores y escuadra y cartabón que mi madre me compró para el colegio. Ese estuche impecable de dos pisos, dos cremalleras, con su goma y sacapuntas cada cual en su elástico corsé, los lápices vírgenes en perfecta simetría, y esa sensación de estreno, y esa desazón al sacar cada lápiz del estuche. Se me rompía el alma cada vez que hacía uso del sacapuntas y mermaban los lápices. Precisamente por eso, para mantener simétricas las tripas del estuche, usaba todos los colores por igual. De modo que el tejado rojo de la casa que pintaba tenía el mismo tamaño que el sol amarillo, y también el mismo que la montaña marrón, o que el arbusto verde. Nada quedaba proporcional en mis dibujos, pero era para mí más importante mantener los lápices simétricos que plasmar la realidad tal como era. Hasta el punto de inventarme el tamaño de las cosas, de la vida en general, con tal de evitar mi angustia.
También recuerdo que pintaba las casas y los taxis y los árboles justo en el límite del borde inferior del papel, con la única intención de evitar que se cayeran. Tenía miedo al vacío, miedo a caer. Exactamente igual que ahora.
Con el tiempo me hice escritor, lo cual no quiere decir que ahora me considere más profundo que en aquella tierna infancia. En todos estos años apenas he aprendido unas cuantas palabras más, y apenas he aprendido a usarlas en el orden correcto. Eso es todo. El resto, lo que en el fondo queda, sigue intacto.
Tal cual.
23 septiembre 2014 | 20:57
Con toda la sensibilidad que transmite la nostalgia, me ha gustado mucho ya que nunca deberiamos renunciar a los recuerdos, los recuerdos que te hacen feliz.
http://lacasadelcomicduendeverde.blogspot.com.es/2014/09/recuerdos-vividos-con-escalofrio-las.html
Felices sueños
23 septiembre 2014 | 21:51
¡Qué bonito!
23 septiembre 2014 | 22:04
Dulce y tierno como los sueños
que se tienen a esos años,
para muchos pesadillas
pero sólo, de vez en cuando.
Yo, no tenía ese problema
el mío era más extraño,
tenía complicaciones
con mi cajita de lápices
Alpina, de seis colores,
ya que yo era y soy daltónico.
Según a mí me decía,
no distinguía los colores
cosa que no ha mejorado
me pasa aún hoy día.
La hierba la pintaba azul,
y el tejado en verde
los árboles en marrón
yo en negro pintaba el sol
y en amarillo a los hombres,
a los niños y a las mujeres.
Tengo unos lienzos pintados
y cuando alguien los contempla
la expresión que todos sueltan:
Esto es obra de un demente,
o de un majara, o de un chiflado.
Un día dije a una dama:
Señora, míreme a los ojos,
y dígame ¿ve usted a un loco?
Ella me respondió que – no,
pues de eso, yo soy el autor.
Me volvió a responder:
-Loco desde luego no, pero…
seguro que eres daltónico,
la primera que oí
esa palabra en mi vida,
y ya tenía veinte años.
Ahora mi problema se quedó
que en el vestir nunca acierto
a conjuntar mis atuendos
y tengo que preguntar
¿Esta camisa le va,
este par de pantalones?
Mi mujer, aún sonríe
y yo digo Que cojo-nes,
me pongo esto con esto
aunque se maten los colores.
.
Un día pedí trabajo
en una fábrica de azulejos
y el trabajo que me ofrecieron
fue separar (no ya por colores)
era el separar uno a uno
los de un mismo color
pero por gamas de tonos
naturalmente, dije que no
y perdí un buen trabajo
con aceptable sueldo.
23 septiembre 2014 | 22:59
Interesante 🙂
http://inversionesforex.hol.es/conceptos/ventajas-de-una-cuenta-demo-en-forex/
24 septiembre 2014 | 08:14
Muy bueno!!
http://areaestudiantis.com
24 septiembre 2014 | 08:42
¿usted no ha oído hablar del crecimiento personal y la paz interior?, si lo trabaja madurará como persona, si no lo trabaja estará en manos de las circunstancias con una mente descontrolada, es posible mejorar mentalmente si se trabaja, espero que el barullo de la ciudad no le despiste, saludos
24 septiembre 2014 | 08:46
Muy chulo!!
24 septiembre 2014 | 10:42
…con el tiempo te hiciste taxista, no lo olvides! y no desprecies la mano que te dá de comer, la escritura parece más bien tu terapia solo que la manejas mejor que muchos, pero de ahí a escritorrrrrrrrrr, como el colega al sur de Gomaranto, de poeta tiene poco, mucho de hacer el intento e igual una faceta que deconoce: cantautorrrrrrrrrrrr
ayyyyyy qué morriña de infancia, eh?, la inocencia, la libertad, la falta del problema principal, que es mantenerte el sustento físico y psíquico en ésta vida… ayyyyyyy el olor de los lápices…
una cosa sin embargo, sí te delata como escritor: el hecho de tener todo en orden-los lápices al mismo tamaño-, sin orden mental no hay escritura legible
te deseo buen día con buena gente!
24 septiembre 2014 | 10:55
Ohhhh q bonito.
24 septiembre 2014 | 13:26
Muy bueno.
24 septiembre 2014 | 15:15