FOTO: Ms. Phoenix
Me asombra esa innata cualidad en las mujeres de controlar los límites de su ropa interior a pesar de la postura de sus cuerpos por ingrávida que sea. Pueden agacharse o inclinarse con la blusa semiabierta y en todo momento serán conscientes si el borde del sostén o de sus bragas quedó a la vista; y tal vez jueguen con eso para mantenernos expectantes ante el más mínimo descuido que jamás será casual, sino deliciosamente estudiado, lo cual las convierte en seres dominantes y a nosotros en babosos alienados o en eternos niños chicos. Conocen sus cuerpos de memoria, la flexibilidad del pantalón, cualquier perspectiva plausible de la abertura de sus blusas o de las rajas de sus faldas, y actúan siempre en consecuencia aunque nadie mire. O qué ropa interior no hace marca o no se nota con tal o cual vestido, o los tirantes del sostén cruzados o arqueados en función de la estela de la tela de su espalda. Y a veces, cuando dejan los tirantes a la vista o semiocultos aunque no del todo, tampoco es por descuido: ayudan a ampliar las pistas de la imaginación, a tirar del hilo subconsciente de esos tirantes y a visualizar la secuencia del resto. Los tirantes a la vista son flechas invisibles que invitan a tener en cuenta unos pechos cuya realidad, en caso de ocultarlos, pasaría más desapercibida.
Y volviendo a esas marcas a la vista, sorprende que un pantalón ceñido o unos leggins intuyan la goma de unas bragas a media cacha, dividiendo el culo en otro par de celdas y por tanto invitando también a imaginar la estructura y dimensión exacta de su ropa interior, que suele coincidir con perfiles totalmente ajenos al mercado de los ojos de los hombres. El resto procuran evitar que se marque o se intuya nada, tal vez por pudor o por mostrar la ropa lo más desnuda posible, sin evidenciar qué puede haber detrás o buscando enseñarlo sólo en los momentos más íntimos y con quien la chica desee. Se sabe que la ropa interior es la antesala del placer carnal, el telón de la función más aclamada, y ellas son conscientes del poder que ejercen: se conocen, pero nos conocen a nosotros más aún, y por eso estamos vendidos, perdidos. Y nos gusta estar perdimos. Queremos perdernos (yo en el espejo retrovisor de mi taxi). Así jamás se extinguirá la especie.
Pensé en escribir acerca de las procesiones de semana santa. Pero se me fue el santo al cielo.
Nos leemos el lunes.
15 abril 2014 | 21:43
Un día más, tras…, cuantos años? aquí Daniel hablando (escribiendo), de más tías, más sujetadores, más bragas y más atributos de la anatomía femenina; y más características de la anatomía femenina, y más repetitivos detalles sobre mismo tema que acompañan estos blogs de mismo autor desde años atrás. En la variedad está el gusto, o no! Saludos.
15 abril 2014 | 22:03
Pues no os voy a engañar, yo no uso ropa interior ¿se nota?: http://xurl.es/qgqb1
15 abril 2014 | 22:22
«Las convierte en seres dominantes y a nosotros en babosos alienados o en eternos niños chicos».
¿En babosos alienados por qué?, ¿en niños chicos por qué?.
Entonces, por esa misma regla de tres, cuando una tía mira el culo a un hombre (que las hay, y muchas) ¿tambien es una babosa alienada y una niña chica?
Siempre con los mismos prejuicios estereotipados, lo que hay que leer….
15 abril 2014 | 23:59
Quien escribe y dice ser NOELIA es un alienado por el futbol, que busca cualquier recurso por estúpido que sea para que vean su página, que por cierto es horrorosa, por eso: no caigan en la tentación. Va a cualquier foro y pone su bocadillo de mierda.
Quítenlo por favor! Es un enfermo. Gracias.
16 abril 2014 | 00:23
El sujetador, según estudio científico francés, no cumple la función que se le presupone. Prenda nacida en época de censura, sin libertades, se ha tenido por pieza necesaria y parece no ser así. Luego si no es necesaria se usa com ocoraza de autocensura. Ni más ni menos. Las modelos en pasarela no lo usan, las toplesianas en la play atampoco, las naturistas ídem. Luego ¿el sujetador es prenda de censura?
Aunque lo fuera, a ver quién derribaba el imperio del bra…. Seres humanos, censurados por todas partes y sintiéndose contentos de autocensurarse, el no va más de la ridícula antinatura.
16 abril 2014 | 01:50
¿Por qué hay personas que se creen inteligentes a los que le smolesta que se nombre una teta, un culo, un sujetador, el cuerpo masculino, el femenino…? ¿Qué tienen en ele cerebro que les hace temer tanto la naturaleza humana? No hacen sin oponer excusas y muros de torquemadas y pretenden erigirse en centinelas de las libertades. QUé guarrada de mentalidades. Ven un tobillo desnudo y enloquecen y creen que el resto son todos iguales…
16 abril 2014 | 01:53
Siempre la ropa interior,
fue a mi manera de entender
la frontera visual
de lo que… no dejaban ver,
de lo que no querían enseñar
pero sí que con la imaginación
se pudiera adivinar,
que es lo que esconde detrás.
La ropa interior es la celosía,
que al igual que en las ventanas
y balcones de conventos,
dejan que el aire se cuele
y que no veas lo que hay dentro.
Según dicen los modernos
el sujetador… nada sujeta,
lo que impidió desde siempre
es que se vean las tetas
por descuidos, aire o viento,
igual pasó con los puchos,
con las bragas y braguitas.
El tanga?…es otra cosa,
el tanga es un tira-chinas
al que le falta… la horquilla.
y menos mal que no la tiene,
ya que no sería tanga,
sería como… unas bolas chinas.
Dicen que es prenda de jóvenes,
pero que también, lo llevan las maduras
y que dejan ver, más de lo que ocultan,
sólo ocultan del pastel…la guinda,
pero…deben de hacer rozaduras,
o como dicen en Gomaranto, sobaduras
La foto de ilustración,
valla con sus alambradas… como no
y a modo de reclamo o bandera,
un maxi sujetados,
enganchado a las concertinas.
que la propietaria colgó
al saltar para llegar,
o pueda que, para fugarse
ya que…para nada le servía.
16 abril 2014 | 08:21
Te complicas demasiado. Felices vacaciones!!
http://areaestudiantis.com
16 abril 2014 | 08:57
@Dice ser Fernando Weissmann:
Gracias amigo, pero tu advertencia
me ha llegado demasiado tarde
¡qué guapa, que linda, qué princesa!
y aunque soy madridista de demencia,
mi corazón, después de verla, ¡arde!
Contra la belleza no puede ni la ciencia
esa culé ha sumido mi alma en turbulencia
y estoy por sacar para el Camp Nou pasaje
y pedirle, de rodillas, por clemencia,
una mirada, un beso, un roce o un masaje.
16 abril 2014 | 15:29
Que campean por Españaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!
16 abril 2014 | 23:25
La insinuación es parte erótica de la mujer, dejar entreveer o enseñar algo su ropa interior marca a la imaginación perversa del hombre.
Si te encanta ser erótica puedes pasarte por http://www.sexxxmarket.es
18 abril 2014 | 16:38
Joder tío, dos años sin leerte y sigues igual de marrano, o peor. Menudo pasteleo machista, que puto asco, joder. «así jamás se extinguirá la especie» pensé que con el paso del tiempo retomarías tu faceta crítica y dejarías de decir soplapoyeces. No vales un pimiento tio, y encima te vas haciendo mayor y viejoverde. Renuevate o muere no?
BUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUU!
19 abril 2014 | 18:44
!Hola,Dani!
Me he reído de lo lindo jajajajaja.Que bueno eres,como nos conoces.
Esto es genial «tampoco es por descuido: ayudan a ampliar las pistas de la imaginación, a tirar del hilo subconsciente de esos tirantes y a visualizar la secuencia del resto. Los tirantes a la vista son flechas invisibles que invitan a tener en cuenta unos pechos cuya realidad, en caso de ocultarlos, pasaría más desapercibida.»
Gracias por este ratito,Dani.Te deseo un feliz domingo de resurrección.Muchos besitos.
20 abril 2014 | 06:07