¿Sentimiento de culpa dices? ¿Acaso te obligó alguien a hacer lo que hiciste? ¿Te obligué yo? ¿Te sentiste obligada? ¿Entonces por qué tendrías que sentirte culpable? ¿por haber traicionado, en fin, tus principios? ¿Qué demonios son los principios, dónde están? ¿En aquel papel que firmaste en un registro hace cuatro o cinco años? Lo siento, pero no. Tal vez en ese preciso instante buscaras tranquilidad, ya sabes, huir de tus altibajos con algo estable y enfocar todos tus sentidos en un solo objetivo ideal. Pasar página de ti misma. Fuiste tú quien decidió atarse a otro hombre, fuiste tú quien prometió amarle eternamente y atarte a él para el resto de tus días. ¿Le quieres, Nadia? ¿Le sigues queriendo? ¿Sigues enamorada de él como el primer día? ¿No, verdad? ¿Y quién tiene la culpa de eso, él, tú, yo? Nadie, Nadia. No tiene la culpa nadie. Nadie es capaz en este mundo de controlar su futuro, o su cabeza, o el número de vueltas que le dará la vida. Y quien diga lo contrario, miente; o simplemente actúa como una puta máquina racional y programable. Precisamente ese fue tu error: creer que serías capaz de controlar tus impulsos dejándote llevar por la rutina. Creías que la inercia te vendría bien, pero ya has visto que no. De hecho, nunca fuiste así y lo sabes. Nunca debiste casarte, pero eso ya no tiene solución, ¿verdad? Seguirás casada, estoy seguro, y acabarás aprendiendo a convivir con tus contradicciones. A soportarte y asumirte. A manejar tu inevitable doble vida. Hay personas capaces de vivir muchos años con una bala dentro, e incluso consiguen a veces olvidarse de ella. Ya lo he visto antes. Pero no te sientas culpable por hacer lo que hiciste. Nadie te obligó a entrar en mi taxi: fue el azar. Nadie te obligó a recordar viejos tiempos: fuimos los dos. Supongo que podrías haber cambiado de tema, o negarte a seguir por ahí o decir no, Daniel, mi vida me llena, ahora soy otra instalada en otro mundo. Pero no me culpes, no te culpes. Fue bonito, quédate con eso. Lo pasé genial en ese hotel (y algo me dice que tú también necesitabas algo así). Y reconoce que fue un puntazo que consiguiéramos la misma habitación que aquella última vez hace cuántos, ¿séis años? La habitación estaba exactamente igual que entonces, y nos reímos. Nos reímos de las mismas cortinas, nos reímos de la misma mancha en el techo con la forma de Australia. La misma mancha.
La misma mancha
17 comentarios
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Ciertas manchas jamás desaparecen.
15 enero 2014 | 23:25
«Le dijo la puta a la tacones»… Tù me entiendes
15 enero 2014 | 23:37
¿Se liga mucho de taxista?
15 enero 2014 | 23:55
La aceptas como esposa en la salud,en la enfermedad,en la riqueza y en la pobreza hasta q la muerte os separe?
Si,no,si,no,no.
Arrepentirse de lo hecho es de ser un triste del copón, a las espaldas y vas rectificando sin firmas de por medio,buscando moras verdes.
Jueves en un lugar de la mancha.
16 enero 2014 | 07:00
…pues yo estoy deseando volver a cierto hotel de Peñíscola donde empezó todo…pero esta vez SÍ pillar habitación de cama doble en vez de camas separadas…seguiríamos yendo como amigos…pero ya con derecho a » roce » ejeejje…y no 6 sino 18 años después…Y lo de tu post no era un hotel sino un hostal…no te flipes…si no pintan en 6 años…ya me dirás…eso era un cuchitril para un aki te pillo aki te follo…
P.S.: Séis con acento ??? Esto es nuevo, no ???
16 enero 2014 | 07:55
Manchas, manchas, manchas.
Manchas que hay en el techo,
son manchas que se reflejan
porque se llevan en el alma,
cuando postrados hacia arriba
después de poner unos cuernos
hacia ese techo se mira
y al igual que en un espejo
nos muestra la suciedad
que llevamos adherida.
Manchas, manchas mancha
que son cosas de la vida
mancha, que no quita la lejía,
tampoco una verde mora
ni el ir al confesionario
aunque vayas cada día.
Dicen algunos creyentes
que el pecar contra el amor
es mancha que no se borra
y ni que la perdona Dios.
16 enero 2014 | 09:01
Tengo que coger más taxis…
http://areaestudiantis.com
16 enero 2014 | 09:03
Y yo hacerme taxista… jajaj
http://relatossincontrato.blogspot.com.es/
16 enero 2014 | 09:14
Desde q te has quitado los kilos de más,te estás hinchando a follar,Carpe, ya sabes….
16 enero 2014 | 09:32
Por lo leído, tú también deseabas nadar en el mismo agua de ese río…. Pero quizás olvides que, pudiera ser el mismo río , … pero no el mismo agua.
16 enero 2014 | 10:01
Quién se ha kitao los kilos de más, chino ???
P.S.: @Simpulso: ese » ¿ Séis años ? con acento en la e de seis sigue haciendo MUCHO DAÑO A LA
VISTA … 2º aviso…
16 enero 2014 | 10:53
Creia que se referia a las manchas del colchón.
16 enero 2014 | 11:41
¡Estupendo monólogo! En el techo de mi hostal había mariposas de colores. Quita el acento porque de lo contrario Carpe no dormirá tranquila. ¡Tercer aviso, je, je!
16 enero 2014 | 13:56
Se los ha quitaó el taxista,obvio.Mira su cara en el perfil d su fb y después mira esta q presenta el blog.La papada,se fué…..
16 enero 2014 | 14:57
Efectivamente, Simp: «En casa del herrero, cuchillo de palo»
16 enero 2014 | 20:16
Es k esta foto aki en el blog y la k sale en la ed. impresa NO le hacen justícia…al margen de los kilillos de más -o de menos- en vivo y en directo tampoco es TAN feo, XDDDDD…Uyyyyyy ese séis…k no duermoooooooooooo…
16 enero 2014 | 22:09
*Fe de erratas de mi anterior comment:
Perdón, perdón, perdón…cometí un catalanismo…JUSTICIA sin acento…
16 enero 2014 | 22:11