Reconozcámoslo. Aquí hay algo que se nos escapa. Piensa en el páncreas, por ejemplo. Piensa en siete metros de intestinos perfectamente plegados en el bajo vientre. Piensa en la función que desempeña el corazón y en el cerebro, joder, el cerebro. Piensa en el ojo. El iris, la retina, la córnea, el cristalino. La pupila se dilata o se contrae según la intensidad de la luz. O de los porros. Y todo ello encajado en la cuenca del cráneo de tal forma que te permite mover la vista a tu antojo, y sin embargo impide que el globo ocular salga disparado si estornudas. O qué decir de las pestañas. Qué gran invento las pestañas. Por no hablar del pene, claro.
Comer, bostezar, conducir un taxi. Enamorarte de una chica que no entra dentro de tu canon de belleza. Es muy difícil, ciertamente, creer que todo esto surgió de la nada. Cuesta imaginar que detrás del diseño del ombligo, detrás de una medusa, detrás del Gran Cañón del Colorado o detrás del Big Bang sólo hubo azar, o lo que algunos científicos llaman «generación espontánea». Conociendo y asumiendo nuestros límites suena más lógico creer en un ser superior que se escapa a cualquier lógica palpable. Hasta ahí, estoy completamente de acuerdo. Puedo llegar a creer que existe un dios, o una fuerza suprema, o como quieras llamarlo. Pero toda esa parafernalia que a lo largo de los tiempos ha girado en torno al concepto en cuestión, todos esos rituales, mandamientos, obligaciones, negaciones, castigos, ofrendas, miedos, supersticiones, bulas, sotanas, o exenciones de IBI que llegan incluso a colarse en nuestro sistema educativo (y hasta en los úteros de las mujeres), ¿a qué se debe? ¿por qué pretenden acapararlo todo? ¿para qué? ¿hasta cuándo?
Si al tirar un dado yo le pido a dios que salga un uno, tú que salga un dos, otro que salga un tres, y así sucesivamente, está científicamente demostrado que dios tendrá una efectividad del 16,666%, o dicho de otro modo, que uno de cada seis tendrá motivos para seguir creyendo. Y ese agraciado besará los pies de un muñeco de madera. Y caminará de rodillas hasta la meta del templo del dios de los dados. Y le dará pasta libre de impuestos al gestor de ese dios.
Rentabilísimo negocio el de la cultura del miedo y las falsas promesas, por cierto. Qué curioso.
Me cuesta entenderlo. Como tantas otras cosas…
07 enero 2014 | 23:38
K cansino eres con el tema religioso !!! Por Dios !!! ( y eso k soy agnóstiKa ) …en serio…MUY cansino…Y lo JODIDO k debe ser para ti NO poder ser » objetor taxial » si en un momento dado se sube un cura o monseñor en tu taxi…con lo mal k te caen…y k todo venga por aquella redacción sobre tu pueblo imaginario en tu colegio de curas…Ainsssss…estamos en 2014 ya…¡¡¡¡ Pasa página !!!! …y acaba TU ETERNA novela…
08 enero 2014 | 00:02
Pues habrá alguien que controle todo y que maneje nuestro destino, según muchos, o no habrá nadie, o lo hay pero no es tan grande ni controla tanto.
Mil y una historia sobre de donde venimos y a donde vamos, escucharíamos si nos moviésemos a lo largo y ancho del planeta, lo sabemos. Pero yo, algunas veces pienso que la humanidad debería madurar, pensarnos solos, y actuar en consecuencia.
08 enero 2014 | 01:08
El azar fue el tema de mi último post
http://implantadococlear.blogspot.com.es/2013/12/dia-1809-inocentes.html
08 enero 2014 | 07:48
No intentes buscar explicación a algo q no la tiene,pena q en vez d dados no seas dardos,me inflaria a darle a la picota,si o si.
Y esto es,palabra de Dios.
08 enero 2014 | 08:24
¡No mentes a los Dioses de los Dados en vano!
Hay un Dios en los dados, de eso no hay duda. Es cierto que si quieres sacar un resultado en concreto por mas Dioses a los que te encomiendes solo tndras el 16,66.. % de acertar, pero como digas la frase magica: «¡Cualquier cosa menos un uno…!» sacaras el uno el 100% de las veces…
08 enero 2014 | 09:57
igual el que tira los dados sabe perfectamente cuáles son las probabilidades de que salga su número y entiende el resultado sin pensar en tontás.
08 enero 2014 | 10:22
Ojo cuando hablamos de Dios ¿a qué Dios te refieres? porque para mi sólo hay un Dios: http://xurl.es/9ik46
08 enero 2014 | 10:25
«Es lamentable que, puestos a crear absurdos, un dios no hubiera provisto al cuerpo humano de bolsillos.»
Verguenza me da lo de las exenciones de impuestos a determinada religion… aqui todo el mundo a pagar impuestos! Sino algun dia la gente se dara cuenta de que el dinero para pagar a toda esa chusma sale de los bolsillos de la gente, y se fundaran su propia secta con la que engañar a unos incautos y forrarse.
De verdad alguien cree que un amigo imaginario los esta viendo desde el cielo? Son cuentos de hadas, por favor…. Que se lo crea un niño, vale, pero miles de millones de adultos?
La religion explicada por el magnifico comico George Carlin: http://www.youtube.com/watch?v=sZ5_Ra6qjBc
08 enero 2014 | 10:47
Muchos de los matemáticos que han estudiado el cálculo infinitesimal y las teorías de espacios infinitos eran y son profundamente religiosos, y aseguraban que con sus estudios se acercaban a Dios.
Y no hay que olvidar que mucha gente sigue bautizando a sus hijos, por una mera cuestión de calculo de probabilidades de que sea cierto el rollo religioso…
Y para cansina tú guapa, que ya aburres hasta al Santo Job, ya puestos en materia …
Feliz 2014 para todos¡.
08 enero 2014 | 11:23
Yo tb te quiero Truk ❤ ♡ ♥ ღ ❣ ❥ ❦ ❧ ლ
08 enero 2014 | 11:54
Creo que es mejor, para nuestra tranquilidad y salud mental, pensar que pasar por este «Valle de Lágrimas», al que no hemos venido voluntariamente, tiene su recompensa, sin más nos hubiera valido quedarnos donde estábamos antes de venir.
08 enero 2014 | 12:25
Joder, vaya post de inculto te acabas de marcar… Creo que una abuela de un pueblo perdido en las montañas de Galicia escribio lo mismito hace 4 o 5 años.
08 enero 2014 | 14:05
A este ‘valle de Lágrimas’ , siento dar una opinión distinta, sí venimos voluntariamente. Es un camino que elegimos caminar para aprender Algo que aún no hemos aprendido sobre nosotros mismos. Es un periodo de crecimiento personal, intimo e intransferible, de cada una de nuestras ‘almas’.
Os deseo que a lo largo de vuestras vidas, incluida la mía, vayamos encontrandonos con opiniones distintas a las nuestras y aún así podamos escucharlas y valorarlas porque nadie tiene la Verdad completa. Sino que cada uno tiene una pequeña parte de Ella. En el medio de todos, si sabemos escuchar y ver , ahi está!
08 enero 2014 | 14:30
Al igual que los cipreses
que todos miran al cielo al cielo
dicen que ellos en Dios creen
pero ninguno lo ha visto.
También todos recurrimos
muchas veces en la vida
o bien porque en Él creemos
o porque el implorarle es
cuando necesitamos ayuda
el más primitivo de los instintos
aunque no tengamos fe.
El humano a Dios recurre
cuando de sí mismo no dependa,
el conseguir un objetivo
o el evitar un peligro.
Con los dados en la mano
deseando en ases doblarse,
al Dios que es de cada cual
con una frase entre dientes,
o puede que mentalmente
implorándole una ayuda,
aun sabiendo de antemano
que no será concedida.
De existir Dios ya sabemos
que no perdería ni un segundo
de su séptimo día de descanso
en girar tan sólo una cara
del dado con el que jugamos
para que nos salga el número
con el que poder ganar la partida.
Los cipreses creen en Dios
a pesar de no haberlo visto,
tampoco juegan a los dados,
ni necesitan una ayuda
ni temen a ningún peligro
quizás… ellos creen por eso.
08 enero 2014 | 16:28
Bueno, como todo, es una cuestión de tiempo; y este pondrá a cada uno en su lugar. Calculo que en el XXIII se descojonaran de estas primitivas creencias religiosas y se descubrirá la gran farsa del «cálculo infinitesimal «.
¿Has visto » El gran dormilón» de Woody Allen, Simp?
08 enero 2014 | 20:41
Mira! hoy las clavao.
Estoy de acuerdo con tooooooodo lo que has escrito.
Has conseguido posicionarte en el medio de la más absoluta fantasía científica y el más casposo fanatismo religioso.
«Virtus est medium vitiorum utrimque reductum»
09 enero 2014 | 09:36
Dios y los pronombres referidos a Él van en mayúscula.
09 enero 2014 | 10:36
Yo voluntariamente no he venido, me han traido y el problema es que no se de dónde con lo cual ni sufría ni padecía, así que tras traerme a este «Valle lacrimoso», (porque sí habrá cosas buenas, pero joder con las malas, a veces claramente no compensa), espero no, exijo que haya algo verdaderamente gratificante después, nos lo hemos ganado.
09 enero 2014 | 11:14