El día de su primer aniversario, Paco regaló a su esposa Esperanza un décimo de lotería cuyo número coincidía, día, mes y año, con su fecha de bodas. A ella le pareció un detalle de lo más romántico, así que le propuso continuar comprando ese mismo número, semana tras semana, durante el resto de sus vidas. Paco aceptó la propuesta de Esperanza, pero con una condición: que se alternaran al comprarlo. Una semana se encargaría ella, y a la semana siguiente se encargaría él como muestra de su amor recíproco. «La semana que te olvides de comprar el décimo, entenderé que habrás dejado de quererme», le dijo Paco a Esperanza en tono de broma. «Eso no pasará nunca», respondió ella.
Así pasaron 27 años, comprando todas las semanas el mismo décimo, una semana ella y a la siguiente semana él, sin que les tocara nada de importancia, apenas lo jugado raras veces, pero sin desistir jamás en su empeño. Tuvieron que pasar, como digo, 27 años, para que la suerte les jugara una doble y tragicómica jugada: Justo ayer, estando Paco en el trabajo, tomó un momento el periódico para buscar, como cada semana, la sección de loterías, y de súbito se le cayó el café. Ahí estaba: era el suyo. Además, esa semana el premio traía bote, lo suficiente como para retirarse y vivir holgadamente durante el resto de sus vidas. Soltó un alarido y de inmediato llamó a Esperanza:
-¡Amor! ¡NOS HA TOCADO! ¡POR FIN SALIÓ NUESTRO NÚMERO!
Ella, sin embargo, enmudeció.
-¿Espe?, ¡contesta, Espe!, ¿qué te pasa?
Tras unos segundos de angustia entrecortada, Esperanza reconoció que, por primera vez en 27 años, había olvidado comprar el décimo.
Lo asombroso de esta historia viene ahora. Lejos de montar en cólera, Paco se asustó:
-¿Olvidaste comprar el décimo? ¿Eso significa que ya no me quieres?
-Entendería que me dejaras.
-No has contestado a mi pregunta. ¿ME QUIERES, O NO?
-Te quiero más que nunca, Paco. Sólo fue un olvido. Espero que algún día sepas perdonarme -dijo ella entre sollozos.
Nota: Paco, usuario de mi taxi, me contó todo esto instantes después de que sucediera, en el trayecto comprendido entre el trabajo y su casa. Poco antes de llegar me pidió detener el taxi un momento en una floristería. Quería comprar un ramo de rosas para Esperanza.
Supongo que no todos hubiéramos reaccionado así.
01 octubre 2013 | 00:00
Qué más lotería quieren??
01 octubre 2013 | 00:08
¿El premio traía bote? Es la primera noticia que tengo sobre la lotería nacional, eso más me parece de la primitiva. Será que han cambiado las cosas .
01 octubre 2013 | 00:15
No se pierde lo que no se tiene. Pero lo que ellos tienen…. es mucho más difícil de conseguir que que te toque la lotería. Envidia cochina de dejar de ganar millones de euros a cambio de un ramo de flores.
01 octubre 2013 | 00:19
Es una bonita historia de amor, la mejor loteria que les podia tocar les ha tocado.
http://www.lunaenpapel.blogspot.com
01 octubre 2013 | 03:14
Les toco la loteria desde que se conocieron ,enhorabuena a los dos .
01 octubre 2013 | 06:13
A veces, olvidamos qué es aquello de lo que verdaderamente no podríamos prescindir. Bonito «taxirelato».
http://maria-may.blogspot.com.es/
01 octubre 2013 | 07:33
Esto si q es un canto a la Esperanza, el día q la gente entienda q no todo es pasta, seremos mucho mas felices, y aprenderemos a disfrutar del día a día, sin pensar en amasar.
01 octubre 2013 | 07:51
Contigo pan y cebolla en pleno siglo 21, casi na.Cuando uno está abonado a un mismo numero, el lotero te lo guarda, tanto si toca como si no, a veces no se pagan varios seguidos por vacaciones etc y sigues pagando, antes de escribir esto, informarse en un lotero.
01 octubre 2013 | 08:12
Si es lo que tiene el amor verdadero, en cuanto hay un bombo de por medio se quiere más a la otra persona
01 octubre 2013 | 08:31
Unas flores, una cena y mucha cama.
Carla
http://www.lasbolaschinas.com
01 octubre 2013 | 08:35
¿Y si le dijo que le quería para evitar la bronca del olvido pero en realidad pasa de loterías, de marido y de la rutina de la vida?
Jeje..la crisis, que lo veo todo negativo.
De ser tal cual (la lotería nacional no tiene bote) me alegro muchísimo por ellos.
PD.- Yo que ellos dejaría de jugar a ese mismo número. Las probabilidades de que vuelva a salir son casi nulas. A la hucha y velada romántica una vez al mes.
01 octubre 2013 | 09:38
Bonita historia, pero yo la mato http://xurl.es/9ik46
01 octubre 2013 | 09:51
Pero quien se cree esta sarta de chorradas??
01 octubre 2013 | 10:25
¡Chapeau! lo acabo de publicar en mi blog
01 octubre 2013 | 11:20
Bonito es este capítulo
de una historia de amor,
del que quizás ya no existen
más de tres en el continente.
Amar por encima de todo,
inclusive del dinero
eso puede que no haya
más de diez en el mundo entero.
Pero yo conocí uno
no diré de quien se trata
porque los dos están muertos,
murieron en la pobreza
cuando muy ricos ellos fuero.
No es que dilapidaran,
es que todo compartieron
con los que no tenían nada.,
para mi fueron un ejemplo
de amor, a hacia ellos mismos,
de amor hacia los demás,
de amor al menesteroso
y de amor a los enfermos.
Si en verdad es que hay satos
ellos… están en el cielo.
01 octubre 2013 | 12:38
hozuuuuuu….shiquiillooooo…. se me van a saltar las lágrimas…..jjjajajajaja
01 octubre 2013 | 14:17
Me ha encantado !!!
Ellos ya tienen su lotería particular.
01 octubre 2013 | 17:17
Yo (en lugar de Paco), en vez de rosas, hubiese comprado una caja de barbitúricos y una botella de DYC para compartir con Esperanza.
01 octubre 2013 | 20:42
En realidad, doy fé de que sí compró el décimo; yo Crespo, estaba allí. Ahora tiene una cuenta independiente con la pasta gansa, para sus «caprichitos», como debe ser. Bien hecho, Espe; y al que quiera saber: ¡embustes con él!.
01 octubre 2013 | 20:49